sábado, 16 de marzo de 2024

LA ORACIÓN

 

Jesús dijo a sus discípulos: 'Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos...".Y siempre hemos estado escuchando que la religión enseña el ayuno, porque ha sido dicho una y otra vez que cuando ayunas eres purificado a través de eso. Toda la religión de los jainas depende del ayuno. Si ellos escucharan este dicho de Jesús dirían: "Este es un hombre peligroso, y los judíos hicieron bien; ¡lo crucificaron!".

Los judíos también fueron perturbados: tales dichos son rebeldes y toda la moralidad se perdería si le dices a la gente: 'Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos: ¡el ayuno se vuelve un pecado! ". ...y si oran se condenarán”. ¿Alguna vez lo has oído? "si oras serás condenado”. Entonces ¿qué es la religión? Pensamos que la religión es ir a la iglesia y orar a Dios, y Jesús dice:"...si oran se condenarán; y si dan limosna harán mal a sus espíritus".

El más extraño de los dichos, pero muy significativo. Jesús está diciendo: que tal como estás no puedes hacer nada correcto. El énfasis no es en ayunar o no ayunar; el énfasis no es en dar limosna o no; el énfasis no es en orar o no. El énfasis es que cualquier cosa que hagas ahora, tal como eres, todo estará errado.

¿Puedes orar?, Puedes ir al templo, eso es fácil, pero no puedes orar. La oración necesita una cualidad diferente, esa cualidad tú no la tienes, así que sólo puedes engañarte que estás orando. Anda y mira en el templo a la gente que está orando: simplemente están engañando ¡ellos no tienen esa cualidad para orar! ¿Cómo puedes orar; Y si tú tienes la cualidad para orar ¿cuál es la necesidad de ir al templo o a la iglesia?

Donde sea que estés, la oración está: te mueves, caminas ¡y esto es oración! Comes, amas ¡y esto es oración! Miras, respiras ¡y esto es oración! Porque la cualidad de la oración está siempre presente, es como respirar. Entonces no puedes estar en ningún momento sin orar. Pero entonces no hay necesidad de ir al templo, a la iglesia. Las iglesias y los templos existen para aquellos que quieren engañar, para aquellos que no tienen la cualidad de la oración pero les gustaría creer que están orando.

Un hombre pecador se estaba muriendo. Nunca había estado en el templo, nunca había orado, nunca había escuchado lo que dicen los sacerdotes, pero en el momento de la muerte tuvo miedo. Le pidió al sacerdote que viniera, le rogó. Cuando el sacerdote vino había una muchedumbre. Había mucha gente alrededor, porque el pecador era un hombre de gran éxito; un político, tenía poder, tenía dinero, así que mucha gente se había congregado.

El pecador le pidió al sacerdote que se acercara porque quería decirle algo en privado. El sacerdote se le acercó y el pecador le susurró al oído: "Sé que soy un pecador y sé bien que nunca he ido a la iglesia, no he asistido a la iglesia. No soy un hombre religioso en absoluto, nunca he orado, así que sé bien que el mundo no me va a perdonar. Pero ayúdeme, deme un poco de confianza y ¡dígame que Dios me va a perdonar! El mundo no me va a perdonar, eso lo sé, y nada se puede hacer ahora sobre eso, pero dígame una cosa: ¡Que Dios me va a perdonar!".

"Bien", dijo el ministro, el sacerdote, "tal vez Dios te perdone, porque él no llegó a conocerte de la manera que ahora te conocemos. Tal vez él lo haga, porque no te conoce en la forma como nosotros te conocemos". Pero si no puedes engañar al mundo ¿podrás engañar a Dios? Si no puedes engañar a las mentes comunes ¿podrás engañar a la mente divina? Es tan solo un consuelo, algo cómodo: "Tal vez". Pero ese "tal vez" es absolutamente errado; ¡no te aferres a los "tal vez".

La oración es una cualidad que pertenece a la esencia y no a la personalidad. La personalidad es aquello que has estado haciendo, es una relación con otros. La esencia es aquello que te ha venido no tiene nada que ver con tu hacer, es un regalo de Dios. La oración pertenece a la esencia: es una cualidad, no es algo que tú puedas hacer.

viernes, 8 de marzo de 2024

EL SER Y EL HACER

 

En el Quinto Versículo Jesús les dijo:

Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos; y si oran se condenarán; y si dan limosna harán mal a sus espíritus.

Y si van a cualquier tierra y caminan por las regiones y si los reciben, coman lo que ponen ante ustedes y sanen al enfermo de entre ellos.

Porque aquello que entra por sus bocas no los hará impuros, sino aquello que sale de sus bocas, eso es lo que los hará impuros.”

Este es un versículo muy extraño, pero también muy significativo. Parece extraño porque el hombre no es real, porque vive en falsedad. Así que cualquier cosa que vaya él hacer será falsa.

Si oras, orarás por motivos errados; si ayunas, ayunarás por motivos errados, porque tú estás errado. Así que el asunto no es qué es correcto hacer. El asunto es cómo estar correcto en tu ser. Si tú ser está correcto, entonces cualquier cosa que hagas estará automáticamente correcta; pero si tu ser no está correcto, no está centrado, no es auténtico, entonces cualquier cosa que hagas, va a estar errada.

