sábado, 28 de diciembre de 2013

LA FALTA DE NATURALIDAD

Para mí, Diógenes es uno de los seres humanos más amados.

Respecto al mundo, él es uno de esos seres destinados a ser condenados por su comportamiento, por sus ideas. Y Diógenes en particular, porque es muy especial.

Su forma de actuar habría sido comprendida en el extremo Oriente, en Japón; habría sido un gran maestro Zen. En Grecia simplemente fue condenado. No estaba en el lugar adecuado. En primer lugar, estaba desnudo; y por una cierta razón: venimos al mundo desnudos, todos los animales están desnudos, ¿por qué debería el ser humano ocultar su cuerpo salvaje detrás de la ropa?

Su peculiar intuición le decía que no es el clima, el frío o el calor, lo que ha hecho que el ser humano utilice la ropa; cómo todos los animales pueden vivir sin ropa, esa no es la razón. Y tu cara está desnuda, pero se vuelve inmune. Así es como vive todo el reino animal. Los pajarillos son más poderosos que tú: son inmunes al calor y al frío. No necesitan ropa. ¿Por qué la necesita el ser humano? No para proteger su cuerpo, sino para ocultarlo, porque él es el único animal que no ha sido natural, y su cuerpo se ha hecho feo. Diógenes tuvo una intuición muy peculiar.

Estoy de acuerdo con él, la ropa te ayuda enormemente a ocultar tu cuerpo. El ser humano ha perdido su belleza natural, su agilidad, y por eso tuvo que descubrir la ropa. Es muy extraño: si ponen delante de ti tu cuerpo desnudo, o si ponen delante de ti una fotografía de tu cuerpo desnudo, no podrás reconocerlo. La gente sólo es reconocible por su cara; el resto del cuerpo se ignora. Y gracias a la ropa puedes crear una ilusión de belleza. Puedes ocultar las partes feas y exponer las partes hermosas; puedes resaltar las partes hermosas.

A Diógenes le disgustaba todo este planteamiento. Eso es exhibicionismo, y no lo que Sigmund Freud llamaba exhibicionismo. Yo estoy de acuerdo con Diógenes y no con Sigmund Freud.

Sigmund Freud llama exhibicionista al hombre que trata de enseñar su cuerpo desnudo a alguien. Diógenes llama exhibicionistas a todos los que han sido obligados por lo que llaman civilización a llevar ropa. Éste es el principio del engaño, de la hipocresía Siento que algún día el hombre volverá a estar desnudo y sólo entonces volverá a recuperar su salud, por la simple razón de que entonces tendrá que estar sano, si no es así sentirá vergüenza. Entonces tendrá que hacer ejercicio, entonces tendrá que ir al gimnasio y mantener su cuerpo y su belleza, porque entonces su identidad no residirá únicamente en su cara; su identidad residirá en todo el cuerpo. Y no se sentirá avergonzado; es su cuerpo y la naturaleza se lo ha dado. Se sentirá orgulloso de él.

Diógenes era un hombre muy hermoso, como Mahavira -ambos vivieron desnudos- tan proporcionados, tan bellos. En India, el desnudo de Mahavira se convirtió en algo espiritual; en Grecia Diógenes se convirtió en un loco. Solía llevar consigo una lámpara y cuando se encontraba con alguien -aunque fuera a plena luz del día- levantaba la lámpara y le miraba. Y la gente le preguntaba: «¿Qué estás haciendo?, estamos a plena luz del día, el sol brilla; ¿por qué llevas una lámpara? ¿Y por qué miras a la cara de la gente?».

Él solía decir: «Estoy buscando un hombre real, auténtico.»

Mi búsqueda, en cierto sentido, es similar: yo también estoy bus¬cando al hombre auténtico, al hombre real. Pero al hombre real, auténtico no se le puede buscar con una lámpara.

La lámpara de Diógenes sólo es un símbolo. Simplemente significa que está enfocando todo su ser encendido en la persona, como los rayos X, para ver que si queda algo de ella o si todo es hipocresía. El día que murió tenía la lámpara consigo, en su mano. Un hombre, en broma, le preguntó: «Ahora te estás muriendo. Pero antes de morir, por favor, respóndeme a una pregunta. Durante toda tu vida has esta¬do buscando con tu lámpara al hombre real, al hombre auténtico. ¿Lo has encontrado o no?».

