sábado, 29 de junio de 2013

TU ERES LA EXISTENCIA

Ser uno con la existencia significa que desapareces, que dejas de ser. Y cuando digo que seas tú mismo, que seas tu verdadero rostro original; sólo entonces puedes experimentar la realización, pero tu mente no está convencida, tu pensamiento no está convencido.

La mente funciona con el principio de exclusión: o esto es correcto o su opuesto es lo que es correcto. Ambas cosas no pueden ser correctas a la vez, al menos en lo tocante a la mente, a la lógica mental, a la racionalidad...

Si la mente funciona con este principio de exclusión,es decir, o una cosa o la otra, el corazón funciona con el principio de inclusión, es decir, con ambas, y el corazón no tiene lógica sino sensibilidad, perceptividad.

Puedes ver que no sólo ambas pueden darse a la vez sino que, de hecho, no son dos. Se trata de un único fenómeno visto desde dos perspectivas diferentes. Y hay mucho más que esas dos.

El corazón siempre tiene razón. Si surge la cuestión de elegir entre la cabeza y el corazón..., ocurre porque la mente es una creación social. Ha sido educada, te ha sido dada por la sociedad, no por la existencia. El corazón no está polucionado.

Es pura existencia: De ahí su sensibilidad.

Si miras desde el punto de vista del corazón, las contradicciones comienzan a disolverse como el hielo.

Yo os digo: sed uno con el Universo; tenéis que desaparecer y dejar que la existencia sea. Simplemente tenéis que estar ausentes para que la existencia pueda estar presente en su totalidad. Pero lo que tiene que desaparecer no es tu realidad, sólo es tu personalidad. Es sólo una idea dentro de ti. En realidad ya eres uno con la existencia; no puedes existir de ninguna otra forma.

Tú eres la existencia.

Pero la personalidad crea un engaño y te hace sentirte separado.

Puedes asumir que estás separado: la existencia te da una libertad total, incluso la de ir contra ella misma. Puedes pensar que eres una entidad separada, un ego. Esa es la barrera que te impide fundirte con la amplitud que te rodea a cada momento.

No tiene puertas cerradas, todas sus puertas están abiertas. A veces sientes que una puerta se abre, pero sólo durante un momento; tu personalidad no puede permitirse más. A esos momentos les llamas momentos de belleza, momentos de éxtasis.

Cuando miras el atardecer, durante un segundo olvidas tu separación. Eres el atardecer. En ese momento sientes su belleza. Pero en el momento que dices que es un atardecer precioso, ya no lo sientes; has vuelto a la entidad separada y encerrada que es tu ego. Ahora la que habla es la mente.

Y este es uno de los misterios: la mente puede hablar aunque no sabe nada y el corazón, que lo sabe todo, no puede hablar.

Cuando te digo que tienes que desaparecer para lograr la realización suprema, no me refiero a ti; me refiero al TÚ que no eres tú. Me refiero al tú que crees ser.


sábado, 22 de junio de 2013

EL DINERO

El dinero es un tema cargado, por la simple razón de que no hemos sido capaces de inventar un sistema sano en el que el dinero pueda ser un servidor de toda la humanidad en lugar de ser el maestro de unos pocos codiciosos. El dinero es un tema cargado porque la psicología humana está llena de avaricia; por lo demás el dinero es un simple medio para intercambiar cosas, un medio perfecto. No hay nada malo en el dinero, pero nuestra forma de resolver esta cuestión hace que todo lo relacionado con él parezca viciado.

Si no tienes dinero, estás condenado; toda tu vida será una maldición y tratarás de conseguirlo por cualquier medio.

Y si tienes dinero, el punto básico no cambia: quieres más y no hay un momento en el que dejes de querer más. Cuando por fin consigues tener demasiado dinero -aunque no sea suficiente, nunca es suficiente, pero es más de lo que tienen los otros-, entonces comienzas a sentirte culpable porque los medios que has utilizado para acumularlo, por lo general han sido son repugnantes, inhumanos, violentos. Has explotado, has chupado la sangre a la gente, has sido un parásito. Por tanto, ahora tienes dinero pero él te recuerda todos los crímenes que has cometido para ganarlo.

Esto hace que haya dos tipos de gente: uno es el que empieza a dar dinero a las instituciones de caridad para liberarse de la culpabilidad. Hacen un
"buen trabajo", hacen un "trabajo espiritual". Abren escuelas y hospitales. Pero en realidad, lo único que están haciendo es tratar de que la culpabilidad no les vuelva locos. Todos vuestros hospitales, todas vuestras escuelas y universidades, y todas vuestras instituciones de caridad son producto de la gente culpabilizada.

