sábado, 27 de diciembre de 2014

DIOS Y DIABLO

Esa es la diferencia entre religión y ciencia. La ciencia cree que los problemas son objetivos, que provienen de alguna parte en el exterior, que pueden ser cambiados sin que tú cambies. La religión cree que los problemas están en el interior, en mí, o mejor, que yo soy el problema. A menos que yo cambie, nada será distinto. Las apariencias cambiarán, los hombres serán diferentes, pero la substancia seguirá siendo la misma. Crearé otro mundo de problemas. Seguiré proyectando nuevos problemas.

Este hombre, inconsciente de su propio ser, inconsciente de sí mismo, es el creador de los problemas. Sin saber quién es, qué es, con un desconocimiento absoluto de sí mismo, sigue generando problemas porque, a no ser que te conozcas a ti mismo no puedes saber para qué estás viviendo y existiendo. No puedes saber adónde has de ir, no puedes saber cuál es tu destino, y nunca podrás percibir cuál es el sentido. Seguirás haciendo muchas cosas, pero todo te conducirá, en último término, a la frustración. Porque si haces algo sin saber por qué existes, sin saber qué es lo que eres, eso no te va a proporcionar satisfacción alguna. Carecerá se sentido. Has errado el objetivo, tu esfuerzo será desperdiciado y al final todo el mundo se sentirá frustrado.

Los que alcanzan el éxito se sienten más frustrados que los que no lo alcanzan porque los que no lo alcanzan pueden seguir albergando esperanzas. Pero aquellos que tienen éxito no poseen ni esperanzas. Su caso no tiene solución. Por eso digo que no hay fracaso tan grande como el éxito.

La religión piensa en términos subjetivos, en términos objetivos: “Cambia la situación no al hombre”. La religión dice: Cambia al hombre; la situación es irrelevante”. Sea cual sea la situación, una mente distinta, un ser transformado se sitúa más allá de los problemas. Por eso Buda puede estar en absoluta paz viviendo como un mendigo y un Midas no puede vivir tranquilo ni poseyendo el milagro alquímico: toque lo que toque se transforma en oro. La situación con Midas se ha vuelto dorada; todo lo que toca se convierte en oro. Pero esto no cambia nada, al contrario, Midas se encuentra en una situación más complicada.

Nuestro mundo ha creado, mediante la ciencia, una situación como la de Midas. Todo lo que tocamos se convierte en oro. Un Buda, viviendo como un mendigo, se encuentra en una paz y en un silencio tan absoluto que los emperadores se sienten celosos de él. ¿Cuál es el secreto? El énfasis en el hombre, en el interior del hombre, es lo importante, no la situación. Debes pues cambiar el interior del hombre. Y solamente hay un cambio posible. Si creces en consciencia, cambias, mutas. Si disminuyes tu consciencia, también cambias, mutas. Pero si tu consciencia es disminuida retrocedes hacia el mundo animal. Si tu consciencia es incrementada, asciendes hacia el mundo de los dioses.

Una vez adquieres el hábito de sumergirte en la inconsciencia, será más y más difícil incrementar tu consciencia. Será más y más difícil, porque tu cuerpo será incapaz de sostenerte en un estado de consciencia incrementada. Te ayudará a mantenerte inconsciente. No te ayudará a ser consciente. Y cualquier cosa que se convierta en una barrera en la adquisición de consciencia es un problema religioso, no un problema moral.

Sería adecuado comprender la antigua historia bíblica de Adán y Eva. Fueron expulsados del Paraíso; fueron expulsados del Jardín del Edén. Es una historia profundamente psicológica. Dios les permitía comer cualquier fruto excepto uno. Había un árbol que no debía ser tocado y ése era el Árbol del Conocimiento. ¡Es algo extraño ver a Dios prohibiendo a sus criaturas comer el fruto del Árbol del Conocimiento! Parece algo muy contradictorio. ¿Qué clase de Dios es éste? ¿Y qué clase de padre es aquel que está en contra de que sus hijos crezcan en conocimiento y sabiduría? Esta historia ha preocupado a muchos. ¿Por qué Dios tuvo que prohibir el conocimiento? Valoramos en mucho al conocimiento, pero fue prohibido

Adán y Eva existían en un mundo animal. Eran dichosos, pero eran ignorantes. Los niños son felices, pero también son ignorantes. Y los niños, si han de crecer, han de crecer en conocimiento. No hay otra forma de crecimiento. Si eres ignorante puede que seas feliz, pero no eres consciente de tu felicidad.