Diógenes era verdaderamente un hombre muy bello. Se rió y dijo: «No lo he encontrado, pero agradezco a toda la humanidad que no me hayan robado la lámpara, porque me he encontrado con todo tipo de ladrones. No me he podido cruzar con ningún hombre auténtico, pero me basta con que me hayan dejado la lámpara; cuando miraba a esta gente veía que eran criminales, asesinos, ladrones, y me preocupaba la lámpara, que es lo único que tengo. Por eso puedo decir una cosa antes de morir -una cosa buena respecto a la humanidad- y es que no me robaron la lámpara.»

Podía reírse y hacer chistes incluso en el momento de la muerte. En Grecia no fue comprendido en absoluto. Pertenece a la categoría de personas como Bodhidharma, Chuang Tzu, Hotei. Esa era su categoría, pero estaba con la gente equivocada. Aristóteles había definido al hombre -Diógenes era contemporáneo de Aristóteles- como un «animal de dos piernas sin plumas.» Eso muestra la profundidad de la lógica y la penetración intelectual de Aristóteles. Cuando Diógenes lo oyó, cogió un animal de dos piernas, le quitó las plumas y se lo regaló, diciéndole: «Éste es tu hombre: un animal de dos piernas sin plumas.»

Aristóteles se enfadó mucho: «¡Esto no es un chiste y Diógenes nunca se toma nada en serio!» Pero yo os digo que era muy serio. Le estaba diciendo a Aristóteles: «Ésta no es forma de definir al hombre: con dos piernas y sin plumas. Estás degradando a los hombres al nivel de los animales; sólo son una variedad diferente, que no tiene plumas. Esa es toda la diferencia: Hay muchos animales con dos piernas.»

Diógenes no estaba de broma; iba en serio. Y también era serio en su búsqueda de un hombre auténtico. No se trata de definirlo; es una cuestión de encontrarlo. Sólo puedes definirlo después de haberlo encontrado.

El hombre que existe no es auténtico.

Sí, mi trabajo en cierta forma es muy similar: yo también estoy buscando al hombre auténtico, destruyendo todo lo que no es auténtico en ti, a riesgo de ser condenado en todo el mundo. Pero no llevo una lámpara en la mano porque se que eso sólo era un gesto.

Estoy trabajando realmente con cada individuo que ha entrado en contacto conmigo para ayudarle a dejar todos sus condicionamientos innecesarios y entrar en comunión con la naturaleza.

Para ser natural serás auténtico.
Para ser natural serás humano.
Y para ser natural serás un ser lleno de alegrías.

Es tu falta de naturalidad lo que está creando todas tus miserias, y de la misma forma que el dinero llama al dinero, la miseria llama a más miseria. Tengas lo que tengas, atrae a lo de su clase. Si tienes un poco de alegría, atraerás mucha alegría; si tienes un poco de silencio, entonces atraerás silencio incluso de las estrellas lejanas, entonces incluso en medio de la multitud, en el mercado, estarás atrayendo el silencio.

Depende de lo que tengas dentro de ti; eso crea una gravitación que atrae lo que es de su misma clase. Bastará con un poco de experiencia y ya no habrá necesidad de empujarte; irás en esa dirección por ti mismo.

Todo mi esfuerzo sólo es para daros un pequeño vislumbre, sólo abrir una ventana que te permita ver el cielo con todos los colores del crepúsculo.

Se que saldrás del agujero para ver la totalidad del cielo, para ver los pájaros regresar a casa, para ver los árboles echarse a dormir, prepararse la cama...Pero ahora mismo sólo tienes miseria, y esa miseria atrae más miseria.

Mi trabajo es crear de alguna forma una grieta en tu miserable existencia... una pequeña ventana.

sábado, 21 de diciembre de 2013

ABANDONARSE

El abandono, del que habla mucha gente no es el mismo del que hablo yo; el tuyo simple¬mente es una actitud derrotista. Básicamente quieres luchar, pero hay situaciones en las que no puedes luchar, o quizá hayas llegado al final de tu energía de lucha. Entonces, para encubrir tu derrota, comienzas a abandonarte. Tu abandonarte no es verdad, es falso.

El verdadero abandonarse no va en contra de la lucha. El verdadero abandonarse es una ausencia de lucha.

Y no puedes mezclar el verdadero abandono con las actitudes de lucha, por la simple razón de que la presencia del abandono implica una ausencia de la actitud de lucha. ¿Cómo puedes mezclar algo que está presente con algo que está ausente? De la misma forma que no puedes mezclar la luz y la oscuridad, aunque seas un gran artista, no puedes mezclar la luz y la oscuridad por la simple razón de que la oscuridad sólo es la ausencia de luz. No puedes ponerlas juntas; sólo una de ellas puede estar presente.

