domingo, 27 de diciembre de 2020

LA VIDA Y LA MUERTE



En las escrituras se dice: “Grande es la muerte”. Pero la muerte es grande cuando la vida es grande.

Recuerda, tu muerte es tu muerte; mi muerte es mi muerte. Mi muerte dependerá de mi vida, tu muerte dependerá de tu vida. Si tu vida es grandiosa, tu muerte será grandiosa porque la muerte es la culminación de tu vida. Si has vivido bien, totalmente, llegarás a una cumbre grandiosa. A una cumbre como la de los Himalayas. Pero si sólo has estado arrastrándote por el sueño, si no has vivido en absoluto, si has estado simplemente soñando y creyendo y deseando sin que nunca te haya llegado un solo momento de vida, ni un solo momento de autenticidad y tú has estado representando, ocultándote detrás de máscaras, si nunca fuiste una persona auténtica, si fuiste siempre falso, tu muerte va a ser falsa, no puede ser grandiosa.

El final puede ser grande sólo si todo el recorrido ha sido grande. Cada paso del recorrido contribuye al final. Es algo simple, obvio. Si has estado danzando en tu vida, tu muerte será una gran danza. Si sólo has estado llorando y lamentándote, tu muerte será sólo un lamento y un llanto: no puede ser de otra manera; es la conclusión de tu vida.

Así que recuérdalo: Cada uno vive su vida y cada uno muere su muerte. Tan única y diferente es la muerte, como la vida es única y diferente. Cuando el Buda muere, por supuesto, el Buda muere. Cuando Lieh Tzu muere, por supuesto, Lieh Tzu muere. Sus muertes tienen una gloria, una fragancia… es un florecimiento. En un solo momento toda su vida alcanza la llama suprema. Ellos han llegado, han llegado a casa. Tu muerte no es más que el comienzo de otra vida aburrida. Aquí mueres, allí has nacido. Entras por una puerta, por otra puerta vuelves otra vez a la vida y sigues, por supuesto, la misma ruta; la misma rueda se mueve.

Al valor más elevado en la ética confuciana se lo llama “caballero”. ¿Y quién es un caballero? Por lo general, una persona falsa, hipócrita. ¿Quién es un caballero? Uno que está enmascarado en las maneras, la etiqueta, el carácter, uno que es convencional, tradicional. Un caballero no es un individuo, sólo es un miembro de la sociedad. Él no existe por sí mismo, no tiene vida propia. Él existe sólo como una parte de la sociedad; por tanto, lo que permite la sociedad conforma su vida y lo que la sociedad no permite él se lo deniega. Él elige la sociedad en lugar de la naturaleza. Eso es lo que hace un caballero: elige las leyes hechas por el hombre contra las leyes de la naturaleza. Un caballero or lo general, es alguien que ha traicionado la existencia, un caballero es alguien que ha elegido la sociedad. Y la sociedad está neurótica, la sociedad está enferma, la sociedad no es normal en absoluto. Todavía no ha existido una sociedad normal sobre la tierra. Sólo ocasionalmente unos pocos individuos han sido normales.

La sociedad es anormal, una gran multitud de personas dementes. El caballero es alguien que sigue a esta multitud. Un caballero no tiene alma. Por supuesto, la sociedad le respeta tremendamente. La sociedad tiene que respetar a esta persona, la sociedad le llama mahatma, el “santo”, el “sabio”. La sociedad le respeta porque ha sacrificado su vida por ella.

El hombre real es rebelde. Un hombre real no le da importancia a la respetabilidad, un hombre real vive su vida naturalmente. A él no le importa lo que la sociedad dice o no dice. La sociedad no es una consideración para el hombre real. Si quieres ser falso, entonces la sociedad se tiene que considerar a cada paso: qué decir, cómo decirlo, cuándo decirlo, cuándo no decirlo, cómo vivir, cómo no vivir. La sociedad lo ha determinado todo. Tú sólo tienes que encajar, tú sólo tienes que ser un diente en el engranaje. Un hombre real no es respetado. ¿Cómo puede respetar la sociedad a un hombre real? De ahí que Jesús sea crucificado, de ahí que el Buda sea apedreado, de ahí que Sócrates sea envenenado.

La sociedad acepta a estas personas sólo cuando están muertas. Entonces no hay problema, porque un Jesús muerto no puede ser rebelde, un Sócrates muerto no puede ser rebelde, un Buda muerto se vuelve un avatar. Un Buda vivo es peligroso, pero un Buda muerto puede ser venerado en un templo. Recuerda, cuando estas personas verdaderamente grandes mueren la gente las venera. Cuando están vivas entonces la gente está muy en contra de ellas.

