sábado, 30 de junio de 2012

LA ANGUSTIA Y LA ANSIEDAD


Tú siempre actúas con impedimentos, el opuesto siempre está ahí creando el obstáculo, no eres un fluir.

Si amas, el odio siempre está ahí como un impedimento. Si te mueves, algo te mantiene anclado; nunca te mueves totalmente, siempre queda algo, el movimiento no es total, te mueves con una pierna pero la otra no se mueve. ¿Cómo te puedes mover? El obstáculo está ahí. Y este obstáculo, este continuo movimiento de una mitad y no movimiento de la otra mitad es tu angustia, tu ansiedad.

¿Por qué estás sumido en tanta angustia? ¿Qué es lo que crea tanta ansiedad en ti? Hagas lo que hagas, ¿por qué no fluye la felicidad a través de ti? La felicidad sólo puede fluir en la totalidad, nunca en la parte.

Cuando el conjunto se mueve sin impedimento, el mismo movimiento en sí es extático. La dicha no es algo que provenga del exterior es el sentimiento que llega cuando todo tu ser se mueve, el mismo movimiento del todo es felicidad. No es algo que te suceda, que surja de ti, es una armonía en tu ser.

Si estás dividido y siempre estás dividido: medio en movimiento, medio contenido; en parte diciendo sí, en parte diciendo no; medio enamorado, medio odiando; eres un reino dividido hay un conflicto constante en ti. Dices algo pero nunca lo dices totalmente en serio porque el opuesto está ahí obstaculizando, creando impedimentos.

¿Has oído la historia del ciempiés? Un ciempiés caminaba sobre sus cien patas por eso se le llama ciempiés. Es un milagro caminar sobre cien patas, ¡incluso manejar sólo dos es tan difícil! Habérselas con cien patas es casi imposible, pero el ciempiés se las había arreglado para hacerlo.

Una zorra se le acercó curiosa, los zorros son siempre curiosos. El zorro es el símbolo, en el folklore de la mente, del intelecto, de la lógica. Los zorros son grandes lógicos.

La zorra miró, analizó, y no podía creerlo. Dijo: "¡Espera! Tengo que preguntarte algo. ¿Cómo te las arreglas, cómo sabes que secuencia de pies es la que empleas ¡Cien pies! Y caminas tan armoniosamente. ¿Cómo logras esta armonía".

El ciempiés le contestó: "He caminado toda mi vida pero nunca pensé en ello. Dame un poco de tiempo". Cerró sus ojos y por primera vez quedó dividido: la mente como observador y él mismo como observado. Por primera vez el ciempiés fue dual. Siempre había vivido y caminado y su vida era una; no había ningún observador contemplándolo, nunca estuvo dividido, era un ser completo. Ahora, por primera vez, surgió la dualidad. Se hallaba contemplando a su propio ser, pensando. Se había escindido en sujeto y objeto, se había convertido en dos, y entonces empezó a caminar. Era difícil, casi imposible. Cayó al suelo porque ¿cómo arreglártelas para manejar cien pies?

La zorra rió y dijo: "Sabía que sería complicado. Lo sabía de antemano".

El ciempiés empezó a llorar y gritar. Con lágrimas en los ojos dijo: "Nunca fue difícil antes, pero tú me has creado el problema. Nunca podré caminar de nuevo".

La mente ha entrado en el ser; entra en el ser cuando estás dividido. La mente se alimenta de la dualidad. Este es el por qué Krishnamurti sigue diciendo que cuando el observador se con¬vierte en lo observado estás en meditación.

Lo contrario sucedió al ciempiés. Perdió la unidad, se convirtió en dos: el observador y lo observado; dividido; sujeto y objeto; el pensador y el pensamiento. Y entonces todo fue alterado, perdió la felicidad y el fluir se detuvo. Se quedó congelado.

En el momento en que la mente entra, llega como fuerza controladora, como director. No es el amo, es el gerente. Y no puedes llegar al amo hasta que este gerente sea apartado. El gerente no te permitirá alcanzar al amo, el gerente siempre estará en la puerta dirigiendo.

Pobre ciempiés. Había sido siempre feliz. No tenía problemas. Vivía, se movía, amaba, todo sin problemas, porque no había mente. La mente entró con el problema, con la pregunta, la petición. Y hay muchos zorros a tu alrededor, ten cuidado con ellos: filósofos, teólogos, lógicos, profesores, todos a tu alrededor son zorros. Te preguntan y crean alteraciones.

