sábado, 29 de abril de 2023

LA TENSIÓN MENTAL Y CORPORAL

La mente no es el único centro. Al hacerlo funcionar como si lo fuera, hemos destruido todo el silencio, toda actitud relajada, toda relación de la Humanidad con el Universo. La mente tiene que trabajar; tiene una función, pero muy limitada. Está sobrecargada; toda tu educación va dirigida a un solo centro. Estás siendo educado como si sólo tuvieras un centro: la mente, lo matemático, lo racional.

La vida no es solamente algo racional. Por el contrario, la mayor parte de la vida es irracional. La razón es como una pequeña isla iluminada en el vasto y misterioso océano de la irracionalidad. Y esta isla está asentada en el gran océano del misterio. Esta parte iluminada es tan sólo una parte, no es el todo, y no debe ser tomado como el todo, de lo contrarío la tensión será el resultado. Lo misterioso se vengará; lo irracional se vengará.

Puedes ver los resultados de esto en Occidente. Occidente tiene sobrecargado, abrumado, un centro: el racional. Y ahora lo irracional se está vengando. La venganza está allí; está perturbando todo el orden. Lo anárquico, lo indisciplinado, la rebeldía, lo ilógico, está irrumpiendo por todas partes. Podemos verlo en la música, la pintura o en cualquier cosa. Lo irracional se está vengando y el orden establecido está cuestionándose.

La razón no lo es todo. Cuando se quiere que sea así, la cultura al completo se vuelve tensa. Las mismas leyes hechas para el individuo son aplicadas a toda la cultura, a toda la sociedad. Estas leyes deben ser comprendidas. Y su comprensión empezará a provocar un cambio en ti; su comprensión misma se convertirá en una transformación.

El cuerpo está tenso porque no estás en él y la mente está tensa porque la has sobrecargado. Pero tu ser espiritual no está nunca tenso. Yo te divido en cuerpo, mente y espíritu, tan sólo como un método. Tú no estás dividido; estos límites, de hecho, no existen, pero la división será útil para ayudarte a entender las cosas.

El reino espiritual no está nunca tenso, pero no estás en contacto con él. Una persona que no esté en contacto con su cuerpo tampoco puede estar en contacto con su espíritu, ya que es un reino más profundo. Si no estás en contacto con tus límites externos no puedes estar en contacto con tus centros internos.

El tercer reino, el espiritual, está relajado. Incluso en este momento está relajado. De hecho, sería mejor decir que el reino del espíritu es el reino de la relajación. Allí no hay tensión porque las causas que producen la tensión no pueden existir en el tercer reino. No puedes existir sin ese tercer reino. Puedes tenerlo olvidado, pero no puedes existir sin él porque eres él. Es tu ser. Es pura existencia.

No estás despierto a lo espiritual porque tienes una gran tensión en el cuerpo y en la mente. Pero sí no tuvieras tensión en los reinos físico y mental, automáticamente conocerías la bienaventuranza, la relajación de lo espiritual. Viene a ti; te ha estado esperando. Toda tu atención está tan absorta por lo físico y lo mental que no queda atención para enfocarla a lo espiritual. Sólo si el cuerpo y la mente dejan de estar tensos podrás introducirte en el espíritu, y conocer su gozo. Lo espiritual nunca está tenso; no puede estarlo. No existe una tensión espiritual; sólo tensión corporal y tensión mental.

La tensión corporal ha sido creada por aquellos que en nombre de la religión han estado predicando actitudes contra el cuerpo. En Occidente, el cristianismo ha sido un antagonista del cuerpo. Una falsa división se ha ido creando entre tú y tu cuerpo. Entonces, toda tu actitud llega a ser una creadora de tensión. No puedes comer relajadamente, no puedes dormir con tranquilidad; cada acto corporal se convierte en tensión. El cuerpo es el enemigo, pero no puedes existir sin él. Debes permanecer con él, debes vivir con tu enemigo; entonces hay una tensión constante. No puedes relajarte nunca.

