El auto-conocimiento le sucede a una mente clara, no a una mente llena de conocimiento, no a una mente llena de juicios de bueno o malo; no a una mente llena con belleza o fealdad, sino a una mente que está sin palabras. El auto-conocimiento le ocurre a una mente sin palabras. Siempre está ahí, sólo que necesitas una claridad en la mente para percibirlo de tal manera que pueda reflejar; necesitas una mente como un espejo para que el reflejo se haga posible. Una vez que esto sucede, entonces podrás ayudar a tu vecino, nunca antes. ¡Así que no aconsejes a nadie! Todos tus consejos son peligrosos porque no sabes lo que estás haciendo.
No trates de cambiar a nadie, ni siquiera a tu hijo, ni siquiera a tu hermano. Nadie necesita de tu cambio, porque eres peligroso. Puedes mutilar, puedes matar, puedes lisiar, pero no puedes ayudar en transformar. Pero a menos que tú te hayas transformado, no entres en la vida de nadie. Cuando estés lleno de luz podrás ayudar. Realmente, entonces no habrá necesidad de hacer ningún esfuerzo en ayudar.
La ayuda fluye de ti, como la luz fluye de una lámpara, o la fragancia de una flor, o la luz de la luna en la noche, sin ningún esfuerzo de parte de la luna, naturalmente fluye.
Alguien le preguntó a Basho, un Maestro Zen: "Dinos algo sobre tus charlas". Continúas hablando pero sin embargo hablas en contra de las palabras. Continúas hablando y en lo que hablas vas hablando contra las palabras y contra el hablar. ¡Así que dinos, algo sobre eso!".
¿Qué dijo Basho? Basho dijo: "Los otros hablan ¡yo florezco!".
No hay esfuerzo, entonces es un florecimiento. Entonces es justo como cuando una flor florece, no hay esfuerzo en florecer. Un Basho habla, un Buda habla, sin esfuerzo ¡simplemente sucede! Es un fenómeno natural cuando Buda habla. Cuando tú hablas, no es un fenómeno natural, hay otras cosas involucradas: quieres impresionar a los otros, quieres cambiar a los otros; quieres controlar, manipular al otro, quieres dominar al otro; quieres dar la impresión de que eres un hombre de conocimiento, quieres alimentar tu ego. Muchas otras cosas están involucradas. Tú no estás floreciendo. Es un gran juego político cuando hablas, hay una estrategia, una táctica.
Pero cuando un Basho habla, él florece. Si alguien está presente será beneficiado, pero beneficiar al otro no es la meta, el beneficio puede suceder sin esfuerzo. La flor florece no para ti. Si pasas por el camino la fragancia te llegará, puedes disfrutarla, puedes sentirte extático, puedes estar agradecido, pero la flor nunca floreció para ti, la flor simplemente floreció.
Un Buda florece, un Jesús florece y todo el mundo se beneficia. Y tú vas tratando de beneficiar a los demás y nadie se beneficia, más bien al contrario, haces daño. El mundo estaría mejor si hubiera menos malhechores cambiando y transformando. Todas las revoluciones simplemente han hecho daño y toda reforma ha conducido a un caos más profundo.
D.H. Lawrence una vez sugirió que por un ciento de años detuviésemos todas las revoluciones, que detuviésemos todas las universidades, todas las reformas y toda charla sobre eso, y que por cien años viviésemos como primitivos. La sugerencia es hermosa. Entonces la humanidad podría llegar de nuevo a estar viva, entonces la energía podría surgir y la gente podría lograr claridad.
Las palabras han oscurecido, se han vuelto una carga demasiado grande, y cargas tanto conocimiento que no puedes volar en el cielo.
Estás demasiado cargado, no estás sin peso, tus alas no están libres. Y a las cosas que se han vuelto tus prisiones y ataduras, tú te aferras, porque crees que son muy valiosas. ¡Cosas sin valor!, no sólo sin valor sino peligrosas para ti: palabras, escrituras, conocimientos, teorías, "ismos", todas ellas te mutilan. La claridad no se puede lograr a través de ellas. Pon a un lado todas las escrituras, pon a un lado todos los juicios.
Mira la vida como un niño, sin saber a lo que está mirando, simplemente mirando, y esa mirada te dará una nueva percepción, sobre esa nueva percepción Jesús está hablando. Repetiré sus palabras:
"La astilla que está en el ojo de tu hermano tú la ves, pero la viga que está en tu ojo no la ves".
"Cuando te saques la viga de tu ojo, entonces verás claramente para sacar la astilla del ojo de tu hermano".
Sólo eso puede ayudarte. Si te vuelves una luz para ti mismo llegas a ser una luz para otros. Pero eso es un florecimiento, y todos serán beneficiados, sabiéndolo o no sabiéndolo, todos serán beneficiados. Te vuelves una bendición.