sábado, 30 de mayo de 2009

LOS MODOS DE LA VIDA

Lao Tse decía: “Dudo y me muevo por la vida estando alerta porque no se qué es lo que va a suceder. Y no tengo ningún principio que seguir. He de decidir a cada instante. Nunca decido de antemano, he de decidir cuando llega el momento”

La responsabilidad no es una obligación, no es un deber, la responsabilidad es una capacidad de respuesta. Un hombre que desea saber lo que es la vida ha de saber responder. Eso es lo que no ocurre. Siglos de acondicionamientos te han hecho similar a las máquinas. Has perdido tu humanidad, las has cambiado por seguridad. Estas seguro y confortable y todo ha sido planeado por los demás. Y ellos lo han puesto todo en el mapa, lo han metido todo. Esto es un completo absurdo, porque la vida no puede ser medida, es inmensurable, porque la vida está en un constante flujo. Todo cambia. Nada es permanente excepto el cambio.

Los modos de la vida no son como las vías de un tren, son muy zigzagueantes, y esa es su belleza, su gloria, su poesía, su música. El que siempre sea una sorpresa.

El hombre vive en libertad, y ella necesita incertidumbre. Un hombre verdaderamente inteligente siempre está dudando porque no posee dogma alguno en el que confiar, en el que descansar. Ha de observar y ha de responder.

Si buscas seguridad, certeza, tus ojos siempre estarán cerrados y tú te irás sorprendiendo cada vez menos y perderás tu capacidad de maravillarte. La vida es inseguridad y a cada momento se dirige a una inseguridad mayor. Es un continuo apostar. Uno nunca sabe lo que va a suceder. Y es hermoso que uno nunca lo sepa. Si fuera predecible no valdría la pena vivir la vida.

Si todo fuera como te gustaría que fuese y si todo fuera una certeza, no serías un hombre, serías una máquina.

Sólo existen certezas y seguridades para las máquinas.

sábado, 23 de mayo de 2009

LOS HOMBRES DE GURDJIEFF

Gurdjieff nos ha dado una hermosa clasificación del hombre. Siempre que alguien le preguntaba sobre el hombre, el se detenía y decía: “No preguntes por el hombre. Primero dime qué número: ¿el hombre número uno?, ¿el hombre número dos?. ¿el hombre número tres?, ¿el hombre número cuatro? A qué hombre te refieres cuando dices “el hombre”?”

El estableció siete “hombres”. Y tenía razón. No puedes decir nada sobre el “hombre”, porque el “hombre” no existe. Uno es el hombre número uno, otros es el número dos, otro es el número tres. Estos tres primeros son fáciles de comprender porque todos tenemos algo de ellos.

El hombre que vive en su cuerpo es el hombre número uno, puedes encontrarlo en todas partes. Vive para el cuerpo, no come para sobrevivir, sino que sobrevive para comer. Ese es el hombre número uno.

El hombre número dos es el emocional, vive a través de sus emociones, siempre excitado o siempre deprimido, subiendo o bajando, a veces se siente muy bien, muy eufórico, y a veces está tan apagado como la muerte, a veces se ríe de todo corazón y a veces llora. Este tipo de hombre también se encuentra en todas partes. No necesitas ir muy lejos, puede estar dentro de ti.

El tercer tipo de hombre es el intelectual. Vive a través de su intelecto. Es solo una cabeza, no tiene cuerpo, no tiene corazón. Lo controla todo desde su mente. Lo manipula todo. Manipula su corazón y su cuerpo a través de su mente. Es el erudito, el hombre sabio, la memoria, la lógica, la filosofía. Es el hombre que controla al mundo entero.

Pero estos tres tipos de hombre están todos al mismo nivel, se los encuentra en todas partes. El tercer tipo existe más como hombre, el segundo tipo existe más como mujer, el primero existe como ambos. Y tú también eres esos tres tipos. No puedes encontrarlos totalmente puros, se encuentran mixtos, mezclados.