Sin dividir, tú eres vida, dividido te conviertes en algo muerto, cuanto más dividido más muerto.

sábado, 23 de junio de 2012

LAS POLARIDAD DE LA MENTE


Debido a que la mente consiste en polaridades, nunca eres completo. La mente no puede ser total, siempre es parcial. Cuando amas a alguien, ¿has observado cómo suprimes tu odio? El amor no es total, no es íntegro; justo tras él se hallan todas las oscuras fuerzas escondidas y pueden emerger en cualquier momento. Estás sentado en un volcán.

Cuando amas a alguien, simplemente olvidas que tienes ira, que contienes odio, que tienes celos. Te desprendes sencillamente de ellos como si nunca hubieran existido. Pero, ¿cómo puedes deshacerte de ellos? Simplemente los escondes en el inconsciente. En la superficie puedes ser amoroso, en las profundidades se esconde la confusión. Antes o después te hartarás, el amado se volverá familiar.

Se dice que la familiaridad alimenta el desprecio, pero no es que esa familiaridad alimente el desprecio la familiaridad te hace aburrido, el desprecio siempre ha estado ahí, escondido. Emerge, estaba esperando el momento adecuado; la semilla estaba allí.

La mente siempre contiene en sí misma al opuesto, y este opuesto habita en el inconsciente esperando el momento para emerger. Si le observas con detalle lo sentirás en cada instante. Cuando le dices a alguien, te quiero, cierra tus ojos, medita y siente ¿hay algo de odio escondido? lo percibirás. Pero debido a que quieres engañarte a ti mismo, porque la verdad es tan fea- la verdad de que odias a la persona que amas- no quieres encararla. Quieres escapar de la realidad, por esto lo escondes. Pero el esconderlo no ayudará porque no engañas a alguien, te engañas a ti mismo.

Por esto siempre que sientas algo, cierra los ojos y entra en ti mismo y busca el opuesto en alguna parte. Está ahí. Y si puedes ver al opuesto esto te dará equilibrio y entonces no dirás. "Te amo". Si eres auténtico dirás. "Mi relación contigo es de amor y de odio".

Todas las relaciones son relaciones de amor y odio.

Ninguna relación es de amor puro y ninguna relación es de odio puro. Contiene a ambos. Si eres sincero te hallarás en dificultades. Si le dices a una chica, "Mi relación contigo es de amor y de odio". Te amo como nunca he amado a nadie y te odio como nunca he odiado a nadie, te resultará difícil casarte a menos que encuentres una chica meditativa que pueda comprender la realidad, a menos que puedas encontrar una amiga que pueda com¬prender la complejidad de la mente.

La mente no es un mecanismo sencillo, es muy complejo y mediante la mente nunca te volverás sencillo porque la mente sigue creando decepciones. Ser meditativo significa ser consciente del hecho de que la mente te está escondiendo algo, de que estás cerrando los ojos a algo que te incomoda. Antes o después estos molestos hechos emergerán, te dominarán, y te trasladarás al opuesto. Y el opuesto no se halla allí en algún lejano lugar, en alguna estrella: el opuesto se esconde en ti, dentro de ti, en tu mente, en el mismo funcionamiento de tu mente. Si puedes comprender esto, te detendrás en el medio.

Si puedes ver que tú amas y que tú odias, de repente ambos desaparecerán, porque ambos no pueden existir juntos en el consciente. Tienes que crear una barrera: uno ha de existir en el inconsciente y otro en el consciente. Ambos no pueden existir jun¬tos en el consciente, se niegan el uno al otro. El amor destruirá el odio, el odio destruirá el amor; se equilibrarán uno al otro y simplemente desaparecerán. La misma cantidad de odio y la misma cantidad de amor se niegan mutuamente. Repentinamente se eva¬porarán estarás ahí, pero sin amor ni odio. Entonces estás equilibrado.

Cuando estás equilibrado la mente no está allí entonces eres total. Por esto la meditación es un estado de no-mente. A través de la mente no se alcanza. A través de la mente, hagas lo que hagas, no puede lograrse nunca. ¿Qué estás haciendo entonces cuando estás meditando?