Por ejemplo, el premio Nobel fue creado por un hombre que ganó mucho dinero en la primera guerra mundial fabricando todo tipo de bombas y maquinaria destructiva. La primera guerra mundial se libró con el equipamiento suministrado por el señor Nobel. Y ganó tanto dinero... Ambos bandos se abastecían de material de guerra en el mismo proveedor; él era el único que lo fabricaba a gran escala. Cualquiera que muriera era asesinado por él. No importaba a qué bando perteneciera, cualquiera que muriera, moría por sus bombas.Por eso cuando ya era anciano y tenía todo el dinero del mundo, estableció los premios Nobel. Es el premio a la paz ¡de un hombre que ganó su dinero en la guerra! Quien quiera que trabaje por la paz recibe un premio Nobel. Se concede a los grandes inventos científicos, a los grandes artistas, a las grandes creaciones. Y junto con el premio Nobel dan mucho dinero.

La fortuna del señor Nobel era tal, que los premios que se conceden cada año salen exclusivamente de los intereses. El fondo de dinero original permanece intacto, y seguirá intacto para siempre. Cada año se acumulan tantos intereses que se pueden conceder veinte premios Nobel.

Todo el trabajo caritativo es en realidad un esfuerzo por librarse de la culpa, literalmente. Cuando Poncio Pilatos ordenó la crucifixión de Jesús, lo primero que hizo fue lavarse las manos. ¡Qué extraño! Ordenar una crucifixión no mancha las manos, ¿por qué debería uno lavárselas? Esta acción tiene un significado: se está sintiendo culpable. El hombre ha tardado dos mil años en comprender esto, porque durante dos mil años nadie mencionó, ni se molestó en comentar, por qué Poncio Pilatos se había lavado las manos. Fue Sigmund Freud el que descubrió que la gente que se siente culpable comienza a lavarse las manos. Es algo simbólico...; es como si tuvieran las manos llenas de sangre.

sábado, 15 de junio de 2013

BUSCA TU REALIDAD

La distancia entre el hombre real y hombre tal como existe en el mundo, se ha hecho casi insalvable. Están tan alejados de su propia realidad que han olvidado el camino de vuelta.

Han olvidado cuál era su propósito al venir aquí.

Hay una antigua parábola... Un rey muy sabio quería que su hijo su único hijo y sucesor fuera también muy sabio antes de sucederle y convertirse en rey de su vasto reino. El anciano eligió un camino muy extraño: Envió a su hijo lejos del reino, le dijo que le abandonaba, que debía olvidar completamente que era un príncipe. «Ya no es un príncipe y no voy a hacerle mi sucesor.»

Le fue arrebatado todo, sus hermosos ropajes, sus ornamentos...; le dieron las ropas de un mendigo y de noche le metieron en un carruaje para expulsarle del reino. Había órdenes estrictas de no permitir su regreso al reino bajo ningún concepto.

Pasaron los años; el príncipe se convirtió en un verdadero mendigo y olvidó que había sido príncipe. De hecho no tuvo que hacer esfuerzos para olvidar, porque era un mendigo. Pedía ropa, alimento, abrigo y había ido aceptando lentamente la condición en la que se encontraba.

Después de muchos años, un día estaba sentado a la puerta de un hotel, pidiendo. Era pleno verano y quería conseguir suficiente dinero para comprarse un par de zapatos de segunda mano, por supuesto, porque la tierra le quemaba como el fuego y caminar sin zapatos era imposible. Tenía heridas en los pies y tan sólo pedía que le dieran unas cuantas monedas. En aquel mismo momento un gran carro dorado se detuvo delante del hotel y descendió de él un hombre que le dijo: «Tu padre te llama para que regreses. Es muy anciano, casi está muriendo y desea que seas su sucesor.»

En un segundo el mendigo desapareció. Aquel hombre cambió completamente; se podía ver en su cara, en sus ojos... las ropas seguían siendo las de un mendigo, pero el hombre era totalmente distinto. Se reunió a su alrededor una gran multitud -la misma multitud ante la que había estado poniendo la mano para recibir unas monedas- y todos comenzaron a mostrarle su gran amistad. Pero él ni siquiera les presta¬ba atención. Subió al carro, se sentó en él y dijo al hombre que había venido a buscarle: «En primer lugar llévame a un lugar hermoso donde pueda darme un buen baño, encontrar ropa adecuada a mi condición, zapatos y ornamentos, porque sólo como príncipe puedo presentarme ante el rey.»