El cuerpo no es tu enemigo, no está en absoluto enemistado ni es indiferente a ti. La verdadera existencia del cuerpo es bienaventuranza. Y en el momento en que tú tomas el cuerpo como un regalo, como un regalo divino, volverás al cuerpo, lo amarás, lo sentirás. !Y qué sutiles son las formas de sentirlo!

No puedes sentir otro cuerpo si no has sentido el tuyo propio; no puedes amar otro cuerpo si no amas el tuyo propio. Es imposible. No podrás cuidar otro cuerpo si no cuidas el tuyo propio... ¡Y nadie lo hace! Puede que digas que lo haces, pero insisto: ¡nadie lo cuida! Incluso si a ti te parece que lo haces, no lo estás realmente haciendo. Lo estás cuidando por algunas otras razones: por la opinión de los demás, por las miradas de otros ojos. Tú nunca te preocupas de tu cuerpo, de ti mismo; no amas tu cuerpo. Y si no puedes amarlo, no puedes estar en él.

Ama tu cuerpo y sentirás una relajación como nunca antes la has sentido. Amor es relajación; cuando hay amor hay relajación. Si amas a alguien, si entre tú y él, o tú y ella, hay amor; entonces con el amor viene la música de la relajación. Entonces la relajación está allí.

El estar relajado con alguien es el único signo del amor. Si tú no puedes estar relajado con alguien, no estás amando; el otro, el enemigo, está siempre allí. Es por esto que Sartre dijo: "El otro es el infierno". El infierno está allí para Sartre; seguro que lo estará.

Cuando no hay amor fluyendo entre ambos, el otro es el infierno. Pero si el amor está allí fluyendo entre los dos, el otro es el cielo. Así pues, que el otro sea cielo o infierno depende del amor que fluya entre los dos.

Siempre que amas aparece el silencio. Las palabras se pierden, dejan de tener sentido. Tienes mucho y nada que decir al mismo tiempo. El silencio te envolverá, y en ese silencio el amor florece. Estás relajado. En el amor no hay futuro ni pasado. Solamente cuando el amor ha muerto, está allí el pasado. Solamente recuerdas el amor que murió; el amor vivo no es nunca recordado. Está vivo, no hay razón para recordarlo. El amor existe en el presente. Allí no hay futuro ni pasado.

Si amas a alguien no tienes que fingir. Entonces puedes ser como eres. Puedes quitarte tu máscara y estar relajado. Cuando no hay amor tienes que llevar una máscara. Estás tenso en cada momento porque el otro está allí. Tienes que estar en guardia. Tienes que estar o bien agresivo o bien defensivo. Es una lucha, una batalla. No puedes estar relajado.

El gozo del amor es, más o menos, el gozo de la relajación. Te sientes relajado; puedes ser lo que eres, puedes desnudarte en cierto sentido, tal como eres. No necesitas estar preocupado sobre ti mismo, no necesitas fingir. Puedes estar abierto, vulnerable, y en este estar abierto estás relajado.

El mismo fenómeno ocurre si amas tu cuerpo. Te relajas, te cuidas de él. No es un error, no es narcisismo, estar enamorado de tu propio cuerpo. De hecho éste es el primer paso hacia la espiritualidad.

sábado, 22 de abril de 2023

MEDITACIÓN DINÁMICA, ETAPAS

He aquí por qué la Meditación Dinámica empieza con el cuerpo. A través de una respiración vigorosa, la mente se expande, la consciencia se expande. Todo el cuerpo se convierte en una existencia viva, vibrante. Ahora el salto será fácil. Ahora puedes saltar; el pensar dejará de ser una barrera. Te has vuelto un niño otra vez: saltando, vibrando, vivo. El condicionamiento, el condicionamiento mental no está allí.

Tu cuerpo no está tan condicionado como tu mente. Recuerda esto: tu mente está condicionada, pero tu cuerpo es todavía parte de la naturaleza. Todas las religiones y todos los pensadores religiosos - los cuales han sido básicamente cerebrales - están contra el cuerpo, porque con el cuerpo, con los sentidos, la mente y sus condicionamientos están perdidos. Por esto todos ellos han temido al sexo. Con el sexo la mente condicionada se pierde. Otra vez vuelves a formar parte de la gran esfera biológica, la biosfera; te vuelves uno con ella.

