Jesús vio niños siendo amamantados. Les dijo a sus discípulos: "Estos niños que están siendo amamantados son como aquellos que entran en el reino".
Ellos le dijeron: "Entonces, ¿siendo niños entraremos en el reino?".
Es así como los discípulos siempre se equivocan: toman las cosas literalmente, entienden las palabras demasiado, y el mensaje es sin palabras. Se aferran a los símbolos demasiado, los hacen demasiado concretos, mientras que cuando un Jesús habla, sus símbolos no son concretos, son líquidos. Muestran algo, no dicen nada, son como indicaciones, como dedos señalando la luna, sin decir nada.
Cuando Jesús dice: "Estos niños... son como aquellos que entran en el reino", inmediatamente pensamos que si nos volvemos como estos niños, entonces seremos capaces, entonces podremos entrar en el reino de Dios.
Los discípulos dijeron: "Entonces, ¿siendo niños entraremos en el reino?".
Jesús dijo: "¡No! Simplemente el ser niños no les ayudará".
Jesús les dijo: "Cuando hagas a los dos en uno, y cuando hagas a lo interno como lo externo, y lo externo como lo interno, y lo de arriba como lo de abajo, y cuando hagas lo masculino y femenino en uno solo, de tal modo que lo masculino no sea masculino y lo femenino no sea femenino, entonces entrarás en el reino".
Esto es lo que quiere decir cuando dice ser niños de nuevo. Trata de entender cada frase:
"Cuando hagas a los dos en uno...".
Este es el problema básico ¿Has observado que si un rayo de sol pasa por un prisma, inmediatamente se vuelve siete? Entonces aparecen todos los colores del arco iris. Así es como sucede un arco iris: cada vez que el aire está lleno de vapor o con pequeñas gotas de agua en la estación lluviosa, esas gotas de agua suspendidas en el aire se comportan como un prisma. Un rayo de sol pasa, e inmediatamente es dividido en siete. Así es como sucede el arco iris. En la estación lluviosa, cuando el sol está fuera de las nubes, aparecerá un arco iris. El rayo de sol es blanco, puro blanco, pero a través de un prisma se vuelve siete; la blancura se ha perdido, aparecen siete colores.
Tu mente funciona como un prisma. El mundo es uno, la existencia es puro blanco; a través de tu mente se divide en lo mucho. Todo lo visto a través de la mente se convierte en lo mucho. Si estás muy alerta verás siete cosas en cada concepto mental. La mente divide tal como un prisma, en siete. Por eso es que hemos dividido la semana en siete. Mahavira, a causa de esta actitud de la mente dividió toda su lógica en siete pasos. Son llamados los "siete aspectos de la lógica", y si tú le hacías una pregunta a Mahavira, te daba siete respuestas.
Haces una pregunta y te dará siete respuestas al mismo tiempo. Era muy confuso, porque le hacías una pregunta y te daba siete respuestas, lo deja más confundido que cuando llegó. Y por esos siete, Mahavira no pudo ser entendido; era imposible entenderlo, pero estaba absolutamente correcto, porque decía: "Tú preguntas a través de la mente y yo tengo que responder a través de la mente, y la mente divide todo en siete". Y aquellos siete se contradicen entre sí. Tiene que ser así, porque la verdad sólo puede ser una, la verdad no puede ser siete.
Cuando dices siete tienes que contradecir. Si preguntas a Mahavira si Dios existe él dirá: "Sí, Dios existe"; dirá: "No, Dios no existe; luego dirá "Si y No, ambos, Dios existe y no existe"; y luego dirá: "Ambos no", y en esta forma continuará hasta siete...
La mente divide como un prisma. Cada vez que miras a través de la mente todo se volverá siete. Si observas en forma aguda, entonces siete; si no observas en forma aguda, entonces en dos. Si le preguntas a un hombre común él dirá: "Sólo dos respuestas son posibles". Si preguntas sobre Dios: Dios existe o no existe, sólo hay dos posibilidades. Pero él está omitiendo cinco, porque no está muy alerta. De otro modo hay siete posibilidades, no dos. Así que dos es el principio de lo mucho, siete es el fin de lo mucho.
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