sábado, 26 de octubre de 2013

LA MUERTE NATURAL

Es una cosa muy significativa, pero tiene muchas implicaciones posibles. La más simple y obvia es que el hombre muera sin que haya una causa; simplemente se hace cada vez más viejo y pasa de la vejez a la muerte sin que medie ninguna enfermedad. La muerte es simplemente la vejez última y definitiva: todo tu cuerpo, tu mente, dejan de funcionar. Éste es el significado obvio y ordinario de la muerte natural.

Pero para mí, la muerte natural tiene un significado mucho más profundo: uno tiene que vivir una vida natural para tener una muerte natural. La muerte natural es la culminación de una vida vivida de mane¬ra natural, sin inhibición, sin represión; como viven los animales, como viven los pájaros, como viven los árboles, sin división...; una vida desapegada, permitiendo que la naturaleza fluya a través de ti sin poner obstrucción por tu parte, como si estuvieras ausente y la vida se moviera por su cuenta.

En lugar de vivir la vida, la vida te vive a ti, tú eres secundario; entonces la culminación será una muerte natural. Según mi definición, sólo una persona despierta puede morir de manera natural; en los demás casos, las muertes no son naturales porque las vidas tampoco los son.

¿Cómo puedes llegar a una muerte natural viviendo una vida no natural? La muerte reflejará la culminación última, el crescendo de toda tu vida. Es todo lo que has vivido de manera condensada. Muy poca gente ha muerto de manera natural en el mundo porque muy poca gente ha vivido de manera natural. Nuestro condicionamiento no nos permite ser naturales.

Nuestros condicionamientos, desde el principio, nos enseñan que tenemos que ser algo más que la naturaleza, ser sólo natural es ser animal; tenemos que ser sobrenaturales. Y parece muy lógico. Todas las religiones nos lo han estado enseñando -ser humano significa estar por encima de la naturaleza- y han convencido a los seres humanos durante siglos de que tenían que elevarse por encima de la naturaleza.

Nadie ha tenido éxito cuando ha intentado ponerse por encima de la naturaleza. Todo lo que han conseguido es destruir su belleza natural y espontánea, su inocencia.

El hombre no necesita trascender la naturaleza.
Yo os digo que el hombre tiene que desplegar, completar, su naturaleza, lo que no puede hacer ningún animal.
Esa es la diferencia.

Las religiones han sido astutas, han timado y engañado a la gente.

Crearon la distinción de que los animales son naturales y tú tienes que ser sobrenatural. Ningún animal puede ayunar; no puedes convencer a ningún animal de que ayunar es algo divino. El animal sólo sabe que tiene hambre, y no hay ninguna diferencia entre ayunar y tener hambre. No puedes convencer a un animal para que vaya en contra de la naturaleza.

Esto dio una oportunidad a la gente supuestamente religiosa, porque el ser humano al menos tiene la capacidad de luchar contra la naturaleza. Nunca puede salir victorioso, pero puede luchar. Y en la lucha no destruirá la naturaleza, se destruirá a sí mismo.

Así es como el hombre se ha destruido a sí mismo -con toda su alegría, todo su amor, toda su grandeza-, se ha convertido en algo que no es superior a los animales, sino inferior, se mire como se mire. Quizá no hayas pensado nunca en ello, pero ningún animal salvaje es homosexual. Ante la sola idea, todo el mundo animal se moriría de risa. ¡Simplemente es algo estúpido! Pero en el zoo, cuando no hay hembras disponibles, los animales se vuelven homosexuales por pura necesidad.

El hombre ha convertido todo el mundo en un zoo: millones y millones de personas son homosexuales, lesbianas, sodomitas y todo lo demás; todo tipo de desviaciones. ¿Y quién es responsable? La gente que te enseñó a ir más allá de la naturaleza, a lograr la divinidad sobrenatural.

En muchas esferas diferentes, las distintas religiones han intentado hacer del hombre algo por encima de la naturaleza. El resultado, sin excepción, ha sido el fracaso. Naces como un ser natural. No puedes ponerte por encima de ti mismo. Es como intentar elevarte del suelo empujando tus propias piernas hacia arriba. Puede que des un pequeño salto, pero antes o después caerás al suelo, y quizá te hagas alguna fractura. No puedes volar.