Así, lo primero que hay que recordar es que la actitud básica de todo ser humano es la lucha. Por eso no piensas en ella como si fuera un problema personal. Te ayudará mucho comprender que es un problema humano. Entonces puedes mantenerte descomplicado y verla, observarla, comprenderla.

La lucha es la actitud básica porque alimenta el ego. Cuanto más luchas, más fuerte se hace tu ego. Si sales victorioso, el ego tiene una gran alegría. El ego se revitaliza con tus victorias. Pero por otro lado, a medida que el ego se fortalece, tu ser retrocede cada vez más.

A medida que el ego se fortalece, te vas perdiendo a ti mismo. Puede que estés luchando y que consigas la victoria sin saber que no es una ganancia sino una pérdida. A cada niño se le enseña a luchar de diversas formas. Competir es una lucha, ser el primero de la clase es una lucha, ganar un trofeo deportivo es una lucha. Son preparativos que haces para tu vida. Después viene la lucha en las elecciones, la lucha por el dinero, la lucha por el prestigio. Toda la sociedad está basada en la lucha, en la competición, en el forcejeo, en poner a cada individuo en contra de la totalidad.

Por eso estás en la misma situación que casi todo el mundo. Y después me escuchas hablar de abandono.

Abandono significa no competición, no forcejeo, no lucha...; simplemente relajarse en la existencia, lleve donde lleve. No intentar controlar el futuro, no intentar controlar las consecuencias, sino permitir que ocurran..., sin pensar en ellas siquiera. El abandono ocurre en el presente; las consecuencias vendrán mañana. Y abandonarse es una experiencia tan deliciosa, una relajación total, una profunda sincronicidad con la existencia.

El abandono no ha sido enseñado a la gente porque iría en contra de toda la estructura social, que está basada en la competición y en una lucha en la que todo el mundo es tu enemigo. Incluso tu amigo es un enemigo, incluso tu esposa es un enemigo, incluso tus hijos son tus enemigos, porque todo el mundo está tratando de arrebatarte todo lo que puede.

Y tú estás tratando de hacer lo mismo. Se podría decir que el mundo de la miseria se crea porque todo el mundo está intentando arrebatar cosas de todos los demás. No es una existencia pacífica, silenciosa, amorosa; todavía somos bárbaros y animales.

El abandono es un planteamiento totalmente diferente. Su primer paso es abandonar el ego, recordar que no estás separado de la existencia: ¿Con quién estás luchando? No estás separado de la gente: ¿Con quién estás luchando? Contigo mismo..., y esa es la raíz de la miseria. Luches con quien luches, estás luchando contigo mismo, porque no hay nadie más.

Abandonarse es comprender profundamente el fenómeno de que somos parte de la existencia una. No podemos permitirnos tener egos separados; somos uno con todo. Y el todo es vasto, inmenso. Tu comprensión te ayudará a ir con la totalidad, vaya donde vaya. No tienes un objetivo aparte de la totalidad, y la totalidad no tiene objetivos. No va a ninguna parte. Simplemente está aquí.

Comprender el abandono te ayuda a estar simplemente aquí, sin objetivos, sin la intención de lograr nada, sin ningún conflicto, forcejeo, ni lucha, sabiendo que sería luchar contigo mismo; y eso sería simplemente estúpido.

Abandonarse es una comprensión profunda.
No es un acto que tengas que hacer.

Cada acto es parte del mundo de la lucha. Cualquier cosa que tengas que hacer va a ser una lucha. Abandonarse es simplemente comprender.

Y después, una relajación silenciosa- fluyendo con el río, despreocupado de a dónde vaya, despreocupado de que puedas perderte..., sin ansiedad, sin angustia, porque no estás separado de la totalidad; por eso, cualquier cosa que pase, va a ser buena.

Al comprender esto descubrirás que no hay mezcla posible: la comprensión no puede mezclarse con la ignorancia; la percepción de la existencia no puede mezclarse con la ceguera; la consciencia no puede mezclarse con la inconsciencia.

Y el abandono no puede mezclarse con los distintos tipos de lucha; es una imposibilidad.