Si encuentras a alguien con los tris tipos separados, ese hombre pertenece al cuarto tipo, es el yogui, el místico. Ha separado su ser en los diferentes niveles. Cuando está en el cuerpo, está en el cuerpo, no permite que sus emociones interfieran con el cuerpo, ni que su cabeza lo controle. Cuando vive emocionalmente, no permite que su cabeza o su cuerpo interfieran. No es una mezcla. Puedes confiar en el. Este tipo de hombre es el que ha diferenciado su ser, que ha hecho trabajar a cada centro en la función que le es propia.

Gurdjieff decía que estos tres centros están entremezclados y que por eso estás tan confuso. En ti no hay claridad alguna. Todo es confusión y humo. De modo que lo primero que Gurdjieff hacía era hacer funcionar adecuadamente cada centro. Te será raro encontrar a este tipo de hombre, pero todavía existen.

El quinto tipo es aún más escaso. El quinto hombre es conciente de ello. Es conciente de todo: de los tres diferentes centros y del esfuerzo del cuarto por hacerlos operar según sus respectivas funciones. El quinto se convierte en el observador, en el testigo. Es muy raro encontrar un hombre de la quinta categoría.

El sexto tipo de hombre, es muy, muy raro. Es aquel que no solo es conciente, sino que se ha centrado, aquel que ha obtenido su centro. El quinto tipo de hombre observa, el sexto observa desde un centro eterno. Su llama interna arde siempre.

El séptimo tipo de hombre es el misterio absoluto. Extraordinariamente ordinario. Simple pero tan misterioso como es posible. Un Jesús, un Buda, un Lao Tse, son hombres del séptimo tipo. Pero sobre ellos nada puede decirse. Son la cumbre más elevada indefinible e incognoscible a través del intelecto. Su ser es el más grande diamante del mundo.

sábado, 16 de mayo de 2009

ACEPTAR LO QUE SE TIENE

Si aceptas lo que tienes, no hay ninguna posibilidad de ser infeliz. Nadie parece interesarse por sentirse feliz porque están dispuestos a sacrificar toda su felicidad por cualquier tontería: por celos, posesividad, ira, odio, etc., sin embargo, no están dispuestos a sacrificar estas pasiones por su felicidad, en resumen, solo les interesa su infelicidad.

En un mundo donde la infelicidad no existe, el hombre ha creado muchísima infelicidad. Realmente ha demostrado ser un auténtico creador, porque es un maestro creando infelicidad, muy creativo, muy ingenioso…solo que creando infiernos.

La felicidad es algo sencillo, no necesitas nada para crearla, solo necesitas estar presente y ser feliz. Si no aceptas lo que tienes y lo que hay, serás infeliz. Dices que quieres ser feliz, pero sigues rechazándolo todo. ¿Cómo vas a ser feliz? Simplemente acepta las cosas y entonces fíjate en donde surge la infelicidad. Puedes esperar durante varias vidas, pero la infelicidad no aparecerá porque habrás cortado sus mismas raíces.

Quieres la felicidad de acuerdo a tus condiciones y premisas. En realidad no te interesa ser feliz, sino ¿Por qué pones condiciones y premisas? Podrías decir: “Estoy dispuesto a ser feliz, tanto como lo pueda ser, porque quiero ser feliz”, pero en cambio lo que dices es: “No, se han de cumplir mis condiciones” y luego pones unas condiciones complejas.

Tienes a alguien que amas, podrías ser feliz ahora mismo. Pero pones la condición de que tu amada o amado, ha de prometerte de que te amará por siempre y para siempre. ¿A que viene esto? ¿Cómo va alguien a prometértelo? si nadie conoce el futuro, ni siquiera los dioses podrían prometértelo, porque una promesa implica fijar el futuro, y el futuro no es fijo, porque se transforma de infinitas maneras. De modo que esa persona se ve obligada a prometerte algo que es imposible, y tu sabes que es una mentira, te estás engañando. Lo sabes porque también eres un ser humano y eres conciente de que no se puede asegurar el futuro.