Finalmente todo depende no en lo que haces, sino en quién eres; Si un ladrón va a orar, su oración va a estar errada, porque ¿cómo de un corazón que ha estado engañando a todo el mundo, robando, mintiendo, haciendo daño, va a surgir la oración? ¿Cómo del corazón de un ladrón va a ser posible la oración? Es imposible. La oración puede cambiarte, ¿pero de dónde vendrá la oración? Vendrá de ti. Si estás enfermo, tu oración estará enferma.

Una vez Mulla Nasruddin llenó una solicitud de empleo. En la solicitud mencionó muchos calificativos. Dijo: "Fui el primero de mi universidad. Me ofrecieron la vicepresidencia de un banco nacional, la rechacé porque no estoy interesado en el dinero, porque soy honesto, soy un hombre verdadero. No tengo ambición, así que no me importa el salario; cualquier cosa que me den estará bien. Y amo el trabajo, sesenta y cinco horas por semana".

Cuando el superintendente que estaba haciendo la entrevista miró la solicitud, se sorprendió y dijo: "¡Dios mío! ¿No tiene usted alguna debilidad?". Nasruddin dijo: "Sólo una: ¡Soy un mentiroso!". Pero esa cubre todo. No hay necesidad de tener ninguna otra debilidad, con una es suficiente. No hay muchas debilidades en ti, tienes sólo una debilidad de esa única nacen todas. Y tienes que recordar tu debilidad, porque ella te va a seguir donde sea que vayas como una sombra; cualquier cosa que hagas, va a ser teñida.

Así que el asunto básico en la religión no es qué hacer, el asunto básico en la religión es qué ser. "El ser" significa tu centro más interno, "hacer" significa tus actividades superficiales en la circunferencia.

"Hacer" significa tu relación con otros, con el mundo externo, y "ser" quiere decir tú tal como eres, sin relaciones, tal como eres internamente.

Puedes ser, sin hacer nada, pero no puedes ser sin el ser. El hacer es secundario, prescindible. Un hombre puede permanecer inactivo, sin hacer nada, pero un hombre no puede estar sin ser, así que el ser es la esencia. Jesús, Krishna, Buda, todos ellos hablan acerca del ser. Y los templos, iglesias, mezquitas, organizaciones, sectas, los llamados gurús, profesores y sacerdotes, todos ellos hablan de hacer. Si le preguntas a Jesús, hablará acerca de tu ser y de cómo transformarlo. Si le preguntas al Papa del Vaticano, hablará sobre qué cosa hacer, sobre la moralidad. La moralidad tiene que ver con hacer, la religión con ser.

Esta distinción tiene que mantenerse tan clara como sea posible, porque todo lo demás depende de esto. Cada vez que nace una persona como Jesús, lo malentendemos. El malentendido es porque erramos en esta distinción; él habla acerca del ser, y lo escuchamos e interpretamos como si estuviera hablando sobre el hacer.

Si entiendes esto; entonces el versículo te será muy claro, muy útil. Puede convertirse en una luz en tu camino. De otro modo, es muy extraño y contradictorio y parecerá antirreligioso. Así debió haberle parecido a los sacerdotes cuando Jesús dijo que sus dichos son antirreligiosos, por eso es que lo crucificaron. Pensaron que era un hombre que iba a destruir la religión.

sábado, 2 de marzo de 2024

FLUYE CON LA VIDA

Escuché que un científico estaba trabajando para encontrar el secreto de los diamantes. Trabajó intensamente y casi todas las claves le fueron reveladas, excepto un punto. Si llega a conocer ese único punto, llegará a ser el hombre más rico del mundo. Pero trabajó intensamente y no pudo encontrar ese único punto. Entonces alguien le sugirió: "Estás desperdiciando tu vida y tu tiempo. He escuchado que hay una mujer en el Tíbet, una mujer muy sabia, y ella conoce todas las respuestas. Anda donde ella y simplemente pregúntale sobre tu problema, y ella te dará la respuesta. ¿Para qué perder tiempo aquí?".

El hombre viajó al Tíbet; le tomó muchos años. Fue muy difícil llegar donde la mujer sabia, pasando por muchas aventuras, estando su vida muchas veces en peligro, pero él llegó. En la mañana tocó la puerta. La mujer sabia abrió la puerta, era una mujer muy bella... como nunca había visto. Y no sólo era bella, sino que su mismo ser era una invitación, un ser con una gran invitación en los ojos el brillo de "¡Pasa adelante!".

La mujer dijo: "Muy bien, así que has llegado. Mi esposo ha salido y ésta es la regla: puedes hacer sólo una pregunta y la responderé. Solamente una pregunta, recuérdalo, no hay segunda pregunta". Súbitamente y sin darse cuenta, el científico preguntó: "¿A qué hora regresará tu esposo?".

