sábado, 16 de junio de 2012

PERMANECER EN EL MEDIO


Lo más difícil, lo que es casi imposible para la mente es permanecer en el medio, permanecer en equilibrio. Y moverse de algo a su opuesto es lo más fácil. Moverse de un extremo al extremo opuesto es la naturaleza de la mente. Esto se ha de comprender muy bien, porque a menos que lo entiendas, nada podrá conducirte a la meditación.

La naturaleza de la mente es moverse de un extremo a otro. Depende de un desequilibrio. Si estás equilibrado la mente desaparece. La mente es como una enfermedad: cuando estás desequilibrado está ahí, cuando estás equilibrado, no está.

Esto es por lo que le es fácil a una persona glotona ayunar. Parece ilógico, porque creemos que una persona que está obsesionada con la comida no puede ayunar. Pero estás equivocado. Solamente aquel que está obsesionado por la comida puede ayunar, porque ayunar es la misma obsesión en sentido opuesto. No es realmente cambiarte a ti mismo. Todavía estás obsesionado con la comida. Antes te excedías comiendo; ahora estás hambriento pero la mente permanece focalizada en la comida desde el extremo opuesto.

Es difícil para la mente alcanzar la dieta correcta, es difícil para la mente estar en el medio.

¿Por qué es difícil estar en el medio? Es como el péndulo de un reloj. El péndulo va hacia la derecha y entonces se desplaza a la izquierda; de nuevo a la derecha, y de nuevo a la izquierda; el reloj depende totalmente de este movimiento. Si el péndulo permanece en el medio, el reloj se para. Y cuando se mueve hacia la derecha tú crees que sólo está yendo a la derecha, pero al mismo tiempo está adquiriendo inercia para ir a la izquierda. Cuanto más vaya a la derecha, más energía acumula para moverse hacia la izquierda, al opuesto. Cuando se está moviendo hacia la izquierda está acumulando de nuevo inercia para moverse a la derecha.

Y lo mismo sucede con el celibato, ellos han hecho un tema central el volverse célibes, ahora sus mentes están adquiriendo impulso para moverse hacia el sexo. El pensar significa acumular inercia. La mente empieza a disponerlo todo para el opuesto.

Y una cosa más: siempre que te mueves, te estás moviendo también hacia el opuesto. El opuesto está escondido, no es visible.

Cuando amas a una persona estás acumulando inercia para odiarla. Así es como sólo los amigos pueden convertirse en enemigos. No puedes de repente convertirte en un enemigo a menos que hayas sido un amigo. Los amantes se pelean, luchan. Sólo los amantes pueden disputar y pelear, porque, a menos que ames ¿cómo puedes odiar? A menos que te hayas ido al mismo extremo izquierdo, ¿cómo puedes ir al derecho? La investigación actual dice que el tal llamado amor no es más que una íntima enemistad. Tu esposa es tu íntimo enemigo, tu marido es tu íntimo enemigo, ambos íntimos y contrarios. Ellos aparecen opuestos, ilógicos, porque nos preguntamos ¿cómo puede uno que es íntimo ser el enemigo?; uno que es un amigo, ¿cómo puede ser también el enemigo?

La lógica es superficial, la vida penetra más hondo, y en la vida todos los opuestos se hallan juntos, existen juntos. Recuérdalo, porque entonces el meditar se convierte en el equilibrar.

Cuando estás en el medio no estás acumulando inercia alguna. Y en esto está su belleza. Un hombre que no está acumulando impulso para ir a ningún lado, puede estar a gusto consigo mismo, puede sentirse en casa. Tú nunca puedes estar en casa, porque hagas lo que hagas tendrás que desplazarte inmediatamente al opuesto para equilibrar. Y el opuesto nunca equilibra, simplemente te da la impresión de que te equilibras, pero has de ir al opuesto de nuevo.

Hay que comprender que la mente siempre suspira por lo distante, nunca por lo próximo. Lo cercano te aburre, te harta; lo distante te proporciona sueños, esperanzas, posibilidad de placer. Por esto la mente siempre suspira por lo distante. Siempre es la mujer de alguien la que es atracti¬va, hermosa; es siempre la casa de alguien la que te obsesiona; es siempre el coche de alguien el que te fascina. Siempre es lo distante. Estás ciego a lo próximo. La mente no puede ver lo que está muy cerca. Sólo puede ver lo que está muy lejano.

¿Y qué es lo más lejano, lo más distante? Lo opuesto es lo más distante. Amas a una persona, ahora el odio es lo más lejano; estás excediéndote comiendo, ahora el ayuno es lo más distante; eres célibe, ahora el sexo es lo más lejano; tú eres un rey, ser un monje es lo más lejano.

Lo más distante es lo más ensoñador. Atrae, obsesiona, sigue llamando, invitándote, y cuando has alcanzado el otro polo, el lugar desde dónde te has desplazado vuelve a ser atractivo de nue¬vo.

Para la mente lo opuesto es magnético y a menos que a través de la comprensión lo trasciendas, la mente se irá moviendo de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, y el reloj continuará.

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