sábado, 30 de enero de 2010

EL EGO Y LA NEUROSIS

El ego es el origen de toda neurosis, porque el ego es el centro de toda la falsedad, de todas las perversiones. Todo el problema reside en el ego. Si vives con el ego, antes o después te volverás neurótico, porque el ego es la neurosis fundamental. El ego dice, «Soy el centro del mundo», lo cual es falso, una locura. Solamente Dios, puede decir «Yo». Nosotros somos sólo partes; no podemos decir «Yo». El decir «Yo», es neurótico. Abandona el « Yo» y todas las neurosis desaparecerán.

Entre tú y los locos de los manicomios no hay una gran diferencia. Solamente una diferencia de grados; no de calidad, sino de cantidad. Puede que tú hayas alcanzado los noventa y nueve grados y que ellos hayan pasado de los cien. Tú puedes pasarlos en cualquier momento; la diferencia no es grande.

Acude cuando puedas a los manicomios y observa, porque ése puede ser también tu futuro.

Observa a un loco. ¿Qué le ha ocurrido? Lo mismo que te ha sucedido a ti en parte. ¿Qué le ocurre a un loco? Su ego se ha vuelto tan real que todo lo demás se vuelve falso. El mundo entero se vuelve ficticio; sólo su mundo interior -el ego y su mundo­- es verdadero. Puede que acudas a visitar a un amigo al manicomio y suceda que él ni siquiera te mire, ni siquiera te reconozca. Pero puede que continúe hablando al amigo invisible -tú- que estás sentado a su lado. A ti no te reconoce, pero una parte de su mente es reconocida como el amigo, él habla y él se responde.

Un loco es un hombre cuyo ego se ha apoderado de él totalmente. Y exactamente lo contrario es lo que le ocurre a un Iluminado cuando se ha desembarazado completamente del ego. Entonces es natural. Sin ego eres natural, como un río fluyendo hacia el océano, o el viento pasando a través de los pinos, o la nube flotando en el cielo. Sin el ego eres de nuevo parte de esta inmensa naturaleza, relajado y natural. Con el ego aparece la tensión. Con el ego estás separado. Con el ego te has separado de toda relación. Aunque trates de relacionarte, lo haces protegiéndote. El ego no te permitirá entregarte a nada totalmente. Siempre trata de protegerse a sí mismo.

Si tú crees que eres el centro de la Existencia, entonces estás loco. Si crees que eres una ola en el océano, una parte del Todo, uno con el Todo, entonces nunca podrás volverte loco.

Ahora hay nuevas tecnologías, todo ha cambiado en torno al hombre, pero el hombre sigue siendo el mismo. El hombre moderno no es moderno. Solamente el mundo moderno es moderno. El hombre sigue siendo muy antiguo y viejo. ¿Crees acaso que es moderno? Los objetos han cambiado, pero el hombre sigue siendo casi el mismo. No ha cambiado mucho. Nada cambiará a menos que des el paso para cambiarlo. A menos que la transformación se convierta en tu mismo corazón, a menos que la transformación se convierta en tu misma pulsación y comprendas la estupidez de la mente y su miseria... y entonces des el salto.

Entre dos nubes puedes ver el cielo azul. Tu naturaleza es la no-mente; en ella no hay pensamientos, nada... un inmenso vacío, el azul del cielo. La mente es flotar en la superficie. Entre dos momentos de mente existe siempre un espacio de no-mente. Entre dos pensamientos hay una separación, un intervalo de ausencia de pensamientos.

En el sueño profundo la mente desaparece, la no-mente funciona. La mente es siempre vieja; la no-mente es siempre joven, fresca, original. La no-mente es siempre como la gota de rocío al amanecer: absolutamente fresca, limpia. La mente está siempre sucia. Ha de ser así. Y acumula polvo. Ese polvo es la memoria.

El hombre es siempre viejo, pero existe algo en el hombre que no es ni viejo ni nuevo: la consciencia, que siempre es absolutamente nueva.

viernes, 22 de enero de 2010

EL PENSAMIENTO LÓGICO

La lógica no es infinita, no puede ser infinita. En realidad, la lógica niega todo lo infinito, la lógica posee siempre un límite. Si piensas de forma lógica, y continúas pensando, te encontrarás con el límite de la lógica. Solo con lo infinito entra lo ilógico, con lo infinito entra lo misterioso y lo milagroso. Con su entrada, la caja de Pandora es abierta. De forma que la lógica nunca habla de lo infinito, dice que todo es finito y todo puede ser definido. La lógica teme siempre a lo infinito, le parece que es una vasta oscuridad, se mantiene siempre en un cielo despejado donde todo resulta seguro y sabes hacia dónde vas. Un paso a un lado y entras en lo salvaje y no sabes a dónde vas.

