lunes, 29 de enero de 2018

LOS EFECTOS DE LA RELIGIÒN



La religión es, básicamente, esencialmente, una rebelión. No es conformidad, no guarda relación con la pertenencia a ninguna organización, sociedad, iglesia; porque toda pertenencia proviene del miedo y la religión es libertad. El estar solo produce temor. A uno le gusta pertenecer a una nación, a una iglesia, a una sociedad porque cuando perteneces a una multitud te olvidas de tu soledad. Esta no desaparece, pero te olvidas de ella. Te engañas a ti mismo, creas un sueño a tu alrededor, como si no estuvieras solo. Permaneces solo de todas maneras.

La religión no te da inconsciencia, te da consciencia. Y la consciencia es rebelde. Cuando llegas a estar consciente, no puedes pertenecer a ninguna sociedad, a ninguna nación, a ninguna iglesia, porque cuando te vuelves consciente, también te das cuenta de la austera belleza de la soledad. Percibes por primera vez la música que está continuamente ocurriendo dentro de tu alma ... pero nunca te habías permitido el estar solo para oírla, estar en consonancia con ella, estar unido a ella.

La religión no es conformidad, porque toda conformidad es mecánica. Haces ciertas cosas porque se supone que las hagas. Las haces porque tienes que vivir con la gente y tienes que seguir sus reglas; las haces porque has sido condicionado a hacerlas. Vas a la iglesia, vas al templo, rezas, sigues ciertos rituales, pero todo eso está vacío. A menos que tu corazón esté en ello, todo es muerto y mecánico. Puede que hagas todo tal como está prescrito, sin ningún error, puede ser perfecto, pero aún así estará muerto.

He oído que el Presidente Kennedy tenía que firmar tantas cartas, autógrafos y retratos personales que inventaron un pequeño mecanismo para él. La máquina firmaba por él, y la firma era tan perfecta que ningún experto era capaz de distinguir la mecánica de la verdadera, ni siquiera el mismo Presidente Kennedy era capaz de distinguir la falsa de la verdadera. Malcolm Muggeridge afirma que cuando Kennedy fue asesinado, olvidaron desconectar la máquina, y ésta siguió funcionando. El Presidente siguió firmando cartas personalizadas aún después de muerto. Un mecanismo es un mecanismo.

Te conviertes en un Cristiano: te transformas entonces en un mecanismo. Te comportas como si realmente amaras a Cristo, pero ese "como si" debe recordarse. Te haces Budista: te comportas como si siguieras a Buda, pero no debieras olvidar ese "como si". Tu firma puede ser perfecta, pero surge de un mecanismo muerto.

La religión no es conformidad. La conformidad ocurre entre el individuo y el pasado, y la religión es algo entre el individuo y el presente, la poesía es algo entre el individuo y el futuro. La conformidad significa conformarte con aquellos que ya no son, los muertos, conformarte con Moisés, con Mahavir. Conformarte ahora con Jesús es una cosa muerta; te estás conformando con el pasado. Si te relacionas con el presente, es totalmente diferente. Te revoluciona; te hace renacer.

La conformidad es algo que ocurre entre el individuo y la sociedad. La religión es algo que sucede entre el individuo y la existencia misma. La sociedad es nuestra creación: Dios creó a Adán, no a la humanidad; Dios creó a Eva, no a la humanidad. Dios crea individuos; la humanidad es nuestra invención.

Pero la ficción puede apoderarse de ti; puedes olvidar lo real y aferrarte a la ficción. Conozco personas que quieren amar a la humanidad, y no pueden amar a otro ser humano. ¿Dónde está la humanidad, y cómo vas a amar a la humanidad? Sólo puedes hacer gestos vacíos en el aire.

La humanidad no está en ninguna parte. Donde sea que te la cruces, te cruzarás con seres humanos reales y concretos. La humanidad es una abstracción, una mera palabra. No tiene realidad en sí, una pompa de jabón, nada más. Sólo puedes cruzarte con seres humanos reales. Amar a un ser humano real es muy difícil, pero amar a la humanidad es muy fácil. Es casi igual que no amar a nadie. Amar a la humanidad es igual, equivalente, a no amar a nadie. Entonces no hay problema, no hay dificultad alguna.