Y eso es lo que se ha hecho. La gente ha intentando elevarse por encima de la naturaleza, lo que significa elevarse por encima de sí mismos. No están separados de la naturaleza, pero esa idea les gusta mucho a sus egos: no sois animales, entonces tenéis que estar por encima de la naturaleza; no podéis comportaros como animales. La gente ha intentado que hasta los animales dejen de comportarse como animales; han intentado que estuvieran un poco por encima de la naturaleza.

Para mí, el hombre religioso no es el que está por encima de la naturaleza, sino el que es completamente natural, totalmente natural, el que ha explorado la naturaleza en todas sus dimensiones, el que no ha dejado nada sin explorar.

El hombre tiene la capacidad, la inteligencia, la libertad de explorar. Y si has explorado totalmente la naturaleza, has llegado a casa. La naturaleza es tu casa.

Y entonces la muerte es una alegría, una celebración.

sábado, 19 de octubre de 2013

LO BUENO Y LO MALO

Uno tiene que entender que todo es relativo, no definitivo. Así, lo que a uno le parece bueno, puede parecerle malo a otro. Y no hay contradicción: ambos pueden tener razón.

Que algo sea bueno depende de tus ideas preconcebidas; y lo mismo pasa con lo malo.

Por ejemplo, el Gobierno británico pensó que mi entrada en el país, aunque sea para pasar una noche, no favorece el bien público. El mismo Gobierno, sin embargo, está dispuesto a admitir que los bombarderos americanos, con sus misles, usen sus bases para destruir a un pequeño país como Libia; sin embargo, esto para el Gobierno favorece el bien público.

No hay incoherencia. Según su punto de vista, su sociedad, su cultura, su religión, su país, tienen que ser salvados a cualquier precio, porque creen que son los defensores del bien; a pesar de que el Gobierno británico ha torturado a la humanidad más que ningún otro Gobierno del mundo. Durante trescientos años ha sido el mayor terrorista posible; ha matado a millones de personas en todo el mundo para crear el mayor imperio de la historia. Este Gobierno está completamente sintonizado con la ideología imperialista americana.

Se ha visto obligado por la necesidad a dar la libertad a los países de su imperio; pero no lo ha hecho alegremente ni por voluntad propia. Esos países tuvieron que luchar durante casi un siglo, sin armas. Han sido masacrados sin ninguna consideración hacia los valores humanos.

Recuerdo. En India ocurrió un incidente que puede ser considerado como uno de los más inhumanos de la historia. En Amritsar, la ciudad sagrada de los Sikhs, hay un jardín público muy hermoso, una gran superficie que puede albergar por lo menos a un millón de personas para cualquier reunión, encuentro, discurso. El jardín siempre se ha usado para este propósito. Tiene unas paredes muy altas para que no entren los ruidos del tráfico exterior y dispone de una sola puerta, tan pequeña que sólo puede pasar una persona de vez; no caben dos personas juntas.

Estaba celebrándose una reunión silenciosa de casi un millón de personas: niños, mujeres, ancianos. La oración era: «El Gobierno británico debe cambiar de actitud y debe irse de nuestro país.» Eso no es terrorismo; simplemente estaban rezando y pidiendo un cambio de actitud. Pero el coronel Dyer, que estaba al cargo de aquella zona, se pre¬sentó con sus tropas, dirigió las ametralladoras hacia la gente, y comenzó a disparar. ¡Aquella oración era una revolución contra el imperio!

Sólo había una puerta, y desde aquella puerta estaban disparando a discreción, sin discriminación: niños, mujeres y ancianos. Y nadie podía escapar porque los muros eran muy altos. Dyer mató a toda la muchedumbre; ni un sólo ser humano salió vivo por la puerta. Y esa gente estaba en su país; los británicos eran los terroristas, los que habían estado gobernando su país y explotándolo.

