sábado, 11 de mayo de 2024

LA PRESENCIA DE LA ENERGÍA

En la India, Buda y Mahavira aparecieron cuando el país era muy rico. Desde entonces han existido solamente mal llamados santos, pero no un hombre como Buda, difícil, ¡muy difícil!, porque tal florecimiento es posible sólo cuando hay energía en exceso, energía que no hay necesidad de usar, sólo entonces la energía comienza a disfrutarse a sí misma. Y cuando la energía comienza a disfrutarse a sí misma se da un giro interno. Entonces se convierte en meditación, entonces nace un Buda, entonces existe el éxtasis.

Si no das agua al árbol... primero desaparecerán las flores, luego desaparecerán las hojas; después las ramas morirán y sólo en el último momento morirán las raíces, porque con las raíces las cosas pueden brotar de nuevo, así que el árbol protegerá la raíz. Y la raíz es lo más bajo, pero lo más bajo tiene que ser protegido porque es la base. Cuando vengan los buenos tiempos y haya agua y lleguen las lluvias, entonces de nuevo la raíz podrá germinar, de nuevo las hojas podrán salir, de nuevo el florecimiento. Y esta misma jerarquía existe en ti.

Sé bueno a causa de tu energía, nunca seas bueno a causa de tu debilidad. ¡No estoy diciendo que seas malo! porque por debilidad ¿cómo puedes ser malo? También la maldad necesita tanta energía como la bondad. No puedes ser malo, no puedes ser malvado sin energía, no puedes ser bueno sin energía, porque ambos son reales. Entonces, ¿qué puedes ser sin energía? Simplemente puedes tener una cara falsa: no serás nada, simplemente serás una fachada, un engaño, un fantasma, no una persona real, cualquier cosa que hagas será fantasmal. Y esto es lo que está ocurriendo. Entonces crearás una bondad falsa, una santidad falsa. Pensarás que eres un santo porque nunca has cometido ningún pecado, no porque hayas llegado a lo divino.

Cuando hayas alcanzado lo divino será un logro, un logro de energía positiva. Y entonces te vuelves como Dios, y no hay esfuerzo en ser como Dios, fluye espontáneamente. Puedes reprimirte; eso es negativo. Pero cuando te reprimes el deseo está presente; y si el deseo de hacer daño está presente, ya lo has cometido, no hay diferencia. Esa es la diferencia entre pecado y delito.

El delito tiene que ser un acto. Tú puedes estar pensándolo, ninguna corte puede castigarte porque ninguna corte tiene autoridad sobre la mente, sólo sobre el cuerpo, un delito tiene que ser un acto. Puedo ir pensando en matar a todo el mundo: ninguna corte puede castigarme simplemente porque lo estoy pensando, puedo decir me gustaría, pero no he matado a nadie, no ha llegado a ser un hecho. Un hecho está bajo la ley, no el pensamiento, y ésta es la diferencia con el pecado...

Pero no hay ninguna diferencia, ya sea que lo hagas o que lo pienses el pecado ha sido cometido. Piensa, la semilla está ahí; ya sea que germine y se vuelva un hecho o no, ese no es el asunto. Si se vuelve un hecho, entonces será un delito, pero si lo has pensado ya has cometido el pecado. Para lo divino ya te has vuelto un delincuente, ya te has descarriado. Pero éste es el punto a entenderse, muy difícil: que aquellos que se descarrían son siempre más fuertes que aquellos que permanecen en el camino.

Aquellos que se salen del camino son siempre los mejores. Anda a un manicomio y ve, y encontrarás que la gente más inteligente ha enloquecido. Mira los últimos setenta años de este siglo: la gente más inteligente ha enloquecido, no los mediocres. Nietzsche se vuelve loco -una de las mejores inteligencias que haya existido- tiene que volverse loco, tenía tanta energía; tanta energía que no puede ser confinada, tanta energía que tiene que volverse una inundación, no puede ser como un arroyo. No lo puedes canalizar, es como un océano bravo. Nietzsche enloqueció, Nijinsky enloqueció. Observa, en los últimos setenta años de este siglo encontrarás que lo mejor, la crema, los mejores enloquecieron y los mediocres estuvieron sanos.