La religión es algo que sucede entre la existencia concreta y tú. No tiene nada que ver con ficciones. Y la religión no es tradición. La tradición pertenece al tiempo, la religión pertenece a la eternidad. Para incursionar en la religión, tienes que moverte en el ahora eterno. La religión no tiene historia. En esto, Occidente tiene que aprender algo del Oriente.

En Oriente, nunca nos hemos preocupado por la historia. La razón ... la razón es simple. Toda la historia se refiere al tiempo: lo que sucede en el tiempo es registrado en la Historia. La historia es un libro muerto. Nunca nos hemos interesado por la historia, porque la religión pertenece a la eternidad; no puedes registrarla como un acontecimiento, es un proceso eterno. Sólo puedes registrar su hecho esencial, su verdad esencial; no las ondulaciones que ocurren en el río del tiempo.

Por eso, si vas a un templo Jaina y ves los veinticuatro teerthankaras, estarás confundido, no sabrás quién es quién. Todos se parecen. No le encontrarás ningún sentido ¿por qué los veinticuatro teerthankaras de los Jainas se parecen? No pueden parecerse, existieron en diferentes épocas, eran diferentes individuos pero no nos hemos preocupado acerca de los acontecimientos que ocurrieron en el tiempo.

“El cuerpo" es un acontecimiento en el tiempo. La diferencia entre los cuerpos es historia pasada, pero el ser más interno, que está en la eternidad, es el mismo dentro de mí, dentro de ti, dentro de todo el mundo. La forma difiere, pero el centro más interno es el mismo. Aquellos veinticuatro teerthankaras de los templos Jainas dicen algo acerca del ser más interno. Es por ese motivo que fueron esculpidos en forma idéntica. Mira a Buda. También se parece a Mahavir; no hay diferencia. No son hechos, son verdades.

A la religión no le interesan los hechos, le interesa la verdad. Los hechos pueden ser aprendidos en los libros, la verdad nunca lo será. Si te llegas a interesar demasiado por los hechos, tus ojos se nublarán y confundirán, y no podrás conocer la verdad. ¡Cuidado con los hechos! te pueden hacer equivocar el camino. Escoge la verdad. Trata siempre de encontrar la verdad; no te molestes demasiado con los hechos. Los hechos son irrelevantes.

Lo que cambia es el hecho, y lo que permanece siempre igual es la verdad. Tu cuerpo es un hecho: un día fuiste un niño, ahora eres un joven o un viejo; un día naciste, un día morirás, el cuerpo cambia, pero el tú que habita en el cuerpo, que lo ha convertido en su morada temporal, ese tú es eterno, ésa es la verdad. No tiene forma, no tiene cualidades. Es inmortal; es eternidad.

La religión no es una tradición; por lo tanto, no la puedes pedir prestada. Tendrás que arriesgarte tú mismo; tendrás que ganártela. Tendrás que jugarte la vida por ella, ésa es la única forma que hay. No puedes llevártela a un precio barato. Si la quieres barata, te llevarás una imitación.

La religión no es una consolación. Es, por el contrario, un desafío: Dios desafía al hombre, Dios ronda al hombre, Dios grita una y otra vez: "¡Retorna! ¡Entronízame!". No te dejará tranquilo. Seguirá tocando a tus puertas; seguirá creando tormentas en tu ser, en tu espíritu; te seguirá agitando. No dejará que te conformes con menos. A menos que obtengas lo supremo, no se te permitirá descansar. La religión es un desafío, es una gran tormenta. Es como la muerte; no es una consolación.

Las mal llamadas religiones, las religiones organizadas, son consuelos. Te consuelan, esconden tus heridas. No te agitan, no te llaman y no te invocan. No te piden que seas aventurero, no te piden que seas atrevido, no te atraen hacia una vida peligrosa. Son como lubricantes.

En una sociedad tan numerosa necesitas lubricantes a tu alrededor, para que no se produzca tanto conflicto. Te puedes mover fácilmente, el movimiento no es demasiado difícil, y no te rozas con el vecino. No surge conflicto, el lubricante fluye a tu alrededor.

Vas a la iglesia como un lubricante. Ayuda, ayuda en una forma social; es una formalidad. Si satisfaces esa formalidad, te vuelves respetable. Es como hacerse miembro del Rotary Club, es respetable, ayuda. Te haces miembro de una iglesia y eso también ayuda. Te haces miembro de una religión y eso también ayuda. La gente piensa que eres religioso.