Esto se ha de entender correctamente. Puedes ser dichoso siendo ignorante, pero entonces no puedes percibir tu dicha, no puedes ser consciente de tu felicidad. En el instante en que empiezas a percibir tu felicidad, dejas de ser ignorante.

El conocimiento ha entrado, te has convertido en uno que sabe. Por eso Adán y Eva existían como animales, absolutamente ignorantes y dichosos. Pero de cerca, esta felicidad no era algo de lo que ellos se dieran cuenta. Eran sencillamente felices sin saberlo.

La historia dice que el Diablo tentó a Eva para que comiera del fruto y la razón por la que el Diablo pudo tentar a Eva fue ésta: le dijo, “Si comes de esta fruta, serás como los dioses. Esto es altamente significativo. A menos que comas de ese fruto del Conocimiento, del fruto del Árbol del Conocimiento, nunca podrás ser como los dioses, seguirás siendo como los animales. Y ese fue el motivo por el cual Dios les había prohibido, vedado, el tocar ese árbol. ¡Pero fueron tentados!

Esta palabra “diablo” (*) es muy hermosa y en particular para los hindúes. Tiene un significado diferente que para los cristianos porque “diablo” proviene de la misma raíz, de la misma palabra, de la cual proviene “deva” o “devata”, dios. “Diablo” y “divino” provienen de la misma raíz. De este modo parece que la historia cristiana es parcial, incompleta de alguna forma. Una cosa si se sabe: el Diablo mismo era un dios rebelde, un ángel rebelde que se alzó contra Dios. Pero en sí, él era un dios.

¿Por qué digo esto? Porque para mí no existen dos fuerzas en el mundo como Dios y el Diablo. Esa dicotomía es falsa. ¡Solamente existe una fuerza! Y la dicotomía no es de dos enemigos, sino de dos polaridades de una misma fuerza, de Dios y el Diablo. Es una misma fuerza operando a través de dos polaridades porque a menos que una fuerza se manifieste en dos polaridades, no puede operar.

Para mí esta historia bíblica adquiere un nuevo significado. Dios lo prohibió porque sólo puedes tentar si prohíbes. Si no se hubiera mencionado para nada al Árbol del Conocimiento, parece improbable que Adán hubiera pensado o imaginado comer de este árbol en particular. El Jardín del Edén era inmenso, había infinitos árboles. Desconocemos el nombre de cualquier otro árbol.

Este árbol se volvió importante debido a que fue prohibido. Esta prohibición se convirtió en una invitación; esta prohibición se convirtió en la tentación. No fue realmente el diablo quien tentó. El primero fue Dios mismo. Esta fue la tentación, “No os acerquéis al Árbol del Conocimiento; no comáis de su fruto. Solamente hay un árbol prohibido excepto en eso, sois libres”. De repente este árbol se convierte en el más importante del Jardín.

Y para mí, “Diablo” es simplemente otra denominación de Divino, la otra polaridad. Y el Diablo tentó a Eva porque entonces podría ser como los dioses; ésta era su promesa. ¿Y a quién no le gustaría ser como los dioses? ¿A quién no le gustaría?

sábado, 20 de diciembre de 2014

LOS DERECHOS HUMANOS (PARTE II)

El Artículo II dice: Todo el mundo es libre de ejercer los derechos y libertades establecidos en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, lengua, religión, opiniones políticas o de otra clase, origen social o nacional, propiedad, nacimiento u otros estados.

Esto son tonterías.

En todas partes hay discriminación... de diferentes formas, en diferentes países, pero la discriminación está ahí.

La Humanidad necesita rebelarse contra los que se dicen humanitarios. Ellos creen que están haciendo un gran servicio.

Por ejemplo, en la India y en muchas partes del mundo, por la misma cantidad de trabajo, a la mujer se le paga menos. Y en esta Declaración se dice que a igual cantidad de trabajo, igual remuneración, se trate de hombre o mujer, blanco o negro; no importa. Pero no es verdad.