Pues debido a que has creado tanta tensión en tu vida estás ahora meditando. Pero esto es el opuesto de la tensión, no es la meditación verdadera. Estás tan tenso que la meditación se ha vuelto atractiva. Es por ello que en Occidente la meditación atrae más que en el Este, porque allí existe más tensión que en el Este. El Este está todavía relajado, la gente no está tan tensa, no enloquece tan fácilmente, no comete suicidio tan fácilmente. No son tan violentos, tan agresivos, no están tan asustados, no están tan temerosos, no están tan tensos. No viven a una velocidad tan endiablada donde nada excepto tensión se acumula.

Donde existe tanta tensión, la meditación atrae. Pero esta atracción supone caer de nuevo en la misma trampa. No es la meditación verdadera, es un truco de nuevo. Meditas durante unos cuantos días y luego te relajas; cuando estás relajado de nuevo surge la necesidad de acti¬vidad y la mente comienza a pensar en hacer algo, en moverse. Estás aburrido...No has trascendido a los polos opuestos.

sábado, 16 de junio de 2012

PERMANECER EN EL MEDIO


Lo más difícil, lo que es casi imposible para la mente es permanecer en el medio, permanecer en equilibrio. Y moverse de algo a su opuesto es lo más fácil. Moverse de un extremo al extremo opuesto es la naturaleza de la mente. Esto se ha de comprender muy bien, porque a menos que lo entiendas, nada podrá conducirte a la meditación.

La naturaleza de la mente es moverse de un extremo a otro. Depende de un desequilibrio. Si estás equilibrado la mente desaparece. La mente es como una enfermedad: cuando estás desequilibrado está ahí, cuando estás equilibrado, no está.

Esto es por lo que le es fácil a una persona glotona ayunar. Parece ilógico, porque creemos que una persona que está obsesionada con la comida no puede ayunar. Pero estás equivocado. Solamente aquel que está obsesionado por la comida puede ayunar, porque ayunar es la misma obsesión en sentido opuesto. No es realmente cambiarte a ti mismo. Todavía estás obsesionado con la comida. Antes te excedías comiendo; ahora estás hambriento pero la mente permanece focalizada en la comida desde el extremo opuesto.

Es difícil para la mente alcanzar la dieta correcta, es difícil para la mente estar en el medio.

¿Por qué es difícil estar en el medio? Es como el péndulo de un reloj. El péndulo va hacia la derecha y entonces se desplaza a la izquierda; de nuevo a la derecha, y de nuevo a la izquierda; el reloj depende totalmente de este movimiento. Si el péndulo permanece en el medio, el reloj se para. Y cuando se mueve hacia la derecha tú crees que sólo está yendo a la derecha, pero al mismo tiempo está adquiriendo inercia para ir a la izquierda. Cuanto más vaya a la derecha, más energía acumula para moverse hacia la izquierda, al opuesto. Cuando se está moviendo hacia la izquierda está acumulando de nuevo inercia para moverse a la derecha.

Y lo mismo sucede con el celibato, ellos han hecho un tema central el volverse célibes, ahora sus mentes están adquiriendo impulso para moverse hacia el sexo. El pensar significa acumular inercia. La mente empieza a disponerlo todo para el opuesto.

Y una cosa más: siempre que te mueves, te estás moviendo también hacia el opuesto. El opuesto está escondido, no es visible.

Cuando amas a una persona estás acumulando inercia para odiarla. Así es como sólo los amigos pueden convertirse en enemigos. No puedes de repente convertirte en un enemigo a menos que hayas sido un amigo. Los amantes se pelean, luchan. Sólo los amantes pueden disputar y pelear, porque, a menos que ames ¿cómo puedes odiar? A menos que te hayas ido al mismo extremo izquierdo, ¿cómo puedes ir al derecho? La investigación actual dice que el tal llamado amor no es más que una íntima enemistad. Tu esposa es tu íntimo enemigo, tu marido es tu íntimo enemigo, ambos íntimos y contrarios. Ellos aparecen opuestos, ilógicos, porque nos preguntamos ¿cómo puede uno que es íntimo ser el enemigo?; uno que es un amigo, ¿cómo puede ser también el enemigo?

La lógica es superficial, la vida penetra más hondo, y en la vida todos los opuestos se hallan juntos, existen juntos. Recuérdalo, porque entonces el meditar se convierte en el equilibrar.

