sábado, 26 de noviembre de 2022

OBSERVA A TU MENTE...

Todas las cosas que son realmente valiosas en la vida solo suceden, no puedes hacerlas suceder, no puedes hacerlas. Puede ser la meditación, puede ser el amor, puede ser el silencio. .. cualquier cosa que esté más allá de la mente está más allá de tu capacidad de hacerla; solo puedes hacer cosas que están en el territorio de la mente.


La mente es una hacedora, pero tu ser no es un hacedor. Tu ser es solo una apertura y una aceptación profunda de cualquier cosa que pase, sin lamentos, sin rencor, solo una pura gratitud. Y eso tampoco es hecho por ti; eso forma también parte de lo que ocurre. Tenemos que tener muy clara esta distinción; casi todo el mundo se confunde. Algo te ocurre —es tan hermoso, tan gozoso—; la mente empieza inmediatamente a desear que ocurra más, que ocurra más a menudo, que sea más profundo. En el momento en que entra la mente, perturba todo. La mente es el demonio, el destructor.


Así que uno tiene que ser muy consciente de que a la mente no se le debería permitir interferir en cosas de más allá. La mente es perfectamente buena como mecánico, como técnico. Dale a tu mente lo que puede hacer, pero no la dejes interferir en cosas que están más allá de su capacidad. Pero uno de los problemas es que la mente no es más que desear, desear más. En lo que concierne al mundo del hacer, puedes tener una casa más grande, puedes tener una casa mejor, puedes tener mejores muebles, puedes hacerlo todo mejor; está dentro de la capacidad de la mente.


Pero más allá de la mente.. . la mente solo puede desear, cada deseo va a ser frustrado. En vez de traer más meditación, te traerá más frustración. En vez de traerte más amor, te traerá más ira. En vez de silencio y paz, traerá más tráfico de pensamientos, y eso le pasa a casi todo el mundo. Así que es algo natural que uno tiene que dejar.


Has oído la expresión: “Inténtalo y vuelve a intentarlo”. Me gustaría decirte: No lo intentes y vuelve a no intentarlo. Siempre que surja la idea de intentar, abandónala inmediatamente, porque nunca trae nada. Cuál es el problema de abandonar el fracaso, la frustración, la desesperación y la desesperanza? Simplemente abandónalas y olvídate de la meditación.


Un día, de repente, encontrarás que se abre una ventana y que una brisa fresca con nuevos rayos ha llenado tu corazón.


Una vez más, !no cometas el mismo error! Agradece lo que está ocurriendo, pero no pidas más; y llegará más. No pidas: “Vuelve otra vez"; tu petición se convertirá en la barrera.


Volverá de nuevo, volverá más a menudo. Lentamente, lentamente, se convierte en el latido de tu corazón; despierto, dormido, está siempre ahí, nunca se va. Pero no es algo que haces. No puedes alardear de que “Lo he hecho”. Solo puedes decir: “He permitido a lo desconocido que me lo haga”; es siempre desde lo desconocido desde donde entran las grandes experiencias en nuestro pequeño corazón, y cuando intentamos con toda la fuerza obtenerlas, nos ponemos tan tensos que la misma tensión las impide.


Cuando no estás tratando y estás relajado —no estás siquiera preocupado por la meditación y cosas así—, súbitamente, encuentras los pasos de lo desconocido, algo de ninguna parte, que se acercan a ti. Míralo con asombro, no con deseo. Míralo con gratitud, pero no con codicia.


Una pequeña prueba de meditación, y te volviste codicioso, deseoso. Tu deseo, tu codicia, estropeó todo el juego. Aun así, todo puede ponerse en orden. Ves la mente galopando continuamente; déjala galopar, simplemente observa, se solamente un testigo, un observador.


Mirar simplemente la mente es uno de los mayores secretos de la vida, porque no muestra que funciona, !pero funciona! Simplemente mientras observas, indiferente, desinteresado, como si no tiene nada que ver contigo, esos pensamientos empiezan a volverse más ralos, hay menos tráfico en la pista de la mente.


Lentamente, lentamente, hay pequeños lapsos, y en esos lapsos tendrás un atisbo de lo que solías tener. Pero no saltes sobre ello; no seas codicioso. Disfrútalo; también pasará, no trates de aferrarte a ello. Los pensamientos comenzarán a volver; de nuevo, llegará un lapso, un lapso más grande. Lentamente, lentamente, ocurrirán lapsos más grandes, cuando la mente estará vacía.


En esa mente vacía el más allá puede entrar en ti, pero la condición básica es que no debes aferrarte a ella. Si viene, bien; si no, bien. Quizá no estés maduro, quizá no es el momento; aun así, da gracias. Uno tiene que aprender la observación y la gratitud. Incluso cuando no está sucediendo nada que tú en lo profundo quieras que ocurra, se agradecido. Quizá no es el momento adecuado para ti, quizá no ayudará a tu crecimiento.