Los gobiernos siguen haciendo toda clase de cosas ilegales, toda clase de cosas en contra de los derechos humanos. Y los representantes de los gobiernos hacen esa Declaración sin ninguna vergüenza. Quizá sin sentir siquiera lo que están haciendo. Mienten descaradamente, ¡blancas mentiras!

El Artículo III dice: Todos tienen derecho a la vida, la libertad y la seguridad personal.

Pero la muerte no está incluida; y es importante. Porque el nacer no está en tus manos; sin tu consentimiento, naces. Sólo queda la muerte. Tienes la elección: morir sin tu consentimiento o morir con la dignidad de un ser humano, con tu propio consentimiento, sin darle la oportunidad a la muerte. Yéndote tú mismo cuando has vivido.

Y es que incluir la muerte les preocupa. Entonces todas las religiones y todos los partidos políticos crearían problemas. Todo ha de ser consolador. Vida, pero ¿qué clase de vida?

Varios países que pertenecen al Mercado Común Europeo habían acumulado montañas de mantequilla y otros alimentos. La gente, en Etiopía, se estaba muriendo –mil personas por día- y ellos tenían excedentes. No se los dieron. Los excedentes han de ser arrojados al océano. Aunque para hacerlo se malgasten dos billones de dólares. Y no era el valor de la comida; era simplemente el costo del trabajo de llevarlo y arrojarlo al océano. Lo están haciendo cada seis meses, porque cada seis meses hay excedentes, y se necesitan más almacenes. ¿Y qué van a hacer con ello? Nuevas cosechas siguen llegando. Pero no las darán a Etiopía.

En la India el cincuenta por ciento de la gente vive por debajo del nivel médico de nutrición y otro veinticinco por ciento de la gente en los pueblos come sólo una vez al día; y cuando digo come, no pienses en el Hotel Taj Mahal. Se trata sólo de pan, sal, un poco de salsa de mangos y otras frutas..., eso es todo. No es comida.

A menos que el mundo sea uno, no seremos capaces de darles suficiente alimento a todos.

¿Y qué significa decir que tienes derecho a la vida? Porque la gente está ahí, la gente está muriéndose, la gente se ha muerto. EE.UU está haciendo lo mismo, la Rusia de Stalin hacía lo mismo. No es algo que suceda sólo en Europa. EE.UU arroja cada tres meses sus excedentes, por valor de millones de dólares. Rusia, en tiempos de Stalin, estuvo utilizando trigo en lugar de carbón para sus trenes. Porque el trigo es barato, hay excedentes y el carbón es costoso y difícil de obtener.

La gente se está muriendo; eso no es importante.

La gente se está muriendo de hambre; eso no es importante.

El Artículo XVIII dice: Todo el mundo tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencia, y la libertad, ya sea solo o en comunidad, en público o en privado, de manifestar éstas en la enseñanza, en la práctica, el culto y la observancia.

“Libertad de pensamiento y expresión”. Nunca he hecho otra cosa que expresar mis pensamientos. Si eso es un derecho humano, ningún gobierno tiene nada contra mí. No soy activo políticamente, no estoy interesado en ningún poder. Tan sólo, digo lo que veo de manera más clara que todos esos políticos ciegos.

¿De qué tiene miedo?

Precisamente el Papa convocó a una Conferencia Mundial de Religiones. Todos los principales sacerdotes y líderes de otras religiones han sido llamados. Mis sannyasins en Italia me han escrito: “Estamos insistiendo ante el Papa; su secretario está muy interesado en ti y desea extenderte una invitación, pero el Papa está en contra”. De hecho, durante ocho meses el gobierno italiano ha estado pensando en si me otorgaba un visado de turista por tres semanas o no. El Papa ha sido el causante de toda esta demora.

Y esta gente sigue diciendo: “Amamos la libertad de pensamiento, la libertad de expresión. Nadie ama la libertad de pensamiento. Tiene que ir a tu favor; entonces la amas.

“Libertad de expresión...”. El Papa ha puesto mis libros en la lista negra, ningún católico debe leerlos. Tienen una lista negra. En la Edad Media, cuando un libro aparecía en ella, era quemado en toda Europa. Ahora no pueden hacerlo, pero sí pueden hacer esto: que ningún católico los lea. Y los católicos no son una pequeña minoría: setecientos millones de personas; un mundo en sí mismo. Impedirles que los lean, simplemente significa que se ha aceptado la derrota; significa que no se tiene ninguna respuesta. Entonces, ¿por qué toda esta insensatez acerca de la Declaración de los Derechos Humanos?