Cuando estás en el medio no estás acumulando inercia alguna. Y en esto está su belleza. Un hombre que no está acumulando impulso para ir a ningún lado, puede estar a gusto consigo mismo, puede sentirse en casa. Tú nunca puedes estar en casa, porque hagas lo que hagas tendrás que desplazarte inmediatamente al opuesto para equilibrar. Y el opuesto nunca equilibra, simplemente te da la impresión de que te equilibras, pero has de ir al opuesto de nuevo.

Hay que comprender que la mente siempre suspira por lo distante, nunca por lo próximo. Lo cercano te aburre, te harta; lo distante te proporciona sueños, esperanzas, posibilidad de placer. Por esto la mente siempre suspira por lo distante. Siempre es la mujer de alguien la que es atracti¬va, hermosa; es siempre la casa de alguien la que te obsesiona; es siempre el coche de alguien el que te fascina. Siempre es lo distante. Estás ciego a lo próximo. La mente no puede ver lo que está muy cerca. Sólo puede ver lo que está muy lejano.

¿Y qué es lo más lejano, lo más distante? Lo opuesto es lo más distante. Amas a una persona, ahora el odio es lo más lejano; estás excediéndote comiendo, ahora el ayuno es lo más distante; eres célibe, ahora el sexo es lo más lejano; tú eres un rey, ser un monje es lo más lejano.

Lo más distante es lo más ensoñador. Atrae, obsesiona, sigue llamando, invitándote, y cuando has alcanzado el otro polo, el lugar desde dónde te has desplazado vuelve a ser atractivo de nue¬vo.

Para la mente lo opuesto es magnético y a menos que a través de la comprensión lo trasciendas, la mente se irá moviendo de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, y el reloj continuará.

sábado, 9 de junio de 2012

LA MEDITACIÓN COMO TEMPLO


Dejad los templos donde están. ¿Para qué suprimirlos? Pero este problema surge cada cierto tiempo.

Por ejemplo, Mahoma dijo que a Dios no se le encuentra en los ídolos, y los musulmanes creyeron que quería decir que había a que destruir los ídolos. Y entonces empezó a suceder en el mundo una cosa muy curiosa; ya había gentes con la locura de construir los ídolos. Ahora, los constructores de ídolos se ocupan celosamente de construir ídolos, mientras que los destructores de ídolos se ocupan día y noche de encontrar modos de destruir los ídolos. Alguien debía preguntarles cuándo dijo Mahoma que se encontraría a Dios destruyendo los ídolos. Es posible que Dios no esté presente en un ídolo, pero ¿quién ha dicho que Dios esté presente en el hecho de destruir los ídolos? Y si Dios está presente en el hecho de destruir los ídolos, ¿qué dificultad hay en que Dios esté presente en el ídolo? Dios también puede estar presente en el ídolo. Y si no está presente en el ídolo, ¿cómo puede estar presente en su destrucción?

No digo que debamos suprimir los templos. Lo que digo es que debemos darnos cuenta de la verdad de que Dios está en todas partes. Cuando nos hemos dado cuenta de esta verdad, todo se convierte en su templo: por tanto, es difícil distinguir el templo de lo que no es templo. En tal caso, cualquier lugar donde estemos será su templo; cualquier cosa que miremos será su templo; cualquier lugar donde reposemos será su templo. Ya no habrá más lugares sagrados de peregrinaciones: todo el mundo será un lugar sagrado. Entonces no tendrá sentido crear ídolos concretos, porque todo lo que exista será imagen suya.

No pretendo que os dediquéis a suprimir los templos ni que disuadáis a la gente de que acuda a ellos. Yo no he dicho nunca que Dios no esté presente en el templo. Lo único que digo es que el que sólo ve a Dios en el templo y no lo ve en ninguna otra parte no tiene el menor conocimiento de Dios.

El que ha llegado a conocer a la divinidad sentirá la presencia de Dios en todas partes: tanto en el templo como en un lugar ajeno al templo. ¿Cómo distinguirá, pues, lo que es un templo de lo que no es un templo? Identificamos el templo como un lugar donde está la presencia de Dios, pero si uno siente su presencia en todas partes, entonces todo lugar es su templo. Ya no será necesario construir templos concretos, ni tampoco suprimir los templos.

He observado que la gente suele cometer con mucha frecuencia el error de comprender algo completamente opuesto a lo que he dicho, en lugar de entender mis palabras. A la gente le interesa más lo que hay que suprimir, lo que hay que destruir, lo que hay que eliminar, no intentan comprender lo que es. Estos errores se producen continuamente.