India ha sido rica, ha sido considerada durante miles de años como una gran fuente de riquezas; así la describió Pitágoras, así la describió Alejandro Magno. Tantos invasores...; pero las riquezas de India parecían inagotables. Venían pueblos que invadían el país, se llevaban sus tesoros, se apoderaban de sus hermosas mujeres...

Eso ha estado ocurriendo durante miles de años; los británicos fue¬ron los últimos. Durante trescientos años exprimieron toda la riqueza del suelo indio, hasta la última gota. Y ni siquiera permitían que la gente rezase para que hubiera un cambio de actitud; eso era un crimen contra el imperio. Y no hizo falta ningún magistrado, ni juez; ni siquiera hizo falta un juicio. Simplemente... llega un general y ¡mata a toda esa gente!

Estos imperialistas sienten una profunda simpatía y amistad por América. Naturalmente, se permite el paso a las tropas americanas en nombre del bien público; se permite a América usar las bases para destruir países pequeños o que no se pueden defender.

¿Y por qué destruir Libia? Porque el hombre que gobernaba Libia en esos momento era uno de los políticos más francos del mundo. Alguna vez Gadafi dijo que Ronald Reagan era «un segundo Adolf Hitler.» Y yo, comentándolo, digo que Gadafi se equivoca. Y él estará de acuerdo conmigo cuando explique por qué: el mismo Adolf Hitler: ha pasado a ser un número dos. En ese tiempo Ronald Reagan fue el Adolf Hitler número uno, porque... ¿qué poder tenía Adolf Hitler? Reagan tenía millones de veces más poder. Adolf Hitler no podría haber destruido el mundo; Reagan lo podría haber hecho.

Al Gobierno británico le parece que permitir que Reagan use una base en Inglaterra favorece el bien público. Ambos son imperialistas, ambos están de acuerdo en explotar a la gente, ambos están de acuerdo en que ni el comunismo, ni el socialismo ni nada que se le parezca puede existir en el mundo, ambos están de acuerdo en imponer la cristiandad sobre los pueblos no cristianos: naturalmente Ronald Reagan es un amigo, aunque haga algo inhumano que pueda provocar el estallido de la tercera guerra mundial.

Hay algo que tiene que entenderse claramente: estoy en contra del imperialismo. Estoy en contra de la explotación del hombre, de los seres humanos. Estoy en contra de que se torture o que se mate a los demás para poder tener el poder.

sábado, 12 de octubre de 2013

LO ABSURDO EN LA VIDA

Tienes que comprender el significado de lo absurdo. En la vida, todo lo que es significativo es absurdo. Cuando te enamoras de alguien es absurdo, no es lógico. No puedes dar razones lógicas para explicar por qué te has enamorado de esa persona particular, hombre o mujer. Algo más allá de ti te ha agarrado. No se trata de una acción tuya. Aunque quisieras evitarlo, no podrías; de hecho, estás totalmente desvalido.

Tu alegría en medio de un mundo lleno de miseria también es absurda. No tiene relación posible con la miseria de la humanidad. Estás completamente solo. Todo lo que es valioso -te gusta la música, te encanta la belleza, buscas la verdad, quieres conocerte a ti mismo-, todas ellas son actividades absurdas.

Meditar es absurdo; sería mejor y más lógico ganar dinero.

Yo soy absurdo porque lo que os enseño va en contra de todo lo que os han enseñado. Y os han enseñado cosas durante tanto tiempo que habéis olvidado que son cuestionables.

Por ejemplo, todas las culturas del mundo han creído y han condicionado a los jóvenes con la idea de que el amor es permanente: si amas a una persona, la amarás para siempre. Esta idea ha prevalecido durante siglos en todo el mundo. Parece lógico que si amas a una persona, el mismo fenómeno del amor será permanente.

¿Y por qué la ha aceptado todo el mundo? Porque también deseas que sea permanente. Todo el mundo quiere que su amor sea permanente.

Así pues la idea tradicional y tu deseo se sincronizan, y se hace “verdad”... tanto es así que si tu amor cambia, entonces no sólo los demás, hasta tú mismo empiezas a pensar que no era amor; por eso ha cambiado. No cambias tu idea básica de que el amor es permanente, sino que empiezas a pensar: «Quizá lo que yo pensaba que era amor no es amor, Porque ha cambiado y el amor no cambia.»