El Artículo XIX dice: Todos tienen el derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye la libertad de mantener opiniones sin que sea objeto de intromisiones, y de buscar, recibir e impartir información e ideas mediante cualquier medio de comunicación, prescindiendo de fronteras.

Esto no es cierto. El Parlamento de la India ha iniciado a la gente y a los periodistas indios a que no le concedan ningún espacio a mis ideas. El gobierno americano ha presionado al gobierno indio para que no permita a ningún periodista occidental hacerme una entrevista.

El gobierno americano ha estado haciendo dos cosas: diciendo a todos los gobiernos de Europa y de Australia que deben prohibirme la residencia en sus países, y que desde cualquier lugar debo ser enviado de vuelta a la India.

Así que todos los países de Europa han tramitado resoluciones en sus Parlamentos para que no se me admita ni siquiera como turista por tres semanas.

La idea americana es que no sea permitida mi entrada en ningún país, que a nadie que quiera verme o reunirse conmigo, le sea permitido venir a la India.

Así creen poder destruir el movimiento sannyasin.

Esto sucede en la realidad. Y en palabras, grandiosos y bellos slogans... pero vacíos.

El Artículo XXII dice: Todos tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad.

No veo que te sea permitido tener libertad para desarrollar la personalidad. En primer lugar la gente que escribió esto no sabe que la personalidad es tu parte falsa y no debería ser desarrollada en absoluto. Tu realidad es tu individualidad, la cual tiene que ser descubierta. Pero ellos no hablan de individualidad. Es posible que ni siquiera lo hayan pensado. Porque ellos son sólo personalidades, no tiene todavía su individualidad despierta, alerta. Naturalmente, escriben la palabra “personalidad”. “Personalidad” es una fea palabra. Significa “máscara”; “máscara” es la verdadera raíz de la palabra.

No queremos que la gente lleve máscaras. La gente debería ser natural, espontánea, ella misma.

sábado, 13 de diciembre de 2014

LOS DERECHOS HUMANOS (PARTE I)

En la introducción de esta declaración se dice: “Estamos decididos a eliminar toda forma de intolerancia o discriminación basada en la religión o creencia”. Esto no es cierto en ningún país. Las religiones luchan constantemente y si el gobierno está compuesto de fanáticos religiosos, la minoría es aplastada y destruida por todos los medios posibles. Es un buen deseo, pero la gente que lo desea está completamente equivocada.

En la convención en la cual la ONU proclamó estos Derechos Fundamentales, la Unión Soviética estaba ausente, así como otros ocho países comunistas. EE.UU estaba presente. La Declaración fue adoptada por unanimidad –todos a favor, nadie en contra-. Lo menciono porque el hacer esta declaración fue básicamente una iniciativa de EE.UU. Y éste es el primer país que va en contra de cada derecho humano.

En la década de los 60 EE.UU financió doscientos millones de dólares a los terroristas en Nicaragua, para destruir a un pequeño país que, como Cuba, se hizo comunista, América lo ha inundado de terroristas; miles de millones de dólares son vertidos continuamente, para apoyar a los terroristas con armas y con todo. Y esta Declaración dice que todos los Países son soberanos y ninguno debería interferir en la vida de otro, en su religión –eso es asunto suyo-, en cómo quieren vivir, en qué quieren creer o no creer. No es asunto de nadie más. Si en algún pequeño país la gente ha aceptado como estilo de vida y estructura social el comunismo, ¿quiénes son los EE.UU? ¿Y qué derecho tienen?

Nicaragua apeló al Tribunal Mundial; y el Tribunal Mundial aunque lleno de jueces americanos, le dijo a EE.UU: “Vuestra acción está en contra de la Declaración de los Derechos Humanos. Es criminal”. Ronald Reagan simplemente lo ignoró. Dijo: “No nos importa el Tribunal Mundial, ni sus declaraciones”.

Ahora bien, ésta es la gente que hizo la Declaración. Crearon este Tribunal para decidir en situaciones en las que surgiera algún conflicto, pero esta gente no está dispuesta a escuchar. ¿Ves a los políticos detrás de todo esto? El Tribunal Mundial, la Declaración, todo son fachadas para esconder las cosas. Si algún país pequeño hiciera lo mismo, se le daría la razón al Tribunal, y EE.UU actuaría a su favor para destruir a ese país por estar cometiendo un acto criminal. Pero al ser EE.UU quien comete esta acción criminal, puede simplemente decir: “No nos importa el Tribunal Mundial”.