Así que habrá épocas en las que no encontrarás ningún momento de paz, silencio, meditación, amor. Pero no pierdas la esperanza. Quizá esos momentos son necesarios para cristalizarte, para hacerte fuerte. Da gracias, no solo cuando las cosas van bien, sino cuando todo va mal. Un hombre que puede ser agradecido cuando todo va mal es realmente agradecido; conoce la belleza de la gratitud. Para él, las cosas pueden ir mal por siempre, pero su gratitud es una fuerza tan transformadora que va a cambiarlo todo.


Así que no te preocupes por la mente galopante; déjala correr. Permítele correr tan plenamente como sea posible; no se lo evites, no trates de detenerla, solo se el observador. Sal de la mente y déjala correr, y pronto, sin falta, como una ley natural, empezarán a ocurrir los lapsos. Y cuando los lapsos ocurran, no te pongas demasiado feliz de que “lo logré”. Permanece relajado. Disfruta esos lapsos también, pero sin codicia y sin deseo, porque desaparecerán; y desaparecerán pronto, si te pones codicioso. Si no eres codicioso, si no deseas, puede que permanezcan por más tiempo.


Este es todo el entrenamiento de la meditación. Pronto llega el día en que la mente está completamente silenciosa, llena de gran alegría, silencio. Pero recuerda: no es algo que tú haces. Si aunque sea por un solo momento crees que es obra tuya, puede desaparecer. Recuerda siempre que tú eres la obra de la existencia. Todo lo que es grande te va a ocurrir, no por tu esfuerzo, sino por tu apertura relajada, por tu disponibilidad.


Solo mantén las puertas abiertas.


El huésped llegará; nunca ha sido de otra manera. El huésped siempre llega.


La vida tiene que tomarse de manera juguetona, con un gran sentido del humor. En los buenos tiempos y en los malos tiempos, cuando las cosas suceden y cuando no suceden, cuando llega la primavera y cuando, a veces, la primavera no llega a ti…


Recuerda: no somos los hacedores en lo que se refiere a las cosas que están más allá de la mente; somos solo los receptores. Y para volverse un receptor, tienes solamente que volverte un observador de tu mente, porque por medio de la observación, aparecen esos lapsos. En esos lapsos, tu puerta está abierta. Y a través de esa puerta, las estrellas pueden entrar a ti, las flores pueden entrar en ti. Incluso cuando entren en ti estrellas y flores, no seas codicioso, no trates de conservarlas. Vienen de la libertad y, deberías recordar, permanecerán contigo solo en libertad. Si destruyes su libertad, las destruyes  también. Su libertad es su verdadero espíritu.


Es mi experiencia continua de miles de personas que cuando vienen por primera vez a meditar, la meditación ocurre muy fácilmente, porque no tienen idea de lo que es. Una vez que ha ocurrido, surge el verdadero problema; entonces la quieren, saben lo que es, la desean. La codician; está ocurriéndoles a los demás y no les está ocurriendo a ellos. Entonces, los celos, la envidia y toda clase de cosas malas los rodean.


Permanece siempre inocente en lo que se refiere a las cosas de más allá de la mente. Permanece siempre como aficionado, no te vuelvas nunca un experto. Eso es lo peor que puede ocurrirle a cualquiera.

sábado, 19 de noviembre de 2022

LA ENERGÍA SEXUAL


El problema lo crea la mente, no la energía. Escucha a la energía. Te está mostrando la dirección correcta. No es la energía sexual la que está creando el problema; nunca ha creado ningún problema en los animales, en los árboles, en los pájaros. La energía crea problemas porque tu mente tiene una actitud equivocada hacia ella.

En la India, por ejemplo, toda la educación es contra el sexo. Entonces, tú creas el problema. Y entonces, siempre que hay energía te sentirás sexual porque algo está incompleto dentro de ti. Algo que está frustrado esperará siempre y afirmará energía, explotará energía.

En los métodos dinámicos de meditación, se produce mucha energía. Se abren muchas fuentes escondidas y se vuelven disponibles nuevas fuentes. Si el sexo ha permanecido como un deseo frustrado, entonces, esta energía empezará a moverse hacia el sexo. Te volverás cada vez más sexual si meditas.

Déjame decirte una cosa que ocurrió en India. Los monjes jainas dejaron de meditar completamente a causa de la energía sexual. Dejaron a un lado toda la meditación, porque estaban reprimiendo tanto el sexo que siempre que meditaban surgía la energía. Es una fuente de energía eterna, no puedes agotarla. Así que siempre que surgía la energía, empezaban a sentirse sexuales. Empezaron a tener miedo a las meditaciones. Las abandonaron. La cosa más esencial que les había dado Mahavira, la abandonaron, y lo no esencial —el ayuno y el ritual—lo continuaron. Encajan con una actitud antisexual.