Esta es la única pregunta que él había venido a preguntar. En algún lugar profundamente en el subconsciente el sexo debe de haber sido un problema, un problema real. Trabajando con diamantes, encontrando el secreto de los diamantes, debe haber sido una distracción. Profundamente en el inconsciente debe haber estado pensando: "Cuando sea el hombre más rico en el mundo todas las mujeres, todas las mujeres bellas serán mías", en algún lugar, puede no estar consciente de eso.

Puedes continuar trabajando en la superficie sin estar consciente del subconsciente, pero en el momento preciso saldrá, explotará. El escape es inútil. Sólo la transformación puede ser de ayuda, y la transformación necesita de una aceptación profunda de tu ser tal como es. Sin juzgarlo, sin decir: "Esto es bueno, esto es malo", sin evaluación. ¡No seas un juez! Simplemente confía en tu naturaleza y fluye con ella, y no trates de nadar contra la corriente.

Fluye con la vida con una confianza profunda, adonde te lleve.

No crees tu propia meta; si creas tu propia meta, te volverás falso. La vida no tiene meta. Si tú tienes una meta estás contra la vida. La vida se desenvuelve no como un negocio, se desenvuelve como una poesía, la vida fluye no desde la cabeza, fluye desde el corazón, es romance. La confianza es necesaria, la duda no ayudará. La vida no es científica, es irracional.

La vida no cree en Aristóteles y todos los lógicos, cree en el amor, en los poetas, cree en los místicos. Es un misterio a vivirse, no es un acertijo a ser resuelto,no es un rompecabezas, no es un problema. El secreto está abierto, sólo que tú estás cerrado. Es revelado en todas partes; en cada árbol, en cada hoja, en cada rayo de sol es revelado. Tú estás cerrado.

¿Por qué estás cerrado? No aceptas la vida dentro de ti, ¿cómo puedes aceptar la vida de afuera? ¡Acéptala! Comienza desde el centro de tu ser. Acéptate a ti mismo tal como eres, entonces aceptarás todo como es. Y con la aceptación viene la transformación; nunca serás el mismo que fuiste una vez que aceptes.

La transformación sucede por sí misma, viene por sí misma, pero viene siempre al dejarse fluir. Esto es lo que Jesús dice: "Desnúdate para que puedas dejarte fluir". Deja todo lo que la sociedad te ha dado eso es el significado de "ropa". La sociedad no te ha dado la vida, te ha dado sólo la "ropa". La sociedad no te ha dado el ser, te ha dado sólo el ego. Abandona la ropa y el ego desaparece. Imagínate a ti mismo caminando en las calles desnudo.

Un hombre llamado Ebrahim fue donde su Maestro -Ebrahim había sido un rey, y entonces comenzó la búsqueda- fue donde su Maestro y el Maestro dijo: "Estás listo para aceptar todo?".

Ebrahim dijo: "He venido para eso, tú dilo y yo lo haré".

El Maestro lo miró y dijo: "Muy bien, ¡quítate la ropa!".

Los discípulos se pusieron inquietos, porque Ebrahim era un gran rey y esto era demasiado e innecesario, y nunca se les había pedido a ellos, así que ¿por qué algo tan duro para el rey? Aun un discípulo le susurró al oído: "¡Esto es demasiado, no seas tan duro ¡y nunca nos lo pediste!".

Y el Maestro dijo: "Y toma tus zapatos en la mano y anda a la calle y ¡golpea tu cabeza con tus zapatos! ¡Desnudo ve por todo el pueblo!".

Y Ebrahim lo hizo. Desnudo fue alrededor de la capital golpeando su cabeza con sus zapatos. Y se dice que cuando regresó se había iluminado.

¿Qué sucedió? y él era un hombre de mucho potencial, por eso es que el Maestro exigió tanto. Un Maestro exige sólo tanto como es posible para ti. Cuanto más potencial, exigirá más; si tan solo eres un pobre, el no te exigirá nada. Ebrahim era un hombre con potencial él mismo llegó a ser un gran Maestro por derecho propio. ¿Qué sucedió? Esto sucedió, Jesús está diciendo a sus discípulos: abandonen la ropa, todo lo que la sociedad te ha dado, abandonen el ego.

Muchas veces el ego cae por sí mismo, porque es una carga, pero tú de nuevo lo pones en tu cabeza y continúas. Muchas veces eres un fracaso, muchas veces no tienes éxito. Muchas veces el ego cae por sí mismo, pero tú de nuevo... golpeado, frustrado, vencido, hecho un fracaso, pero llevarás la carga con alguna esperanza.

Aquí alguna historia que escuché: Un día el león vino donde el tigre y le dijo: "¿Quién es el amo de este bosque?".

El tigre dijo: "Por supuesto amo, tú lo eres, ¡tú eres el rey!".

Entonces el león fue donde el oso, lo detuvo y le preguntó: "¿Quién es el amo? ¿Quién es el jefe?".

El oso dijo: "Por supuesto, no hay necesidad de preguntar tú eres el rey de todos los animales, ¡tú eres el jefe!".