La mente está siempre contra el sexo, porque el sexo es la única cosa en la vida ordinaria que puede rebelarse contra la mente. Lo has controlado todo, solamente una cosa se mantiene incontrolada. Así que la mente está totalmente en contra del sexo porque él es el único eslabón que queda entre el cuerpo y tú. Si él puede ser negado completamente, entonces tú puedes llegar a ser totalmente cerebral. Y tú no eres el cuerpo solamente.

El miedo al sexo es básicamente el miedo al cuerpo, porque con el sexo todo el cuerpo vibra, se vuelve vital, vivo. En el momento en que el sexo toma posesión del cuerpo, la mente toda es arrinconada. Deja de estar allí. La respiración toma el mando; se vuelve vigorosa, vital.

Por esto yo empiezo mi meditación con la respiración. Con la respiración, tú empiezas a sentir todo tu cuerpo, cada rincón de él. El cuerpo es inundado; llegas a ser uno con él. Ahora es posible para ti dar el salto.

El salto que se da en el sexo es un salto muy pequeño. El salto que es dado en la meditación es un gran salto. En el sexo tú “saltas" dentro de alguien. Antes de este salto, necesitas ser uno con tu cuerpo, y en el salto necesitas expandirte aún más: en otro cuerpo. Tu consciencia se expande más allá de tu cuerpo. En la meditación saltas desde tu cuerpo hacia el cuerpo total del universo; te vuelves uno con él.

El segundo paso en la Meditación Dinámica es catártico. No solamente llegarás a ser uno con tu cuerpo, sino que todas las tensiones acumuladas en tu cuerpo serán sacadas fuera. El cuerpo debe llegar a ser ligero, debe llegar a estar descargado, por lo que los movimientos deben ser vigorosos, lo más vigorosos posibles. Entonces, lo mismo que es posible a través de la danza derviche, en la danza sufi, se hace aquí posible. Si tus movimientos son vitales y vigorosos llegará un momento en que tú perderás el control. Y ese instante es necesario. No debes tener el control porque tu control es la barrera. Tu facultad controladora, la mente, es la barrera.

Continúa moviéndote. Desde luego, tú tendrás que empezarlo, pero llegará un momento en el que serás arrastrado, en el que sentirás que has perdido el control. Estás en la frontera, ahora puedes dar el salto. Ahora te has convertido otra vez en un niño. Has vuelto atrás: todos los condicionamientos han sido expulsados. No te preocupas por nada; no te preocupas por lo que otros piensan. Ahora todo aquello que la sociedad ha puesto en ti ha sido expulsado. Te has convertido simplemente en una partícula que danza en el universo.

Cuando has sacado fuera todo en la segunda fase de Meditación Dinámica, sólo entonces es posible la tercera. Tu identidad se perderá, tu imagen quedará rota, porque cualquier cosa que conoces sobre ti mismo no es sobre ti mismo, sino solamente una etiqueta. Se te ha estado diciendo que tú eres ”esto" o “aquello", y has llegado a estar identificado con ello. Pero con el movimiento vigoroso, con la danza cósmica, toda identificación se perderá. Por primera vez serás como debías ser cuando naciste. Y con este nuevo nacimiento serás una nueva persona.

sábado, 15 de abril de 2023

LA MEDITACIÓN Y LA RELAJACIÓN

La relajación es básicamente existencial. No puedes relajarte si, existencialmente, tu actitud frente a la vida es tensa. Entonces, por mucho que intentes relajarte, es imposible. De hecho, tratar de relajarse es algo absurdo, de forma que el mismo esfuerzo impide la relajación. No puedes relajarte; sólo puedes estar relajado.

Tu misma presencia es la inhibidora de la relajación. "Relajación” significa que tú estás ausente, y esforzándote nunca podrás estar ausente. Cada esfuerzo fortalecerá tu presencia; eso es lo que sucederá. Cualquier cosa que hagas será un acto tuyo, te estarás fortaleciendo a través de ello, te irás condensando a través de ello, te irás cristalizando.

