sábado, 6 de mayo de 2023

LA ILUMINACIÓN, UN PRINCIPIO SIN FIN


La meditación es ir hacia dentro. Y el viaje es interminable; interminable en el sentido de que se van abriendo más y más puertas hasta que la última puerta se convierte en sí misma en el universo La meditación florece constantemente, hasta que el florecimiento mismo se convierte en el cosmos. El viaje no tiene límites; comienza, pero nunca acaba.

No existen grados de Iluminación. Si existe, existe. Es como saltar a un océano de sensaciones. Saltas, te conviertes en uno con él, de la misma forma que una gota en el océano es una con él. Pero esto no significa que hayas conocido todo el océano.

El instante es total; el instante en que se abandona al ego, el momento en que el ego es eliminado, el momento de ausencia de ego, es total, completo. En relación a ti, es perfecto, pero en relación al océano, en relación a lo Divino, es sólo el comienzo, y no habrá un final para ello.

Has de recordar esto: la ignorancia no tiene principio y sí, en cambio, fin. No puedes determinar dónde empieza tu ignorancia; siempre estás en ella, siempre estás sumido en ella, No conoces el principio, porque, en realidad, no hay principio.

La ignorancia carece de principio, pero tiene un final. La Iluminación, por el contrario, tiene un principio pero no final. Ignorancia e Iluminación forman un solo cuerpo, se integran en "uno". El principio de la Iluminación y el final de la ignorancia son un sólo punto. Es un punto, un punto peligroso con dos caras: una cara que mira hacia la ignorancia sin principio y la otra cara que mira al principio de la Iluminación sin fin.

Por lo tanto, te Iluminas, pero no alcanzas la Iluminación. Te sumerges en ella, te abandonas a ella, te vuelves uno con ella, pero siempre quedará una inmensidad desconocida. Y ése es su atractivo, ésa es su belleza.

Si en la Iluminación se conociera todo, no habría misterio. Si lo llegaras a conocer todo, en su conjunto resultaría desagradable; no habría misterio, todo estaría muerto. De modo que la lluminación no es "saber" en este sentido, no es un "saber" suicida; es "saber" en el sentido de que es una apertura hacia mayores misterios. "Saber" significa entonces que has conocido el misterio, que te has vuelto consciente del misterio. No es que lo hayas resuelto; no es que exista una fórmula matemática y todo sea conocido. Más bien, el conocimiento de la Iluminación significa que has llegado a un punto en el que el misterio se ha convertido en lo supremo. Sabes que éste es el misterio supremo; has sabido que es un misterio y ahora se ha convertido en algo tan misterioso que no tienes ninguna esperanza de resolverlo. Has abandonado toda esperanza.

Pero esto no es desesperación, no es desesperanza, es solamente la comprensión de la naturaleza del misterio. El misterio es tal que es indisoluble; el misterio es tal que todo esfuerzo por resolverlo es absurdo; el misterío es tal que no tiene sentido tratar de resolverlo mediante el intelecto. Has llegado al límite de tu pensar. Ahora todo pensar ha desaparecido, y empieza el saber.

Esto es algo muy distinto del saber de la ciencia. La palabra "ciencia" significa conocimiento, pero conocimiento en el sentido de desmitificar un misterio. El conocimiento religioso significa realmente lo contrario. No es desmitificar la realidad, sino que, más bien, todo aquello que se conocía anteriormente se vuelve de nuevo misterioso; incluso las cosas corrientes sobre las que te sentías absolutamente seguro, totalmente seguro. Ahora, incluso esa puerta se ha perdido. Todo, en cierta forma, deja de tener una puerta; es infinito e insoluble.

El saber debe ser considerado en este sentido: es participar en el exclusivo misterio de la Existencia; es decir sí al misterio de la vida. El intelecto, la teoría intelectual, no está presente ahora; te enfrentas a él cara a cara. Es un encuentro existencial, no a través de la mente, sino a través de ti, de la totalidad de ti. Ahora lo sientes desde todas partes: a través de tu cuerpo, a través de tus ojos, a través de tus manos, a través de tu corazón. Toda la personalidad contacta con la totalidad del misterio.

Esto es sólo un principio. Y el final nunca llegará, porque un final significaría desmitificarlo. Este es el comienzo de la Iluminación. No tiene un final, pero éste es el comienzo. Puedes imaginarte el fin de la ignorancia, pero este estado mental Iluminado no tendrá un fin. Has saltado al abismo sin fondo.

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