Estoy obligado a ser absurdo porque quiero decirte que en la vida todo cambia, a pesar de tus deseos de que no cambie. Poco importa que te sientes junto al río y desees que no fluya, que las estaciones no cambien, que las flores no mueran, que la juventud nunca se transforme en vejez, que la vida no acabe en una tumba.

Deja tus deseos aparte... la existencia no escucha tus deseos, y tampoco los sigue, por muy hermosos y piadosos que sean. La existencia sigue su propio camino.

Todo cambia, y el amor no es una excepción.

Quizá yo sea la única persona que quiere dejar claro a todo el mundo que el amor cambia: comienza, madura, envejece, muere.

Y si se abandona la vieja idea de la permanencia, los celos también desaparecen; los celos no tienen sentido. De la misma forma que te enamoras y no puedes hacer nada al respecto, un día te desenamoras y tampoco puedes hacer nada al respecto. Un brisa entró en tu vida y pasó. Era buena, hermosa, fragante y fresca, y te hubiera gustado que hubiera estado siempre presente. Intentaste con empeño cerrar todas las puertas y ventanas, mantener la brisa fresca y fragante. Pero al cerrar las puertas y ventanas, mataste la brisa, su frescura, su fragancia; adquirió un sabor rancio.

Todos los matrimonios tienen un sabor rancio.

Soy absurdo porque no quiero imponer la lógica -que es humana- sobre la existencia. Cuando tratas de imponer la lógica sobre la existencia sólo te creas desgracias porque vas a fracasar; tu fracaso será absoluto. Millones de personas siguen pretendiendo que se aman. Se amaron una vez, pero ahora sólo es un recuerdo que se hace más tenue cada día. Pero debido a la idea de la permanencia temen decir la verdad.

No es ira, no es odio; no es que haya algo contra el otro. Simplemente ocurre así en la vida: el amor cambia. Es estacional, y es bueno tener verano y tener invierno, y tener lluvias..., tener primavera y otoño.

Puedes vivir toda tu vida como algo lógico o como algo existencial. Lo existencial será absurdo. En un momento es de una forma y en otro momento es de otra. Te queda la opción de aparentar que sigue siendo lo mismo, o de ser honesto y sincero y decir que fue un momento muy bello pero ya pasó.

El oasis pasó y ahora estamos en el desierto, y sabemos que estamos en el desierto; no podemos disfrutar, no podemos estar alegres. Pero seguimos ligados el uno al otro por la idea del amor permanente. El amor permanente es una idea lógica.

El amor real es una rosa real: va a cambiar. Va a ir tomando formas diferentes, tonalidades diferentes desde la mañana hasta la noche; y cuando llegue la noche se irá. Y no creo que haya nada malo en ello.

El amor sólo es un ejemplo. Toda tu vida está llena de cosas así.

A lo único que tendrás que renunciar es a tu mente lógica. Por eso empieza a vivir de una manera existencial aunque ilógica.

El mundo puede decir que eres absurdo, que estás loco... ¿Y qué?

sábado, 5 de octubre de 2013

VIVIR SIMPLE Y NATURAL

Mi mensaje de amor es absolutamente simple; no puede haber nada más simple que él. Pero tu mente es muy compleja, muy truculenta. Hace que las cosas simples parezcan complicadas: ese es su trabajo. Y durante siglos ha sido adiestrada para hacer una sola cosa: complicar tanto las cosas que la vida se haga imposible.

Tu mente se ha convertido en una experta en destruirte, porque tu vida está hecha de cosas simples. Toda la existencia es simple, pero la mente humana ha sido cultivada, condicionada, educada, programada para que las cosas más simples se tuerzan. En el momento en que el mensaje llega a tu mente, deja de ser simple. La mente empieza a interpretarlo, encuentra cosas que no están en él e ignora otras que sí están.