Volvió a casa y lo hizo como príncipe. Dijo a su padre: «Sólo quiero preguntarte una cosa: ¿Por qué he tenido que mendigar durante tantos años? Realmente me había olvidado... Si no me hubieras pedido que regresara, habría muerto como un mendigo, sin recordar jamás que había sido un príncipe.»

El padre dijo: «Es lo que mi padre hizo conmigo. No lo hice para hacerte daño, sino para que pudieras experimentar los extremos de la vida: el mendigo y el rey. Y todo el mundo existe entre estos extremos.

Aquel día te dije que olvidaras que eras un príncipe; ahora quiero decirte que ser príncipe o mendigo son sólo identidades que nos dan los demás. No es tu realidad, no eres tú: no eres el príncipe ni el mendigo. En el momento que te das cuenta de que no eres lo que el mundo piensa de ti, no eres lo que pareces ser sino algo tan profundamente escondido dentro de ti que nadie excepto tú puede verlo, entonces es cuando un hombre se hace sabio. De este conocimiento procede la sabiduría.

Yo me sentí enfadado con mi padre y sé que tú debes sentirte enfadado conmigo. Pero perdóname porque tenía que dejarte una cosa clara: no te identifiques con ser rey, no te identifiques con ser mendigo, porque estas identidades pueden cambiar en un momento. Y aquello que puede cambiarse no eres tú. Tú eres algo eterno, inmutable.»

sábado, 8 de junio de 2013

EL CENTRO DEL SER

La sexualidad sólo tiene un sentido: significa que la mente se está utilizando para hacer el trabajo del centro sexual. Cuando el sexo entra en la mente se destruye toda la vida, y actualmente ha entrado el sexo en la mente en todo el mundo.

La mayor energía que hay en la vida es el sexo: el nacimiento llega a través de él, la vida llega a través de él, el desarrollo de la vida llega a través de él. Pero vuestro centro del ser está subdesarrollado, por eso estáis usando otros centros para llevar a cabo sus funciones.

En los animales hay sexo pero no hay sexualidad; por eso el sexo de los animales tiene una cierta belleza, una alegría.

La sexualidad del hombre es horrible porque el sexo se ha convertido en un proceso de pensamiento dentro de su mente; incluso piensa sobre el sexo.

Alguien puede comer algo; comer está muy bien, pero si alguien piensa en la comida veinticuatro horas al día, entonces está enfermo. Comer está bien, es absolutamente necesario, hay que comer, pero si alguien piensa en la comida las veinticuatro horas del día significa que los centros de esta persona están alterados, está usando la mente para hacer el trabajo del estómago. Pero el alimento no puede llegar a la mente, ni puede ser digerido por la mente. La mente sólo puede pensar, sólo puede contemplar. Cuanto más piensa la mente en la comida, más se malgasta el esfuerzo del estómago; éste se alterará. ¡Intenta algún día digerir tu comida con el pensamiento!

Normalmente, comes tu comida y dejas de pensar en ello. La comida entra en el estómago por su cuenta y el estómago realiza el trabajo de digerirla. Es un centro inconsciente. Hace su trabajo, no tienes que pensar en ello. Pero mantente atento algún día y piensa en ello: la comida ha llegado en este momento al estómago, en este momento está sucediendo esto, en este otro momento está sucediendo esto otro... Verás que ese día será imposible digerir tu comida. Cuanto más interviene el pensamiento, más interferencias hay en el proceso inconsciente del estómago. Este tipo de incidentes suelen ser muy raros, excepto con la gente que está obsesionada con el ayuno.

Si alguien ayuna sin motivo alguno, gradualmente la comida se introducirá en sus pensamientos. No comerá, ayunará, pero estará pensando en la comida. Este pensamiento es peor aún que comer. Comer no es tan peligroso. La comida es esencial para la vida, pero pensar en la comida es una enfermedad. Cuando una persona empieza a pensar en la comida se detendrá el desarrollo de su vida. Estará obsesionado con esos pensamientos inútiles.

Esto es lo que ha sucedido con el sexo: lo hemos desviado forzosamente de su verdadero centro y ahora estamos pensando en él.