Entonces el león fue donde el elefante y le hizo la misma pregunta: "¿Quién es el jefe aquí?".

El elefante cogió al león, y lo tiró por los aires, por lo menos cincuenta pies. Se golpeó contra una roca; sangrando, golpeado, débil, se paró y dijo: "Si no sabes la respuesta correcta ¡ésta no es la forma de comportarse!".

Así es como has estado haciendo. Pero no lo vas a dejar, también vas a decir: "Si no sabes la respuesta correcta ¡ésta no es manera de comportarse! ¿Por qué ser tan duro? Simplemente puedes decir: No sé la respuesta.

Si puedes darte cuenta que en el fracaso cae todo lo que la sociedad te ha dado, el fracaso puede convertirse en el comienzo del éxito más grande que sea posible en la vida. Por eso es que sólo en el fracaso un hombre se vuelve religioso si él puede darse cuenta del fracaso.

Es muy difícil volverse religioso cuando tienes éxito. Entonces las ropas te están dando demasiado, ¿para qué preocuparse de estar desnudo? Entonces la ropa es una buena inversión. Pero en el fracaso, repentinamente te vuelves consciente de la desnudez que hay. Nada la puede esconder, sólo puedes engañar.

¡Usa tus fracasos! Y cuando seas aventado contra una roca, golpeado y sangrando, no repitas esta estupidez del león. Date cuenta de que no hay éxito en este mundo, no puede haber, porque todo el asunto es tan falso y con rostros falsos ¿Cómo puedes tener éxito? Aun tus Napoleones, tus Alejandros, tus Genghis Khans, todos son fracasos.

Un Jesús triunfa porque él se afirma en su originalidad, se afirma en su naturaleza. Trata de entender esto; y no sólo con el entendimiento sino abandonando poco a poco tus ropas, desnúdate; serás puro. Entonces has tirado esa manzana que comieron Adán y Eva; entonces la puerta del paraíso está abierta otra vez.

Los cristianos dicen que con Adán y Eva la humanidad fue expulsada del paraíso; con Jesús las puertas están abiertas otra vez, puedes entrar. Pero tan solo siendo cristianos no sucederá. Tendrás que reconocer a Jesús, y ese reconocimiento viene sólo cuando te has reconocido a ti mismo como un Jesús, ninguna otra cosa podrá lograrlo.

sábado, 24 de febrero de 2024

ACÉPTATE A TÍ MISMO

Jesús dice:

"...y tomen la ropa y la pongan bajo sus pies como los pequeños niños y la pisen -entonces podrán tomar al hijo del ser viviente, y no temerán".

Primero, deberías aceptar tu desnudez tal como eres ante Dios, tal como un pequeño niño ante su padre y su madre, sin vergüenza. Deberías estar ante lo divino sin vergüenza, entonces tú serás real. Si hay vergüenza, entonces las máscaras serán usadas, tendrán que ser usadas. Y lo segundo, si el sentimiento de estar avergonzado desaparece, no tendrás miedo. Ambos van juntos, si sientes vergüenza, tendrás miedo; si no sientes vergüenza, no tendrás miedo en absoluto. El miedo desaparece junto con la vergüenza. Y cuando el miedo y la vergüenza desaparecen, tus ojos están abiertos, y entonces verás al hijo de Dios, o "al hijo del ser viviente"; entonces Jesús te será revelado, entonces podrás conocer a Buda.

La gente viene y me pregunta: "¿Cómo podemos reconocer si un Maestro es iluminado o no?". Tú no puedes reconocerlo tal como estás. Es como un ciego preguntando cómo puede reconocer si la luz está encendida o apagada ¿Cómo puede reconocer un ciego? Para reconocer necesitas ojos, y los ojos del ciego están cerrados. Tú no puedes reconocer si un hombre se ha realizado o no, si es iluminado o no, si realmente es un Cristo o no, tú no puedes reconocerlo. De otro modo, ¿cómo es que Jesús fue crucificado si la gente podía reconocerlo?

Lo trataron muy mal, lo hicieron parecer tonto, lo forzaron a parecer tonto. El día que estaba llevando su cruz al Gólgota, los soldados, los palomillas, la masa, la muchedumbre a su alrededor tirando piedras, cosas sucias, divirtiéndose de que éste es el "rey de Israel", de que éste es el "hijo de Dios", el hijo del carpintero ¡se ha vuelto loco! Mofándose, le pusieron una corona de espinas en su cabeza y dijeron: "¡Mira! Aquí está el 'rey de Israel', ¡aquí está el 'hijo de Dios'!".

Y cuando ya había sido crucificado, la mofa final fue que pusieron a dos ladrones en ambos lados. El fue crucificado como un criminal con dos ladrones. Y no sólo la muchedumbre, sino también esos ladrones se mofaron de Jesús. Uno de los ladrones le dijo: "Ahora todos nosotros vamos a ser crucificados, recuérdanos, no nos olvides en tu 'reino de Dios'. Nosotros también estamos siendo crucificados contigo, así que recuérdanos porque ¡tú eres 'el hijo'! Así que, cuando alcancemos el reino de Dios, haz algo por nosotros. Y tú lo puedes hacer ¡tú puedes hacer cualquier cosa!". Ellos también estaban mofándose, a Jesús se le hizo aparecer como a un tonto.

