¿Es Dios igual a los hombres, tal como un juez, como un magistrado, como un padre o como un jefe? ¿Es Dios cruel en la misma forma en que lo es la sociedad? ¿Es Dios también, en lo profundo, un egoísta tal como lo somos nosotros? ¿Se vengará si desobedeces, te castigará? Entonces deja de ser divino, entonces él es un hombre común y corriente tal como nosotros.
Este es uno de los problemas más profundos: ¿Cómo se comportará Dios con un pecador que se ha salido del camino? ¿Será generoso? Entonces hay otras cosas que se implican. Otra cosa: si él quiere ser justo, entonces no podrá tener compasión, porque la justicia y la compasión no pueden existir juntas. La compasión significa perdón incondicional, pero no es justo.
Porque es posible que: por un lado, un santo continuamente haya orado toda su vida, que nunca haya hecho nada errado; que siempre haya tenido temor de ir más allá del límite, que haya vivido dentro de sus propios límites, que haya creado una prisión para sí mismo; que nunca haya hecho algo errado, que toda su vida haya permanecido virtuoso sin haberse permitido a sí mismo el placer a sus sentidos, que haya sido muy austero. Y por otro lado, otro hombre que haya vivido abusando de todos los placeres, que haya hecho cualquier cosa que se le viniera a la mente; dondequiera que sus sentidos lo condujeran, que haya disfrutado de todo lo que el mundo le ofreciera; que haya hecho toda clase de cosas, todo tipo de pecados. Y que ambos hayan alcanzado lo divino, que ambos hayan alcanzado el mundo de Dios.
¿Qué pasará si el santo no es premiado y el pecador no es castigado? Sería muy injusto. Si ambos son premiados, eso también sería injusto, porque el santo pensará que: "Viví una buena vida pero no se me da nada especial". Y el pecador también es premiado en la misma forma, entonces ¿cuál es el objetivo de ser un santo? todo el asunto se vuelve inútil. Entonces Dios puede ser compasivo pero no es justo.
Pero si es justo, entonces en nuestras mentes la aritmética está clara: el pecador tiene que ser castigado y el santo tiene que ser premiado. Pero entonces él no puede tener compasión, un hombre justo tiene que ser cruel porque de otro modo la justicia no se puede hacer. Un hombre justo tiene que vivir de acuerdo a la cabeza no de acuerdo al corazón.
Un magistrado no debería tener corazón, de otro modo su justicia vacilará. No debe tener nada de generosidad, porque la generosidad se convertirá en una barrera para hacer justicia. Un hombre que es justo debe ponerse como un computador, tal como un cerebro: leyes, premios, castigos, el corazón no debe intervenir, los sentimientos no deben ser permitidos. Debería permanecer como un espectador, sin sentir, como si no hubiera corazón en él. Pero entonces surge un problema difícil, porque desde hace siglos hemos estado diciendo que Dios es ambos: justo y compasivo; generoso, amoroso y aun así justo. Entonces es una contradicción, una paradoja; ¿y cómo resolverlo?
Jesús tiene una respuesta, y la más bella. Ahora, trata de comprender su respuesta. Será difícil porque irá contra todas tus preconcepciones, contra todos tus prejuicios, porque Jesús no cree en el castigo. Nadie como Jesús puede creer en el castigo, porque el castigo es en lo profundo venganza. Un Buda, un Krishna, un Jesús, ellos no pueden creer en el castigo. Mas bien, al contrario, pueden ignorar la cualidad de justicia de Dios, pero la compasión no puede ser ignorada, porque la justicia es un ideal humano, la compasión es divina. La justicia tiene condiciones: "Haz esto y conseguirás eso. No hagas esto, de otra manera no conseguirás eso". La compasión no tiene condiciones.
Dios es compasivo y para comprender su compasión tenemos que comenzar con el pecador.
Jesús dijo: "El reino es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas se extravió, aquella que era la más grande. El dejó atrás a las noventinueve, buscó a aquella hasta que la encontró. Habiéndose extenuado, le dijo a la oveja: 'Te amo a ti más que a las noventinueve'".
¡Absurdo! ¡Ilógico! pero verdadero. Trata de entenderlo: "El reino de Dios es como un pastor que tenía cien ovejas una de ellas se salió del camino, la que era más grande".