La lógica es un miedo profundo, es una prisión bellamente decorada, pero no es como el inmenso cielo. El cielo no está absolutamente decorado, nada lo embellece pero es inmenso, es suficiente en sí mismo, su misma inmensidad es su belleza. Pero la inmensidad es también terrorífica, porque es apabullante. La mente simplemente vacila ante ella, es algo insignificante. Ante ella, el ego queda hecho pedazos, de forma que el ego crea la hermosa prisión de la lógica, de las definiciones, de la experiencia, todo conocido. Y cierra sus puertas a lo desconocido. Crea un mundo propio, separado, privado. Ese mundo no pertenece al Todo, ha sido separado; toda relación con el Todo ha sido eliminada.

Por esto, la lógica nunca conducirá a nadie a lo Divino, porque ella es humana y ha destruido todos los puentes hacia lo Divino que es un misterium y un tremendum. Es un gran misterio que no puede ser resuelto, no es un acertijo que pueda resolverse. Pero si continúas pensando en forma lógica, entonces llega un momento en el que alcanzas el límite de la lógica. Si continúa pensando más y más, entonces el pensamiento lógico se convierte en contemplación.

Considéralo de esta forma, un filósofo lógico se encuentra sentado en el jardín y observa una rosa. La interpreta, la clasifica. Sabe qué clase de rosa es, de dónde proviene, conoce su fisiología, su química. Lo mira por un lado y otro, y en realidad nunca toca en absoluto a la rosa, deja a la rosa intacta.

Porque la lógica nunca puede tocar una rosa, puede cortarla, puede etiquetarla, clasificarla, encasillarla, pero no la puede tocar. Y aunque la lógica quiera tocarla, no es posible. La lógica no posee corazón y solamente el corazón puede tocar la rosa. La rosa no abrirá sus misterios a la mente, porque lo mental es como una violación. Y la rosa se abre únicamente por amor, no para ser violada.

¿Qué hace un poeta? Simplemente mira la flor, no piensa sobre ella. Esta es la diferencia, es muy sutil. El lógico piensa sobre la flor, el poeta piensa la flor, no sobre ella. Para un poeta la rosa es una rosa, no es “algo sobre” la rosa. El va hacia dentro, hacia el interior de la flor. Entonces la memoria no se introduce. La mente es dejada de lado, es un contacto directo. Pero aún está separado de la flor, el poeta es el sujeto y la flor es el objeto, la dualidad persiste, no ha sido trascendida. El poeta no se ha convertido en la flor, la flor no se ha convertido en el poeta.

Cuando alguien no piensa sobre ella, no piensa ni como lógico, ni como poeta, surge el místico, surge el sabio, el que simplemente es uno con la flor, simplemente está con ella. Permite que la flor está allí y se permite a sí mismo estar allí. En ese momento de apertura surge una unidad, las energías se encuentran y se mezclan y se convierten en uno, la dualidad ha sido trascendida.

sábado, 16 de enero de 2010

EL MIEDO Y EL AMOR

El miedo es la otra cara del amor. Si verdaderamente amas, el miedo desaparece. En un profundo momento de amor la Existencia se convierte en un hogar; no eres un extraño, no eres un extranjero, eres aceptado. Incluso aunque solamente seas aceptado por un solo ser humano, algo en tu interior se abre; como una flor abriéndose en tu ser más interno. Si en tu vida no hay amor, entonces tendrás miedo. Entonces el miedo aparece por todas partes, porque en todas partes aparecen enemigos, no amigos; y toda la Existencia parecer ser ajena a ti.

La oración es el amor más elevado, el amor por el Todo, por la Totalidad. Y aquellos que no han amado no pueden llegar a la oración. La oración significa que amas al Todo y que el Todo te ama. Si en tu interior se produce un florecimiento tan tremendo al amar a un solo ser humano, ¿qué decir, cuando sientes que el Todo te ama? Y si en tu vida no existe ni el amor ni la oración, entonces solamente el miedo….

De modo que el miedo es en realidad la ausencia del amor. Y si el miedo es un problema para ti, eso indica que los estás mirando desde el lado equivocado. El amor debería ser el problema, no el miedo. Si el miedo es el problema, en realidad el problema es que deberías ser más amoroso de forma que alguien pudiera amarte más. Deberías estar más abierto hacia el amor. Es algo así como si tu casa está a oscuras y yo hablo de la luz, y tú dices: “Tú hablas de la luz, sería mejor si hablaras de la oscuridad, porque la oscuridad es nuestro problema. La casa está llena de oscuridad. La luz no es nuestro problema.” Pero ¿no comprendes lo que estás diciendo? Si la oscuridad es tu problema, no hay nada que puedas hacer directamente con la oscuridad. No puedes expulsarla, no puedes sacarla, no puedes hacerla desaparecer. La oscuridad es una ausencia. Si puedes hacer algo has de hacerlo con la luz, no con la oscuridad. Presta más atención a la luz, a cómo descubrir la luz, a cómo crear la luz, a cómo encender una vela en la casa. Y entonces de repente, la oscuridad desaparecerá.

