sábado, 22 de marzo de 2014

EL VERDADERO CELIBATO

Existe cuatro estados en la sexualidad humana: la persona autosexual que evita la sexualidad. Quiere contener la sexualidad dentro de sí misma, es una especie de persona tacaña, y este tipo de gente, por lo general, suele sufrir de estreñimiento.

Actualmente esto es un hecho psicológico bien establecido. No hay forma médica de librarles del estreñimiento; su estreñimiento no tiene una causa corporal, sino mental.

Debes recordar que el centro sexual está en la mente, no en los genitales. Y, a propósito, es muy curioso que el centro sexual y el centro de la alimentación están muy cerca uno del otro; demasiado cerca. Por eso una persona que detiene su actividad sexual comienza a comer demasiado. La energía del centro sexual comienza a rebosar al centro siguiente, que es el de la alimentación. Se hace adicta a la comida; mira al alimento de la misma forma que un amante mira a su amada.

El segundo estado es la homosexualidad. Es ligeramente mejor que ser autosexual, que estar confinado en ti mismo; ahora al menos conectas con tu mismo sexo. Pero sigue habiendo un confinamiento -aunque sea un confinamiento menor- el hombre al hombre, la mujer a la mujer.

Sentirte atraído o atraída hacia los homosexuales es un paso. Finalmente te sentirás atraída por los heterosexuales. El homosexual está a mitad de camino. No tiene nada de malo, es bueno ir poco a poco, madurar gradualmente.

Y también es posible que la persona homosexual sea una persona que te guste, que ames, que merezca tu amor. Su homosexualidad puede ser algo secundario. Si es algo secundario, entonces quizá te puedas quedar con esa persona el tiempo suficiente; pasar de no tener contacto sexual o tener muy poco, a un hombre heterosexual, será un salto directo, será demasiado para ti y puede ser peligroso. Puede que vuelvas a evitar el sexo.

El tercer estado es el heterosexual, la madurez sexual, cuando vas más allá de tu feminidad o de tu masculinidad, cuando trasciendes tu clase y vas hacía la opuesta. Y como la tensión entre opuestos es muy grande, el amor florece a gran escala.

Existe el amor entre homosexuales, pero no hay mucha tensión en él. No deja de haber una razón por la que los homosexuales son llamados gays (alegres), porque no hay tensión, no hay lucha; siempre están sonriendo, siempre parecen felices. Es una felicidad superficial.

Los heterosexuales están enamorados y están en conflicto. Se ríen profundamente, lloran profundamente, luchan profundamente, sienten mucho el uno por el otro; todo es profundo debido a la tensión. Se les conoce como los enemigos íntimos. La intimidad es profunda y la enemistad también es profunda.

El cuarto estado es el asexual, cuando estás harto y has visto todo lo que el sexo puede proporcionarte -sus miserias, sus placeres, sus luchas, sus amistades- y poco a poco vas viendo la rutina, la misma rueda en movimiento. Para acabar con el aburrimiento de ver que es la misma rueda la que se mueve, puede que cambies de compañero; eso te da energía para unos días más, pero después vuelve el aburrimiento.

Cuando estás completamente aburrido del sexo, entonces viene el cuarto estado que es el asexual. Por primera vez eres completamente libre.

En el primer estado estabas muy confinado en ti mismo; en el segundo estabas confinado a los de tu clase: el hombre al hombre, la mujer a la mujer. En el tercero era mejor, pero seguías estando confinado: el hombre a la mujer y viceversa, la misma especie.

El cuarto estado está completamente libre de sexo: ¡ya lo has conocido, ya lo has comprendido. Su trabajo se ha acabado. Ya no es una carga para ti, ya no es un deseo para ti, ya no es una tensión. Te sientes ligero, y por primera vez disfrutas de estar solo.

Para mí éste es el verdadero celibato, no el celibato que tiene que practicarse. Llegas al verdadero celibato pasando por todas estas experiencias, y el verdadero celibato tiene que ser comprendido: no es antisexual, sólo es asexual. No manifiesta un antagonismo, no tiene actitudes "anti". En el cuarto estado puedes disfrutar del sexo como diversión, como un simple juego biológico.

Por eso no tienes que abandonar el sexo; puedes dejarlo..., puedes dejarlo o puedes mantenerlo. Pero ha perdido todos los antiguos significados y las antiguas implicaciones, todas las viejas ataduras, las viejas luchas, los celos; todo eso se pierde. Si se acaba, se acaba; si continúa, entonces sólo es una amistad casual, ya no supone ataduras, ya no hay condiciones.

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