Y la religión, no separando sino uniendo, borrando las divisiones, no haciéndolas, ha alcanzado lo último, lo uno. La ciencia ha llegado al átomo, lo que significa lo mucho, lo infinitamente mucho; la religión ha alcanzado lo uno, lo infinitamente uno. El enfoque es: la ciencia usa la mente, la mente crea divisiones, distinciones claramente definidas; la religión no usa la mente, entonces todas las divisiones desaparecen, entonces todo se convierte en todo lo demás, las cosas se unen. Los árboles se unen con el cielo, el cielo cae en los árboles; la tierra se encuentra con los cielos, el cielo alcanza la tierra.
Y si miras profundamente a la vida, encontrarás que estos místicos están correctos. Todas las divisiones están hechas por el hombre, en realidad no hay divisiones. Son útiles, utilitarias, pero no verdaderas; ayudan en ciertas formas, pero también impiden en algunas otras formas.
Trata de distinguir: durante la última semana te has estado sintiendo muy infeliz; ¿puedes señalar con exactitud el momento en que sentiste la infelicidad? ¿Puedes trazar una línea? ¿Puedes decir: "Exactamente este día a las nueve y media en punto sentí la infelicidad"? No, no lo puedes señalar. Si buscas, de pronto encontrarás que todo es vago, no puedes decir cuándo sentiste la infelicidad. Después estarás feliz, observa cuando te sientas de nuevo feliz. Puedes no haberte dado cuenta porque no estabas consciente en el pasado, pero ahora estás infeliz y en algún momento estarás feliz, porque la mente no puede permanecer en el mismo estado para siempre. No puedes hacer nada. Aun si quisieras permanecer infeliz permanentemente, no podrías. Entonces observa exactamente en qué momento te volverá la felicidad de nuevo. Te vendrá la felicidad y de nuevo se te escurrirá el momento, será vago.
¿Qué quiere decir? Significa que la felicidad e infelicidad no son dos cosas. Por eso es que no puedes hacer la distinción: la una se disuelve en la otra. Se unen entre sí, sus límites se disuelven entre sí. Realmente no tienen límites, son como una ola, son como la montaña y el valle: el valle sigue a la montaña; la ola viene y el vacío le sigue a la ola. ¿Dónde comienza la montaña y donde termina el valle? En ninguna parte. ¡Ambos son uno!
Es tu mente la que dice: "Este es el valle y ésta es la montaña". ¿Puedes tener una montaña sin el valle? Puedes tener un valle sin la montaña? ¿Puedes tener felicidad sin infelicidad? Si lo estás tratando, entonces estás tratando lo imposible. ¿Puedes tener infelicidad sin felicidad? ¡Olvídalo!, porque esta felicidad e infelicidad es más poética. Salud, enfermedad, es más fisiológico. ¡Observa! Cuando te enfermas, exactamente ¿dónde puedes trazar el límite? Y cuando sanas, nadie puede trazar una línea de demarcación... la enfermedad se vuelve salud y la salud se vuelve enfermedad; el amor se vuelve odio y el odio se vuelve amor; la cólera se vuelve compasión y la compasión se vuelve cólera, puede ser incómodo imaginarse esto pero los místicos están en lo cierto.
Fuiste un niño: ¿cuándo te volviste joven? ¿Cuándo te comenzó la juventud? Estás joven, algún día te volverás viejo. Observa y marca eso en el calendario: "Este día me volví viejo". Y si no puedes hacer la distinción de cuándo te volviste viejo, ¿puedes hacer la distinción de cuando estuviste vivo, de cuándo moriste? Aun los científicos están en muchas dificultades sobre eso, de cuándo declarar muerto a un hombre. Todo lo que se sabe hasta ahora es sólo utilitario, no la verdad.
¿Cuándo declarar muerto a un hombre? ¿Cuándo no está respirando? Pero han existido yoghis, que han demostrado en los laboratorios científicos, que pueden permanecer sin respirar aun por diez minutos. Así que: "Cada vez que un hombre muere ya no respira", ese no puede ser el criterio de la muerte. Puede ser que no vuelva a respirar de nuevo, pero éste no es el criterio, porque la gente ha demostrado que puede permanecer por diez minutos sin respirar. Este hombre puede ser un yoghi, puede ser que no desee regresar, pero no tienes derecho ha declararlo muerto. Pero tenemos que declararlo muerto porque tiene que disponerse de los muertos.
¿Cuándo está realmente muerto un hombre? Cuando su corazón deja de latir o cuando su cerebro deja de funcionar. Actualmente hay cerebros en laboratorios científicos sin el cuerpo, y están funcionando. ¿Quién sabe qué es lo que están pensando? ¿Pueden estar soñando? Ni siquiera pueden estar conscientes de que han perdido el cuerpo. Y los científicos que han estado observando los cerebros sin el cuerpo, dicen que tienen también el mismo ritmo: que duermen, que despiertan, duermen y despiertan; y tienen señales de que están soñando y muestran señales de que ahora no están soñando. Muestran señales de que están pensando, muestran señales, a veces, de que están molestos, agitados, tensos y a veces relajados. Adentro ¿qué estarán pensando? No deben estar conscientes de que el cuerpo ya no está pero ¿puedes decir que esas mentes están muertas? Están funcionando bien. ¿Qué parte puede ser el criterio? ¿En qué momento puede ser el criterio?
En la segunda guerra mundial, en Rusia, se dio el caso de por lo menos seis personas, quienes aún están con vida, que fueron declaradas muertas a causa de ataque al corazón. Se les declaró muertas, pero se les bombeó sangre y revivieron. Y ellos todavía están vivos ¿qué sucedió? ¡Se les recuperó!
¿Existe realmente un límite donde la vida termine y la muerte comience? ¡No! Un simple fenómeno ondulatorio, la vida sigue a la muerte tal como una ola es seguida por un vacío. No están separados, son uno, el ritmo de lo uno.
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