Esto parece muy absurdo: los mediocres sanos y los genios locos. ¿Por qué una persona mediocre permanece sana? No hay energía para salirse del camino. Un niño se vuelve un niño problema cuando tiene mucho más energía, tiene que hacer mucho más cosas. Sólo un niño anémico permanece en una esquina, si le dices: "Repite ram, ram, ram", él repetirá, si le das un rosario lo rezará. Pero si el niño está realmente con vida, entonces el niño tirará el rosario y dirá: "¡Esto es estúpido! Voy a jugar y voy a subir a los árboles. ¡Voy a hacer alguna cosa!".

La vida es energía. Solamente una mente sin sangre, anémica, no se saldrá del camino, no lo puede hacer; es difícil poder tener tanta energía, es difícil irse a ese extremo, a ese abismo. Pero aquellos que se salen del camino -si alguna vez se les encuentra- se vuelven Budas. Si Nietzsche alguna vez entrara en meditación, sería un Buda. Tiene la energía para volverse loco, tiene la energía para volverse iluminado, la misma energía, sólo que la dirección cambia. Un Buda se volverá loco si no llega a ser un Buda ¿adónde irá la energía? Si no puede ser creativo, la energía se vuelve destructiva. Anda a los manicomios: encontrarás a los hombres más inteligentes ahí, están locos sólo por no ser mediocres; están locos porque pueden ver más allá que tú, más profundamente. Y cuando ven más profundamente, las ilusiones desaparecen.

Toda la vida es algo tan enigmático, que si puedes ver más profundo será muy difícil permanecer sano, muy difícil. Uno permanece sano porque no puede ver: puedes ver sólo el dos por ciento de la vida, y los psicólogos dicen que el noventiocho por ciento te ha sido impedido; porque si llegas a verlo será tal inundación que no serás capaz de resistirlo, te volverás loco.

Actualmente algunos psicólogos, aquellos que han estado estudiando la locura muy profundamente, como R.D. Laing y otros, están tropezando con ciertos hechos. Y uno de los hechos es éste: que la gente que enloquece es la mejor, la gente que entra al delito son los más rebeldes. Pueden llegar a ser grandes santos y no es sorpresa que un Valmiki se vuelva un santo.

Valmiki era un secuestrador, un criminal, vivía matando y robando. Y de pronto un suceso... y se iluminó.

Un iluminado estaba pasando... y Valmiki era un asesino, un hombre que vivía del robo. El tomó a un hombre iluminado. El iluminado dijo: "¿Qué vas a hacer?".

El dijo: "¡Voy a robarte todo lo que tienes!".

El iluminado dijo: "Si puedes hacer eso, estaré feliz, porque tengo algo muy interno ¡róbalo, eres bienvenido!".

Valmiki no podía entenderlo pero dijo: "Me interesan sólo las cosas externas".

El iluminado dijo: "Pero no serán muy útiles, ¿y para qué estás haciéndolo?".

El dijo: "Por mi familia mi madre, mi esposa, mis hijos ellos morirán de hambre si no hago esto; y sólo sé este arte".

Así que el iluminado dijo: "Amárrame contra un árbol de tal manera que no pueda escapar, regresa y dile a tu madre, a tu esposa y a tus hijos que estás cometiendo pecados por ellos. Pregúntales si están listos para compartir el castigo cuando estés delante de Dios, cuando venga el día del juicio ¿estarán listos para compartir el castigo?".

Valmiki por primera vez comenzó a pensar. Dijo: "Tal vez tengas razón. Debería ir a preguntar".

Fue y preguntó a la esposa y la esposa dijo: "¿Por qué debería compartir? Yo no he hecho nada. Si tú haces algo es tu responsabilidad".

La madre dijo: "¿Por qué debería compartir? Soy tu madre, tu deber es alimentarme. No sé cómo me traes el pan, esa es tu responsabilidad".