Cuando la gente cree que eres religioso, puedes engañarles más fácilmente. Teniendo a tu alrededor una vestidura de religiosidad, tienes un arma potencial a tu disposición. Tu religión es un consuelo para ti mismo, y también representa respetabilidad. De hecho, es política, diplomacia, parte de la lucha por la supervivencia, parte de tu ambición, parte de toda la política del ego. Es el juego político por conseguir el poder.

Estas cosas deben recordarse cuando trates de entender a Jesús. La religión tampoco equivale a moralidad. La moralidad, nuevamente, es sólo las reglas del juego. Aquellos que quieran jugar el juego social, tienen que seguir sus reglas, tal como cuando juegas a las cartas, tienes que respetar ciertas reglas. No es que esas reglas sean nada supremo, no es que provengan de Dios. Tú creas el juego; tú creas las reglas y sigues esas reglas. Pero si deseas jugar, tienes que seguir las reglas.

La moralidad es un juego; cambia, varía. De una sociedad a otra, de una edad a otra, de un período a otro, va variando. Depende, no hay nada de lo supremo en ella.

sábado, 20 de enero de 2018

LA VACIEDAD


Cuando estás absolutamente vacío, Dios te llena. Cuando estás desocupado, sólo entonces eres. Tus actos ocurren sólo en la periferia. Todos los actos están en la periferia; buenos y malos, todos. Si eres un pecador, estás en la periferia; si eres un santo, también estás en la periferia. Para hacer el mal tienes que salirte de ti mismo; para hacer el bien también tienes que salirte de ti mismo.

La acción es externa, la no acción es interna. La no acción es tu yo privado, la acción es tu yo público. No les estoy enseñando a ser santos; de ser así, habría sido muy fácil: no hagas esto, no hagas aquello; modifica sólo la periferia, modifica tus actos.

Estoy intentando algo totalmente diferente, una mutación, no un cambio de una parte de la periferia a otra parte de la periferia, sino una transmutación desde la periferia hacia el centro. El centro está vacío, absolutamente vacío. Ahí, tù eres. Hay ser, no hacer.

Esto necesariamente te pasará a veces: sentado ante mí, te preguntarás qué es lo que estás haciendo aquí. Nada; no estás haciendo nada aquí. Estás aprendiendo a sólo ser, no a hacer cómo no hacer nada: sin acción, sin movimiento ... como si todo se detuviera, como si el tiempo se detuviera. Y en ese instante de no movimiento estás en sintonía con el presente, estás en sintonía con Dios.

Los actos se convierten en parte del pasado. Los actos pueden ocurrir en el futuro, pueden ocurrir en el pasado; pero Dios está siempre en el presente. Dios no tiene pasado ni futuro. Y Dios no ha hecho nada; cuando piensas que Èl ha creado el mundo, estás creando su imagen según tu propio criterio. No puedes quedarte sin hacer nada, te vuelves demasiado inquieto, esto te hace sentir demasiado incómodo, así que también has concebido a Dios como un creador.

No sólo como un creador: los Cristianos dicen que durante seis días Èl creó, y que al séptimo día descansó. La Biblia dice que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza. La verdad parece ser exactamente la opuesta: el hombre ha creado a Dios a su imagen y semejanza. Dado que no puedes permanecer desocupado, piensas ¿qué haría Dios si no estuviese creando al mundo? Y debido a que te cansas haciendo cosas, piensas que Dios también debe haberse cansado después de seis días, así que al séptimo día, El descansó.

Esto es sólo antropomórfico. Estás concibiendo a Dios tal como te imaginas a ti mismo. No, Dios no ha creado el mundo; el mundo surge de su no actividad, el mundo surge de su no acción. El mundo es un florecimiento de Dios, tal como un árbol lo es.

¿Crees que un árbol está creando las flores, esforzándose mucho, haciendo ejercicios, planeando, interrogando a los expertos? El árbol no está haciendo nada en lo absoluto. El árbol está ahí, absolutamente desocupado. En ese estado de desocupación, la flor florece por sí sola. Y recuerda, si algún día los árboles se vuelven locos tan locos como lo es el hombre, y empiezan a tratar de producir las flores, las flores dejarán de brotar. No surgirán, porque siempre surgen sin esfuerzo.