En este sentido, no puedes relajarte. La relajación puede llevarte sólo cuando tú no eres. Tu hacer se convertirá en parte de tu ego, tu mismo esfuerzo será una continuidad de ti mismo.

Tú estás relajado en el momento que dejas de ser. Tu mismo ser es la tensión. No puedes existir sin tensión; tú eres la tensión.

La tensión empieza con un deseo de algo que no existe. Es una tensión entre el pasado y el futuro. Eres como un puente entre dos cosas y siempre que dos cosas estén conectadas, la tensión existirá. El hombre es un puente, un puente de deseos, pero es un puente hecho con el arco iris, no un puente de acero. Se puede evaporar.

Cuando digo que la relajación es existencial quiero decir: hay que entender o comprender la tensión; no hay que hacer nada con ella, tan sólo comprenderla.

Uno puede comprender la tensión, pero no puede entender la relajación. Esto es imposible. Sólo puedes comprender la tensión; qué es, cómo es, de dónde viene, cómo existe y cómo se manifiesta. Entiende totalmente la tensión. En el momento que la entiendas, la tensión desaparecerá. Entonces no sólo el cuerpo estará relajado, sino todo el ser.

Relajar el cuerpo no es en realidad muy difícil, pero se está volviendo más difícil con el avance de la civilización, ya que el contacto con nuestro cuerpo se está perdiendo. No existimos en el cuerpo. Nuestra existencia se ha convertido básicamente en algo cerebral, mental.

Ni siquiera amas con el cuerpo; amas con tu mente. El cuerpo la sigue como un peso muerto. Cuando tocas a alguien, no tocas el cuerpo; la sensibilidad no está allí. La mente toca, pero como las mentes no pueden realmente tocarse, son los dos cuerpos los que se encuentran, pero no hay comunión. Los cuerpos están muertos, de modo que puedes dar un abrazo, pero serán solamente dos cuerpos muertos que se abrazan. Se acercan, pero en realidad no están cerca, La proximidad sólo puede existir si tú existes en el cuerpo, si estás dentro del cuerpo.

Estamos fuera de nuestros cuerpos, como fantasmas. Siempre alrededor, pero nunca en el interior. Cuanto más civilizado es el hombre, menos contacto tiene con su propio cuerpo. El contacto se ha perdido; por eso el cuerpo está tenso.

El cuerpo tiene su propio mecanismo automático para relajarse. El cuerpo está cansado, está en la cama, pero como tú no estás en él, no puede relajarse. Tú debes estar con él; de lo contrarío el mecanismo automático es inefectivo. No puede trabajar sin tu presencia, te necesita. No puede ir a dormir por sí solo. El dormir se ha perdido, la relajación se ha perdido, porque el contacto con el cuerpo se ha perdido.

No estás en tu cuerpo, por eso tu cuerpo no puede funcionar adecuadamente. No puede funcionar con su propia sabiduría. Tiene una sabiduría innata y genérica adquirida a través del tiempo, pero debido a que no estás en él, hay tensión. De lo contrario, el cuerpo físico es básicamente automático, funciona automáticamente; sólo tienes que estar allí. Tu presencia es necesaria; luego empieza a funcionar.

Nuestras mentes también están llenas de tensión. No necesitan estarlo. La mente está tensa porque siempre estás creando confusión.

Cuanto más civilizado es el hombre, más sobrecargado está su centro intelectual. Los demás centros no están funcionando, no están operativos. Esto también crea tensión ya que un centro que tendría que trabajar, y que tiene una particular energía con la que trabajar, es dejado sin nada que hacer. Entonces él crea sus propias tensiones. Y se siente sobrecargado por su propia energía inutilizada.