No soy antisexual porque no soy antivida.  Asi que no hay problema donde crees que lo hay: el problema está en tu cabeza, no en tus glándulas sexuales. Tendrás que cambiar tu actitud; de lo contrario, cualquier cosa que hagas estará coloreada por tu sexualidad. Meditas y se volverá sexual, miras a alguien y tus ojos se volverán sexuales, tocas a alguien y tu mano se volverá sexual, comes algo y comer se volverá sexual.

Las personas que niegan el sexo empiezan a comer más. Puedes verlo en la vida. Fluyendo libremente, las personas sexualmente fluídas no serán muy gordas, no comerán demasiado. El amor es tan satisfactorio que no rellenarán su cuerpo de comida. Cuando no pueden amar, o cuando no pueden permitirse instalarse en el amor, empiezan a comer demasiado. Esa se convierte en una actividad sustituta.

Vete a ver a los monjes hindús. Siguen recogiendo grasa innecesaria. Se vuelven feos. Ese es otro extremo. En un extremo, están los monjes jaina que no pueden comer porque tienen miedo de que una vez que coman, la comida liberará energía y la energía inmediatamente se trasladará al deseo incompleto que está esperando por ella. Primero, va a la experiencia incompleta que está esperando en el medio; ese es el primer requisito, así que la energía se mueve hacia allí. El cuerpo tiene cierta economía: dondequiera que se necesita primero la energía, allí se mueve primero. Hay una jerarquía de necesidades. Una persona que ha estado negando el sexo tendrá una jerarquía; el sexo será lo primero en la lista y siempre que haya energía disponible empezará a moverse hacia el deseo más frustrado. Así que los monjes jaina no pueden comer bien, tienen miedo, y los monjes hindúes comen demasiado. El problema es el mismo, pero lo han resuelto de dos maneras extremas.

Si comes demasiado, empiezas a obtener cierto disfrute sexual al comer, al llenar el vientre demasiado. Demasiada comida trae letargo. Y demasiada comida es siempre un sustituto para el amor, porque la primera cosa con la que un niño entra en contacto es el seno de la madre. Ese seno es la primera experiencia en el mundo y el seno da dos cosas al niño: amor y comida.

Así que el amor y la comida se entrelazan profundamente uno con otra. Siempre que falta el amor, tu mente infantil pensará: “Consigue más comida. Compleméntalo”. Lo has observado alguna vez? Cuando te sientes muy lleno de amor, tu deseo de comer desaparece, no sientes mucho apetito. Pero siempre que falta el amor, empiezas a comer demasiado, no sabes qué hacer ahora. El amor estaba llenando cierto espacio dentro de ti; ahora, ese espacio está vacío y no conoces ninguna otra forma de llenarlo que con comida. Creas problemas al negar la naturaleza, al rechazar la naturaleza.

Es difícil instalarse en el amor; hay muchos miedos ocultos en ello. El amor produce tanto miedo como ninguna otra cosa puede producir, porque en el momento en que empiezas a acercarte al otro, tienes que salir de ti mismo. Y quién sabe? El otro puede aceptarte o rechazarte. Surge el miedo. Empiezas a sentir dudas, si hacer el movimiento o no, si acercarte al otro o no. De ahí que en todo el mundo las épocas cobardes del pasado han decidido a favor del matrimonio en lugar del amor, porque si a la gente se le dejara abierta al amor, muy pocas personas serían capaces de amar. La mayoría moriría sin amor; vivirían y arrastrarían sus vidas sin amor.

Porque el amor es peligroso. . . En el momento en que empiezas a moverte hacia otro, estás cerca de chocar con otro mundo. Quién sabe si tu acercamiento será aceptado o rechazado? Cómo puedes estar seguro de que el otro va a decir a tu necesidad y a tu deseo? Que el otro va a ser compasivo, amoroso? Cómo lo sabes? Puede rechazaste. Puede decir no. Tú puedes decir: “Te amo”, pero qué garantía hay de que él sienta amor también por ti? Puede que no. No es obligación que sea así. El miedo al rechazo es muy aplastante.

Así pues, las personas astutas e inteligentes deciden no moverse. Mantente para ti; al menos no serás rechazado. Y puedes continuar reforzando tu ego con la idea de que nadie te ha rechazado nunca, aunque ese ego sea absolutamente impotente y no sea suficiente para satisfacerte. Necesitas que te necesiten; necesitas que alguien te acepte; necesitas que alguien te ame, porque solo cuando otra persona te ame, podrás amarte tú, no antes. Cuando alguien te acepte, serás capaz de aceptarte, no antes. Cuando otro se sienta feliz contigo, empezarás a sentirte feliz contigo, no antes. El otro se convierte en un espejo.