¿Cómo fallamos en reconocerlo? Tenemos los ojos cerrados. Y los ojos están cerrados por tu ropa, no sólo por tu ropa, sino por muchos tipos de ropa, vergüenza, miedo, odio a sí mismo, condena, culpa, capas sobre capas de ropa.

Jesús dice: "A menos que se quiten la ropa sin estar avergonzados, y tomen la ropa y la pongan bajo sus pies como los pequeños niños...".

Cuando al principio a un niño se le fuerza a ponerse ropa por primera vez, él se rebela. Está en contra, porque limita su libertad y le da una falsedad. Su resistencia es natural, pero tú lo puedes forzar, lo puedes persuadir. Le dices: "Cuando salgamos tienes que ponerte estas ropas, cuando regresemos no las necesitas; porque en la sociedad la ropa es necesaria, de otro modo no podrás venir con nosotros". Y él quiere ir, tiene que ponerse las ropas. Pero en el momento que regresa esto es lo que hará: se sacará la ropa; no sólo la pondrá a un lado, saltará encima de ella. La ropa es la enemiga, lo hace falso. El no es más él mismo cuando la ropa está allí. Ahora él está libre otra vez. Celebrará su desnudez tirando las ropas y poniéndolas bajo sus pies, pisoteándolas y celebrando la desnudez. Si tú lo haces como los niños "...entonces podrán tomar al hijo del ser viviente, y no temerán".

En tu desnudez no hay miedo, porque el miedo es algo que se te ha agregado, el miedo es creado por medio de la vergüenza. Muchas religiones han estado creando culpa, que eres culpable: siéntete avergonzado y entonces llegas a tener miedo. Entonces nace una neurosis; entonces vas donde las mismas personas que han estado creando culpa y miedo en ti, vas donde las mismas personas a aprender cómo trascenderlos. Ellos no te pueden ayudar, ellos son los creadores del miedo. Ellos dirán: "Ruégale a Dios y ten temor de Dios". Ellos no pueden conducirte más allá del miedo. Jesús puede conducirte más allá del miedo, pero entonces todo el asunto tiene que ser demolido desde su misma base. Esta es la base: no te aceptes a ti mismo y siempre tendrás miedo.

Acéptate a ti mismo y no habrá miedo, no pienses en términos de "debería" y "no debería", y nunca tendrás miedo. Sé real y confía en la realidad, no luches contra la realidad. Si la cólera está presente, está ahí; acéptala. No trates de crear lo opuesto: "Estoy con cólera, esto no es bueno; no debo estar con cólera, debo perdonar. No crees el extremo opuesto, porque si creas el extremo opuesto estás tratando de crear máscaras. La cólera permanecerá, tu perdón será sólo una cara falsa y en tu cara habrá una máscara. Esto no va a ayudar.

sábado, 17 de febrero de 2024

LA MENTE ENGAÑADORA

En el cristianismo la vergüenza es el pecado original. ¿Has escuchado la historia de lo que le sucedió a Adán y Eva, en qué momento ocurrió el pecado? Ha sido una búsqueda continua exactamente en qué momento ocurrió el pecado. Se les prohibió comer del fruto del árbol del conocimiento, pero les entró la tentación. Es natural: cada vez que algo es prohibido, la tentación llega, así es como la mente se comporta. Pero la mente tiene también otro truco: te tienta, pero siempre responsabiliza a otro. Cada vez que hay algo prohibido la mente se interesa, se vuelve una invitación. La mente quiere conocer, meter las narices, averiguar.

Adán y Eva fueron tentados por ellos mismos, no había nadie más ahí. Pero la historia dice que el diablo, que satán los tentó. Esto es un truco de la mente para responsabilizar a otro. Y este "diablo" no es nada sino un chivo expiatorio, este "diablo" no es nada sino un truco de la mente para deshacerse de todas las responsabilidades. Eres tentado, pero el "diablo" es el tentador, así que tú no eres responsable. El te ha persuadido, él te ha seducido, así que él es el pecador no tú. Pero la tentación proviene de la prohibición, y éste fue el truco.

La historia es bella:

Dios dijo: "¡No comas del fruto de este árbol!". Si ellos hubieran confiado, entonces habrían evitado el árbol. Pero ellos no confiaban y dijeron: "¿Por qué Dios nos prohíbe este árbol? y este árbol es el árbol del conocimiento". La mente debe haberles dicho que: "Si comen se volverán como dioses porque serán conocedores, y él les está prohibiendo porque es egoísta. El les está prohibiendo porque no quiere que ustedes sean como dioses. Ustedes serán conocedores, entonces nada estará escondido para ustedes". Pero la historia dice que "el diablo" los tentó y dijo: "El les ha prohibido porque es egoísta y tiene miedo". Esta fue simplemente una circunstancia para que Adán y Eva probaran si es que confiaban o no, nada más.