El centro mental está sobrecargado por el trabajo. Uno quiere sentir a través de él, cosa que no puede hacer. La mente no puede sentir; la mente sólo puede pensar. Las categorías o formas de pensamiento son muy diferentes de los grados del sentimiento; y no sólo diferentes, sino diametralmente opuestos. La lógica del corazón no es la lógica de la mente.

sábado, 8 de abril de 2023

VIVIR AQUÍ Y AHORA

Todos los recursos y todos lo métodos que uso son simplemente para hacerte vivir más intensamente el aquí y ahora, para ayudarte a olvidar el pasado y el futuro.

Cualquier movimiento de tu cuerpo o mente se puede usar como un trampolín para el salto. El énfasis está en que saltes al aquí y ahora.

Incluso danzando se puede usar, pero entonces has de ser solamente la danza, no el bailarín. En el momento en que el bailarín aparece, se destruye la danza. El buscador ha entrado, la orientación temporal ha llegado. Ahora el movimiento está dividido. Bailar se ha vuelto algo superficial, y tú te has alejado.

Cuando estés bailando, sé la danza, no el bailarín. Y llegará el momento en que simplemente serás movimiento, cuando no hay división. Esta consciencia indivisa es meditación.

Y puedes usar cualquier cosa. Puedes convertir el comer en meditación; si no hay sujeto. Si caminas, el andar puede convertirse en meditación, si el que anda no existe. Si amas, el amor puede volverse una profunda meditación; si no hay amante, si el amante desaparece. El amor, con un amante se vuelve venenoso, pero sin él, se vuelve divino, y algo de lo desconocido se abre súbitamente.

Estamos divididos y entonces actuamos. El actor está allí: éste es el problema. ¿Por qué está el actor allí? Está por el deseo, las expectativas, los recuerdos del pasado, los anhelos futuros. El actor está allí; él es todo el pasado acumulado y todo el futuro proyectado. El actor desperdicia solamente una cosa: el momento, el presente y todo lo que está ahí en ese momento... todo lo del pasado, todo lo del futuro. Este momento es simplemente desperdiciado, y este mismo momento es la vida. Todo lo demás es solamente una acción del pasado o un sueño del futuro; no son nada más que sueños.

Has acumulado mucho, pero todo eso está muerto. El actor es el punto muerto en ti. Es rico con muchos ornamentos del pasado, muchos anhelos hacia el futuro; parece rico pero está muerto. Y el momento presente es solamente algo atómico, desnudo, muy pobre; pobre en el sentido de que no hay acumulación del pasado ni proyectos hacia el futuro. Es simplemente un instante existencial, desnudo. Parece pobre, pero ésa es la única vida posible. ¡Está vivo!

Y estar vivo y pobre es la única riqueza, mientras que estar muerto y rico es la única pobreza. Esta es la razón por la que un mendigo como Buda o un Cristo eran la mejor posibilidad, pero un Midas es lo más pobre del mundo.

En la meditación sólo lo que sucede por sí mismo puede ayudar; no los falsos métodos. Esa es la razón por la que se ha puesto tanta insistencia en la presencia de un Maestro vivo. Los libros son falsos, no pueden cambiarte, no pueden estar en contacto contigo, no te pueden hacer mover. Las doctrinas no pueden estar vivas; están muertas. Por esto Oriente ha insistido siempre en el fenómeno de un alguien que enseñe, de un Maestro. Y en realidad, insisten por eso: solamente un Maestro puede fluir, puede cambiar cualquier cosa. Con él, incluso los métodos pueden no ser métodos, mientras que con las escrituras, con las tradiciones, incluso lo que no son métodos se convierten en métodos, pues en el momento en que se escribe algo, muere.

En cuanto se expresa algo; ya está muerto. Se precisa un Maestro para rebatir continuamente las propias afirmaciones anteriores de modo que la rigidez no aparezca nunca. El fenómeno de la fluidez debe estar ahí. Sólo entonces pueden suceder cosas.