Observa a una flor: ¿puedes ver algo de esfuerzo en ella? El ser mismo de una flor es tan carente de esfuerzo; simplemente se abre. Pero no podemos concebirlo. Los pájaros cantando por la mañana; ¿crees que van a aprender con alguien? ¿Crees que están haciendo algo cuando en la mañana empiezan a cantar? No, nada de eso. Sale el sol, y la canción surge de su vaciedad. El milagro más grandioso en el mundo es que Dios ha creado sin hacer absolutamente nada. Es algo que sale de la nada.

He estado leyendo acerca de Wagner, un compositor y gran músico alemán. Alguien le preguntó a Wagner: "¿Puedes revelar el motivo por el cual creaste tan bella música y cómo lo hiciste?".

Wagner contestó: “Porque era desgraciado". Dijo: "Si hubiese sido feliz, no hubiera escrito ni siquiera una nota". Y agregó: "La gente, desgraciada tiene que llenar su vida con imaginación, porque a su realidad le falta algo". Y tiene razón, en muchos sentidos. Gente que nunca ha amado escribe poesía acerca del amor. Es un sustituto. Si el amor se ha presentado de verdad en la vida, ¿quién va a molestarse en escribir poesía acerca de él? Uno mismo sería el poema; no sería necesario escribirlo.

Wagner dijo: "Los poetas escriben acerca del amor porque el amor se les ha escapado". Y después formuló una declaración tremendamente significativa. Dijo: "Y creo que Dios creó al mundo porque era desgraciado". Una gran comprensión, pero este descubrimiento viene al caso para el hombre, no para Dios.

Si me preguntas a mí si Dios creó al mundo, en primer lugar, Êl no es un creador, sino creatividad; pero para usar la vieja expresión, Dios creó al mundo, no porque Èl fuera infeliz, sino porque era tan feliz que su abundancia desbordó; Èl tenía demasiado.

El árbol no está floreciendo en el jardín porque sea desgraciado. La flor sale solamente cuando el árbol tiene demasiado que compartir y no sabe qué hacer con ello. La flor es un desborde. Cuando el árbol no está bien alimentado, sin suficiente agua, cuando no ha recibido la cuota correcta de luz del sol, de cuidados y amor, no florece, porque el florecimiento es un lujo. Sólo sucede cuando tienes demasiado, más de lo que necesitas. Cuando sea que tienes demasiado, ¿qué es lo que haces? Se transformará en un peso, será una carga; tienes que dejarla ir. El árbol brota y florece; su momento de lujo ha llegado.

El mundo es el lujo de Dios: un florecimiento. Èl tiene tanto; ¿qué hacer con ello? Lo comparte, lo tira, comienza a expandirse, comienza a crear.

Pero recuerda siempre: Èl no es un creador de la misma forma que el pintor que pinta. El pintor está separado de la pintura. Si el pintor muere, la pintura seguirá viviendo. Dios es un creador como un bailarín lo es: el baile y el que baila son uno solo. Si el bailarín se detiene, la danza se detiene.

No puedes separar el baile del bailarín, no puedes decirle al bailarín: "Dame tu danza para llevármela a casa. Estoy dispuesto a adquirirla". La danza no puede ser adquirida. Es una de las cosas más espirituales del mundo, porque no puede ser comprada. No puedes irte con ella, no puedes transformarla en una mercancía. Cuando el bailarín está bailando, está allí; cuando el bailarín se ha detenido, desaparece como si nunca hubiera existido.

Dios es creatividad. No es que Èl creara algo en el pasado y después se detuviera y descansara. ¿Y qué ha estado haciendo desde entonces? No; Èl está creando continuamente. Dios no es un acontecimiento, es un proceso.

No es que Èl creara en una ocasión y después se detuviera. En ese caso, el mundo estaría muerto. Está creando continuamente, tal como los pájaros cantan y los árboles florecen y las nubes se mueven en el cielo. Èl está creando y no necesita tomarse ningún descanso, pues la creatividad no es un acto; no puedes cansarte. Surge de Su nada.

A esto nos referimos en el Oriente cuando decimos que Dios es vacío. Sólo la nada puede ser infinita; cualquier objeto será, necesariamente, finito. Só1o de la nada es posible una infinita expansión de vida, de existencia, de ninguna otra cosa. Dios no es alguien; Èl es nadie, O, más correctamente, una nadiedad. Dios no es algo; Èl es nada, o, aún más correctamente, ninguna cosa, ningún objeto. Èl es un vacío creativo.

