EL REINO DE DIOS ESTÁ AQUÍ Y AHORA
Jesús dijo:
"Si aquellos que los guían dicen:
'Vean, el reino está en el cielo',
entonces las aves del cielo los precederán".
"Si les dicen:
'Está en el mar',
entonces los peces los precederán".
"Pero el reino está dentro de ti
y está fuera de ti".
"Si se conocen a sí mismos,
entonces serán conocidos
y conocerán
que son los hijos del padre viviente".
"Pero si no se conocen a sí mismos,
entonces están en pobreza
y son pobreza".
El reino de Dios ha sido predicado como si siempre estuviera en alguna otra parte: en el tiempo, en el espacio, pero siempre en alguna otra parte, no aquí y ahora. ¿Por qué ha sucedido esto? ¿Por qué el reino de Dios no está aquí y ahora? ¿Por qué en el futuro o por qué en alguna otra parte?
Por la mente humana. La mente humana desaparece en el presente. Vive en el futuro, en la esperanza, en la promesa del futuro; se mueve a través del deseo. El deseo necesita tiempo, el deseo no puede existir si no hay tiempo. Si repentinamente llegas a un momento en que te das cuenta de que el tiempo ha desaparecido, y ahora ya no hay tiempo, ya no hay mañana, ¿qué sucederá con tu deseo? No se puede mover, desaparece con el tiempo.
El tiempo básicamente no es un fenómeno físico, es psicológico. El tiempo no está fuera de ti, es el propio funcionamiento de tu mente lo que crea el tiempo. Un Jesús vive fuera del tiempo, tú vives en el tiempo. De ahí que todos los Budas, Jesús es un Buda, una persona iluminada, han estado enfatizando: "¡Permanece sin deseo! Entonces de pronto las puertas del cielo se abren para ti". Pero para estar sin deseo tienes que estar en el aquí y en el ahora, porque entonces no hay puente para ir al futuro, para ir a ninguna parte, entonces no hay puente. El deseo es el puente.
La mente necesita tiempo, la mente no puede existir sin el tiempo. Cuanto más tiempo tienes, la mente tiene más terreno para jugar, para tontear. Entonces puede crear muchos y muchos deseos y sueños y vivir en esos deseos y sueños. Los sacerdotes siempre han estado hablando como si el cielo estuviera en el futuro, porque sólo el futuro puede ser entendido por la mente, y sólo por ese futuro tú puedes ser explotado, y también te sientes tranquilo.
Escuché que en una iglesia el sacerdote estaba alabando al reino de Dios y dijo: "¡Hay calles de oro y campos de esmeraldas!". Y lo alabó tanto como pudo; entonces preguntó e invitó: "¿Quiénes quisieran ir ahí?". Todos levantaron la mano excepto un anciano. El sacerdote no podía creerlo. ¿Por qué este anciano no levantó la mano? El debería ser el primero porque ya se está acercando a la muerte. Entonces condenó y pintó un cuadro del infierno, con toda su fealdad, tortura, dolor, sufrimiento y fuego. Otra vez retó: "Ahora, ¿quién quisiera ir al reino de Dios, al cielo?". Todos levantaron la mano, pero ese anciano estaba aún sentado sin levantar la mano. El sacerdote estaba extrañado. Le preguntó al anciano: "¿No me escucha? ¿Es usted sordo? ¿No quisiera ir al reino de Dios, al cielo?".
El hombre dijo: "Eventualmente, sí. Pero en la forma en que lo está diciendo, pareciera que quiere llevar un cargamento en este mismo momento. Eventualmente sí, pero en este momento, ¡no!".
Si te dicen: "El reino de Dios está aquí y ahora", no estás listo. Muchos son los deseos a ser satisfechos antes de que puedas ir; muchas cosas tienen que hacerse antes de que pienses en entrar al reino de Dios. Estás aún soñando y no estás listo para despertar, necesitas tiempo. Los sacerdotes te atraen, pero no un Buda, no un Jesús, porque Jesús habla en términos que no son de tiempo. El se vuelve un amigo que da intranquilidad. Vivir con Jesús es vivir en permanente incomodidad. El no te permite la comodidad de soñar, no te permite el tiempo, el futuro, él dice que no hay mañana.
El mañana te ayuda de otra forma: tal como eres ahora, no te aceptas a ti mismo; sabes que no eres merecedor. Sabes, que tal como eres, aun tú mismo no te puedes aceptar ¿cómo te va a aceptar Dios? No, ¡es imposible! No lo puedes concebir. Te has condenado a ti mismo tanto, te sientes tan culpable que, ¿cómo Dios te va a aceptar? Es imposible. En este momento, si el reino se abre, si la puerta te invita, no serás capaz de tener tanto coraje para entrar. Necesitas un poco más de tiempo para transformarte, necesitas un poco más de tiempo para ser bueno, necesitas un poco más de tiempo para ser un hombre santo. Necesitas un poco más de tiempo para hacer muchas cosas, para que tu ser se vuelva aceptable, de tal forma que aun Dios te pueda amar. Muchos deseos están presentes, necesitan tiempo. Y muchos "deberían" están esperando, necesitan tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario