sábado, 21 de enero de 2023

EL YOGA Y EL SAMKYA

 

Hay dos tradiciones antagónicas: el Yoga y el Samkya. El Yoga dice que nada puede ser conseguido sin esfuerzo. Todo el Yoga, el Yoga de Patanjali, el Raja Yoga, no es más que esfuerzo. Y está ha sido la idea dominante, porque el esfuerzo puede ser comprendido por muchos, la actividad puede ser comprendida, de modo que el Yoga se ha convertido en la tendencia dominante. Pero, de cuando en cuando, aparece algún extraño personaje ser que proclama, "No hay nada que hacer". Un Nagarjuna, un Krlshnamurti, un Huang Po, todos ellos extraños personajes, dicen, "Nada hay que hacer. No hagas nada. No preguntes sobre el método". Así se expresa el Samkya.

Solamente existen dos religiones en el mundo: Yoga y Samkya. Pero el Samkya, desde siempre, solamente ha atraído la atención de un número muy reducido de personas aquí y allí, y por lo tanto no se conoce mucho. Es por esta razón que se considera a Krishriamurti relativamente novel y original. No lo es, pero puede aparentarlo porque el Samkya es desconocido.

Sólo el Yoga es conocido. Existen ashrams, centros de entrenamiento y yoguis esparcidos por todo el mundo. El Yoga es conocido; la tradición del esfuerzo. Y el Samkya es completamente desconocido. Krishnamurti no ha pronunciado una sola palabra que sea nueva, pero, debido a que no estamos familiarizados con la tradición del Samkya, aparentan serlo. Debido exclusivamente a nuestra bendita ignorancia, existen los revolucionarios.

Samkya quiere decir conocimiento, saber. El Samkya dice: "Es suficiente sólo conocer; basta simplemente con ser consciente".

Pero estas dos tradiciones forman parte de un mismo proceso dialéctico. Para mí no son opuestas, son complementarias y perfectamente sintetizables en una sola. A esta síntesis la llamo, Samkya a través del Yoga, o Yoga a través del Samkya; no hacer a través del hacer. Hoy en día ninguna de estas dos tradiciones opuestas y dialécticas pueden, por separado, servirte de ayuda. Puedes utilizar el Yoga para alcanzar el Samkya,.. ¡y tendrás que emplear el Yoga para alcanzar el Samkya! .

Si eres capaz de entender la dialéctica hegeliana, la cosa te resultará más clara. El concepto de "movimiento dialéctico" no ha sido usado por nadie desde Marx, pese a que éste lo aplica de un modo nada hegeliano. Su utilización queda limitada a un plano exclusivamente material, para la sociedad, para las clases, para demostrar el progreso de las sociedades mediante la dialéctica, la lucha, de clases. Marx dice: "Hegel estaba cabeza abajo y yo le he puesto de nuevo sobre sus pies".

En realidad ocurrió lo contrario. Hegel estaba de pie, y Marx le puso cabeza abajo. De todos modos el concepto sigue siendo igualmente hermoso y significativo; es muy profundo. Hegel afirma: "El progreso de una idea, el progreso de la consciencia, es dialéctico. La consciencia progresa dialécticamente".

Yo voy más allá y digo que cualquier fuerza de la vida progresa dialécticamente, y la meditación es el fenómeno existencial más profundo que pueda ocurrir. Es la explosión de la fuerza de la vida. Es todavía más intensa que la explosión atómica, pues en una explosión atómica explotan solamente átomos de materia, mientras que en la meditación, es una célula viva, una entidad viviente. un ser que vive, el que estalla.

Esta explosión procede dialécticamente. Utiliza la acción sin olvidarse de la no acción, Mucho tendrás que esforzarte, pero recuerda que todo este esfuerzo es solamente para alcanzar el estado donde nada hay que hacer.

El Samkya y el Yoga, parecen simples. Krishnamurti no es nada complicado; como tampoco lo es Vivekananda. Ambos son fáciles de entender porque han elegido un aspecto restringido y parcial de la dialéctica. Parecen muy consistentes. Kríshnamurti es muy consistente, absolutamente consistente. En cuarenta años de charlas, Krishnamurti no ha dicho ni una sola frase inconsistente porque ha elegido sólo una parte de todo el proceso; la opuesta a la por él rechazada. Vivekananda es igualmente consistente: ha elegido la otra parte. Comparado con ellos, puedo parecer muy inconsistente. 0, en todo caso, consistente dentro de mi inconsistencia.

Mi proceso dialéctico es el siguiente: relajamiento a través de la tensión; meditación a través de la acción.

Por esto, hablo del ayuno. Es una acción, una acción muy profunda. El comer no requiere tanta actividad como el dejar de hacerlo. Ingieres la comida y enseguida te olvidas de ella; y no hay más actividad. En cambio, si dejas de tomar alimentos, es una gran acción; no puedes olvidarlo. El cuerpo entero lo recuerda; cada una de tus células está reclamando comida. Todo el cuerpo se encuentra agitado. Está muy activo, activo hasta su mismo centro. No es pasivo.

La danza tampoco es nada pasiva; es muy activa. Al final, acabas por convertirte en puro movimiento. Te olvidas del cuerpo, sólo queda el movimiento. Realmente, danzar es la cosa menos terrenal, el arte menos terrenal, pues es puro ritmo en movimiento. Es absolutamente inmaterial, de modo que no lo puedes aprehender. Puedes atrapar al bailarín, pero nunca a la danza. Se esfuma en el cosmos; está allí, y súbitamente deja de estar. No estaba aquí y de repente aparece. Surge de la nada y luego, de nuevo, vuelve a ella.

Un bailarín está ahí sentado; en él no hay danza alguna. Sin embargo, un poeta puede estar sentado aquí y la poesía puede estar presente: la poesía puede existir en el poeta. Un pintor está aquí: de una forma muy sutil, su pintura sigue con él. Antes de pintar cualquier cosa, eso ya existía en su mente. Pero con el bailarín nada está presente, Y si está presente es que antes que bailarín es un simple técnico y no un bailarín. El movimiento es un fenómeno que nace dentro de uno. El que danza es sólo el vehículo a través del cual se expresa la danza. El movimiento toma el mando.

Uno de los más grandes bailarines de este siglo fue Nijinsky. Terminó loco. Puede que haya sido el más gran bailarín de todos los tiempos, pero el movimiento le absorbía hasta tal punto que el bailarín se perdía en él. En su último año de vida era ya incapaz de controlarlo. En cualquier lugar y en cualquier momento podía empezar a bailar, y cuando danzaba, nadie podía saber cuándo acabaría. Igual podría pasarse bailando una noche entera. Cuando sus amigos le preguntaban, "¿Qué pasa contigo? Empiezas a bailar y eres incapaz de dejarlo", Nijinsky les respondía invariablemente lo mismo: "Soy como una extremidad de un Todo que me impulsa a bailar, y cuando esa fuerza ocupa mi lugar, yo dejo de ser yo... desconozco quién es el que danza en mi lugar". Se volvió loco y lo ingresaron en un manicomio, en donde murió.

Desarrolla una actividad y llévala hasta el límite donde sólo haya dos opciones: o la locura, o la meditación. No existen términos medios.

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