sábado, 4 de septiembre de 2021

SER FIEL AL AMOR


Déjame que te lo explique: fiel al amor y no te preocupes por la pareja. La cuestión no es si tienes una pareja o varias parejas. La cuestión es si eres fiel al amor. Si vives con una mujer o con un hombre y no le amas, vives en pecado. Si estás casado con alguien y no amas a esa persona, pero continúas viviendo con él, haciendo el amor con él o con ella, estás cometiendo un pecado contra el amor.

Estás tomando partido en contra del amor, por bienestar social, comodidad, formalidades. Es algo tan equivocado como violar a una mujer a la que no amas. Violas a una mujer; es un crimen porque no amas a la mujer ni la mujer te ama a ti. Pero ocurre lo mismo si vives con una mujer y no la amas. Es una violación —aceptada socialmente, por supuesto, pero una violación—, y estás actuando en contra del dios del amor.

Por tanto, al igual que en Oriente, la gente ha decidido vivir con una misma pareja durante el resto de sus vidas; no hay nada malo. Si te mantienes fiel al amor, permanecer con una persona es una de las cosas más bellas porque aumenta la intimidad. Pero hay un noventa y nueve por ciento de posibilidades de que no exista amor, de que simplemente viváis juntos. Al vivir juntos surge un tipo de relación que es fruto únicamente del hecho de vivir juntos, no del amor. No la confundas con el amor.

Sin embargo, es posible; si amas a una persona y vives toda tu vida con él o con ella, nacerá una gran intimidad y el amor te hará cada vez revelaciones más profundas. Esto no es posible si cambias de pareja cada dos por tres. Si cambias un árbol de un sitio a otro, nunca echará raíces en ningún lado. Para arraigar, el árbol necesita permanecer en un lugar. Entonces profundiza, entonces se hace más fuerte.

La intimidad es buena, y estar comprometido con una persona es maravilloso, pero la necesidad básica es el amor. Si un árbol ha arraigado en un sitio donde sólo hay piedras que están destruyéndolo, lo mejor es cambiarlo de sitio. Permanece fiel a la vida; cambia el árbol de sitio porque está yendo contra la vida.

En Occidente la gente va cambiando: tienen demasiadas relaciones. El amor se mata de las dos maneras. En Oriente lo matan porque la gente tiene miedo de cambiar. En Occidente, porque la gente tiene miedo a estar mucho tiempo con una pareja; tienen miedo porque se convierte en un compromiso. Antes de que se convierta en un compromiso, cambia; así seguirás flotando, sin cadenas. De modo que cierta forma de libertinaje está ganando terreno y, en nombre de la libertad, pugna por aplastar el amor, al que se le hace morir de inanición. El amor ha sufrido de las dos formas: en Oriente la gente está apegada a la seguridad, a la comodidad, a la formalidad; en Occidente están apegados a la libertad de su ego, a la ausencia de compromiso. Pero el amor sufre de las dos formas.

Yo estoy a favor del amor: yo no soy ni oriental ni occidental y no me importa a qué sociedad pertenezcas tú. Yo no pertenezco a ninguna sociedad; yo estoy a favor del amor.

Ten presente siempre esto: si se trata de una relación amorosa, muy bien. Mientras dure el amor, mantén esa relación y permanece tan profundamente comprometido como puedas. Permanece en ella todo lo que puedas; que te absorba la relación. Entonces el amor será capaz de transformarte. Si no hay amor; es mejor que cambies. Pero entonces no te vuelvas un adicto al cambio. No lo conviertas en un hábito. No dejes que se convierta en un hábito mecánico el hecho de que tengas que cambiar de pareja cada dos o tres años, como se tiene que cambiar de coche cada dos o tres años, o cada año. Sale un modelo nuevo, ¿qué puedes hacer? Tienes que cambiar de coche. De repente, conoces a una nueva mujer; no hay mucha diferencia.

Una mujer es una mujer, un hombre es un hombre: las diferencias son secundarias porque es una cuestión de energía. La energía femenina es energía femenina. En cada mujer están representadas todas las mujeres y en cada hombre están representados todos los hombres. Las diferencias son superficiales: la nariz es más larga o más corta; el pelo es rubio o castaño; pequeñas diferencias, superficiales. En lo más profundo, es una cuestión de energía femenina y masculina. Así que, si hay amor, aférrate a él. Dale la oportunidad de crecer. Pero si no hay amor, cambia antes de que te vuelvas adicto a una relación sin amor.

Una mujer en el confesionario le preguntó al sacerdote acerca de los anticonceptivos.