Yo he estado diciendo una cosa y tú has estado oyendo otra, porque no oyes directamente. Existe un mediador, tu mente. En algún sentido es como un censor, impide que muchas cosas entren en ti.

Te sorprendería saber todo lo que impide pasar: un noventa y ocho por ciento. Sólo permite que entre el dos por ciento de lo que se te dice y ni siquiera ese dos por ciento entra en toda su pureza. En primer lugar lo ensucia con sus interpretaciones, con sus experiencias pasadas, con sus condicionamientos, y cuando la mente tiene la sensación de haber comprendido, lo que se ha dicho y lo que se ha oído están en polos opuestos.

Gautama Buda solía contar una historia...; es curioso que todos los grandes maestros hayan utilizado historias. Pero obedece a una causa: cuando se cuenta una historia la mente se relaja, cuando sólo se trata de un chiste la mente se relaja. No hace falta estar tenso o nervioso, sólo se está contando una historia, puedes relajarte.

Cuando se explica algo como el amor, la libertad o el silencio, te pones tenso. Por eso los maestros tienen que utilizar historias sencillas. Quizá al final de la historia se las puedan arreglar para que entre en ti un pequeño mensaje por la puerta de atrás mientras permaneces relajado.

Gautama Buda acostumbraba a decir a sus discípulos después de la charla de la noche: «Ahora id y haced esa última cosa antes de dormir.» Esa última cosa era meditar.

Un día ocurrió que le estaba escuchando una prostituta y también había un ladrón entre el público. Cuando Buda dijo: «Es el momento de que vayáis a hacer la última cosa antes de dormir», todos los sannyasins se fueron a meditar. El ladrón simplemente se despertó. «Pero, ¿qué estoy haciendo aquí?». Era el momento de ir a lo suyo.

La prostituta miró alrededor y sintió que Buda era muy perceptivo, porque mientras pronunciaba aquella frase, le había estaba mirando a ella. Ella se inclinó agradecida porque se le había recordado: «Vete a hacer tus asuntos antes de dormir.»

Un simple frase y tres personas diferentes oyeron cosas distintas. De hecho, debe haber habido más significados porque para algunos la meditación debe haber sido una alegría, y para otros simplemente algo que había que hacer; entonces el significado difiere. Para todos aquellos meditadores el mensaje era el mismo, pero lo que se oyó no podía ser lo mismo.

En toda mi vida no he enseñado nada complicado a nadie. La vida ya es suficientemente compleja, yo no quiero cargaros más. Pero quizá yo haya sido la persona más malinterpretada de este siglo, por el simple hecho de que digo cosas simples que nadie más dice. Yo hablo de lo obvio que todo el mundo ha olvidado, de lo que se da por hecho. Nadie habla de ello.

La mente humana está repleta de equipaje innecesario. En la mente no queda espacio para las realidades que tienes que vivir. Por eso incluso el teólogo más grande es tan confuso en el amor como tú, no entiende la libertad, nunca ha entrado en la distinción entre personalidad e individualidad.

Yo hablo desde el corazón.

No soy un teórico, no hablo desde la mente. Derramo mi corazón en ti, pero si estás escuchándome desde la mente te lo vas a perder.

Si estás dispuesto a abrir otra puerta a tu ser, si estás preparado a escuchar desde el corazón, entonces las cosas que digo son tan simples que no hace falta creer en ellas, porque no hay forma de no creérselas. Son tan simples que no hay forma de dudar de ellas.

Yo estoy en contra de las creencias por la simple razón de que no hace falta creer nada de mi enseñanza. Estoy a favor de la duda, porque mis enseñanzas son tan simples que no puedes dudar de ellas. Todas las religiones del mundo insisten en la importancia de la fe, porque se puede dudar de lo que enseñan. Y todas están en contra de la duda porque la duda destruye todo su edificio.

Yo soy simple y real. No soy metafísico; por eso no hace falta creer en mí. Si me has oído, nacerá en ti una confianza que no es fe, es más parecida al amor; aunque intentes dudar, no podrás. Y cuando no puedes dudar de algo hay una confianza real, sin sombra de duda. Es algo que te transforma simplemente por estar dentro de ti.

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