De modo que para mí, un grupo que está trabajando en meditación es un grupo que está haciendo algo en el momento actual, no buscando algo. Y esa acción puede ser algo trivial. Un espectador, un extraño, es posible que ni siquiera se dé cuenta de lo que se está haciendo. ¡Incluso puede pensar que los meditadores se han vuelto locos! Pueden estar saltando y gritando, llorando y riendo; pueden estar haciendo cualquier cosa. Pueden estar simplemente sentados en silencio, o produciendo ruidos. Pero sea lo que sea que hagan, lo están haciendo sin que esté presente el que lo hace. En realidad, están permitiendo que suceda; no están haciéndolo. Están abiertos a ello.

Al principio es difícil. Tú no quieres que suceda nada sin que estés tú, porque quieres ser el Maestro. No debe suceder nada de lo cual no seas el Maestro y el amo. De modo que al principio es difícil. Pero a medida que transcurre el tiempo y sientes la libertad que viene con la muerte de la propia mente controladora, la frescura que llega en el momento en que uno relaja el control, más te ríes. Y entonces en este momento, se empieza a sentir que la mente es lo que hay de destructivo en ti; que el que posee, el poseedor, el controlador, es lo que te hace esclavo.

No es posible que te des cuenta de eso observando a otra persona, sino solamente sintiéndolo, poco a poco. Entonces, en una súbita explosión, uno ya no está ahí: el actor ha desaparecido, y únicamente la acción permanece. Con eso llega la libertad; con eso llega la consciencia con eso te vuelves totalmente consciente. Más bien, ahora sólo eres consciencia.

Eso es a lo que me refiero con "meditación"; no es buscar, no es la búsqueda de algo, sino solamente es profundizar en el presente. Y cualquier cosa puede usarse para ello. Cualquier cosa es tan buena como cualquier otra. Si uno lo entiende, se puede usar cualquier cosa como un objeto de meditación o como meditación.

Esa es la razón por la que te digo que practiques la Meditación Dinámica y estés en profundo silencio, en lo que sucede.

sábado, 1 de abril de 2023

BUSCANDO LOS DIVINO


No creo en métodos establecidos. Solamente los uso para empujarte hacia una conciencia realmente caótica, pues la primera cosa que hay que hacer con uno mismo, tal como eres, es alterar toda la pauta. Te has vuelto sólido, rígido. Es preciso que te vuelvas más fluido y líquido. Y a menos que te vuelvas fluido, como un río, no podrás conocer lo Divino, puesto que no es una cosa; es un acontecimiento.

No puedes buscar lo Divino, no puedes ir tras ello, pues sólo puedes buscar aquello que ya conoces. Buscar significa desear, y es imposible buscar algo que se desconoce. ¿Cómo vas a buscar algo que no has conocido en absoluto? La verdadera urgencia por buscar viene solamente después de que has saboreado algo, después de que has conocido algo, aunque sea sólo un destello. Así, pues, lo Divino no se puede buscar. Pero cuando digo que lo Divino no puede ser buscado, no me refiero a que no puede ser encontrado. No se puede buscar, pero se puede encontrar.

Cuanto más se busca, menor es la posibilidad de encontrarlo. Busca y no lo encontrarás nunca, pues la auténtica búsqueda, la búsqueda en sí, se convierte en la barrera. Así que no busques algo que no conozcas. Más bien profundiza en lo que ya conoces. No anheles lo desconocido; profundiza en lo conocido. Y si así lo haces, te darás de bruces con las puertas de lo desconocido, puesto que lo conocido es realmente la puerta de lo desconocido. Así que profundiza.

Por ejemplo, no se puede buscar lo Divino, pero si uno ha amado, entonces conoce el amor. Así que profundiza en el amor. Y a medida que profundices, en algún lugar, el amante y el amado desaparecerán y lo Divino aparecerá.

Así, más que buscar lo Divino, es mejor ir hacia lo que es presente para uno, hacia lo que es conocido, lo que está cerca. No hay que ir lejos. Hay que empezar desde cerca. Estamos tan ansiosos por ir lejos que nunca damos el primer paso, que sólo se puede dar en lo inmediato. Primero queremos dar el último paso, pero es imposible darlo al principio. Antes hay que dar el primero. El primero está aquí y ahora.

