sábado, 12 de octubre de 2013

LO ABSURDO EN LA VIDA

Tienes que comprender el significado de lo absurdo. En la vida, todo lo que es significativo es absurdo. Cuando te enamoras de alguien es absurdo, no es lógico. No puedes dar razones lógicas para explicar por qué te has enamorado de esa persona particular, hombre o mujer. Algo más allá de ti te ha agarrado. No se trata de una acción tuya. Aunque quisieras evitarlo, no podrías; de hecho, estás totalmente desvalido.

Tu alegría en medio de un mundo lleno de miseria también es absurda. No tiene relación posible con la miseria de la humanidad. Estás completamente solo. Todo lo que es valioso -te gusta la música, te encanta la belleza, buscas la verdad, quieres conocerte a ti mismo-, todas ellas son actividades absurdas.

Meditar es absurdo; sería mejor y más lógico ganar dinero.

Yo soy absurdo porque lo que os enseño va en contra de todo lo que os han enseñado. Y os han enseñado cosas durante tanto tiempo que habéis olvidado que son cuestionables.

Por ejemplo, todas las culturas del mundo han creído y han condicionado a los jóvenes con la idea de que el amor es permanente: si amas a una persona, la amarás para siempre. Esta idea ha prevalecido durante siglos en todo el mundo. Parece lógico que si amas a una persona, el mismo fenómeno del amor será permanente.

¿Y por qué la ha aceptado todo el mundo? Porque también deseas que sea permanente. Todo el mundo quiere que su amor sea permanente.

Así pues la idea tradicional y tu deseo se sincronizan, y se hace “verdad”... tanto es así que si tu amor cambia, entonces no sólo los demás, hasta tú mismo empiezas a pensar que no era amor; por eso ha cambiado. No cambias tu idea básica de que el amor es permanente, sino que empiezas a pensar: «Quizá lo que yo pensaba que era amor no es amor, Porque ha cambiado y el amor no cambia.»

Estoy obligado a ser absurdo porque quiero decirte que en la vida todo cambia, a pesar de tus deseos de que no cambie. Poco importa que te sientes junto al río y desees que no fluya, que las estaciones no cambien, que las flores no mueran, que la juventud nunca se transforme en vejez, que la vida no acabe en una tumba.

Deja tus deseos aparte... la existencia no escucha tus deseos, y tampoco los sigue, por muy hermosos y piadosos que sean. La existencia sigue su propio camino.

Todo cambia, y el amor no es una excepción.

Quizá yo sea la única persona que quiere dejar claro a todo el mundo que el amor cambia: comienza, madura, envejece, muere.

Y si se abandona la vieja idea de la permanencia, los celos también desaparecen; los celos no tienen sentido. De la misma forma que te enamoras y no puedes hacer nada al respecto, un día te desenamoras y tampoco puedes hacer nada al respecto. Un brisa entró en tu vida y pasó. Era buena, hermosa, fragante y fresca, y te hubiera gustado que hubiera estado siempre presente. Intentaste con empeño cerrar todas las puertas y ventanas, mantener la brisa fresca y fragante. Pero al cerrar las puertas y ventanas, mataste la brisa, su frescura, su fragancia; adquirió un sabor rancio.

Todos los matrimonios tienen un sabor rancio.

Soy absurdo porque no quiero imponer la lógica -que es humana- sobre la existencia. Cuando tratas de imponer la lógica sobre la existencia sólo te creas desgracias porque vas a fracasar; tu fracaso será absoluto. Millones de personas siguen pretendiendo que se aman. Se amaron una vez, pero ahora sólo es un recuerdo que se hace más tenue cada día. Pero debido a la idea de la permanencia temen decir la verdad.

No es ira, no es odio; no es que haya algo contra el otro. Simplemente ocurre así en la vida: el amor cambia. Es estacional, y es bueno tener verano y tener invierno, y tener lluvias..., tener primavera y otoño.

Puedes vivir toda tu vida como algo lógico o como algo existencial. Lo existencial será absurdo. En un momento es de una forma y en otro momento es de otra. Te queda la opción de aparentar que sigue siendo lo mismo, o de ser honesto y sincero y decir que fue un momento muy bello pero ya pasó.

El oasis pasó y ahora estamos en el desierto, y sabemos que estamos en el desierto; no podemos disfrutar, no podemos estar alegres. Pero seguimos ligados el uno al otro por la idea del amor permanente. El amor permanente es una idea lógica.

El amor real es una rosa real: va a cambiar. Va a ir tomando formas diferentes, tonalidades diferentes desde la mañana hasta la noche; y cuando llegue la noche se irá. Y no creo que haya nada malo en ello.

El amor sólo es un ejemplo. Toda tu vida está llena de cosas así.

A lo único que tendrás que renunciar es a tu mente lógica. Por eso empieza a vivir de una manera existencial aunque ilógica.

El mundo puede decir que eres absurdo, que estás loco... ¿Y qué?

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