¿Y qué puede hacer este Tribunal? No tiene ejércitos, no tiene poder. Tiene todo el poder que le ha sido dado a los políticos; pero si los mismos políticos ignoran la ley que ellos han hecho, ¿qué puede hacer el Tribunal?

Y la ONU guarda silencio. Su Tribunal ha sido insultado. Si la gente de la ONU tuviese alguna dignidad, debería disolverla y disolver el Tribunal Mundial, porque, ¿qué sentido tiene? Hoy lo hace EE.UU; otros países lo harán mañana.

En el Artículo 1 se dice: Todos los seres humanos nacen libres.

Esto es una absoluta tontería.

Si todos los seres humanos nacen libres, deja a un niño en libertad: morirá en veinticuatro horas. El hijo del hombre es la criatura más desamparada del mundo. ¿Qué libertad puede tener? No puede caminar, no puede hablar, no puede volar...

De hecho, un científico tuvo la idea –y yo siento alguna simpatía por ella- de que el niño nace más temprano de lo que debería. Necesita por lo menos, nueve meses más en el vientre de la madre, porque no está completo; está creciendo. Mira las crías de los animales. Nacen y empiezan a caminar y a buscar comida; son más independientes y completas. Al niño le es imposible sobrevivir sin el sostén de la madre, del padre, de la familia u otros seres humanos.

¿Qué es lo que te digo, la parte más sibilina de la mentalidad de los políticos es proporcionarte la idea de que no necesitas libertad. “No pidas libertad. Naces libre, todos los seres humanos nacen libres”.

Todos los seres humanos nacen totalmente desamparados y dependientes. Liberarse les puede llevar años. E incluso millones de personas nunca llegan a ser libres. Esta Declaración dice que nacen libres. Yo digo, millones de personas mueren... y aún entonces no son libres. Y tú lo sabes por tu vida: no eres libre.

El marido está presente, la esposa no es libre. La esposa está presente, el marido no es libre. He visto maridos y mujeres caminando por la calle, ¡el marido ni siquiera es libre de mirar aquí o allá! Mira hacia delante como un monje budista, sólo algunos centímetros delante de él. Y su mujer está mirándole de reojo, ¿dónde está él?... ¿qué clase de libertad es ésta? En el momento en que el marido llega a casa, la primera pregunta es: “¿Dónde has estado?” –y eres un hombre libre-. “¿por qué llegas tarde?”.

Y este artículo primero dice: “Todos los seres humanos nacen libres”.

Estas son las estrategias para hipnotizar y condicionar a la Humanidad. Te han dado la idea de que naces libre, así que no hay necesidad de luchar por la libertad, no hay necesidad de crear una revolución interna que te haga realmente libre; libre de todo, libre del cuerpo... porque el cuerpo es una esclavitud.

Oriente es más verás. Dice que naces esclavo, no que naces libre. Tu cuerpo es una prisión, tu cuerpo y tu cerebro son prisiones. Tu conciencia está confinada en un espacio muy pequeño. Y es capaz de expandirse por todo el universo. Como no conoces tu potencial, crees que no eres más que eso.

Para mí estos son los criminales –criminales mayores que los que van a la horca- porque están engañando a toda la Humanidad. Pero el engaño es muy sagaz: “Tú naces libre”. Naturalmente tu libertad no es algo que deba crearse, merecerse, ganarse, algo de lo que tengas que ser digno: ¡Tú ya eres libre! Todo el mundo, todas las religiones, creen que tienes alma, que vienes con un alma. La voz de George Gurdieff es la única en toda la Historia que dice que ningún hombre nace con alma. Que el lugar del alma está vacío. Hay una posibilidad; puedes trabajar, crear el alma, pero no naces con ella.

Yo sé, y Gurdieff sabe, que naces con alma, pero la idea de que naces con alma no ha servido de ayuda. Ha adormecido más al hombre. Nacemos con un alma. Dios está en ti, el reino de Dios está en ti, así que, ¿qué te queda por hacer? Trabajas con ahínco para obtener las cosas que no están en ti –dinero, poder, respetabilidad- porque nadie dice, “Todo niño nace con dinero, con poder político, con respetabilidad”. Nadie dirá eso. Esas cosas hay que ganárselas.