Pero la mente persuadió, la mente es el "diablo". El "diablo" llegó en la forma de una serpiente -es el símbolo más antiguo de la astucia- la mente es la serpiente, la más astuta. Adán y Eva, ambos lo hicieron responsable, echaron la responsabilidad al diablo, y Adán echó la responsabilidad a Eva. El hombre siempre ha estado diciendo que la mujer es la tentadora, así que el hombre siempre ha estado condenando a las mujeres. En todas las escrituras del mundo la mujer es la tentadora, ella te lleva a la tentación, ella te seduce y ella es la causa de todos los problemas. Así que tus tal llamados santos continúan condenando a las mujeres.

Ese es el estilo de la mente: Eva dice: "El diablo"; Adán dice: "Eva"; y si tú le preguntas al "diablo", si le hallas en alguna parte, él dirá: "Dios, porque en primer lugar ¿para qué prohíbe? Eso creó todo el problema. De otro modo, el jardín del Edén era tan grande y habían millones de árboles, que por sí mismos Adán y Eva nunca se hubieran tropezado con el árbol del conocimiento. '¡Prohibido!', ellos sabían que éste era el árbol, entonces todo el jardín perdió interés, todo el interés se focalizó. ¡Es Dios!".

Pero la historia es hermosa y tiene millones de dimensiones en torno a ella; puede ser interpretada en muchas, muchas formas, esa es la belleza de una parábola. Tomaron el fruto del árbol, lo comieron, e inmediatamente tuvieron vergüenza de su desnudez. ¿Dónde ocurrió el pecado? ¿Al desobedecer a Dios? Si preguntas al Papa del Vaticano, dirá: "Al desobedecer a Dios", porque a los sacerdotes les gustaría que tú les obedezcas siempre, que nunca los desobedezcas.

Si les preguntas a los filósofos y no a los teólogos, te dirán: "Al comer el fruto del conocimiento". Porque cuando comienzas a pensar surgen los problemas. La vida es inocente sin pensar: los niños son inocentes porque no pueden pensar, los árboles se ven tan hermosos porque no pueden pensar. El hombre se ve tan feo porque su mente siempre está cargada y tensa, y preocupaciones y pensamientos y sueños y fantasías, y él siempre está cargado, toda su gracia se ha perdido. Así que si le preguntas a los filósofos existencialistas, te dirán que: es por el árbol del conocimiento.

Pero si le preguntas a los psicólogos, cuyo enfoque es el más profundo, ellos dirán: "A causa de la vergüenza". Porque cuando te sientes avergonzado has comenzado a odiarte. Cuando te sientes avergonzado te has rechazado a ti mismo, pero vino con el conocimiento. Los niños no pueden sentir vergüenza, ellos pueden ir desnudos muy fácilmente, no hay problema. Los fuerzan poco a poco a sentirse avergonzados: "¡No estén desnudos!". Cuánto más lleguen a saber, más se esconderán a sí mismos.

Jesús dice: "Cuando se quiten la ropa sin estar avergonzados...". Así que ¿qué hicieron Adán y Eva? Se pusieron hojas de higos cubriendo sus órganos sexuales, la primera ropa inventada comenzó el mundo. ¿Cómo puedes entrar de nuevo en el jardín del Edén? ¡Tira tus hojas de higos!, eso es lo que Jesús dice; él dice que éste es el camino de regreso al paraíso. Este es el camino de regreso: "Cuando se quiten la ropa sin estar avergonzados...". Porque puedes quitarte la ropa y permanecer avergonzado, entonces en lo profundo las ropas aún están ahí: te estás escondiendo, no estás abierto. Así que estar sin ropa no es desnudez; puedes estar sin ropa y no estar desnudo.

La desnudez tiene una dimensión más profunda: significa estar sin vergüenza, sin el sentimiento de estar avergonzado; significa aceptar tu cuerpo en su totalidad tal como es. Sin condena en la mente, sin división en el cuerpo, una aceptación simple, entonces es desnudez. No es que Mahavira sólo esté sin ropa, él no es miembro de un club de nudistas; él está desnudo, él está desnudo como un niño.

En un club de nudistas tú no estás desnudo. Aun tu desnudez está calculada, es una manipulación de la mente. Estás rebelándote, estás yendo contra la sociedad, porque la sociedad cree en ropa, estás tirando las ropas. Pero es una reacción, no eres inocente, inocente como un niño.

sábado, 10 de febrero de 2024

SE COMO ERES

Jesús dijo: "Desde la mañana hasta la noche y desde la noche hasta la mañana, no piensen en qué ropa van a vestir".

No pienses en las caras, en las ropas, en las falsedades. Permanece tú mismo como eres, acéptate tu mismo como eres. Difícil, muy difícil, porque si piensas en ti mismo como eres, de pronto te sentirás intranquilo.