Nadie estaba listo a compartir y Valmiki se convirtió. Regresó, cayó a los pies del iluminado y dijo: "Ahora dame lo interno, no estoy interesado en lo externo. Ahora déjame ser el ladrón de lo interno, porque he entendido que estoy solo y cualquier cosa que esté haciendo es mi responsabilidad, nadie la va a compartir. He nacido solo, moriré solo, y cualquier cosa que haga es mi responsabilidad individual, personal, nadie la va a compartir. Así que ahora debo mirar hacia adentro y encontrar quién soy. ¡Se acabó! ¡Se acabó todo el asunto!". Este hombre dio un giro en un segundo.

La misma historia sucede con Buda: Había un hombre que estaba casi loco, un asesino loco. Había hecho una promesa, que mataría mil personas, ni una menos, porque la sociedad no lo había tratado bien. Así que él iba a vengarse, iba a matar a mil personas. Y de cada persona que mataba le sacaba un dedo y hacía un rosario en torno a su cuello, mil dedos.

Por esto su nombre cambió a Angulimala: el hombre con el rosario de dedos. Había matado a novecientos noventinueve personas. Nadie se acercaba por ese sitio, donde la gente se enteraba que estaba Angulimala el tráfico se detenía. Y le era muy difícil encontrar un hombre ahora. Y sólo era necesario un hombre más.

Buda estaba pasando por el bosque. La gente de la aldea vino a decirle: "¡No vayas! ¡Angulimala está ahí, ese asesino loco! Y no pensará dos veces, simplemente te matará; y no pensará que eres un Buda. No vayas por ese camino, hay otro camino. Puedes ir por ahí ¡pero no vayas por el bosque!".

Buda dijo: "Si yo no voy ¿quién irá? Y él está esperando a alguien; tengo que ir".

Porque él casi ha cumplido su promesa... y es un hombre de energía porque está peleando contra toda la sociedad. Y los reyes tenían miedo, los generales tenían miedo -y sólo un hombre había matado a mil personas- y el gobierno y la policía y la ley. Nadie podía hacer nada. Pero Buda dijo: "El es un hombre, me necesita. Debo tomar el riesgo. Bien me matará o yo lo mataré". Esto es lo que los Budas hacen, ellos se aventuran, arriesgan. Buda fue, aun los discípulos más cercanos que habían dicho que permanecerían con él hasta el final, comenzaron a quedarse atrás ¡porque esto era peligroso!

Cuando Buda llegó cerca a la montaña donde Angulimala estaba sentado en una roca, no había nadie detrás de él, estaba solo. Todos los discípulos habían desaparecido. Angulimala miró a este hombre tan inocente, como un niño, tan bello, pensó, aun un asesino sintió compasión por él. Pensó: "Este hombre parece estar absolutamente inconsciente de que estoy acá, de otro modo nadie pasaría por este camino". Y al hombre se le veía tan inocente, tan bello, que Angulimala pensó: "No es bueno matar a este hombre. Déjalo, puedo encontrar alguna otra persona".

Entonces le dijo a Buda: "¡Ándate! ¡Detente ahí y regresa! ¡No des un paso adelante! Yo soy Angulimala y estos son los novecientos noventinueve dedos, y necesito uno más, aun si mi madre viene la mataré y cumpliré mi promesa. Así que no te acerques ¡soy peligroso! Y no creo en la religión y no me interesa saber quién eres. Puedes ser tal vez un monje, un gran santo ¡no me importa! Sólo me importa el dedo, y tu dedo es tan bueno como el de cualquiera. Así que no des un paso más, de otro modo te mataré. “¡Detente!”.

Pero Buda continuó caminando.

Entonces Angulimala pensó: "¡Este hombre es sordo o está loco!". De nuevo gritó: "¡Detente! ¡No te muevas!".

Buda dijo: "Me he detenido hace mucho tiempo, y no me estoy moviendo; Angulimala, tú eres el que te estás moviendo, yo me he detenido hace mucho tiempo. Todo movimiento se ha detenido porque toda motivación se ha detenido. Cuando no hay motivación ¿cómo puede haber movimiento? No hay meta para mí, he realizado la meta, así que ¿para qué me voy a mover? Tú te estás moviendo y te lo digo a ti: "¡Detente!".