Buscar" significa buscar en el tiempo. Buscar es posponer, un profundo posponer, porque el buscar está siempre en el futuro; nunca puede estar en el presente. ¿Cómo puedes buscar en el aquí y ahora,? No hay espacio. Puedes estar aquí y ahora, pero no puedes buscar. Así que la misma mente buscadora crea el tiempo, puesto que necesitas del tiempo; sólo entonces puedes buscar.

Esta es la razón por la que aquellos que están buscando la Liberación, el Moksha, han tenido que crear el concepto de transmigración. Se necesita más tiempo. Una vida no es suficiente; se necesitan varias vidas. Sólo entonces, en esta expansión del tiempo, en este espacio que el tiempo crea, puedes moverte. Si quieres encontrar al Absoluto, un momento no es suficiente. Y por supuesto una vida tampoco es suficiente.

El tiempo es en realidad un derivado del deseo. Cuanto más desees, más tiempo necesitarás. Puedes considerar esto de dos formas diferentes: una es concebir vida tras vida sin que el tiempo se acabe en absoluto. Esta es una manera, la de Oriente, de crear más espacio para el deseo. La otra manera es la de Occidente: ser más consciente del tiempo y hacer muchas cosas en el período de tiempo adjudicado.

Hay sólo una vida; no hay posibilidad para más; esta vida lo es todo, de modo que hay que hacer muchas cosas, muchas, muchas cosas. Tienes que dar cabida a diversos deseos en el período que te ha sido concedido. Y ésta es la razón por la que Occidente se ha vuelto tan consciente del tiempo.

En realidad, ser consciente del tiempo es una de las características más comunes de la mente occidental.

Pero de todos modos, siempre que deseas, creas tiempo. El tiempo es la cuarta dimensión del espacio; es una clase de espacio. Sin tiempo tus deseos no pueden cambiar, de modo que cualquier deseo crea tiempo y futuro. Y entonces puedes posponer el momento actual, el cual no es en realidad tiempo sino existencia.

Así que es mejor profundizar en lo que conoces, en lo que es la vida para ti. Profundiza. Sea lo que sea, no permanezcas en la superficie; profundiza hasta sus mismas entrañas. Y en el momento en que empieces a profundizar, a caer en lo profundo, llegarás a una nueva dimensión. No es un ir hacia el futuro. Es profundizar en el presente. en este mismo momento.

Por ejemplo, ahora me estás escuchando. Puedes hacerlo muy superficialmente. Entonces solamente tus oídos están implicados. Esta es la primera fase de la escucha. Puedes decir,: "Por supuesto, estoy escuchando", pero solamente los oídos lo hacen, solamente el mecanismo corporal; tu mente puede estar en cualquier otro lugar. Pero si puedes profundizar, puedes escuchar muy intensamente y la mente también estará implicada. Entonces estarás profundizando en este mismo momento.

Pero incluso aunque tu mente esté implicada, tu ser puede no estarlo. Si piensas en lo que digo, la mente está implicada, pero todavía existen mayores profundidades. Tu ser puede no estar aquí en absoluto; puede haber corrientes inconscientes por las que dejamos de estar presentes. Incluso puedes profundizar más. Esto significa que el ser está implicado. Entonces estás simplemente hueco, incluso sin pensar en ello. Tu mecanismo está aquí, tu mente está aquí, tu ser está aquí; totalmente concentrado. Entonces profundizas.

Así que sea lo que sea que hagas en este momento, profundiza. Cuanto más profundices, más cerca estarás de lo desconocido. Y lo desconocido no es algo opuesto a lo conocido. Es algo que está oculto en lo conocido. Lo conocido es sólo una pantalla.

De modo que no te desplaces hacia el futuro. No busques. Solamente está aquí... Y sé.. Buscando te diseminas a ti mismo, pero "siendo" eres intenso y esta intensidad, esta total intensidad total en el presente, te lleva a una cierta cristalización. En este momento total e intenso tú eres. Este "ser", este aparición del "ser" se convierte en la puerta. Y la has encontrado sin buscar; puedes obtenerla incluso sin buscarla.

De modo que digo: no busques y encontrarás.

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