De este modo has entregado gradualmente las funciones de tres centros importantes de tu vida a la mente. Es como si un hombre intentase oír con los ojos o ver con la boca. Es como si un hombre intentase ver o saborear con los oídos. Dirías que ese hombre está loco porque el ojo es un mecanismo para ver y el oído es un mecanismo para oír. El oído no puede ver, el ojo no puede oír. Si intentas hacer las cosas de esta manera el resultado final será un caos.

Del mismo modo, el hombre tiene tres centros, como ya hemos dicho: el centro de la vida es el ombligo, el centro del sentimiento es el corazón y el centro del pensamiento es la mente. El pensamiento es el centro más exterior de los tres. El siguiente, más profundo, es el sentimiento, y aún más profundo se encuentra el centro del ser.

Tal vez pienses que si se detiene el corazón se detendrá también la energía vital. Pero ahora los científicos han llegado a una conclusión: aunque deje de latir el corazón, la persona puede seguir viviendo siempre que vuelva a latir antes de que pasen seis minutos. Cuando se acaba la conexión con el corazón, el centro vital del ombligo sigue estando activo durante seis minutos. Si en esos seis minutos se puede reactivar el corazón o trasplantar uno nuevo, la persona puede continuar viviendo y no tendrá que morir. Pero si se va la vida del centro del ombligo, de nada servirá poner un nuevo corazón. Nuestro centro más profundo y básico es el ombligo.

La humanidad que hemos creado hasta ahora está patas arriba. Es como si el ser humano estuviese con la cabeza en el suelo y los pies en el aire. Si un hombre hiciese esto durante veinticuatro horas, ¿en qué estado estaría? !Te lo puedes imaginar! Sin duda se volvería loco. Ya está loco; de lo contrario, no estaría cabeza abajo durante veinticuatro horas, no tiene ningún motivo para hacerlo. Pero habéis invertido las cosas en vuestra vida, !todos estáis cabeza abajo! Habéis convertido la cabeza en la base de vuestra vida. Pensar y contemplar se ha convertido en la base de la vida.

La verdadera religión dice que pensar y contemplar no es la base de la vida; la base debería ser liberarse del pensamiento y de la contemplación, llegar a no tener pensamientos. Pero vives pensando y contemplando e intentas decidir cómo vivir tu vida por medio del pensamiento y la contemplación. No se puede decidir nada pensando y contemplando, la comida no se digiere con el pensamiento, la sangre no fluye por tus venas gracias a tu pensamiento, tu respiración no funciona gracias a tu pensamiento.

¿Has considerado alguna vez que, ningún proceso importante de tu vida está relacionado con el pensamiento? De hecho, todos los procesos de la vida se ralentizan y se alteran cuando se piensa demasiado. Por eso necesitas dormir todas las noches y perderte en un sueño profundo, para que tus procesos puedan funcionar adecuadamente sin que tú lo impidas; después, por la mañana, volverás a encontrarte fresco de nuevo. La misma supervivencia de una persona que no es capaz de perderse en un sueño profundo está en peligro, porque pensar constantemente interfiere en los procesos básicos de tu vida. Por eso la naturaleza te sumerge durante un rato en un sueño profundo, te transporta a un estado de inconsciencia en el cual se detiene todo pensamiento y tus verdaderos centros están activos.

También existe un vínculo entre tus verdaderos centros. Por ejemplo, me puedo relacionar contigo a través del intelecto. Mis pensamientos te pueden parecer correctos, mis pensamientos te pueden parecer extraordinarios; en ese caso habrá un vínculo entre tú y yo. Este tipo de vínculo es el tipo más superficial, pero el intelecto no establece vínculos más profundos.

Los vínculos más profundos son los vínculos del corazón, del amor; pero los vínculos de amor no surgen por medio del pensamiento. Los vínculos de amor suceden sin damos cuenta, sin pensar. Y los vínculos de la vida que tienen lugar a través del ombligo, no del corazón, son todavía más profundos. Son incluso más indescriptibles. Es difícil definir qué tipo de vínculos son porque no conoces esta dimensión en absoluto.

Te he dicho antes, que la fuerza vital de la madre activa el ombligo del niño. Hay un tipo de energía que fluye continuamente entre el ombligo de la madre y el ombligo del niño. Después, a lo largo de su vida, siempre que el niño se acerque a una mujer de la que fluye una energía parecida a la de su madre, el niño sentirá inconscientemente un cierto vínculo. Y no comprenderá en absoluto qué clase de vínculo ha empezado a sentir ni por qué. Hemos llamado amor a este vínculo desconocido. No somos capaces de reconocerlo, por eso decimos que es «ciego», el amor es ciego. Del mismo modo que los oídos no pueden ver la lengua no puede oler y el ojo no puede saborear, el amor es ciego porque surge de unos niveles tan profundos que nos resulta difícil comprender las razones de esto.