Y Angulimala que estaba sentado en la roca se comenzó a reír. Dijo: "¡Realmente estás loco! Yo estoy sentado y me dices: 'Tú te estás moviendo', y tú te estás moviendo y dices que te has detenido. Realmente eres un tonto o loco, no sé ¡qué tipo, qué clase de hombre eres!".

Buda se acercó más y dijo: "Oí que necesitas un dedo más. En lo que respecta a este cuerpo, mi objetivo se ha logrado, este cuerpo es inútil. Cuando muera la gente lo quemará, no será útil para nadie. Lo puedes usar, tu promesa puede ser cumplida: corta mi dedo y corta mi cabeza. Yo he venido a propósito porque ésta es la última oportunidad para que mi cuerpo pueda ser usado de alguna forma; de otra manera la gente lo quemará".

Angulimala dijo: "¿Qué estás diciendo? Yo he estado pensando que soy el único loco por aquí. Y no trates de ser listo porque soy peligroso, ¡todavía te puedo matar!".

Buda dijo: "Antes de que me mates haz una cosa, cumple el deseo de un condenado a muerte: corta la rama de ese árbol". Angulimala sacó su espada y con un golpe hizo caer una gran rama. Buda dijo: "Sólo una cosa más: ahora, ¡únela de nuevo al árbol!".

Angulimala dijo: "Ahora, sé perfectamente que estás loco, puedo cortarla pero no puedo unirla".

Entonces Buda comenzó a reírse y dijo: "Si sólo puedes destruir y no puedes crear, no deberías destruir, porque la destrucción puede ser hecha por cualquier niño, no hay bravura en eso. Esta rama puede ser cortada por un niño, pero para unirla es necesario un Maestro. Y si ni siquiera puedes unir una rama de vuelta al árbol, ¿cómo puedes cortar cabezas humanas? ¿Alguna vez lo has pensado?".

Angulimala cerró sus ojos, cayó a los pies de Buda y dijo: "¡Llévame por ese camino!". Y se dice que en ese mismo momento se iluminó.

Al día siguiente ya era un bhikkhu, un mendigo, un mendigo de Buda, y ahora estaba mendigando en la ciudad. Toda la ciudad se había cerrado, la gente tenía tanto miedo y decía: "Aun si se ha vuelto un mendigo no se le puede creer. ¡Ese hombre es tan peligroso!". Así que no había gente por los caminos. Cuando Angulimala iba a mendigar no había nadie que le diera comida, porque ¿quién iba a arriesgarse? La gente estaba parada en sus terrazas mirando hacia abajo y entonces comenzaban a tirar piedras, porque había matado a mil hombres de la ciudad. Casi todas las familias habían sido víctimas, así que comenzaron a tirarle piedras.

Angulimala cayó en la calle, la sangre fluía por todo su cuerpo, muchas heridas. Buda vino con sus discípulos y dijo: "¡Mira! Angulimala, ¿cómo te sientes?".

Angulimala abrió sus ojos y dijo: "Te estoy tan agradecido. Pueden matar mi cuerpo pero no me pueden tocar a mí y eso es lo que había estado haciendo toda mi vida y nunca me había dado cuenta del hecho".

Buda dijo: "Angulimala se ha iluminado, se ha vuelto un brahmin, un conocedor de Brahma".

En un solo momento puede suceder, si la energía está presente. Si la energía no está presente, entonces es difícil. Todo el sistema del Yoga es cómo crear energía, más energía.

sábado, 4 de mayo de 2024

LA FORTALEZA Y LA DEBILIDAD


¿Es Dios igual a los hombres, tal como un juez, como un magistrado, como un padre o como un jefe? ¿Es Dios cruel en la misma forma en que lo es la sociedad? ¿Es Dios también, en lo profundo, un egoísta tal como lo somos nosotros? ¿Se vengará si desobedeces, te castigará? Entonces deja de ser divino, entonces él es un hombre común y corriente tal como nosotros.

Este es uno de los problemas más profundos: ¿Cómo se comportará Dios con un pecador que se ha salido del camino? ¿Será generoso? Entonces hay otras cosas que se implican. Otra cosa: si él quiere ser justo, entonces no podrá tener compasión, porque la justicia y la compasión no pueden existir juntas. La compasión significa perdón incondicional, pero no es justo.

