sábado, 8 de abril de 2023

VIVIR AQUÍ Y AHORA

Todos los recursos y todos lo métodos que uso son simplemente para hacerte vivir más intensamente el aquí y ahora, para ayudarte a olvidar el pasado y el futuro.

Cualquier movimiento de tu cuerpo o mente se puede usar como un trampolín para el salto. El énfasis está en que saltes al aquí y ahora.

Incluso danzando se puede usar, pero entonces has de ser solamente la danza, no el bailarín. En el momento en que el bailarín aparece, se destruye la danza. El buscador ha entrado, la orientación temporal ha llegado. Ahora el movimiento está dividido. Bailar se ha vuelto algo superficial, y tú te has alejado.

Cuando estés bailando, sé la danza, no el bailarín. Y llegará el momento en que simplemente serás movimiento, cuando no hay división. Esta consciencia indivisa es meditación.

Y puedes usar cualquier cosa. Puedes convertir el comer en meditación; si no hay sujeto. Si caminas, el andar puede convertirse en meditación, si el que anda no existe. Si amas, el amor puede volverse una profunda meditación; si no hay amante, si el amante desaparece. El amor, con un amante se vuelve venenoso, pero sin él, se vuelve divino, y algo de lo desconocido se abre súbitamente.

Estamos divididos y entonces actuamos. El actor está allí: éste es el problema. ¿Por qué está el actor allí? Está por el deseo, las expectativas, los recuerdos del pasado, los anhelos futuros. El actor está allí; él es todo el pasado acumulado y todo el futuro proyectado. El actor desperdicia solamente una cosa: el momento, el presente y todo lo que está ahí en ese momento... todo lo del pasado, todo lo del futuro. Este momento es simplemente desperdiciado, y este mismo momento es la vida. Todo lo demás es solamente una acción del pasado o un sueño del futuro; no son nada más que sueños.

Has acumulado mucho, pero todo eso está muerto. El actor es el punto muerto en ti. Es rico con muchos ornamentos del pasado, muchos anhelos hacia el futuro; parece rico pero está muerto. Y el momento presente es solamente algo atómico, desnudo, muy pobre; pobre en el sentido de que no hay acumulación del pasado ni proyectos hacia el futuro. Es simplemente un instante existencial, desnudo. Parece pobre, pero ésa es la única vida posible. ¡Está vivo!

Y estar vivo y pobre es la única riqueza, mientras que estar muerto y rico es la única pobreza. Esta es la razón por la que un mendigo como Buda o un Cristo eran la mejor posibilidad, pero un Midas es lo más pobre del mundo.

En la meditación sólo lo que sucede por sí mismo puede ayudar; no los falsos métodos. Esa es la razón por la que se ha puesto tanta insistencia en la presencia de un Maestro vivo. Los libros son falsos, no pueden cambiarte, no pueden estar en contacto contigo, no te pueden hacer mover. Las doctrinas no pueden estar vivas; están muertas. Por esto Oriente ha insistido siempre en el fenómeno de un alguien que enseñe, de un Maestro. Y en realidad, insisten por eso: solamente un Maestro puede fluir, puede cambiar cualquier cosa. Con él, incluso los métodos pueden no ser métodos, mientras que con las escrituras, con las tradiciones, incluso lo que no son métodos se convierten en métodos, pues en el momento en que se escribe algo, muere.

En cuanto se expresa algo; ya está muerto. Se precisa un Maestro para rebatir continuamente las propias afirmaciones anteriores de modo que la rigidez no aparezca nunca. El fenómeno de la fluidez debe estar ahí. Sólo entonces pueden suceder cosas.

De modo que para mí, un grupo que está trabajando en meditación es un grupo que está haciendo algo en el momento actual, no buscando algo. Y esa acción puede ser algo trivial. Un espectador, un extraño, es posible que ni siquiera se dé cuenta de lo que se está haciendo. ¡Incluso puede pensar que los meditadores se han vuelto locos! Pueden estar saltando y gritando, llorando y riendo; pueden estar haciendo cualquier cosa. Pueden estar simplemente sentados en silencio, o produciendo ruidos. Pero sea lo que sea que hagan, lo están haciendo sin que esté presente el que lo hace. En realidad, están permitiendo que suceda; no están haciéndolo. Están abiertos a ello.

Al principio es difícil. Tú no quieres que suceda nada sin que estés tú, porque quieres ser el Maestro. No debe suceder nada de lo cual no seas el Maestro y el amo. De modo que al principio es difícil. Pero a medida que transcurre el tiempo y sientes la libertad que viene con la muerte de la propia mente controladora, la frescura que llega en el momento en que uno relaja el control, más te ríes. Y entonces en este momento, se empieza a sentir que la mente es lo que hay de destructivo en ti; que el que posee, el poseedor, el controlador, es lo que te hace esclavo.

No es posible que te des cuenta de eso observando a otra persona, sino solamente sintiéndolo, poco a poco. Entonces, en una súbita explosión, uno ya no está ahí: el actor ha desaparecido, y únicamente la acción permanece. Con eso llega la libertad; con eso llega la consciencia con eso te vuelves totalmente consciente. Más bien, ahora sólo eres consciencia.

Eso es a lo que me refiero con "meditación"; no es buscar, no es la búsqueda de algo, sino solamente es profundizar en el presente. Y cualquier cosa puede usarse para ello. Cualquier cosa es tan buena como cualquier otra. Si uno lo entiende, se puede usar cualquier cosa como un objeto de meditación o como meditación.

Esa es la razón por la que te digo que practiques la Meditación Dinámica y estés en profundo silencio, en lo que sucede.

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