Simplemente deja que penetre dentro de tu corazón, y descubrirás una nueva dimensión de apertura, en la que cada momento es una ale¬gría, en la que cada momento es la eternidad misma.

sábado, 14 de diciembre de 2013

LOS OBJETIVOS EN LA VIDA

La búsqueda de objetivos forma parte del proceso racional. El futuro existe debido a la razón. Es por eso que para las animales no existe el futuro ni objetivo alguno. Viven, pero no tienen objetivo. La razón crea ideales, crea objetivos, crea el futuro. El verdadero problema no consiste en determinar cuál es el objetivo correcto. El problema consiste en decidir si tenemos objetivos o si no los tenemos.

La nueva generación se pregunta si tener o no tener objetivos. Apenas determinas un objetivo, comienzas a apartarte de la vida. Comienzas a amoldar la vida de acuerdo a tus objetivos. El presente pierde importancia. Debe ser moldeado, adaptado al futuro.

Una mente orientada a objetivos es racional, y una mente orientada a la vida es irracional. Así que no se trata de cómo determinar el objetivo correcto. Más bien, se trata de cómo hacer para que la razón no sea el único fenómeno que la mente produzca.

La razón debe tener objetivos; no puede existir sin ellos. Pero esto no debe transformarse en una dictadura; no debe ser la única rama que crezca. La razón debe existir, es una necesidad; pero en la mente humana existe una zona vacía que no puede tener objetivos, que puede existir tal como los animales, tal como los niños. Sólo puede existir aquí y ahora. Esta parte vacía, esta parte irracional, vivencia los dominios más profundos de la vida, del amor, del arte. No necesita proyectarse al futuro, de modo que puede entrar profundamente en el aquí y ahora. La razón debe ser desarrollada; pero paralelamente, también esta parte debe serlo.

Ha habido científicos de personalidad muy profundamente religiosa. Esto puede ocurrir de dos formas. O bien puede deberse a una profunda armonía, o puede ocurrir por medio del cierre de una puerta y la apertura de otra, sin armonía alguna. Puedo ser un científico, para luego abandonar mi mundo científico y acudir a la iglesia a orar. No será el científico quien rece. No se trata realmente de una armonía; es una profunda bifurcación. No hay diálogo interno entre el científico y el venerador. El científico no se ha asomado siquiera a la iglesia.

Cuando este hombre regresa a su laboratorio, el venerador no estará allí. Existe una separación profunda entre los dos; no se superponen. En una persona así encontrarán una dicotomía, y no la armonía. Dirá cosas de las que después se arrepentirá. Como científico, postulará cosas que se irán en contra de su mente de venerador.

De este modo, muchos científicos han llevado una vida esquizofrénica. Parte de ellos es una cosa y otra parte es otra cosa. No es a esto a lo que me refiero cuando hablo de armonía. Con "armonía", me refiero a que te es posible pasar de un ámbito a otro sin cerrarte jamás a ninguno. De esta forma, el científico va a orar y el creyente va al laboratorio. No hay escisión, no hay brecha.

De lo contrario, te transformarás en dos personas. Habitualmente somos muchas personas; tenemos personalidades múltiples. Nos identificamos con una de ellas; luego, modificamos los engranajes y nos transformamos en otra persona. El cambio de engranaje no es la armonía. Produce una tensión muy profunda en tu ser. No puedes estar a tus anchas con tantas identidades. Una conciencia entera, completa, capaz de movilizarse al polo opuesto, sólo es posible cuando concebimos un ser humano intrínsecamente unificado: cuando no hay negación de los opuestos.

La duda forma parte del trabajo de un científico. La fe también es parte de él. Son dos aspectos que se centran en dimensiones diferentes de la misma cosa. Así entonces, un científico puede orar en su laboratorio; no hay nada malo en ello. La duda forma parte de su trabajo, es un instrumento de su trabajo; y lo mismo ocurre con la fe. No hay una dicotomía intrínseca. Cuando podemos movilizarnos suave y fácilmente de un polo al otro, ni siquiera sentimos este movimiento. Te mueves, pero no sientes el movimiento. Sólo lo sientes cuando se te presenta algún obstáculo. No sentirás movimiento alguno cuando exista una profunda armonía.

Jesús era un hombre irracional, pero San Pablo poseía una mente muy científica, muy racional. El cristianismo le pertenece a San Pablo, no a Jesús. Con un hombre tan anárquico no existe posibilidad alguna de crear una organización tan amplia. Es imposible.

Ha habido conflicto entre la ciencia y la Iglesia. Ambas son racionales. Ambas intentaron racionalizar los fenómenos religiosos. La Iglesia iba necesariamente a perder la batalla, pues los fenómenos religiosos son, en sí, irracionales. La razón falla en lo que atañe a la religión. Es por eso que la Iglesia debía ser derrotada y la ciencia debía salir victoriosa.

