sábado, 15 de abril de 2023

LA MEDITACIÓN Y LA RELAJACIÓN

La relajación es básicamente existencial. No puedes relajarte si, existencialmente, tu actitud frente a la vida es tensa. Entonces, por mucho que intentes relajarte, es imposible. De hecho, tratar de relajarse es algo absurdo, de forma que el mismo esfuerzo impide la relajación. No puedes relajarte; sólo puedes estar relajado.

Tu misma presencia es la inhibidora de la relajación. "Relajación” significa que tú estás ausente, y esforzándote nunca podrás estar ausente. Cada esfuerzo fortalecerá tu presencia; eso es lo que sucederá. Cualquier cosa que hagas será un acto tuyo, te estarás fortaleciendo a través de ello, te irás condensando a través de ello, te irás cristalizando.

En este sentido, no puedes relajarte. La relajación puede llevarte sólo cuando tú no eres. Tu hacer se convertirá en parte de tu ego, tu mismo esfuerzo será una continuidad de ti mismo.

Tú estás relajado en el momento que dejas de ser. Tu mismo ser es la tensión. No puedes existir sin tensión; tú eres la tensión.

La tensión empieza con un deseo de algo que no existe. Es una tensión entre el pasado y el futuro. Eres como un puente entre dos cosas y siempre que dos cosas estén conectadas, la tensión existirá. El hombre es un puente, un puente de deseos, pero es un puente hecho con el arco iris, no un puente de acero. Se puede evaporar.

Cuando digo que la relajación es existencial quiero decir: hay que entender o comprender la tensión; no hay que hacer nada con ella, tan sólo comprenderla.

Uno puede comprender la tensión, pero no puede entender la relajación. Esto es imposible. Sólo puedes comprender la tensión; qué es, cómo es, de dónde viene, cómo existe y cómo se manifiesta. Entiende totalmente la tensión. En el momento que la entiendas, la tensión desaparecerá. Entonces no sólo el cuerpo estará relajado, sino todo el ser.

Relajar el cuerpo no es en realidad muy difícil, pero se está volviendo más difícil con el avance de la civilización, ya que el contacto con nuestro cuerpo se está perdiendo. No existimos en el cuerpo. Nuestra existencia se ha convertido básicamente en algo cerebral, mental.

Ni siquiera amas con el cuerpo; amas con tu mente. El cuerpo la sigue como un peso muerto. Cuando tocas a alguien, no tocas el cuerpo; la sensibilidad no está allí. La mente toca, pero como las mentes no pueden realmente tocarse, son los dos cuerpos los que se encuentran, pero no hay comunión. Los cuerpos están muertos, de modo que puedes dar un abrazo, pero serán solamente dos cuerpos muertos que se abrazan. Se acercan, pero en realidad no están cerca, La proximidad sólo puede existir si tú existes en el cuerpo, si estás dentro del cuerpo.

Estamos fuera de nuestros cuerpos, como fantasmas. Siempre alrededor, pero nunca en el interior. Cuanto más civilizado es el hombre, menos contacto tiene con su propio cuerpo. El contacto se ha perdido; por eso el cuerpo está tenso.

El cuerpo tiene su propio mecanismo automático para relajarse. El cuerpo está cansado, está en la cama, pero como tú no estás en él, no puede relajarse. Tú debes estar con él; de lo contrarío el mecanismo automático es inefectivo. No puede trabajar sin tu presencia, te necesita. No puede ir a dormir por sí solo. El dormir se ha perdido, la relajación se ha perdido, porque el contacto con el cuerpo se ha perdido.

No estás en tu cuerpo, por eso tu cuerpo no puede funcionar adecuadamente. No puede funcionar con su propia sabiduría. Tiene una sabiduría innata y genérica adquirida a través del tiempo, pero debido a que no estás en él, hay tensión. De lo contrario, el cuerpo físico es básicamente automático, funciona automáticamente; sólo tienes que estar allí. Tu presencia es necesaria; luego empieza a funcionar.

Nuestras mentes también están llenas de tensión. No necesitan estarlo. La mente está tensa porque siempre estás creando confusión.

Cuanto más civilizado es el hombre, más sobrecargado está su centro intelectual. Los demás centros no están funcionando, no están operativos. Esto también crea tensión ya que un centro que tendría que trabajar, y que tiene una particular energía con la que trabajar, es dejado sin nada que hacer. Entonces él crea sus propias tensiones. Y se siente sobrecargado por su propia energía inutilizada.

El centro mental está sobrecargado por el trabajo. Uno quiere sentir a través de él, cosa que no puede hacer. La mente no puede sentir; la mente sólo puede pensar. Las categorías o formas de pensamiento son muy diferentes de los grados del sentimiento; y no sólo diferentes, sino diametralmente opuestos. La lógica del corazón no es la lógica de la mente.

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