Uno de los errores fundamentales que comete la persona es oír algo completamente diferente de lo que se le dice. Ahora, algunos de vosotros podrías tomarme por un enemigo de los templos, pero os costaría trabajo encontrar a un persona que aprecie los templos más que yo. ¿Por qué os digo esto? Por la sencilla razón de que me gustaría que toda la Tierra se viese como un templo; lo que me interesa es que todo se convierta en un templo. Pero algunos, después de escucharme, pueden entender que las cosas estarían mejor si suprimiésemos los templos. No serviría de nada librarse de estos templos. Las cosas sólo funcionan bien cuando toda la vida se convierte en un templo.

Ambos grupos están equivocados: los que ven a Dios en los templos y lo que destruyen los templos. El que sólo ve a Dios en el templo comete un error. Éste es su error: ¿A quién ve fuera del templo? Evidentemente, su error es que no ve a Dios más que en el templo. Tu templo es muy insignificante: lo definitivo es muy vasto: no puedes confinar a Dios en tus templos minúsculos e insignificantes. El error de la otra persona es éste: quiere suprimir los templos, destruirlos. Cree que sólo entonces podrá ver a Dios. Tus templos son demasiado pequeños para que sirvan de moradas de Dios o para impedir a nadie ver a Dios. Recordadlo: vuestros templos son tan ridículamente pequeños que no pueden convertirse en la morada de Dios, ni tampoco pueden ser una cárcel donde esté encerrado Dios, que supuestamente quedaría libre al destruirlos. Debéis comprender exactamente lo que os digo.

Lo que os digo es esto: sólo cuando hemos entrado en la meditación entramos verdaderamente en un templo. La meditación es el único templo que no tiene paredes; la meditación es el único templo en que, en cuanto se entra en él, se entra verdaderamente en un templo. Y el que empieza a vivir en meditación empieza a vivir en el templo veinticuatro horas al día.

sábado, 2 de junio de 2012

LA IMPORTANCIA DE SER NADIE


Pero ¿por qué? ¿Por qué este esfuerzo para vivir sin ser nadie? Porque a menos que vivas así no podrás ser dichoso; a menos que te conviertas en un don nadie no podrás alcanzar el éxtasis, a menos que no seas un vacío la bendición no será para ti, seguirás perdiéndote la vida.

Realmente no estás vivo, simplemente te arrastras, simple¬mente te soportas como una carga. Sufrirás mucha angustia, mucho desespero, mucha tristeza, no tendrás ni un solo rayo de bienaventuranza; no podrás. Si tú eres alguien, eres como un sólido bloque de piedra; nada puede penetrarte. Cuando no eres nadie, puedes empezar a hacerte poroso. Cuando no eres nadie, eres realmente un vacío, transparente, todo puede pasar a través tuyo. No hay obstáculo, no hay barrera ni resistencia. Te convertirás en una pasividad, en una puerta.

Ahora mismo eres como una pared; una pared significa ser alguien. Cuando seas una puerta abierta serás una nada. Una puerta es sólo un vacío, cualquiera puede pasar a su través, no hay resistencia ni barreras. Ser alguien... estás loco; ser nadie... entonces estarás cuerdo por primera vez.

Pero la sociedad en general, la educación, la civilización, la cultura, todo te modela y te ayuda a ser alguien. Sin embargo, la verdadera religión observa solamente lo natural, el Tao.

Todas las civilizaciones están en contra de lo natural, porque su intención es convertirte en alguien en particular. Y cuanto más cristalizado, estás siendo alguien, menos podrá lo divino penetrarte.

Acudes a los templos, a las iglesias, a los curas, pero ahí también estás buscando un modo de convertirte en alguien, en el otro mundo, buscando un modo para alcanzar algo, un camino al éxito. La mente anheladora te sigue como una sombra. Donde quiera que vayas, vas con la idea del provecho, del alcanzar, del éxito, del realizar.

Yo solo puedo empujarte al abismo... sin fondo. Nunca alcanzarás nada, simplemente te disolverás. Caerás y caerás y te disolverás, y el momento en que te disuelvas toda la existencia se sentirá en éxtasis. La totalidad de la existencia celebrará este suceso.