Estás exigiendo algo imposible y al exigirlo estás destruyendo la felicidad.

Cuando observas lo dicho, más real se vuelve el hecho de que nadie parece tener interés por ser feliz.

“La felicidad es una función del aceptar lo que hay”

sábado, 2 de mayo de 2009

EL EGOISMO Y EL MAL

Jesús tiene un dicho muy bonito y paradójico, dice: “No te resistas al mal”. Los teólogos cristianos no han podido explicarlo, ni eliminarlo, para ellos es un problema, un enigma. Por otro lado Lao Tse dice: “La sustancia más blanda del mundo atraviesa la más dura”.

¿Que es lo que sucede? ¿Porqué lo blando disuelve a lo duro? Porque lo duro se resiste, porque lo duro lucha, se defiende desde el mismo principio…y eso le cansa. En cambio lo blando, como el agua, no lucha. Desde el principio no está en su mente disolver o destruir a nadie, sencillamente está siguiendo su propio curso hacia un lugar hueco, eso es todo. Pero lo duro se mantiene en guardia, tratando de luchar, resistiéndose y esa misma resistencia disipa su energía, esa misma resistencia acaba con él, resistirse es morir.

Así, el mal está siempre autoprotegiéndose, siempre a la defensiva, sintiéndose siempre culpable, siempre desconfiado, racionalizador, planeando nuevos sistemas defensivos. Si no te resistes, morirá por si mismo. Puede que ahora parezca una roca muy dura, puede que tu no resistencia sea como el agua, tan maleable que no pienses nunca en ganar, pero…

Siempre vemos triunfar a la gente astuta y deshonesta, en tanto que la gente honrada y sincera es siempre la víctima, siempre son los derrotados.

Alguien preguntó a Buda: Tú dices: “La verdad gana, la verdad siempre resulta victoriosa”, pero siempre estamos viendo suceder lo contrario en el mundo, y Buda contestó: “Al final, en ultimo término, la Verdad se impone, mientras que la falsedad fracasa”

Al principio, todas las apariencias indican que la piedra ganará porque es una piedra de granito, y la pobre agua, sin fuerza, sin forma, incapaz de ofrecer resistencia, sin ego, muy humilde, tan humilde hasta el punto de estar buscando siempre un hueco donde esconderse, la pobre agua ¿Cómo va a ganar?

La Verdad parece ser como el agua, es como el agua; la falsedad es una piedra de granito. Si miras en la eternidad lo más blando es lo que gana y lo más duro es lo que pierde; pero si ves con una mente muy miope, lo más dura parecerá ganar. Sin embargo, si ves a un Lao Tse junto a un Adolfo Hitler, ¿podrías imaginarte que Lao Tse fuera el ganador? La humildad de un Lao Tse frente a la arrogancia y prepotencia de un Hitler…pero mira un poco más lejos, ten un poco de visión y verás a todos los Hitlers convertidos en arena y Lao Tse, y Buda, continúan ganando. No luchan y vencen, y aquellos que luchan son derrotados.

¿Cuál es la sustancia más blanda del mundo? Hay dos: en el mundo externo la sustancia más blanda es el agua; en el mundo interior la sustancia más blanda es el amor, agua y amor son iguales en muchos sentidos y debes comprenderlo. El agua busca las oquedades y el amor también. Si eres egoísta, el amor no puede llegar a ti, porque eres un pináculo de ego, una cumbre. Estás tan lleno de ti mismo que el amor no puede alcanzarte. El amor necesita que seas un vacío, un espacio sin obstáculos, por eso los egoístas no pueden amar ni ser amados. Lo desean mucho, piden amor, hacen todo lo que pueden para lograr ser amados, pero fracasan siempre y por completo.

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