No debes usarlos —le dijo el sacerdote—, van contra la ley de Dios. Tómate un vaso de agua.

¿Antes o después? —preguntó la mujer.
—¡En vez de! —contestó el sacerdote.

Me preguntas debes seguir el camino oriental o el camino occidental. Ninguno de los dos; sigue el camino divino. ¿Cuál es el camino divino? Permanecer fiel al amor. Si hay amor, todo está permitido. Si no hay amor, nada está permitido. Si no amas a tu mujer, no la toques, porque eso significa abusar de ella. Si no amas a una mujer, no duermas con ella; eso va contra la ley del amor, y ésa es la ley más importante. Sólo cuando amas te está permitido todo.

Alguien le preguntó a san Agustín:

Soy un hombre inculto y no puedo leer las escrituras ni los más importantes libros de teología. Dame simplemente un sencillo mensaje. Soy bastante torpe y tampoco tengo muy buena memoria, así, que dame sólo la esencia para que pueda recordarla y llevarla a cabo. San Agustín era un gran filósofo un gran santo; había pronunciado grandes discursos, pero nadie le había pedido nunca la esencia. Se dice que cerró los ojos y meditó durante horas. El hombre le dijo:

Por favor, si lo has encontrado, dímelo para que me pueda marchar, porque llevo esperando varias horas.

No encuentro otra cosa aparte de esto: ama y haz lo que quieras. Simplemente ama.

Jesús dice: «Dios es amor». A me gustaría deciros: el amor es Dios. Olvídate de Dios; el amor hará el resto. lo suficientemente valiente para guiarte por el amor; no tienes que tener en cuenta nada más. Si tienes en cuenta el verdadero amor, todo lo demás se vuelve posible para ti.

En primer lugar, no estés con una mujer o un hombre al que no amas. No te guíes sólo por el capricho; no te guíes por el deseo. Descubre si ha surgido en ti el deseo de comprometerte con una persona. ¿Has madurado lo suficiente para establecer un contacto profundo? Porque ese contacto cambiará toda tu vida.

Y cuando establezcas ese contacto, hazlo sinceramente. No te escondas de tu amado o de tu amante; sincero. Abandona todos los falsos rostros que has aprendido a llevar. Arroja todas las caretas. sincero. Muestra tu verdadero corazón; desnúdate. No deberían existir secretos entre dos amantes; de lo contrario el amor no es tal. Abandona todo secreto. El secreto es astuto. No debería existir en el amor. No deberías ocultar nada. Cualquier cosa que surja en tu corazón debería ser transparente para tu amado y cualquier cosa que surja en tu corazón debería ser transparente para ti mismo. Deberíais convertiros en dos seres transparentes el uno para el otro. Poco a poco veréis que, gracias al otro, estáis creciendo hacia una mayor unidad.

Al encontrarte con la mujer que está en el exterior, al encontrarla realmente —amándola, comprometiéndote con su ser, disolviéndote en ella—, empezarás a descubrir poco a poco al hombre que hay en ti; empezarás a descubrir la mujer que hay en ti. La mujer exterior no es más que un paso hacia la mujer interior; y el hombre exterior es también un paso hacia el hombre interior.

Así que, si la relación continúa durante un largo período, será mejor, porque esa mujer interior necesita un tiempo para despertar. De la manera en que ocurre en Occidente —las relaciones de aquí te pillo aquí te mato— la mujer interior no tiene tiempo, el hombre interior no tiene tiempo para despertar y alzarse. En el momento en que algo empieza a moverse, la mujer ya se ha ido… y surge otra mujer, con otra vibración, con otra onda. Además, por supuesto, si continuáis cambiando de hombre y de mujer, os volveréis neuróticos, porque son tantas cosas, tantos sonidos entrando en vuestro ser, tantos tipos diferentes de vibración, que os sentiréis perdidos para encontrar vuestra mujer interior. Será difícil. Y cabe la posibilidad de que te conviertas en un adicto al cambio. Te empezará a gustar el cambio. Entonces estarás perdido.

La mujer exterior sólo es un camino hacia la mujer interior, y el hombre exterior es el camino hacia el hombre interior. El yoga supremo, la suprema unión mística se produce dentro de ti. Cuando esto ocurre, estás liberado de todas las mujeres y de todos los hombres. Entonces estás libre de la masculinidad y de la femineidad. Entonces, de repente, vas más allá; ya no eres ninguna de las dos cosas. En eso consiste la trascendencia; en eso consiste el brahmacharya. Entonces logras de nuevo tu virginidad pura; recuperas de nuevo tu naturaleza original.

No hay comentarios:

Buscar este blog