Con algunas personas de repente sientes una fuerte repulsión, sientes que quieres alejarte de ellas. Y no entiendes cuál es el motivo de querer alejarte. ¿Por qué te quieres alejar? Si tu energía y la de ellos -a las que afecta el ombligo- es opuesta, entonces tendrás que alejarte sin poder entenderlo. Sentirás como si algo te obligase a abandonarles.

Pero otras veces, puedes sentirte atraído hacia una persona y no entiendes por qué; aparentemente, no hay ningún motivo. Percibes tu energía y la suya como si fuesen más próximas, similares, del mismo tipo, conectadas la una a la otra, por eso tienes esa experiencia.

sábado, 1 de junio de 2013

LA ENERGIA VITAL

Hay tres tipos de vínculos en la vida del hombre. Hay vínculos intelectuales, que no son muy profundos. El vínculo que existe entre un maestro y su alumno es de este tipo. Hay vínculos de amor, que son más profundos que los intelectuales. Los vínculos que hay entre una madre y un hijo, entre hermanos, entre un marido y una esposa; son este tipo de vínculos, surgen del corazón. Después hay vínculos más profundos que surgen del centro del ser,y se relacionan con la amistad verdadera y genuina, son más profundas que el amor. El amor puede acabarse, la real amistad no se acaba nunca. Mañana podemos odiar a la persona que hoy amamos, pero si alguien es un amigo nunca se convertirá en un enemigo. Si se convierte en un enemigo sabremos que nunca hubo amistad desde un principio. Los vínculos de amistad pertenecen a esferas más profundas y desconocidas.

El amor ata, la amistad te da libertad. El amor puede esclavizar, puede poseer, puede convertirse en tu amo. La amistad nunca se convierte en el amo de nadie, no retiene a nadie. No te aprisiona, te libera. El amor se convierte en una esclavitud porque los amantes se empeñan en creer que el otro no debería amar a nadie más que a ellos.

La amistad no insiste en esto. Alguien puede tener miles de amigos, millones de amigos, porque la amistad es una experiencia muy amplia, muy profunda. Surge del centro más profundo de la vida. Por eso la verdadera amistad, en última instancia, se convierte en el mejor camino para conducirte hacia la divinidad. La persona que es amiga de todo el mundo, tarde o temprano alcanzará la divinidad, porque sus vínculos tienen lugar con el centro del ser de los demás. Y cualquier día acabará vinculándose con el centro del universo.

Nuestros vínculos en la vida no deberían ser meramente intelectuales, no deberían pertenecer meramente al corazón, deberían ser más profundos, deberían. Pertenecer al ombligo.

Por ejemplo, en ninguna parte del mundo está claro, antes o después quedará claro, antes o después llegaremos a saberlo que estamos conectados con fuentes de energía vital muy alejadas, con una energía que no podemos ver. Sabemos que la luna está muy lejos; a pesar de todo, tiene una influencia desconocida sobre el océano: el océano sube y baja con la luna. Sabemos que el sol está muy alejado, pero está conectado con la vida por medio de unos hilos invisibles: !el sol sale por la mañana y la vida se revoluciona! Todo lo que estaba dormido, todo lo que estaba como muerto, todo lo que estaba inconsciente se vuelve consciente. Lo que está dormido empieza a despertarse, las flores florecen, los pájaros cantan. Hay un flujo invisible del sol que nos afecta.

Hay otras fuentes de energía vital invisibles que nos alcanzan de este modo: manejan nuestras vidas constantemente. No sólo el sol, no sólo la luna, no sólo las estrellas en el cielo; la vida misma tiene un flujo de energía que no se ve en ninguna parte pero que nos afecta continuamente y maneja nuestros centros. Cuanto más receptivo es nuestro centro, mayor es la influencia en nuestras vidas de esta energía. Cuanto menos receptivo es nuestro centro, menos posibilidades tendrá esta energía de afectarnos.

Sale el sol, florecen las flores, pero si levantamos un muro al¬rededor de la flor y no le llega la luz del sol, entonces la flor no florecerá, se marchitará. Encerrada entre cuatro paredes la flor se marchitará. El sol no puede entrar a la fuerza y abrir la flor. La flor tiene que desearlo, tiene que estar dispuesta. La flor tiene que darle la oportunidad al sol de llegar y abrirla.