¿Qué es lo que les estoy enseñando? Les estoy enseñando lo mismo: llegar a ser vacíos creativos, no activos, que se deleiten sólo siendo.

Te asustas cuando no estás haciendo nada, porque entonces te encuentras de improviso con el vacío creativo. Ese es el rostro de Dios. Estás en un caos, estás cayendo en un abismo infinito y no puedes ver el fondo. No hay un fondo.

Sentado ante mí, ¿qué es lo que estás haciendo? Sólo estar sentado. Eso es lo que zazen significa. En Zen, a la meditación la llaman "zazen". Zazen significa sólo sentarse, sin, hacer nada. Si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso es suficiente, más que suficiente; nada más es necesario. Si sólo puedes estar sentado sin hacer nada ni siquiera fabricar pensamientos o sueños, si sólo puedes estar sentado cerca de mí, eso lo hará todo.

Te has convertido en un habitante de la oscuridad. Has vivido en la oscuridad durante tanto tiempo que tus ojos tienen miedo. No importa lo que digas que te gustaría vivir en la luz tus hábitos profundamente enraizados se encogen y dicen: "¿Dónde vas?". Tienes una gran inversión en la oscuridad.

Todo tu conocimiento está relacionado con la oscuridad. En la luz, serás absolutamente ignorante. Toda tu sabiduría y experiencia surgen de la oscuridad; en la luz te encontrarás desnudo. Todo lo que sabes pertenece a la oscuridad; en la luz, estarás como un bebé inocente, como un niño pequeño, sin saber nada.

Han vivido en la esclavitud y ahora temen ser libres. Hablan acerca de la libertad, la libertad absoluta, pero si te observas a ti mismo, te darás cuenta de que siempre que la libertad se cruza en tu camino, huyes. Te asustas. Quizás hablas de la libertad sólo para engañarte a ti mismo; quizás es un sustituto, el sustituto del que habla Wagner.

Estás esclavizado; nunca has conocido la libertad. Hablas de la libertad, cantas canciones de libertad, y a través de esas canciones obtienes una engañosa satisfacción, como si hubieras llegado a ser libre. Es como si hubiera libertad.

Has vivido en un contacto demasiado profundo con la mente, y te has apegado demasiado a ella. Crees que todo lo que dice la mente es correcto; confías en que todo lo que para la mente es seguridad, es seguridad para ti. Ahí está todo el malentendido. La muerte de la mente será vida para ti, y la vida de la mente no es otra cosa que la muerte para ti.

La identidad tiene que romperse. Tienes que llegar a darte cuenta de que no eres la mente. Sólo entonces puedes estar cerca de mí, sólo entonces desaparecerán los esfuerzos por marcharte y escapar. De lo contrario, puedes encontrar razones para marcharte, pero todas esas razones serán falsas. La verdadera razón será ésta: que no fuiste capaz de dejar entrar la luz, que no fuiste capaz de dejar que el amor entrara y destruyera tu mente, destruyera tu ego y te diera un renacer.

sábado, 13 de enero de 2018

LOS LADOS DEL SER


El ser tiene dos lados, el exterior y el interior. El exterior puede ser público, pero el interior no puede serlo. Si el interior se vuelve público, perderás tu alma, perderás tu rostro original. Entonces vivirás como si no tuvieras ser interior. La vida se volverá monótona, fútil. Esto le ocurre a la gente que lleva una vida pública: políticos, actores de cine. Se vuelven públicos, pierden su ser interior completamente, no saben quiénes son, excepto por lo que el público dice de ellos. Dependen de la opinión de los demás, no tienen un sentido de su propio ser.

Una de las actrices más famosas, Marilyn Monroe, se suicidó, y los sicoanalistas han estado cavilando acerca del motivo que tuvo para hacerlo. Fue una de las mujeres más bellas que nunca han existido, una de las que más éxito tuvo. Hasta el Presidente de Estados Unidos, Kennedy, estaba enamorado de ella, y tuvo otros miles de amantes. Uno no puede imaginar qué más se puede tener. Ella lo tenía todo.

Pero ella era pública, y lo sabía. Hasta en su cámara de amor, cuando el Presidente Kennedy estaba allí, ella solía llamarle Señor Presidente como si no estuviera haciendo el amor a un hombre, sino que a una institución.