La libertad, la conciencia, Dios... llámalo como quieras, tiene que ser descubierto. Está escondido, dormido. Tienes que convertirlo en algo totalmente dinámico, tienes que hacerlo madurar totalmente. Deberá convertirse en flores y frutos. Pero decirle a la gente: “Has nacido libre e igual en dignidad y derechos...”. Los políticos pueden seguir mintiendo tranquilamente con palabras tan hermosas... destruyendo esas palabras.

Nadie es igual.

Esta es una verdad psicológica.

Ni los cuerpos, ni las mentes, ni los talentos... Entre los genios, no hay ninguno igual. Un Sigmund Freud es un Sigmund Freud, un Bertrand Russell es un Bertrand Russell, un D. H. Lawrence es un D. H. Lawrence. No hay siquiera otro D. H. Lawrence, ni nunca lo habrá.

Cada individuo es único.

Esta idea de igualdad es muy fea, pero se ha vuelto casi la religión del hombre contemporáneo: igualdad.

Yo te digo que es la idea más destructiva que ha penetrado en la mente humana. ¡Hay que recordarte tu ser único!

sábado, 6 de diciembre de 2014

LA CIVILIZACION Y LOS DERECHOS HUMANOS

Una vez le preguntaron a un gran filósofo: “¿Qué piensas de la civilización?”.

El filósofo contestó: “Es una buena idea, pero alguien tiene que transformar la idea en realidad. La “Civilización” todavía no ha ocurrido. Es un sueño del futuro”.

La gente que está en el poder –político, religioso, social-, lo está porque la “Civilización” no ha ocurrido. Un mundo civilizado, un hombre maduro, no necesita naciones –todas esas fronteras son falsas. No necesitas religiones, porque todas las teologías son sencillamente ficciones.

Los que han estado durante miles de años en el poder sacerdotes, políticos, super ricos- tienen todo el poder para impedir la evolución humana. Pero el mejor modo de impedirla es convencer al hombre de que “Ya estás civilizado”. Convencerlo de que “Ya eres un ser humano. No necesitas una transformación; es innecesario”.

Y la debilidad del hombre consiste en que sabiendo perfectamente que no existe lo que denominamos “Civilización”, que no existe lo que denominamos sensibilidad humana, aún cree en todas las mentiras que los políticos le han estado contando, que los sacerdotes le han estado predicando, que los educadores le han estado enseñando, porque parece más sencillo simplemente creer; no necesitas hacer nada más.

Reconocer el hecho de que todavía no eres hombre, crea miedo. La tierra desaparece bajo tus pies.

La verdad te desnuda totalmente, te desnuda de todas las mentiras, te desnuda de todas las hipocresías. Por eso nadie la desea, todos creen poseerla ya.

¿Puedes ver la estrategia psicológica? Si no le quieres dar algo a alguien, convéncelo, hipnotízalo, repítele una y otra vez: “Ya lo tienes”. Y cuando miles de personas a tu alrededor –tus padres, tus maestros, tus sacerdotes, tus líderes- creen en ello, es casi imposible para los recién llegados a este mundo –niños pequeños- no dejarse convencer por esta vieja idea milenaria. Millones de personas vivieron y murieron creyendo que la “Civilización” estaba aquí.

Así que lo primero que quiero que entiendas es que todavía somos bárbaros. Sólo los bárbaros pueden hacer cosas como las que hemos estado haciendo durante miles de años. No seres humanos. En tres mil años, cinco mil guerras... ¿Y llamas al hombre civilizado?

Viendo la Segunda Guerra Mundial, uno puede pensar que se necesita muy poca inteligencia para darse cuenta de que debería ser la última- ¿sólo con ver lo que el hombre se ha hecho a sí mismo...! Pero no, nos estamos preparando para la Tercera Guerra Mundial... y la última.

A Albert Einstein le preguntaron: “¿Puede decirnos algo acerca de lo que va a suceder en la Tercera Guerra Mundial?”.