Y siempre es así la que se sale del camino es siempre la mejor. Si eres un padre y tienes cinco niños, sólo el mejor niño tratará de hacerte resistencia y negarte, sólo el mejor niño afirmará su propia individualidad. Los mediocres siempre se te rendirán; el que no es mediocre se rebela, porque la misma naturaleza de la mente es la rebelión. La inteligencia es rebelde; cuanto más inteligente más rebelde. Y los que no son rebeldes, los que dicen sí a todos están casi muertos. Te pueden gustar, pero no tienen vida en sí. Te siguen no porque te amen, te siguen porque son débiles, tienen miedo, no pueden pararse solos, no pueden oponerse, son debiluchos, impotentes.
Mira a tu alrededor: la gente que crees que es buena casi siempre son los débiles, su bondad no proviene de su fortaleza, proviene de su debilidad. Son buenos porque no tienen el valor de ser malos. Pero ¿qué tipo de bondad es aquella que proviene de la debilidad? La bondad debe provenir de una fortaleza desbordante, sólo entonces es buena, porque entonces tiene vida, un torrente de vida.
Así que, cada vez que un pecador se vuelve un santo, la santidad tiene su propia gloria. Pero cada vez que un hombre común, por su debilidad se vuelve un santo, el santo es pálido y muerto, no tiene vida. Pero puedes volverte un santo por debilidad, entonces recuerda, errarás. Si llegas a ser un santo por tu fortaleza, sólo entonces alcanzarás. Un hombre que es bueno porque no puede ser malo, realmente no es bueno. En el momento en que llegue a ser más fuerte se volverá malo; dale poder y el poder lo corromperá inmediatamente.
Esto sucedió en este país: Gandhi tenía una gran cantidad de seguidores, pero parece que la bondad de sus seguidores provenía de la debilidad. Eran buenos cuando no estaban en el poder, pero cuando llegaron al poder, cuando llegaron a ser los gobernantes de este país, entonces el poder los corrompió inmediatamente.
¿Puede el poder corromper a un hombre fuerte? ¡Nunca! Porque él ya es poderoso, si el poder podría haberle corrompido ¡el poder ya lo habría corrompido! el poder corrompe sólo si eres débil y si tu bondad proviene de la debilidad.
Lord Acton ha dicho: "El poder corrompe ¡y corrompe absolutamente!". Pero me gustaría hacerlo condicional; esta afirmación no es condicional, es categórica, no puede ser. El poder corrompe si la bondad proviene de la debilidad; si la bondad proviene de la fortaleza ningún poder puede corromperte. ¿Cómo puede corromperte el poder? porque ya lo conoces, está presente. Pero es difícil descubrir de dónde viene tu bondad...
Si no eres ladrón porque tienes temor de ser descubierto, el día en que estés seguro de que nadie puede descubrirte, serás un ladrón, porque entonces ¿quién te lo va a impedir? Sólo tu miedo te detenía, no vas a matar a tu enemigo porque sabes que serás descubierto; pero si surge una situación en la cual puedes matar al hombre sin ser descubierto y sin ser castigado, matarás inmediatamente. Así que eres bueno sólo por tu debilidad.
Pero ¿cómo puede surgir lo bueno de la debilidad? Ya que la bondad necesita de una energía desbordante. La bondad es un lujo, recuérdalo. La santidad es un lujo, proviene de la fluencia. Cuando hay demasiada energía, tanta que estás inundado de ella, entonces comienzas a compartirla. Entonces no puedes explotar porque no hay necesidad. Puedes dar de tu corazón porque tienes demasiado, realmente estás sobrecargado. Te gustaría dar y renunciar, te gustaría dar toda tu vida como un regalo.
Cuando tienes algo, te gustaría darlo, recuerda esta ley: te aferras sólo cuando realmente no lo tienes; si lo tienes puedes darlo. Sólo cuando puedes dar algo alegremente eres realmente el dueño. Si te estabas aferrando a algo, entonces en lo profundo tenías temor y no eras el amo de eso. Sabías en lo profundo que no te pertenecía y que tarde o temprano se te quitaría. Por eso es que no puedes dar. Así que, sólo cuando una persona da su amor muestra que tiene amor; sólo cuando una persona da toda su vida muestra que tiene vida. No hay otra manera de saberlo.
Por debilidad puede parecer mucha bondad. Es una apariencia, es una moneda falsa, pero una moneda falsa es como una flor de papel, una flor plástica. Cada vez que un árbol florece, florece sólo cuando está inundado de demasiada energía. Las flores son un lujo, un árbol florece sólo cuando tiene todo lo necesario. Si no se le da agua en la proporción adecuada, si no se le da fertilizante en la proporción correcta, si el suelo no es rico, entonces el árbol podrá tener hojas pero no podrá tener flores.
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