Ella era una institución. Poco a poco se dio cuenta de que no tenía nada privado. Una vez alguien le preguntó ella recién había posado desnuda para un calendario, y alguien le preguntó: "¿Tenías algo puesto mientras posabas para el calendario?".

Ella contestó: "Sí, tenía algo puesto. La radio".

Expuesta, desnuda, sin un yo privado. Mi sensación es que se suicidò porque éste era el único acto que podía hacer en privado. Todo era público, aquello fue lo único que pudo hacer por sí misma, sola; algo absolutamente ìntimo y secreto. Las figuras públicas, por lo general, siempre se sienten atraídas hacia el suicidio, porque sólo a través del suicidio pueden vislumbrar quiénes son.

En las relaciones humanas corrientes, la privacidad es necesaria. Y cuando preguntas acerca de la relación entre un Maestro y su discípulo, es necesaria aún más privacidad, porque es una transmisión de la más alta energía posible al hombre. Es la más alta cima de amor, donde un hombre se vierte a sí mismo en otro, y el otro se transforma en un útero receptivo. Incluso una ligera alteración alguien mirando bastará para transformarse en obstáculo.

El secreto tiene su propia razón de existir. Recuerda eso, y recuerda siempre que te comportarás muy estúpidamente en la vida si llegas a ser completamente público. Será como si alguien volviera sus bolsillos al revés. Esa será tu forma como bolsillos vueltos al revés. No hay nada malo en ir hacia afuera; pero recuerda que ésa sólo es una parte de la vida. No debería llegar a convertirse en la totalidad.

No estoy hablando de moverse en la oscuridad para siempre. La luz tiene su propia belleza y su propia razón. Si la semilla permanece en la oscuridad para siempre, y nunca sale a recibir el sol de la mañana, morirá. Tiene que ir a la oscuridad para brotar, para reunir fuerzas, para vitalizarse, para renacer, y después tiene que salir y enfrentarse al mundo y a la luz, las tormentas y las lluvias. Tiene que aceptar el desafío del exterior.

Pero ese desafío sólo puede ser aceptado si estás profundamente enraizado en tu interior. No estoy diciendo que se vuelvan escapistas, no estoy diciendo que cierren los ojos, que se vuelquen hacia adentro y nunca salgan. Estoy simplemente diciendo: ve hacia adentro, para que puedas salir con energía, con amor, con compasión. Ve hacia adentro, para que cuando salgas no seas un mendigo, sino un rey; ve hacia adentro, de modo que cuando salgas tengas algo que compartir: las flores, las hojas.

Ve a tu interior, para que tu salida se vuelva más rica, y no se empobrezca. Y recuerda siempre que cuando te sientas exhausto, la fuente de energía está adentro. Cierra tus ojos y sumérgete en tu interior.

Establece relaciones externas; y establece también relaciones internas. Naturalmente que siempre habrán relaciones externas te mueves en el mundo, habrá relaciones de negocios pero eso no debería ser todo. Tienen que tener su parte, pero debe haber algo absolutamente secreto y privado, algo que puedas llamar tuyo.

La vida surge de esa fuente interior y se extiende al cielo exterior. Tiene que haber un equilibrio, yo siempre estoy por el equilibrio. Así que no diré, como Mahatma Gandhi, que tu vida debería ser un libro abierto, no. Algunos capítulos abiertos, de acuerdo. Y algunos capítulos completamente cerrados, en total misterio. Sí sólo eres un libro abierto, estarás de pie en la plaza del mercado, desnudo, sólo con la radio puesta. No, no es así como debe ser.

Si el libro entero está abierto, serás sólo el día sin la noche, sólo el verano sin el invierno. Entonces, ¿dónde descansarás y dónde te centrarás y adónde te refugiarás? ¿Dónde irás cuando el mundo sea demasiado para ti? ¿Dónde irás a orar y a meditar? No, mitad y mitad es perfecto. Deja la mitad de tu libro abierto abierto a todo el mundo, al alcance de todo el mundo y deja que la otra mitad de tu libro sea tan secreto que sólo a invitados especiales se les permita entrar.