Porque es posible que: por un lado, un santo continuamente haya orado toda su vida, que nunca haya hecho nada errado; que siempre haya tenido temor de ir más allá del límite, que haya vivido dentro de sus propios límites, que haya creado una prisión para sí mismo; que nunca haya hecho algo errado, que toda su vida haya permanecido virtuoso sin haberse permitido a sí mismo el placer a sus sentidos, que haya sido muy austero. Y por otro lado, otro hombre que haya vivido abusando de todos los placeres, que haya hecho cualquier cosa que se le viniera a la mente; dondequiera que sus sentidos lo condujeran, que haya disfrutado de todo lo que el mundo le ofreciera; que haya hecho toda clase de cosas, todo tipo de pecados. Y que ambos hayan alcanzado lo divino, que ambos hayan alcanzado el mundo de Dios.

¿Qué pasará si el santo no es premiado y el pecador no es castigado? Sería muy injusto. Si ambos son premiados, eso también sería injusto, porque el santo pensará que: "Viví una buena vida pero no se me da nada especial". Y el pecador también es premiado en la misma forma, entonces ¿cuál es el objetivo de ser un santo? todo el asunto se vuelve inútil. Entonces Dios puede ser compasivo pero no es justo.

Pero si es justo, entonces en nuestras mentes la aritmética está clara: el pecador tiene que ser castigado y el santo tiene que ser premiado. Pero entonces él no puede tener compasión, un hombre justo tiene que ser cruel porque de otro modo la justicia no se puede hacer. Un hombre justo tiene que vivir de acuerdo a la cabeza no de acuerdo al corazón.

Un magistrado no debería tener corazón, de otro modo su justicia vacilará. No debe tener nada de generosidad, porque la generosidad se convertirá en una barrera para hacer justicia. Un hombre que es justo debe ponerse como un computador, tal como un cerebro: leyes, premios, castigos, el corazón no debe intervenir, los sentimientos no deben ser permitidos. Debería permanecer como un espectador, sin sentir, como si no hubiera corazón en él. Pero entonces surge un problema difícil, porque desde hace siglos hemos estado diciendo que Dios es ambos: justo y compasivo; generoso, amoroso y aun así justo. Entonces es una contradicción, una paradoja; ¿y cómo resolverlo?

Jesús tiene una respuesta, y la más bella. Ahora, trata de comprender su respuesta. Será difícil porque irá contra todas tus preconcepciones, contra todos tus prejuicios, porque Jesús no cree en el castigo. Nadie como Jesús puede creer en el castigo, porque el castigo es en lo profundo venganza. Un Buda, un Krishna, un Jesús, ellos no pueden creer en el castigo. Mas bien, al contrario, pueden ignorar la cualidad de justicia de Dios, pero la compasión no puede ser ignorada, porque la justicia es un ideal humano, la compasión es divina. La justicia tiene condiciones: "Haz esto y conseguirás eso. No hagas esto, de otra manera no conseguirás eso". La compasión no tiene condiciones.

Dios es compasivo y para comprender su compasión tenemos que comenzar con el pecador.

Jesús dijo: "El reino es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas se extravió, aquella que era la más grande. El dejó atrás a las noventinueve, buscó a aquella hasta que la encontró. Habiéndose extenuado, le dijo a la oveja: 'Te amo a ti más que a las noventinueve'".

¡Absurdo! ¡Ilógico! pero verdadero. Trata de entenderlo: "El reino de Dios es como un pastor que tenía cien ovejas una de ellas se salió del camino, la que era más grande".

Y siempre es así la que se sale del camino es siempre la mejor. Si eres un padre y tienes cinco niños, sólo el mejor niño tratará de hacerte resistencia y negarte, sólo el mejor niño afirmará su propia individualidad. Los mediocres siempre se te rendirán; el que no es mediocre se rebela, porque la misma naturaleza de la mente es la rebelión. La inteligencia es rebelde; cuanto más inteligente más rebelde. Y los que no son rebeldes, los que dicen sí a todos están casi muertos. Te pueden gustar, pero no tienen vida en sí. Te siguen no porque te amen, te siguen porque son débiles, tienen miedo, no pueden pararse solos, no pueden oponerse, son debiluchos, impotentes.

