sábado, 17 de diciembre de 2022

EL YOGA Y LA RAZÓN

Los mal llamados místicos a quienes la razón molesta, no son verdaderos místicos. A un verdadero místico nunca le incomoda la razón. Juega con ella. Y puede jugar con la razón porque sabe que la razón no puede destruir el misterio de la vida. Los falsos místicos y la gente religiosa a quienes asusta la razón, la lógica, la argumentación, tienen miedo de sí mismos. Cualquier argumento dirigido contra ellos puede crearles dudas interiores; puede ayudar a que emerjan sus dudas internas. Se temen a sí mismos. Tertuliano, místico cristiano, dice: "Creo en Dios porque no puedo probarlo; creo en Dios porque es algo imposible de creer. Así sentirá un místico verdadero: "Es imposible; por eso creo." Si es posible no hay ninguna necesidad de creer. Será solamente un concepto, un concepto ordinario.

Esto es lo que siempre los verdaderos místicos han entendido por "fe", por "creencia". No es algo intelectual; no es un concepto. Es el salto hacia lo imposible. Pero solamente puedes saltar a lo misterioso desde el límite de la razón, nunca antes.

Cómo podrías si no, hacerlo? Puedes saltar sólo cuando has tirado de los extremos lógicos de la razón hasta casi romperla.

Has llegado a un punto donde la razón no puede ir más allá y el “más allá" sigue allí. Sabes que la razón no puede dar un solo paso más y pese a ello el “más allá" te aguarda. Incluso si decides permanecer sujeto a la razón, se creará un límite. Eres consciente de que la Existencia sigue más allá del limite de la razón, de modo que incluso aunque no vayas más allá de este límite, te conviertes en un místico, Aunque no des el salto, eres un místico, porque algo has experimentado, has tropezado con algo que no era en absoluto racional.

Conociste todo lo que la razón es capaz de conocer. De repente te encuentras con algo que la razón no puede conocer. Si das el salto tienes que dejar atrás la razón, no puedes dar el salto con la misma razón. Esto que te impulsa a saltar es la fe. La fe no se opone a la razón; está más allá de ella. No es anti racional; es irracional.

El Yoga es el método que te lleva al límite extremo de la razón, y no es sólo eso, sino también un método para dar el salto.

¿Cómo dar el salto? Einstein, por ejemplo, habría florecido como un Buda sí hubiera sabido algo de los métodos de meditación. Estuvo al borde mismo; en su vida llegó muchas veces al punto óptimo desde el que era posible dar el salto. Pero perdió su oportunidad una y mil veces. Se enredó una y mil veces con la razón. Y al final fracasó a causa de su vida desbordante de razón.

Lo mismo le podría haber ocurrido a Buda. También él era dueño de una mente muy racional, pero había algo que para él era posible, existía un método que podía utilizar. No sólo la razón posee sus métodos; lo irracional también los tiene. La razón tiene sus propios métodos; lo irracional tiene sus propios métodos.

En último término, el Yoga se ocupa más de los métodos irracionales. Solamente pueden usarse métodos racionales al principio. Tienen su razón de ser sólo para persuadirte, impulsarte; para persuadir a tu razón de que se mueva hacia el límite. Y una vez has llegado al límite, tú darás el último salto.

Gurdjieff trabajó con cierto grupo utilizando algunos métodos profundamente irracionales. Estuvo trabajando con un grupo de buscadores y utilizando un método especialmente irracional. Solía llamarlo Ejercicio de Stop. Por ejemplo, podías estar con él y de repente te decía: "¡Stop"' Entonces todos tenían que detenerse, tal como estuvieran. Si estaban los ojos abiertos, tenían que quedarse abiertos; si era la boca la que estaba abierta - podías estar a punto de decir algo - la boca tenía que permanecer tal como estaba. !Sin el menor movimiento!

Este método se inicia en el cuerpo. Si no hay ningún movimiento en el cuerpo, simultáneamente cesa toda actividad en la mente. Cuerpo y mente van íntimamente asociados; no puedes mover tu cuerpo sin que antes el movimiento interior de la mente haya cesado. El cuerpo y la mente no son entes distintos; son una misma energía. La energía es más densa en el cuerpo que en la mente; la densidad difiere, la frecuencia de la longitud de onda también difiere, pero sigue siendo la misma onda, el mismo flujo de energía para los dos.

Los buscadores estuvieron practicando este Ejercicio de Stop constantemente durante un mes. Un día Gurdjieff se hallaba en su tienda y vio a tres de los buscadores del grupo paseando por un viejo canal seco. Era un canal por el que no discurría nada de agua. De repente, desde su tienda, GurdJieff gritó, "iStop!"Todos los que estaban a la orilla del canal se quedaron quietos como estatuas. También lo hicieron los tres que estaban dentro del canal. Estaba seco, así que no había ningún peligro.

Entonces, de repente, surgió una oleada de agua. Alguien había abierto el suministro de agua y ésta se precipitaba cauce abajo por el canal. Cuando el agua hubo llegado a la altura de la nuca de los tres, uno de ellos saltó fuera del canal pensando: "Gurdjieff no sabe lo que está pasando. Está en su tienda e ignora que el agua ha entrado en el canal. Tengo que salir. Es absolutamente irracional quedarse aqui. Y saltó fuera.

Los otros dos permanecieron en el canal mientras el agua seguía subiendo. Finalmente, al llegarles el agua a la altura de la nariz, el segundo hombre pensó: "¡Este es el límite!" No he venido aquí a morir. He venido aquí a conocer la vida eterna, no a perder la mía", y saltó fuera del canal.

El tercero se quedó. Se enfrentaba igualmente con el mismo problema, pero decidió permanecer porque Gurdjieff había dicho que éste era un ejercicio irracional y que si actuaba con la razón se vendría abajo todo cuanto uno se proponía hacer. Pensó: "Muy bien, acepto la muerte... porque no puedo dejar este ejercicio" y se quedó allí.

Ahora el agua cubría casi por entero su cabeza. Gurdjieff salió de su tienda, se arrojó al canal y le sacó fuera. Estuvo al borde de la muerte, pero cuando revivió fue un hombre transformado. No era ya el mismo que momentos antes realizaba el ejercicio; estaba completamente transformado. Había conocido algo; ¡había dado el salto!

¿Dónde está el límite? Si continúas con la razón puedes perdértelo sin llegar a conocerlo jamás. A veces uno ha de dar un repentino paso que le hace trascender. Ese paso se convierte en la transformación; trasciendes todas las divisiones, Tanto si la división es entre consciente e inconsciente, entre razón y sinrazón, entre ciencia y religión, o entre Oriente y Occidente, se ha de trascender la división. Esto es lo que es el Yoga: trascender. Entonces, cuando de nuevo regresas a la razón, vuelves transformado. Podrás razonar si quieres, pero estarás más allá de la razón.

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