Sólo rara vez se le permite a alguien entrar en tu templo. Así es como debería ser. Si la multitud está entrando y saliendo, el templo deja de ser un templo. Puede ser la sala de espera de un aeropuerto, pero no puede ser un templo. Sólo rara vez, muy rara vez, permites a alguien que entre en tu yo. Eso es el amor.

sábado, 6 de enero de 2018

LA CONFIANZA Y LA FE


La gente que vive con la naturaleza es real, porque con la naturaleza tienes que serlo; de lo contrario, ella no te admitirá. Con la naturaleza tienes que estar vivo; de lo contrario, no podrás arreglártelas con ella. Cuanto más rodeado estés de cosas que no son naturales, menos natural te vuelves. Si vives rodeado por mecanismos, tú mismo te transformarás en un mecanismo.

Se dice que a un hombre se le conoce por su compañía. Yo te digo: un hombre está hecho por su compañía. Si vives rodeado por elementos mecánicos como está viviendo el hombre moderno poco a poco te vuelves irreal. Si vives con la naturaleza con los árboles, las rocas, el mar, las estrellas, las nubes y el sol no puedes ser irreal, no puedes ser falso. Tienes que ser real, porque cuando te encuentras con la naturaleza, ésta crea algo dentro de ti que es natural. Respondiendo continuamente a la naturaleza, llegas a ser natural.

Un hombre que vive con la naturaleza siempre es confiado. Un granjero que siembra semillas tiene que confiar. Si dudara, nunca sembraría semillas, porque hay mil y una posibilidades de duda: sí este año la tierra va a hacer lo mismo que hizo el año pasado o no. ¿Y quién sabe? la tierra puede haber cambiado de idea. ¿Quién sabe sí va a llover o no? ¿Quién sabe respecto al sol si saldrá mañana por la mañana o no? Sentado en tu cómoda silla rodeado de tus libros puedes dudar, no arriesgas nada; pero si un granjero que trabaja en el campo con la tierra duda, está perdido; si un pescador duda, está perdido.

Al vivir con la naturaleza, surge la confianza. La confianza es natural al hombre, tal como la salud es natural; la duda no es natural, tal como la enfermedad, no lo es. Un niño nace confiado. No estoy hablando acerca del niño moderno, quizás el niño moderno no nace confiado, porque nace en un clima de escepticismo.

El clima de hoy es de escepticismo. Hasta un niño es receloso, duda, es escéptico. Antiguamente, hasta los viejos eran confiados; toda la atmósfera era de confianza, de fe. Era gente sana.

Obsérvate a ti mismo: cuando dudas, algo se encoge dentro de ti: te vuelves pequeño, diminuto. Te pones duro, muerto, y ya no fluyes te quedas helado. Cuando surge la confianza, fluyes nuevamente. Los bloqueos se derriten y te expandes, te vuelves amplio. Cuando confías, alcanzas un clímax de estar vivo; y cuando dudas, caes hacia la muerte.

Es debido a que el hombre moderno carece de confianza que las drogas han empezado a tener tanto atractivo para él. No parece haber otra manera de sentir al ser y a la consciencia expandidos. Las drogas son métodos químicos para sentir, por unos momentos o por unas horas, una expansión de la consciencia. La confianza te da eso en forma fácil y gratuita. La confianza te lo da no por unos pocos momentos se convierte en una cualidad eterna en ti. ¡Y la confianza no tiene efectos secundarios!

Si me preguntas, te lo diré: si quieres expansión de consciencia, la confianza es la única droga segura y aquellos que nunca han conocido lo que es la expansión de la consciencia, aún no han vivido. La consciencia puede seguir y seguir expandiéndose, olas de felicidad yendo hacia los rincones mismos de la existencia, expandiéndose con la infinidad de la existencia. Cuando te expandes, te transformas en parte de lo absoluto; cuando te encoges, te conviertes en una isla.

Si tienes ojos de confianza, nadie te puede engañar. Te engañan debido a tu duda: y entonces crees que necesitas dudar más de lo contrario, la gente te va a engañar aún más. Y entonces te engañan más, y se crea un círculo vicioso. Dudas para no ser engañado, pero eres engañado debido a tu duda.

Si confías, nadie te puede engañar. ¿Qué quiero decir cuando digo: si confías, nadie puede engañarte? ¿Acaso tu confianza va a evitar que alguien te engañe?

No; pero cuando confías, tienes ojos para ver: el engañador se revelará inmediatamente, quedará al descubierto.

