Mucha gente está enferma como una ocupación: en el mundo, cincuenta por ciento de las enfermedades existen como una ocupación. Permaneces ocupado, entonces no tienes la necesidad de confrontarte contigo mismo. De otro modo ¿qué le habría sucedido a Napoleón, si él hubiera afrontado que en ese entonces él era un mendigo? ¡Eso era demasiado! El murió sintiéndose un emperador.
Antes de su muerte ordenó cómo se le debería dar la última despedida, con todos los detalles. No hubo nadie que siguiera los detalles porque ahora a nadie le interesaba. Pero él dio las órdenes y debe haber muerto en tranquilidad pensando que le iban a dar la última despedida como a un emperador.
Con Napoleón la cosa es muy clara porque él había sido un emperador. Eso también es una ficción apoyada por la sociedad. Ahora nada ha cambiado, Napoleón es el mismo, sólo que el apoyo ha desaparecido. Esto es difícil de entender: hay ficciones cuando la sociedad te apoya, y hay ficciones cuando nadie te apoya.
Esta es la diferencia entre una persona cuerda y una persona loca. Una persona cuerda es alguien cuya ficción es apoyada por la sociedad. El ha manipulado a la sociedad para que apoye su ficción. Un hombre loco es uno... nadie apoya su ficción. El está solo, así que tienes que ponerlo en el manicomio.
Pero tu apoyo no hace que algo sea real, si es una ficción, es una ficción. Si te miras a ti mismo, inmediatamente sentirás que no eres nadie, nada importante. Entonces toda la tierra, la base debajo de tus pies es retirada, te quedas en un abismo. Mejor no mirar ahí, simplemente continuar en tus sueños. Pueden ser sueños, pero te ayudan a vivir de una manera cuerda.
No es tan solo que no puedas mirarte a ti mismo, tampoco puedes mirar a los otros, porque los otros también son representativos. Así que sobre los otros también creas ficciones: a través del odio creas la ficción de que el otro es un demonio, a través del amor creas la ficción de que el otro es un ángel o un Dios. Sobre el otro también creas ficciones; no puedes mirar directamente, no puedes mirar a través, tu percepción no es directa. Vives en maya, en una ilusión creada por ti mismo. Así que cualquier cosa que veas es exagerada: si odias a una persona, inmediatamente se convierte en el demonio; si amas a una persona, inmediatamente se vuelve un Dios. Exageras: si lo ves mal, entonces exageras y lo transformas en lo sumo de la maldad; si lo ves bien, se vuelve lo sumo de la bondad, Dios.
Pero es difícil mantener estas ficciones, así que tienes que cambiar una y otra vez. ¿Por qué eres tan exagerado en tus percepciones? ¿Por qué no ves claramente lo que hay? Porque tienes miedo de ver con claridad. Quieres nubes a tu alrededor para que todo permanezca en neblina. Tú no quieres conocerte a ti mismo. Y todos aquellos que han llegado, insisten: "¡Conócete a ti mismo!". Buda, Jesús, Sócrates, ellos van insistiendo ¡conócete a ti mismo! Toda la insistencia de la religión es para conocerse a uno mismo.
Y tú insistes en no conocerte. Y a veces incluso haces el juego de conocerte a ti mismo. Me tropiezo con muchas personas que están haciéndose el juego de conocerse a ellos mismos, y no quieren conocerse. Este es un juego: ahora quieren crear de nuevo una ficción. Esta será una ficción. Esta será una ficción religiosa, y vienen hacia mí para que los apoye. Dicen: "He realizado esto, he realizado aquello", y me miran con ojos suplicantes.
Si les digo: "Sí, has experimentado esto", se sienten apoyados, se van felices. Y si digo: "No", se sienten infelices, nunca regresan a mí otra vez. Simplemente desaparecen porque tienen que encontrar a alguien, a alguna otra autoridad. Pero, ¿por qué estás en busca de una autoridad? ¿Por qué necesitas de un testigo? Si has realizado algo, lo has realizado, no hay necesidad de ninguna autoridad, porque la experiencia en sí misma es auto-evidente.
Si realizas tu alma, no necesitarás el reconocimiento de nadie, ni un certificado. Aun si todo el mundo dice que te has realizado, no habrá diferencia; el voto no es necesario, tú sabes que ha sucedido. Si un ciego ha comenzado a ver, no necesita de que nadie testifique que ahora él puede ver, él puede ver y eso es suficiente. Pero si el ciego está soñando de que puede ver, entonces necesitará alguna autoridad para que certifique el hecho de que esto es verdad, de que él puede ver.
La gente hace juegos, incluso existen juegos espirituales. Y a menos que dejes de jugar y te vuelvas sobrio sobre el hecho de que las ficciones deben abandonarse, y que la dura verdad tiene que ser confrontada tal como es, nada será posible, porque ésta es la puerta. Y si nadie te apoya, entonces tú mismo apóyate a ti mismo. Entonces dejas de hablar con la gente porque no te pueden entender.
Un hombre vino a verme hace algunos meses y dijo: "Tú me puedes entender, nadie me entiende, porque he estado recibiendo mensajes de Dios todas las noches". Y tenía un gran archivo consigo ¡absoluta tontería! Pero él piensa que está recibiendo mensajes de Dios, y piensa que eso es el último Corán, después de Mahoma nadie lo ha recibido. Ahora el Corán pasó de moda. Si los mahometanos llegan a escucharlo, lo matarán, porque ellos creen en otra ficción y él está tratando de destruir su ficción. Y este hombre que recibe mensajes de Dios, estaba tan nervioso, temblando y mirándome -qué es lo que voy a decir- porque todos los que lo ven se ríen y piensan: "¡Te has vuelto loco!". Pero él dijo: "Yo sé que tú eres un hombre realizado". Ahora él ¡me está sobornando! y continuamente suplicando: "Simplemente di sí, él está correcto".
Pero yo le dije: "Si Dios te está dando mensajes no necesitas venir hacia mí. Dios es suficiente".
Entonces le entró la duda, la incertidumbre y dijo: "Pero ¿quién sabe? Puede ser sólo mi mente haciéndome juegos". Esto lo sabe bien. Cada vez que estás haciendo juegos, en lo profundo lo sabes, no necesitas de nadie que te lo muestre, pero quieres esconder los hechos.
Le dije: "¡Esto es locura!". Entonces él nunca más regresó a mí ¡ahora ya no soy un hombre realizado! El quería un acuerdo mutuo: si le digo: "Sí, estás recibiendo el mensaje", él habría ido y dicho: "Este hombre ha alcanzado la realización".
Si acepto tu ficción entonces vas a apoyar mi ficción: éste es el juego mutuo que está sucediendo. Y este juego es tan satisfactorio que no lo quieres romper. Pero un profundo descontento le sigue como una sombra. Tiene que ser así porque todo el asunto es una ficción.