Es necesario un conflicto interno profundo. No debes ser letárgico, no debes relajarte a menos que la relajación suceda, y eso es totalmente diferente, tú tienes que luchar y crear conflicto y fricción. Fricción es la palabra apropiada para la guerra interna. Gurdjieff solía trabajar con la fricción; creaba fricción en el cuerpo. Pueda ser que no estés consciente, pero recuérdalo: algún día te harás consciente de que tu cuerpo tiene muchas capas de energías. Si no estás en fricción, entonces usas sólo la capa más superficial. Si surge mucho conflicto, la capa superficial se acaba y la segunda capa comienza a funcionar.
Trátalo de esta forma: supongamos que siempre vas a dormir a las diez de la noche. A las diez repentinamente sientes sueño, no vayas a dormir. Los Sufis han usado ese método muchísimo y Jesús también usó la vigilia. Toda la noche no dormía; por cuarenta días y cuarenta noches no durmió en el bosque; permaneció en las montañas solo sin dormir. ¿Qué sucede? Si no duermes a las diez, por unos cuantos minutos te sentirás muy, muy letárgico, con sueño, mucho sueño. Pero si resistes y luchas se crea una fricción; tú te conviertes en dos: el que quiere dormir y el que no quiere dormir. Ahora hay dos partes luchando. Si te aferras y no cedes, de pronto encontrarás que todo el sueño se ha ido; estarás tan fresco como nunca lo has estado en la mañana. De pronto todo el sueño se ha ido, estás fresco y aun si quieres dormir, será difícil ir a dormir ahora. ¿Qué sucedió? Hubo sólo dos posibilidades: por medio de la fricción se ha creado la energía.
Siempre por medio de la fricción se crea la energía. Toda la ciencia depende en crear fricción; entonces se crea la energía. Todos los dínamos son técnicas de fricción: cómo crear una lucha, una guerra entre dos cosas. Tú creas una guerra: tu cuerpo quiere ir a dormir y tú no quieres dormir; hay una fricción, se crea mucha energía.
Si tú cedes será muy malo, porque si cedes el cuerpo ha ganado y la consciencia ha perdido una lucha. Así que si lo intentas, sólo inténtalo con la actitud de que no vas a ceder, de otro modo es mejor no intentarlo. Los métodos de fricción son peligrosos: si los intentas tienes que ganar. Si no ganas estás perdido, porque entonces pierdes la confianza en ti mismo. Tu consciencia se hará más débil y el cuerpo se hará más fuerte. Y si pierdes muchas veces, entonces la posibilidad de ganar es cada vez menor.
Una vez que decidas usar algún método de fricción, entonces que tu meta sea el ganar. No se debe perder; la batalla debe ser ganada, y una vez que ganas has logrado una capa diferente. Ahora puedes ver que si ganas, la energía que estaba en la otra parte ha sido absorbida por ti; tú te has hecho más fuerte. Entonces cada lucha te hará más fuerte, más fuerte y llega un momento cuando toda la energía del cuerpo es absorbida por el ser.
Gurdjieff solía usar la fricción muy profundamente y en formas tan peligrosas, increíblemente. Cuando estaba anciano, sólo unos cuantos años antes de su muerte, lo hizo suceder... un accidente muy peligroso, un accidente automovilístico. El lo hizo, realmente no fue un accidente; en la vida de una persona como Gurdjieff no hay accidentes. El está tan consciente que los accidentes no son posibles. Pero él puede permitir un accidente, incluso puede provocarlo, él lo provocó.
Le gustaba conducir a velocidad y en toda su vida nunca había tenido ni un solo accidente. Y era un conductor peligroso; todos aquellos que se sentaban con él siempre estaban en ascuas. En cualquier momento.... Era absolutamente loco, no creía en ninguna regla de tráfico ni en nada. Iba en esta dirección o en aquella tan rápido como le era posible, y cualquier cosa era posible en cualquier momento, pero nunca sucedió.
Y en la mañana de un día, cuando iba a París desde su ashram en Fontainebleau, alguien le preguntó: "¿Cuándo regresarás?". El dijo: "Si todo sucede como pienso que va a suceder, por la noche; de otro modo será difícil decirlo". Y por la noche cuando estaba regresando se dio el accidente. Y el accidente fue tan severo y peligroso que los doctores dijeron que nadie podría sobrevivir ¡imposible! Todo el carro se hizo añicos.
Pero se encontró a Gurdjieff. Tenía sesenta fracturas en todo el cuerpo, casi muerto. Pero se le encontró perfectamente consciente, echado bajo un árbol, muy lejos de donde estaba el carro. Había caminado en la oscuridad y estaba echado ahí perfectamente consciente. No estaba inconsciente. Se le llevó al hospital; estaba perfectamente consciente. Dijo que no se le ponga anestesia, quería permanecer perfectamente consciente. Esta fue la fricción más grande que él le dio a su cuerpo: su cuerpo estaba al borde de la muerte, él creó toda la situación y quería permanecer absolutamente alerta.
Y permaneció alerta. En este momento logró el centramiento más grande que le puede ocurrir a un ser: llegó a centrarse en su consciencia, la parte terrenal fue completamente separada. Se convirtió en un vehículo: puedes usarlo, pero no estás identificado con él.
Este es el significado de Jesús cuando dice: "He traído fuego, espada, guerra" no como los hombres posiblemente piensan, que he venido a traer paz sobre este mundo”.
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