Cada relación es un espejo. Te refleja. Cómo puedes conocerte sin el espejo? No hay manera. Los ojos de los demás se vuelven como espejos y cuando alguien te ama, ese espejo es muy, muy comprensivo contigo; muy, muy feliz contigo; encantado contigo. En esos ojos encantados, te reflejas y por primera vez surge cierta aceptación.

Por otra parte has sido rechazado desde el comienzo. Forma parte de la fea estructura de la sociedad que todo niño llegue a sentir que no es aceptado por sí mismo. Si hace algo bueno —por supuesto lo que los padres piensan que es bueno—, si hace eso, es aceptado. Si hace algo malo —lo que los padres piensan que es malo—, es rechazado. El niño más temprano o más tarde empieza a sentir: “No soy aceptado por mí mismo, no como soy, no intrínsecamente, sino por lo que hago. No es mi ser el que es amado, sino mi hacer”. Y eso crea un profundo rechazo por uno mismo, un profundo odio por uno mismo. Empieza a odiarse.

Si no te enamoras, si no encuentras amantes y amigos que puedan aceptarte, permanecerán con ese rechazo toda tu vida. El amor es una necesidad. Debes moverte a través del amor. Puedes salir de él algún día, puedes trascenderlo algún día —tiene que ser trascendido—, pero cómo puedes trascenderlo si nunca entras en él?

Así que no tengas miedo. Y abandona todas las tonterías de la cabeza. Sí, hay miedo. Puede que seas rechazado, pero no tengas miedo de ese miedo. Hay que tomar ese riesgo; solo entonces alguien llegará y te aceptará. Si llamas a cien puertas y noventa y nueve permanecen cerradas, no tengas miedo, una se abrirá. Alguien está esperando por ti. Alguien se sentirá realizado a través de ti y tú te sentirás realizado a través de alguien. Alguien está esperando a convertirse en un espejo para ti, porque alguien está esperando hacerte un espejo para él. Y no hay otra forma de averiguar quién es ese alguien, que ir llamando a la puerta, a tientas. Es arriesgado, pero la vida es arriesgada.

Así que la gente lista se pierde la vida; nunca se arriesgan. Temerosos de caer, nunca caminan; temerosos de ahogarse, nunca nadan; temerosos del rechazo, nunca se mueven hacia el amor; temerosos del fracaso, nunca hacen un esfuerzo por triunfar en nada, su vida no es vida en absoluto. Están muertos antes de su muerte. Mueren muchas veces antes de morir realmente, toda su vida no es nada más que una muerte gradual.

Vive, y vive intensamente, y no tomes como una ofensa personal si alguien no puede amarte; no hay obligación. Estabas listo, estabas disponible. Si el otro no está dispuesto, es decisión suya. No lo conviertas en una herida, no lo es. Simplemente, quiere decir que los dos no encajan —eso es todo—; no quiere decir nada sobre ti o sobre el otro. No digas que el otro está equivocado y no pienses que no eres aceptado porque estás equivocado. Es solo que no pudieron encajar.

Y es bueno que el otro no te engañara, que dijera: “Lo siento; no siento amor por ti”. Por lo menos fue sincero y auténtico. Porque si hubiera dicho un sí formal, entonces toda tu vida habría sido un desastre. Se sincero. Cuando ames, dilo, y cuando no, dilo también. Se auténtico y sincero.

Y hay tanta gente hermosa en el mundo, por qué quedarte dentro de ti? Camina unos pasos con alguien. Siente ese ritmo también. Ese ritmo te satisfará y el deseo irresistible desaparecerá. Y cuando el deseo desaparezca, tu meditación será lo primero en la jerarquía. La meditación puede ser lo primero en la jerarquía, solo si no te has estado negando a aquello que es natural.

Tu mente ha sido condicionada durante siglos por la gente que no ha entendido tus necesidades reales. No se han preocupado en absoluto. Buscaban otra cosa y se las han arreglado muy bien. .. Buscaban dominar a la gente. Y la forma más fácil es crear una consciencia culpable; entonces, es muy fácil dominar a la gente. 

Una vez que existe la culpa, estarás dominado por uno u otro, por esto o aquello, pero estarás dominado. Una persona culpable nunca se siente a gusto consigo misma; no puede tener confianza. Sabe que está equivocada; así que busca una iglesia, busca a alguien que lo guíe. No tiene confianza; de ahí surge la necesidad. Políticos, sacerdotes, han trabajado muy duro para crear una conciencia culpable en todo el mundo. Ahora esa conciencia culpable está creando problemas.

Abandónala. La vida es tuya. No pertenece a nadie más. Ningún político, ningún sacerdote, tiene nada que ver con ella. No permitas que nadie se entrometa en tu vida. Es totalmente tuya.

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