Y Einstein contestó: “Perdone, no puedo decir nada sobre la Tercera, pero sí sobre la Cuarta”. Su interlocutor no lo podía creer; le dijo: “¡No puede decir nada acerca de la Tercera; ¡tan complicado es...! Pero sí puede decir algo sobre la Cuarta, lo cual es aún más complicado!”.

Albert Einstein dijo entonces: “Ud. no me comprende. Sobre la Cuarta puedo decir algo definitivo, categórico. Y es que la Cuarta nunca sucederá, porque la Tercera destruirá toda la vida; no sólo a los seres humanos; también a las rosas. Todo lo que viva desaparecerá de la Tierra”.

¿Y dices que la Humanidad se ha civilizado?

No, te han engañado. Y la Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, es la misma hipocresía.

Lo primero... mi primera objeción a la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, es que los derechos existen únicamente cuando hay deberes. Los deberes son las raíces; los derechos, las flores: No puedes tener derechos sin deberes. Y celebrar un día al año por los Derechos Humanos... Sin embargo, no se celebra un día por los Deberes Humanos, que es lo primero.

¿Por qué no hablan sobre los deberes? Porque no quieren darte tus derechos humanos. Sin deberes, tan sólo puedes hablar de derechos, pero no los tendrás en tus manos.

Y los políticos que han hecho esta declaración no tienen la menor noción sobre deberes. Te daré algunos ejemplos.

Ellos dicen que todos los seres humanos son iguales. Y, por supuesto, esto satisface el ego de cada ser humano; nadie pone objeciones. Es una de las mentiras más peligrosas que se le han contado al hombre. Y yo te digo, la igualdad es un mito. No hay ni siquiera dos seres humanos iguales, de ningún modo, en ninguna dimensión. No digo que sean desiguales; digo que son únicos, incomparables, así que la cuestión de igualdad o desigualdad no aparece. ¿Eres igual a las columnas de este recinto? Las columnas pueden ser hermosas, pero tú no eres igual a ellas. ¿Significa esto que tú eres inferior a las columnas? Significa simplemente que tú no eres una columna; las columnas, son columnas; tú eres tú.

Cada ser humano es una categoría en sí mismo. Y a menos que reconozcamos el “ser único” de cada individuo, no habrá derechos humanos, ni habrá un mundo civilizado, humano, amoroso, gozoso.

En la Declaración, una y otra vez enfatizan el hecho de que debes amar a todos los seres humanos; sois todos hermanos. ¿Pero has visto alguna vez hermanos que se amen? ¿Hermanos que sean amigos? Nadie pelea como pelean los hermanos. Y el hecho de decir: “Sois todos hermanos”, no lo convierte en realidad.

La gente que proclama estos Derechos Humanos, ¿qué autoridad tiene? ¿Quiénes son? Políticos... Ellos son la causa de todas las guerras, ellos son la causa de toda clase de violencia que suceden en el mundo. Son los que mantuvieron a casi la mitad de la Humanidad –la mujer- en estado de esclavitud. Pero leyendo la Declaración, realmente disfruté mucho... Porque no habla de hermanas, sino sólo de hermanos; las hermanas no cuentan, a pesar de ser la mitad de la Humanidad. Ni siquiera son mencionadas.

Estos políticos se expresan muy bien, son inteligentes, astutos... casi todos provienen de profesiones liberales. Dicen que no debería haber discriminación entre el hombre y la mujer, entre negros y blancos, entre razas, religiones, ideologías políticas. ¿Y quién crea esta discriminación? La misma gente que hace la Declaración.

Esclavizan a la mujer durante siglos, y todavía no están dispuestos a darle su libertad, que, según su propia declaración, es un derecho humano básico.

Los negros fueron tratados como animales. Hasta fines del siglo pasado, eran vendidos, subastados en los mercados como mercancías. Y aún hoy, no son respetados como lo son los blancos.

Y son los blancos –todos estos políticos son blancos- quienes han llevado a la Humanidad al estado de esclavitud durante trescientos años. Todos tenían sus imperios. Inglaterra poseía el mayor; se decía que el sol nunca se ponía en este Imperio. En algún lugar del Impero el sol siempre brillaba y siempre era de día.

Pero otros blancos no se quedaban atrás: franceses, portugueses, españoles, tenían grandes imperios, explotando toda la Tierra. Han sido los parásitos. Y es gracioso que todos estos parásitos estén ahora proclamando los derechos humanos.

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