Mira a tu alrededor: la gente que crees que es buena casi siempre son los débiles, su bondad no proviene de su fortaleza, proviene de su debilidad. Son buenos porque no tienen el valor de ser malos. Pero ¿qué tipo de bondad es aquella que proviene de la debilidad? La bondad debe provenir de una fortaleza desbordante, sólo entonces es buena, porque entonces tiene vida, un torrente de vida.

Así que, cada vez que un pecador se vuelve un santo, la santidad tiene su propia gloria. Pero cada vez que un hombre común, por su debilidad se vuelve un santo, el santo es pálido y muerto, no tiene vida. Pero puedes volverte un santo por debilidad, entonces recuerda, errarás. Si llegas a ser un santo por tu fortaleza, sólo entonces alcanzarás. Un hombre que es bueno porque no puede ser malo, realmente no es bueno. En el momento en que llegue a ser más fuerte se volverá malo; dale poder y el poder lo corromperá inmediatamente.

Esto sucedió en este país: Gandhi tenía una gran cantidad de seguidores, pero parece que la bondad de sus seguidores provenía de la debilidad. Eran buenos cuando no estaban en el poder, pero cuando llegaron al poder, cuando llegaron a ser los gobernantes de este país, entonces el poder los corrompió inmediatamente.

¿Puede el poder corromper a un hombre fuerte? ¡Nunca! Porque él ya es poderoso, si el poder podría haberle corrompido ¡el poder ya lo habría corrompido! el poder corrompe sólo si eres débil y si tu bondad proviene de la debilidad.

Lord Acton ha dicho: "El poder corrompe ¡y corrompe absolutamente!". Pero me gustaría hacerlo condicional; esta afirmación no es condicional, es categórica, no puede ser. El poder corrompe si la bondad proviene de la debilidad; si la bondad proviene de la fortaleza ningún poder puede corromperte. ¿Cómo puede corromperte el poder? porque ya lo conoces, está presente. Pero es difícil descubrir de dónde viene tu bondad...

Si no eres ladrón porque tienes temor de ser descubierto, el día en que estés seguro de que nadie puede descubrirte, serás un ladrón, porque entonces ¿quién te lo va a impedir? Sólo tu miedo te detenía, no vas a matar a tu enemigo porque sabes que serás descubierto; pero si surge una situación en la cual puedes matar al hombre sin ser descubierto y sin ser castigado, matarás inmediatamente. Así que eres bueno sólo por tu debilidad.

Pero ¿cómo puede surgir lo bueno de la debilidad? Ya que la bondad necesita de una energía desbordante. La bondad es un lujo, recuérdalo. La santidad es un lujo, proviene de la fluencia. Cuando hay demasiada energía, tanta que estás inundado de ella, entonces comienzas a compartirla. Entonces no puedes explotar porque no hay necesidad. Puedes dar de tu corazón porque tienes demasiado, realmente estás sobrecargado. Te gustaría dar y renunciar, te gustaría dar toda tu vida como un regalo.

Cuando tienes algo, te gustaría darlo, recuerda esta ley: te aferras sólo cuando realmente no lo tienes; si lo tienes puedes darlo. Sólo cuando puedes dar algo alegremente eres realmente el dueño. Si te estabas aferrando a algo, entonces en lo profundo tenías temor y no eras el amo de eso. Sabías en lo profundo que no te pertenecía y que tarde o temprano se te quitaría. Por eso es que no puedes dar. Así que, sólo cuando una persona da su amor muestra que tiene amor; sólo cuando una persona da toda su vida muestra que tiene vida. No hay otra manera de saberlo.

Por debilidad puede parecer mucha bondad. Es una apariencia, es una moneda falsa, pero una moneda falsa es como una flor de papel, una flor plástica. Cada vez que un árbol florece, florece sólo cuando está inundado de demasiada energía. Las flores son un lujo, un árbol florece sólo cuando tiene todo lo necesario. Si no se le da agua en la proporción adecuada, si no se le da fertilizante en la proporción correcta, si el suelo no es rico, entonces el árbol podrá tener hojas pero no podrá tener flores.

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