De dónde viene esta intranquilidad, porque los profesores te han estado enseñando, y estos profesores son envenenadores de la vida. Realmente, no son profesores, son enemigos. Han estado enseñando: "Este es un animal, ese es un animal, y tú eres un hombre ¿Qué están diciendo? Están diciendo que: "Cualquier cosa que sea animal en ti ¡niégalo!". Y yo te digo: "Que el hombre no es algo contra el animal, el hombre es el animal supremo. No algo en contra, el más elevado, el mismo pico. Si niegas la animalidad, negarás la misma fuente de vida. Y entonces siempre serás falso".

No te pongas nada. No te estoy diciendo que vayas y camines desnudo en la ciudad, pero no te pongas nada encima: simplemente sé tú mismo. Cualquier cosa que la vida haya hecho de ti, acéptala, disfrútala, ¡dale la bienvenida! ¡Celébrala! Estate agradecido a lo divino porque él te ha hecho, cualquier cosa que seas. No la rechaces, cuando rechazas algo en ti, has rechazado a Dios; porque él te ha creado, él te ha creado en esta forma.

Por supuesto, él sabe más que tú. Cuando rechazas algo en ti, has rechazado al creador, estás encontrándole fallas al universo, a la misma existencia. Jesús dice que no pienses en lo que te vas a poner, simplemente fluye espontáneamente en la vida. Respóndele a la vida, pero no pongas ninguna falsedad entre tú y el flujo de la vida.

Vive momento a momento sin pensar, porque el pensar es la máscara más profunda. Vas donde una mujer y ensayas en la mente lo que le vas a decir: "Te amo", o "No hay nadie como tú". Si estás haciendo un ensayo, no estás enamorado. De otro modo no hay necesidad, porque el amor hablará por sí mismo, el amor fluirá por sí mismo; las cosas ocurrirán por sí mismas, las flores florecerán, pero por sí mismas, no es necesario un ensayo.

Cierta vez un amigo le preguntó a Mark Twain, él estaba saliendo del salón de conferencias, había dado una hermosa conferencia, el amigo le preguntó: "¿Qué tal? ¿Te gustó tu charla o no?" Mark Twain dijo: "¿Qué charla? Porque hay una que había preparado, y hay una que realmente di, y hay otra que quise dar, ¿sobre cuál charla estás preguntando?". Pero ésta es toda tu vida: preparas algo, das algo diferente y querías dar algo absolutamente distinto.

¿Por qué ocurre, tanta división? Porque no eres espontáneo. Uno que es espontáneo necesitará sólo una cosa, nada más, y eso es estar alerta, atento. Entonces responderá en base a su atención. Preparas porque estás inconsciente, no atento. Tienes miedo, tienes temor, porque ¿quién sabe qué situación habrá? "¿Seré capaz de responder o no?" ¡el miedo! Entonces te vuelves falso.

Y Jesús dice: "No pienses en qué ropa te pondrás".

Sus discípulos dijeron: "¿Cuándo nos serás revelado y cuándo te veremos?". Jesús dijo: "Cuando se quiten la ropa sin estar avergonzados, y tomen la ropa y la pongan bajo sus pies como los pequeños niños y la pisen, entonces podrán tomar al hijo del ser viviente y no temerán".

Trata de entender cada una de las palabras. Los discípulos preguntaron: "¿Cuándo nos serás revelado...?". Jesús está ahí revelándose en toda su gloria. El está presente delante de ellos. Ellos le están preguntando al mismo Jesús: "¿Cuándo nos serás revelado...?". Ellos piensan como si Jesús se estuviera escondiendo.

Una vez le preguntaron a Buda... estaba pasando a través de un bosque. Habían hojas secas en el camino, las hojas estaban cayendo, el viento estaba soplando y había mucho ruido en las hojas secas que habían caído. Y Ananda preguntó, -no había nadie más, otros discípulos se habían adelantado, algunos otros venían atrás siguiéndolos, pero en ese momento sólo Ananda estaba cerca a Buda- él preguntó: "Siempre he querido preguntar una cosa: ¿nos has revelado todo lo que tienes, o nos estás escondiendo algo?".

Buda dijo: "Mi mano es una mano abierta, un Buda no cierra el puño. Mira al bosque tal como se te revela, no hay nada escondido. Estoy tan abierto como este bosque, y un Buda no cierra el puño". Luego tomó unas cuantas hojas secas, hizo un puño y dijo: "Ahora mi puño está cerrado, no puedes ver esas hojas. La gente ambiciosa con su conocimiento -aquellos que no les gusta compartirlo- es como un puño.

Entonces Buda abrió la mano y las hojas cayeron y dijo: "Pero la mano de un Buda no es como un puño, él está abierto. He revelado todo. Y si tú sientes que algo aún permanece escondido, es a causa tuya, no mía".

Jesús está ahí, presente. Los discípulos le están preguntando: "¿Cuándo nos serás revelado?" -¡él está revelándose!- "¿y cuándo te veremos?". Ellos piensan como si Jesús estuviera escondiendo algo de sí. No, Jesús no está escondiendo. Al contrario, los discípulos no están abiertos, están cerrados; ¡sus ojos no están abiertos! Ellos están escondiéndose, no Jesús.

