sábado, 31 de agosto de 2024

LO INDIVISIBLE

 

¿Qué hacer para conocer lo indivisible? Simplemente pon a un lado el mecanismo que divide, esto es lo que es la meditación. ¡Pon la mente a un lado y observa! ¡Observa sin la mente! ¡Estate consciente sin la mente! ¡Ve! y no permitas que los pensamientos se pongan como una cortina entre tú y el universo. Cuando las nubes y el pensamiento no están presentes, y el sol brilla con total consciencia, el mundo es uno.

"Cuando hagas a los dos en uno, y cuando hagas a lo interno como lo externo, y lo externo como lo interno, y lo de arriba como lo de abajo, y cuando hagas lo masculino y femenino en uno solo, de tal modo que lo masculino no sea masculino y lo femenino no sea femenino, entonces entrarás en el reino".

Y la mayor y más profunda distinción es entre lo masculino y lo femenino. ¿Has observado que nunca te olvidas de que alguien es hombre o mujer? Puedes olvidar su nombre, puedes olvidar su religión, puedes olvidar su cara completamente, pero nunca olvidas si es un hombre o una mujer. Parece que es imposible olvidarlo. Esto significa que el impacto más profundo en tu memoria es hecho por esta división.

Alguien que conociste hace veinte años; no puedes recordar nada, el rostro ha desaparecido, el nombre ha desaparecido, pero era hombre o mujer, eso permanece, se pega. Eso hizo el impacto más profundo en ti, como si lo primero que vieras en el otro es si es un hombre o una mujer. Lo primero que ves y lo último que permanece contigo. Puede ser que no lo estés haciendo conscientemente, pero cada vez que ves a una persona lo primero que notas es si es un hombre o una mujer. Si es mujer te comportas de una manera, si es hombre te comportas de otra forma diferente. Si es mujer, entonces tu hombre interior es atraído ya sea que lo sepas o no. Puedes estar inconsciente de eso, pero tu comportamiento se vuelve más tierno.

Ahora la gente que administra supermercados lo sabe bien. Así que todos los vendedores son reemplazados poco a poco por vendedoras. Tiene que ser así: si los compradores son hombres; entonces es mejor tener vendedoras, porque entonces el comprador no puede decir no tan fácilmente como puede decírselo a un hombre. Cuando una mujer te pone un zapato al pie, cuando te toca los pies, una mujer bella, de pronto el zapato ya no es importante, el zapato se vuelve secundario. Te puede estar ajustado pero dices: "¡Hermoso! Está bueno", tienes que comprarlo. Estás comprando a la mujer no al zapato.

Por eso es que con todo anuncio, razonablemente o no razonablemente, relacionado o no relacionado; consistente o inconsistente; no importa qué tengas que vender, un carro, zapatos o cualquier cosa, tienes que poner una mujer desnuda. Porque el carro no es lo que has comprado sino a la mujer en el carro. El sexo es comprado y vendido, todo lo demás es superficial.

En lo profundo estás buscando sexo en todas partes, Jesús dice: "Y no serás inocente si permaneces buscando sexo". Entonces permaneces dividido: si eres hombre, entonces estás buscando una mujer, si eres mujer estás buscando un hombre. Entonces la búsqueda continuará interesada en lo externo, no puede volverse interna, no puedes moverte hacia adentro, no puedes estar meditativo. La mujer te perturbará, te seguirá. Si resistes, si luchas, si cierras tus ojos, se volverá más y más bella, te tentará.

¿Qué hacer? ¿Cómo trascender esta dualidad? Muchos métodos han sido usados. La mayoría de ellos son simples engaños. La gente dice: "Piensa que toda mujer es tu madre". No habrá mucha diferencia, es un engaño. "Piensa que toda mujer es tu hermana", no hay diferencia, porque ella permanece siendo mujer. Hermana o madre, no hay diferencia, sigue siendo una mujer y tú sigues siendo un hombre. Y la búsqueda profunda continúa, y esa búsqueda es tan biológica que está atrás de tu consciencia, es una "subcorriente".

¡Observa! Estás sentado en tu cuarto, entra una mujer. Obsérvate a ti mismo, qué es lo que sucede. ¡De pronto eres una persona distinta! Y si es bella, entonces estás aun más transformado. ¿Qué sucede? Inmediatamente ya no eres tú, sólo el hombre existe; tú ya no eres, sólo las hormonas sexuales. Ellas comienzan a funcionar y te ponen de lado, tu consciencia se pierde, te vuelves casi inconsciente, te comportas como si estuvieras ebrio.

Hasta ahora no hemos podido descubrir un alcohol mayor que el sexo, una droga mayor que el sexo: inmediatamente cambia todo. Si tomas drogas las cosas se vuelven más coloridas, el sexo es una droga estructural.

Cada vez que estás sexual las cosas se vuelven más coloridas; todo tiene una apariencia diferente, un brillo diferente; estás con más vida, no caminas, corres; no dices nada, cantas. Tu vida se ha vuelto un baile, estás viviendo en una dimensión diferente.

Cada vez que no hay sexo de pronto estás de nuevo en el mundo llano. En el mundo de las cosas descoloridas, sin brillo. No puedes cantar, no puedes correr, todo se ha vuelto aletargado. De nuevo entra una mujer en tu vida o un hombre, y todo toma nuevo color, se vuelve un romance, se vuelve una poesía. ¿Qué está sucediendo? Y si esto continúa sucediendo entonces estarás de nuevo en una dualidad, la más profunda, y esta dualidad no permitirá que veas lo real. Y lo real es bienaventurado, no es feliz ni infeliz.

Lo real está más allá de la felicidad, de la infelicidad. No es ni tenso ni relajado; no es ni oscuridad ni luz, está más allá. Toda la dualidad ha cesado, entonces estás bienaventurado, los hindúes han llamado a eso anand, está más allá de la dualidad. No puedes decir que un sabio esté feliz. No está feliz, porque la felicidad tiene que ser seguida por la infelicidad. No puedes decir que un sabio esté infeliz. Un sabio está en bienaventuranza, él ha pasado la dualidad. Ahora no hay montañas ni valles; se mueve en lo plano, se mueve en un solo nivel. No hay subidas ni bajadas, porque las "subidas" y "bajadas" existen como dualidad.

Así que Jesús dice: "Cuando no hay nada arriba ni abajo, ni subida ni bajada, cuando no hayan dos, no puedes escoger, simplemente existes. Y la existencia está en un solo nivel: no hay olas, el océano es absolutamente silencioso y sin olas, ni siquiera una pequeña onda, porque nada sube y nada baja. El océano se ha convertido en algo como un espejo, sin ondas, toda la agitación ha cesado.

Toda la agitación es a través de la dualidad, y el sexo es la base de toda la dualidad. Puedes dejar todas las otras cosas muy fácilmente, pero la cosa básica que ha de dejarse es el sexo. Y eso es lo más difícil, porque está en cada célula del cuerpo, cada célula de tu ser, eres un ser sexual, naces como un ser sexual. Por eso es que Jesús dijo: "A menos que nazcas de nuevo, nada ayudará". Tal como estás, permanecerás tenso; tal como estás permanecerás en desgracia.

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