Me gustaría que recordaras esto como un criterio: que un hombre que confía no puede ser engañado. Si es engañado, debe de tener dudas en su interior, porque sólo no puedes ver cuando los ojos están llenos de nubes de dudas. Cuando puedes ver y tu visión es clara, la sola presencia de la persona dice sí engaña o no.

Hace sólo dos o tres días, alguien me envió un artìculo profundamente significativo. Un hombre un médico, un doctor de California ha tratado a muchos pacientes de cáncer sólo mediante la imaginación. Esta es la primera pista para abrir la puerta ... y no un solo paciente: muchos.

Lo que hace es simplemente decirles que se lo imaginen, si tienen cáncer de garganta, les dice que se relajen y que se imaginen que toda la energía del cuerpo se mueve hacia la garganta, y que la glándula es atacada por su energía. Como flechas provenientes de todas partes moviéndose hacia la garganta y atacando la enfermedad. En tres, cuatro o cinco semanas, la glándula simplemente desaparece sin dejar rastro. ¡Y se cree que el cáncer es incurable!

El cáncer es una enfermedad moderna, ha llegado debido al stress, la tensión y la ansiedad de la vida. De hecho, hasta ahora no ha habido cura para ello a través del cuerpo. Si el cáncer puede ser tratado a través de la mente, significa que todo puede ser tratado a través de la mente.

Los milagros de Jesús sucedieron porque la gente era muy confiada. Una vez ocurrió que él pasaba, y una mujer una mujer muy pobre, temerosa y tímida, que no sabía si Jesús la iba a tratar o no, porque él siempre estaba rodeado por tanta gente, pensó para sus adentros: "Sólo toca la túnica de Jesús por detrás". Ella lo hizo así, y fue curada.

Jesús se volvió, y la mujer empezó a darle las gracias. Se postró a sus pies, muy agradecida. El dijo: "No me lo agradezcas, agradéceselo a Dios. Tu fe te ha curado, no yo".

El mundo tenia profunda confianza; la gente estaba enraizada en la fe. Entonces, sólo la idea: "Si Jesús toca mis ojos, éstos se curarán" la sola idea se transforma en el motivo básico de la curación. No es que Jesús cure; si eres escéptico, Jesús no podrá ayudarte, no le será posible curarte.

Jesús podía hacer milagros. Esos milagros eran simples; sucedieron porque la gente era confiada. Si puedes confiar, la mente empieza a funcionar desde adentro, se extiende al cuerpo y cambia todo. Pero si no puedes confiar, nada podrá ayudarte.

Incluso la medicina ordinaria te ayuda porque confías en ella. Se ha observado que siempre que se inventa una nueva medicina, ésta funciona muy bien durante seis meses a dos años la gente es afectada por ella pero después de seis meses, ocho meses, diez meses, no funciona tan bien. Los médicos se han preocupado ¿qué ocurre?

Cuando una nueva medicina es inventada, crees en ella más que en la vieja medicina. Ahora sabes que la panacea está ahí, " y me curaré con ella". ¡Y te curas! La confianza en una nueva medicina, un nuevo descubrimiento, ayuda. Hablan de ella en la televisión, en la radio, en los periódicos, y existe un clima de confianza y esperanza. Pero después de pocos meses, cuando mucha gente la ha tomado y algunos tontos también la han tomado, lo que no puede evitarse, entonces surge una sospecha, porque este hombre ha tomado la medicina y no le ha hecho nada. Estos tontos crean entonces una atmósfera contraria, y después de un tiempo la medicina pierde su efecto.

Aún más que la medicina, el médico ayuda si confías en él. ¿Has observado que cuando estás enfermo y viene el médico ... si confías en él, te sentirás aliviado sólo porque vino? Hasta ese momento, no te ha dado ninguna medicina. Sólo ha estado examinando tu cuerpo la presión sanguínea, esto y aquello y ya sientes que el cincuenta por ciento de la enfermedad ha desaparecido. Ha aparecido un hombre en quien puedes confiar. Ahora ya no es necesario que tú mismo lleves el peso. Puedes dárselo a él, y él sabrá qué hacer. Pero si no confías en el médico, él no puede hacer nada.

En medicina, llaman "placebo" a una medicina falsa. Es sólo agua o algo que no tiene nada que ver con la enfermedad, pero si te es dada por un médico en quien confías, te ayudará tanto como la medicina real; no habrá diferencia. La mente es más poderosa que la materia; la mente es màs poderosa que el cuerpo.

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