Recuerda: el amor es el problema, nunca el miedo. Recuerda siempre que no puedes hacer de una ausencia el problema, porque con ella no puedes hacer nada, solo de una presencia puedes hacer un problema, porque entonces puedes hacer algo con ella y el problema puede ser resuelto.

Si el miedo es tu problema, entonces medita sobre tu personalidad, obsérvala. Debes haber cerrado tus puertas al amor, eso es todo. Abre esas puertas

Cada individuo es tan único que en realidad es muy difícil encontrar a la persona adecuada que encaje contigo. Es mejor equivocarse que no moverse. Cuando se encuentra a la persona adecuada, algo encaja. No es que no vaya a haber conflictos, no. Si el amor esta vivo, también habrá conflictos. Esto solamente demuestra que el amor es un fenómeno vivo.

A veces la tristeza…porque siempre que haya felicidad, habrá tristeza. Solamente en el matrimonio deja de haber tristeza, porque tampoco hay felicidad. Uno simplemente lo tolera. No temas al amor. Solamente hay una cosa que temer y es al miedo. Teme al miedo y nunca temas a nada más, porque el miedo paraliza. Es un veneno, un suicidio.

Si te pierdes el amor, te perderás la oración, y ese si, es un verdadero problema, porque si tu miedo es el problema, entonces ni siquiera el amor es aún un problema para ti, y de esta forma ¿cómo vas a pensar en la oración? Y si te pierdes el amor nunca podrás rezar, porque la oración es el amor cósmico, es el centro mismo de esta vida y desde este mismo centro puedes pasar a la otra orilla.

Da la espalda al miedo y avanza hacia el amor.

sábado, 9 de enero de 2010

CÓMO LIBERARSE DEL PASADO

El pasado siempre te está siguiendo, vives con tu pasado; en realidad tú eres esos recuerdos, de forma que ¿cómo vas a liberarte de ellos? ¿Quién eres tú más que tus recuerdos? Cuando te preguntan ¿quién eres? Contestas dando tu nombre. Esos son tus recuerdos. Tus padres te dieron ese nombre cuando naciste. Te vuelven a preguntar ¿quién eres? Y tú contarás cosas de tu familia, de tu padre de tu madre, hablarás de tu educación, de tus títulos. Esos son recuerdos.

Si miras verdaderamente tu interior, solamente podrás responder “No lo sé”. Toda respuesta procederá de tu memoria, o de ti. La única y verdadera respuesta puede ser “No lo sé” porque conocerse a uno mismo es lo último. Los que lo saben, guardan silencio al respecto. Porque si se descartan todos los recuerdos y se descarta todo lenguaje, entonces no puedes expresarte sobre quién eres.

Y aún desde otro punto de vista. La mente es el pasado, el recuerdo, todas las experiencias acumuladas, todo lo que has hecho, todo lo que has pensado, todo lo que has deseado, todo lo que has soñado. La memoria es la mente. Y a menos que te desembaraces de la memoria, no serás capaz de controlar tu mente.

¿Cómo liberarse de los recuerdos? Obsérvalos, contémplalos. Recuerda siempre que “Esto me ha sucedido, pero esto no soy yo”. Desde luego que naciste en una determinada familia, pero eso no eres tú, te ha sucedido, ha sido un suceso exterior a ti. Desde luego que alguien te dio un nombre. Ha sido muy útil, pero el nombre no eres tú. Desde luego que has de tener alguna forma, pero la forma no eres tú. La forma es como la casa en la que vives, y el cuerpo te ha sido dado por tus padres. Es un regalo. Pero no eres tú.

Observa y discrimina continuamente. Llegará algún momento en que habrás eliminado todo lo que no eres. De repente en ese estado, por primera vez te encararás con ti mismo, te encontrarás con tu propio ser. Continúa delimitando todas las identidades que no eres: la familia, el cuerpo, la mente. En ese vacío, cuando todo aquello que no eras ha sido expulsado, de repente aparece tu verdadero ser.

La indiferencia es el camino para convertirte en el amo y controlar la mente. ¿Qué sucede entonces? Cuando estas en el centro la confusión de la mente desaparece. La confusión existe porque te encontrabas en la periferia. La mente no es realmente la confusión; la mente, más tú en la periferia sois la confusión. Cuando vas hacia adentro, poco a poco, ves que esa mente pierde su confusión. Las cosas van asentándose, las cosas van armonizándose. Surge un cierto orden.