La misma gente que crucificó a Jesús se ha vuelto cristiana; la misma gente. La gente es la misma en todas partes. Jesús era intolerable, pero un Jesús muerto está bien; ¿qué puede hacer él? Un Jesús muerto está en tus manos. Tú lo interpretas, tú construyes teorías sobre él; él no puede tener su propia expresión, tú hablas por él. Siempre pasa esto.

Por tanto, si realmente quieres ser una persona auténtica, nunca te preocupes mucho por lo que la sociedad dice al respecto. No estoy diciendo que vayas contra la sociedad, no; eso no es rebelión, es reacción. Tú sigue a tu naturaleza. Si ella encaja con la sociedad, totalmente de acuerdo, no hay necesidad de ir en contra. Si ella no encaja con la sociedad, totalmente de acuerdo, no hay necesidad de que te adhieras a la sociedad.

Hay una diferencia entre la persona rebelde y el reaccionario. El reaccionario es alguien que va en contra de la sociedad en cualquier circunstancia. Él ha decidido ir en contra de la sociedad incluso si la sociedad está en lo correcto. Algunas veces la sociedad está en lo correcto, porque la sociedad no puede estar absolutamente equivocada… Incluso una persona demente algunas veces está en lo correcto. Incluso esta sociedad demente algunas veces está en lo correcto, de otra forma no existiría. Para que exista, al menos alguna cosa tiene que estar en lo correcto, de otra forma la vida se volvería imposible.

Un reaccionario es precisamente la misma persona tradicional que se ha ido al otro extremo. La persona tradicional se adhiere a la sociedad, acertada o errónea. “Acertado o erróneo, éste es mi país. Acertada o errónea, ésta es mi religión. Acertado o erróneo, éste es mi cura. Acertadas o erróneas, éstas son mis escrituras. Así es el hombre tradicional. Entonces, un día, alguien se pasa precisamente al otro extremo. Dice: “Esté o no en lo cierto esta sociedad, no voy a apoyarla”. Éste es el reaccionario. Son la misma clase de gente, no hay diferencia.

¿Quién es una persona rebelde? La persona rebelde es alguien que no se preocupa por la sociedad en absoluto. Simplemente vive según su ser más profundo; es alguien que sigue su Tao. Si la sociedad encaja con este Tao interior, bien, ella se adhiere a la sociedad, no es reaccionaria. Si la sociedad no encaja con su Tao interior, se queda sola. No es una persona tradicional, convencional, honorable. Su criterio depende de su alma interior.

Con la palabra “caballero” se designa a alguien que ha sido persuadido por la sociedad para que venda su ser auténtico y se apropie de una máscara falsa de la sociedad.

Ahora bien, ¿qué tiene que hacer un caballero con el descanso y la muerte? ¡Un caballero no puede encontrar descanso ni siquiera en la vida! El caballero está muy reprimido, el caballero no ha dejado que todo su ser juegue libremente. Ha denegado mil y una cosas y ellas están bullendo en su interior, ¿cómo puede encontrar descanso? Y si no puedes encontrar descanso en la vida, ¿cómo lo vas a encontrar en la muerte? No te engañes; eso es opio. Tú esperas que algo que nunca sucedió en la vida suceda en la muerte; estás bajo los efectos de una droga.

El caballero no ha amado nunca cuando ha querido amar, el caballero no se ha enojado nunca, el caballero no ha odiado a nadie; no es que no haya odiado, sino que no lo ha mostrado a nadie; no es que no haya odiado, sino que no lo ha mostrado. Todo lo que puede hacer el caballero es cambiar sus expresiones; el ser interior no cambia nunca. La ira surge en él, pero no la muestra, la reprime. Entonces él sigue acumulando mil y una cosas en su interior que producen caos, que bullen por dentro. Puede explotar en cualquier momento; un caballero es una persona con la que es peligroso vivir. No vivas nunca con un caballero o con una dama. Una mujer es hermosa, una dama es fea. Una mujer es natural, una dama es fabricada.

El caballero y la dama son personas fabricadas, simplemente cultivadas, decoradas, falsas, deshonestas. Cuando se enojan, sonríen; cuando te odian, te abrazan. Tú nunca puedes fiarte de ellas, nunca puedes decidir cuándo están sonriendo realmente y cuándo están fingiendo. En realidad, después de una larga práctica, incluso ellos no pueden saber si estaban riéndose realmente o sólo fingiendo que reían, si realmente amaban a esa mujer o si sólo estaban fingiendo.

El caballero es una persona inauténtica. No seas nunca un caballero, no seas nunca una dama. Se un ser humano. Estos son roles, actuaciones. Se veraz; es tu vida. Se auténtico para que ella pueda crecer, porque todo crecimiento se produce cuando somos veraces y auténticos. Posiblemente tendrás que pagar mucho –uno tiene que pagar, tal vez habrá dolor-; todo crecimiento se da a través del dolor; posiblemente tendrás siempre dificultades, pero no hay que preocuparse; vale la pena.

No hay comentarios:

Buscar este blog