Buda alcanzó esto. Por cuestiones semánticas digo "alcanzó"; de otra forma la palabra es aborrecible, no hay un alcanzar, pero tú ya comprendes. Buda alcanza este vacío, esta nada. Cuando Buda alcanzó este vacío dijo: "No he alcanzado nada, más bien, a causa de esta mente, que siempre anda deseosa de alcanzar algo, lo estaba perdiendo todo. No he alcanzado nada, esto no es un logro; más bien al contrario, el hacedor ha desaparecido. Yo ya no soy más, y, date cuenta de su belleza, cuando yo era, yo era desgraciado, y ahora que ya no soy, todo es bienaventuranza, la dicha llueve continuamente sobre mí, por todas partes. Ahora no hay ya aflicción".

Buda había dicho anteriormente: "La vida es aflicción, el nacimiento es aflicción, la muerte es aflicción, todo es desdicha. Y era desdicha porque el ego estaba ahí. Ahora ya no hay más tristeza, más aflicción, más pesadumbre. La existencia se ha convertido en una celebración y debería permanecer como celebración hasta la eternidad, por y para siempre".

Una vez que destruyas con lo que te encuentras identificado, lo indestructible surgirá, está ahí, escondido. Una vez que todo lo no esencial sea eliminado, lo esencial será como una llama viva, en la gloria absoluta.

La mente ordinaria suspira por lo extraordinario, y eso es parte de lo ordinario; la mente común desea ser alguien en particular, eso es parte de lo ordinario. Puedes convertirte en un Alejandro Magno, pero permanecerás ordinario y entonces ¿quién es alguien extraordinario? Lo extraordinario comienza solo cuando tú dejas de suspirar por ello. Entonces el viaje ha empezado, una nueva semilla ha germinado.

Cuando la mente no está allí, la vida sigue en movimiento, pero no está dirigida. Te moverás, cambiarás, serás como el fluir de un río, pero no te dirigirás a ninguna parte, no tendrás metas a la vista. Un hombre perfecto vive sin propósito, un hombre perfecto vive sin motivo alguno. Si le pides a un hombre perfecto: ¿Qué estás haciendo? te dirá, "No lo sé, pero esto es lo que está sucediendo". Es como preguntar a una flor ¿por qué florece?". Esto es un suceder, no está manipulado. No hay nadie que manipule. Cuando exista un propósito siempre permanecerás afligido. ¿Por qué?

Una vez un hombre pidió a un avaro, a un gran tacaño ¿Cómo has logrado tener éxito en acumular tanto dinero?

El avaro le contestó, "Este es mi lema: todo lo que haya de hacerse mañana debería de hacerse hoy, y todo lo que se pueda disfrutar hoy debería de disfrutarse mañana. Este ha sido mi lema". El consiguió amasar una gran riqueza y así es como la gente consigue acumular sin sentido.

Este avaro era también desgraciado. De una parte triunfó acumulando riqueza, de otra triunfó acumulando amargura. Y el lema es el mismo para acumular dinero que para acumular desdicha: haz hoy lo que deba ser hecho mañana, hazlo ahora, no lo demores. Y todo lo que puedas disfrutar ahora mismo, no lo disfrutes ahora, posponlo hasta mañana.

Este es el camino para entrar en el infierno. Siempre tiene éxito, nunca ha fallado. Inténtalo y lo lograrás; o incluso puede que hayas triunfado ya. Puedes haber estado intentándolo sin saberlo. Pospón todo lo que puedas disfrutar, piensa sólo en el mañana.

Jesús fue crucificado por los judíos sólo por esta razón, no por ningún otro motivo. No es que ellos estuvieran en contra de Jesús; Jesús era un hombre perfecto, un bello ser humano, ¿por qué debían los judíos de estar en su contra? Más bien al contrario, habían estado esperando a este hombre. Durante siglos habían estado suspirando y esperando: ¿Cuándo llegará el Mesías?

Y entonces de repente este Jesús declara: "Yo soy el Mesías al cual habéis estado esperando, y he venido ahora. Contempladme".

Ellos se sintieron confusos porque la mente puede esperar, siempre disfruta en la espera, pero la mente no puede encarar el hecho, la mente no puede encontrarse con este momento. Siempre sabe posponer, es fácil posponer: El Mesías vendrá, pronto llegará... Durante siglos los Judíos han estado pensando sobre ello y posponiendo: y entonces este hombre destruye toda esperanza, porque les dice: "Estoy aquí”, la mente se siente entonces turbada. Tuvieron que matar a aquel hombre, de otra forma no les hubiese sido posible vivir con la esperanza del mañana.

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