Toda alteración, toda confusión, todas las corrientes de pensamiento que se te entrecruzan, se aquietan. Esto es muy difícil de comprender porque tu posición en la periferia es esa confusión. Y tú con lo que sabes, estás tratando de deshacer la confusión permaneciendo en la periferia.

La naturaleza odia el caos. La naturaleza ama el orden, favorece al orden, de modo que el caos puede ser solamente un estado temporal. Si puedes comprender esto, entonces no hagas nada con la mente. Deja a esta loca mente a solas. Simplemente observa, no le prestes atención alguna. Recuerda: existe una diferencia entre el observar y prestar atención. Cuando prestas atención a algo, estás interesado en exceso. Cuando simplemente observas, eres indiferente.

“…la mente se vuelve como un cristal puro…”

sábado, 2 de enero de 2010

LOS PENSAMIENTOS Y LA MENTE

La mente no es una cosa, sino un proceso. Un objeto posee una substancia, un proceso es cambiante. Un objeto es como una roca, un proceso es como una ola. Existe pero no sustancialmente. Es simplemente como lo que ocurre entre el viento y el océano: un proceso, un fenómeno.

Esto es lo primero que hay que comprender: la mente es un proceso que no posee sustancia. Si fuera sustancial entonces no podría ser disuelta. Si no posee sustancia, puede desaparecer sin dejar tras ella una sola huella. Cuando una ola desparece en el océano ¿que queda? Nada, ni una sola huella. Por eso, aquellos que han conocido, dicen que la mete es como un pájaro volando en el cielo: tras el no quedan huellas, ni siquiera una señal. El pájaro vuela pero no deja rastro, no deja huellas.

En realidad, la mente no existe. La mente es solo una apariencia. Y cuando profundizas en la mente, desaparece. Solo existen los pensamientos moviéndose a tanta velocidad que te hacen pensar y sentir que allí hay algo que existe en todo momento. Un pensamiento llega, otro pensamiento llega, y otro y así sigue. La separación es tan pequeña que no puedes distinguir el espacio entre un pensamiento y otro. De este modo, los pensamientos se unen, se convierten en un continuo, y debido a esa continuidad crees que existe la mente. Existen pensamientos, pero no mente, de la misma forma que existen electrones, no materia. El pensamiento es el electrón de la mente. Es lo mismo que una multitud, ella existe en cierto sentido y no existe en otro, solo existen individuos. Pero muchos individuos juntos dan la sensación de ser uno.

Los pensamientos son como las nubes, vienen y van, y tú eres el cielo. Cuando deja de haber mente inmediatamente te llega la percepción de que has dejado de estar inmerso en los pensamientos. Los pensamientos están ahí, pasando a través tuyo como las nubes cruzan el cielo. Los pensamientos pasan a través tuyo, y son capaces de hacerlo porque tú eres un inmenso vacío.

La mente no es nada más que la ausencia de tu presencia. Cuando te sientas en silencio, cuando observas profundamente a la mente, la mente simplemente desaparece. Quedan los pensamientos, existen, pero no puedes encontrar a la mente. Pero cuando la mente ha desaparecido, puedes ver que los pensamientos no son tuyos. Desde luego que vendrán y a veces se quedarán un rato contigo, y luego desaparecerán. Tú puedes convertirte en su lugar de descanso, pero ellos no son creados por ti. Ni un solo pensamiento surge de tu ser, siempre proceden del exterior. No te pertenecen, son sin hogar, sin raíces, pero a veces descansan en ti, eso es todo.

Los pensamientos son como una nube descansando sobre una colina. Entonces se van por si mismos, no has de hacer nada. Si simplemente observas, sin juzgar, criticar o comentar, obtienes el control.

La mente es una alteración de la consciencia, al igual que un océano con olas se encuentra agitado, algo extraño ha penetrado allí, el viento, algo desde el exterior ha actuado sobre el océano y aparece un caos. Pero el caos siempre es superficial, las olas siempre son superficiales. En las profundidades no hay olas, no puede haber, porque el viento no llega a las profundidades, de modo que todo sucede en la superficie. Si vas hacia dentro, obtienes el control. Si desde la superficie te diriges hacia el interior, tú no resultarás alterado. Observa desde tu interior y poco a poco el conflicto desaparece.

Los problemas surgen porque vives en la superficie, eres un pequeño bote en la superficie y los fuertes vientos te arrastran y todo el océano enloquece. Luchar no te servirá, resultarás derrotado, tendrás que aceptar las olas, muévete a su ritmo. Permanece relajado y sé natural.

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