La verdad no está escondida, tú estás cerrado. La verdad es revelada en todas partes, a cada momento. La verdad, por su propia naturaleza, no puede ser escondida. Sólo las mentiras tratan de esconderse a sí mismas, no la verdad. Sólo las mentiras son secretas. La verdad es siempre como una mano abierta, nunca es como un puño. Pero tú estás cerrado.

sábado, 3 de febrero de 2024

SOMOS FALSOS

 

El hombre vive no como es, sino como le gustaría ser: no con su cara original, sino con una cara pintada, falsa. Ese es todo el problema. Cuando naces tienes tu propia cara, nadie la ha perturbado, nadie la ha cambiado, pero tarde o temprano la sociedad comienza a trabajar en tu cara. Comienza a esconder la cara original, la natural, aquella con la que naciste, y entonces se te da muchas caras para las diferentes ocasiones, porque una cara no será suficiente.

Las situaciones cambian, así que necesitas muchas caras falsas, máscaras. Desde la mañana hasta la noche, desde la noche hasta la mañana, miles de caras se usan. Cuando ves que un hombre poderoso se acerca cambias de máscara, cuando ves a un hombre, a un pordiosero que se te acerca, eres diferente. Todo el tiempo, momento a momento, hay un cambio constante en la cara.

Uno tiene que estar alerta sobre esto, porque se ha vuelto tan mecánico que puedes no darte cuenta que va cambiando por sí misma. El sirviente entra en el cuarto: ni siquiera lo miras, como si él no fuera un hombre, como si él no existiera, como si nadie hubiera entrado. Pero cuando entra el jefe en la habitación, de pronto das un salto, tienes una cara sonriente, dándole la bienvenida, como si el mismo Dios hubiera entrado en la habitación.

Observa tu cara, el cambio que ocurre continuamente. Mira al espejo y piensa en las muchas caras que puedes cambiar. Mira al espejo y pon la cara que pondrás cuando te estés acercando a tu esposa; mira la cara que pondrás cuando te estés acercando a tu amado; mírate la cara cuando tienes ambición, cuando tienes cólera; pon la cara como cuando te sientes sexual; pon la cara como cuando te sientes insatisfecho, frustrado. Y observa en el espejo; te darás cuenta de que no eres un hombre, eres una muchedumbre. Y a veces será difícil darse cuenta aun de que todas estas caras te pertenecen. Un espejo puede ser una gran bendición. Puedes meditar en el espejo, cambiar tus caras y mirarlas. Esto te dará un vislumbre de cuán falsa se ha vuelto toda la vida. Y ninguna de estas caras eres "tú".

En el Zen ha sido una de las meditaciones más profundas: encontrar tu cara original, la que tenías antes de llegar a este mundo y la que tendrás cuando te vayas de este mundo; porque todas estas caras no te puedes llevar contigo. Son tretas, técnicas para engañar, técnicas para defenderse, armaduras a tu alrededor. Estas caras tienen que ser abandonadas, sólo entonces podrás ver a Jesús, porque cuando ves tu cara original, has visto a Jesús.

Jesús no es sino tu cara original, Buda no es sino tu cara original. Buda no está fuera de ti, tampoco Jesús. Cuando dejas caer toda la falsedad y estás desnudo, tan solo el tú original, sin ningún cambio ni modificación, eres Jesús. Jesús en su absoluta gloria es revelado. No es en el hijo de José en el que él se va a revelar. De pronto tú te vuelves Jesús. Y sólo lo igual puede conocer a lo igual, recuerda esa ley siempre: si tú eres como Jesús, sólo entonces podrás reconocerlo; de otro modo ¿cómo lo reconocerás? Cuando sientas tu propio ser interno, entonces podrás reconocer al ser interno de algún otro.

La luz puede reconocer a la luz, la luz no puede reconocer a la oscuridad. ¿Y cómo la oscuridad podría reconocer a la luz? Si eres falso no podrás reconocer a un hombre real, y Jesús es el más real, lo más real que es posible. El no es un mentiroso; es auténtico, y si estás mintiendo con tu vida continuamente, tus palabras, tus gestos, todo es una mentira, entonces ¿cómo podrás reconocer a Jesús? Es imposible. Entonces en tu desnudez total reconocerás al Jesús interno; sólo entonces lo externo será reconocido. Lo interno primero tiene que ser reconocido, porque el reconocimiento puede venir sólo de la fuente más interna de tu ser. No hay otro modo.

Existe uno de los dichos judíos más antiguos: que comienzas a buscar a Dios sólo cuando lo has encontrado. Parece paradójico, pero es absolutamente cierto; porque ¿cómo comenzarás a buscarlo si no lo has encontrado, si no lo has encontrado dentro de ti, si no lo has realizado dentro de ti? Sólo entonces comienza la búsqueda, pero entonces realmente no hay necesidad de buscar. La búsqueda comienza y termina en el mismo punto, el primer paso es el último paso.

Sólo un paso existe entre tú y lo divino. No hay dos pasos, así que no hay camino. Sólo un paso: deja todas las falsedades que te has puesto encima, deja todas las máscaras prestadas.

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