El sol no puede estar buscando una sola flor, buscando la flor que está escondida detrás de un muro para poder llegar hasta ella. El sol ni siquiera sabe nada de las flores. Es un proceso vital absolutamente inconsciente: sale el sol, florecen las flores. Si la flor está encerrada tras una pared no florecerá, se marchitará y morirá.

La energía vital fluye en todas las direcciones, pero aquellas personas cuyos centros del ombligo no estén abiertos estarán privadas de ese flujo. Ni siquiera sabrán que existe. Ni siquiera se darán cuenta de que esa energía estaba ahí y les podía haber influido, que había algo escondido dentro de ellos que se podía haber abierto. Ni siquiera se darán cuenta de esto. El florecimiento del ombligo, que desde la antigüedad ha recibido el nombre de flor de loto porque tiene la posibilidad de abrirse, una energía vital lo puede abrir. Es necesario que haya cierta preparación para ello. Para ello, nuestro centro debería estar disponible al cielo abierto y deberíamos darle nuestra atención. Entonces, la energía vital que estaba a nuestra disposición puede alcanzar el centro del ombligo y darle vida.

¿Cómo es posible, cómo se puede conseguir que este centro de tu vida se convierta en una radiante flor para que puedan conectarse con él los ríos invisibles de energía que hay a su alrededor? ¿De qué modo va a suceder esto?

El primer tema es tu respiración... Cuanto más profunda es, más capaz serás de actuar sobre tu ombligo y desarrollarlo. Pero no tienes ni idea de esto. Ni siquiera sabes lo mucho o lo poco que respiras, ni cuánto necesitas respirar. Cuanto más te preocupas, más te llenas de pensamientos. Probablemente, no seas consciente de que cuanto más cargada está tu mente, más pequeño es el flujo de tu respiración; éste se obstruye.

¿Alguna vez has observado que la respiración tiene un ritmo cuando estás enfadado y otro diferente cuando estás tranquilo? ¿Has observado alguna vez que cuando tienes un deseo sexual intenso en la mente, la respiración tiene un ritmo determinado, pero cuando la mente está llena de hermosos sentimientos la respiración tiene otro ritmo? ¿Has observado alguna vez que la respiración de una persona enferma tiene un ritmo diferente al de una persona sana? El flujo de la respiración cambia en cada momento según el estado de tu mente.

También es cierto lo contrario: si el flujo de tu respiración es armonioso, cambiará tu estado mental. O bien cambias la mente y cambia tu respiración, o bien cambias la respiración y eso afecta a tu mente.

La respiración rítmica es el primer paso para alguien que quiere desarrollar e influenciar sus centros vitales. Mientras está sentado, andando o moviéndose, su respiración debería ser tan armoniosa, tan tranquila y tan profunda que debería ser capaz de experimentar una música diferente, una armonía diferente a la de la respiración cotidiana. Si estás andando por la calle sin hacer nada, te sentirás muy dichoso. Si respiras profundamente, tus pensamientos irán disminuyendo, casi no tendrás pensamientos. Si la respiración es absolutamente regular desaparecerán incluso los pensamientos de la mente. La respiración afecta profundamente y en un alto grado a los pensamientos de la mente. No cuesta nada respirar correctamente y no necesitas emplear un tiempo extra en respirar correctamente. Mientras estás sentado en un tren, caminando por la calle o sentado en casa, si continúas con el proceso de respirar profunda y tranquilamente, al cabo de unos días este proceso se habrá vuelto espontáneo. Ni siquiera serás consciente de ello: espontáneamente, la respiración transcurrirá de una forma profunda y lenta. Cuanto más profundo y lento es el flujo de la respiración, más se desarrollará tu centro del ombligo. Cada vez que respiras, la respiración llega hasta el ombligo. Si la respiración entra y sale más arriba del centro del ombligo, este centro se va haciendo vago, se va debilitando porque la respiración no le llega.

El primer proceso es la respiración profunda. Cuanto más profunda y armoniosa es la respiración, más sintonizada estará y más aumentará la energía vital en tu interior; se empezará a radiar desde tu ombligo, el cual se convertirá en un centro vivo.

Al cabo de algunos días empezarás a sentir que hay una energía que fluye de tu ombligo, y también sentirás que hay una energía que entra. Sentirás cómo, cerca de tu ombligo, empieza a desarrollarse un centro vivo y dinámico. En cuanto sientas esto, empezarás a tener muchas otras experiencias en torno a este centro.

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