En Oriente no ha habido lucha entre ciencia y religión, porque la religión nunca ha reclamado nada que perteneciera al ámbito racional. Las dos no pertenecen a la misma categoría, de modo que no hay lucha entre ellas.

sábado, 7 de diciembre de 2013

UN NUEVO ESTILO DE EXISTENCIA

Son tantas las enfermedades que se circunscriben solamente al hombre. No aparecen en los animales. Los animales son más sanos. Menos enfermos, menos feos. No hay motivo para que el hombre no pueda ser más vital, más hermoso, más sano. El entrenamiento que hemos experimentado durante diez mil años, este prolongado entrenamiento de la mente, puede ser la causa de ello. Pero si tú mismo formas parte del mismo patrón, no logras concebir esta idea.

Muchas enfermedades físicas se deben a una mente lisiada. ¡Y estamos lisiando la mente de todo el mundo! Los primeros siete años de la vida de un niño son los más importantes. Si le produces daño a la mente, será difícil remediarlo. Pero seguimos produciendo daño, sin remordimiento alguno. Mientras más profundamente penetra la sicología en las raíces de la mente, más aparecen los padres y profesores como unos criminales, pero inconscientes. También sufrieron debido a la generación anterior. Tan sólo están pasando el relevo de la enfermedad.

Sin embargo, ahora se ha abierto una nueva posibilidad. Por primera vez, especialmente en Occidente, el hombre se ha liberado de sus necesidades primarias. Ahora podemos experimentar con nuevas posibilidades para la mente. Era imposible hacer esto en el pasado, pues las necesidades del cuerpo eran una carga tan pesada, tan insatisfecha. Pero ahora esa posibilidad ha aparecido. Vivimos en el umbral de una profunda revolución, una revolución de magnitud tal como nunca ha conocido la historia humana. Ahora es posible una revolución de conciencia, con mayor destreza para conocer y comprender, podemos cambiar. Se necesitará mucho tiempo, pero la posibilidad se encuentra abierta para nosotros. Si nos atrevemos, si tenemos valor, podemos transformarla en una realidad.

La humanidad entera se encuentra en peligro. O bien volvemos al pasado o avanzamos hacia un nuevo futuro. No se trata de una tercera guerra mundial, no se trata de comunismo o capitalismo. Estos problemas ya están añejos. Se acerca una nueva crisis. Tendremos que decidimos por buscar una nueva conciencia -y por tanto, decidimos a trabajar por ello- o bien, volver atrás, regresar a los viejos moldes.

Volver atrás es también posible. Cada vez que aparece una crisis, la primera reacción de la mente es la regresión. Cada vez que te enfrentas a algo a lo cual no puedes enfrentarte, vuelves atrás.

Lo malo es que si intentamos crear un nuevo ser humano, nos veremos enfrentados a una situación totalmente nueva para nosotros, y es posible que reaccionemos con una regresión. Incluso existen profetas que predican en pro de la regresión. Desean que vuelva el pasado: "En el pasado hubo una era dorada. ¡Vuelvan a ella!" Pero para mí eso es suicida. Debemos avanzar hacia el futuro, por muy azaroso y difícil que se nos presente.

La vida debe avanzar hacia el futuro. Debemos hallar un nuevo estilo de existencia. Confío en que es posible que esto ocurra. Y Occidente debe ser la base para que esto ocurra, pues el Oriente no es más que el Occidente de hace trescientos años. El Oriente sufre serios problemas de sustento y supervivencia, pero el Occidente se halla libre de todo esto.

Cuando vienen a mí personas jóvenes del Occidente, estoy siempre consciente de que pueden progresar o regresar. Y en cierto modo han estado regresando, actuando como niños, como seres primitivos. Eso no es bueno. Su rebelión es buena, pero deben actuar como un nuevo tipo de hombre, no como salvajes. Deben crear en su interior las posibilidades para una nueva conciencia.

En lugar de eso, han estado drogándose. La mente primitiva siempre se ha fascinado con las drogas, ha sido hipnotizada por ellas. Si aquellos que se alejan de la sociedad occidental comienzan a actuar como seres primitivos, no estaremos presenciando una rebelión, sino una reacción y una regresión. Deben actuar como una nueva humanidad. Deben avanzar hacia una nueva conciencia; total, global y aceptadora de todas las potencialidades contradictorias que hay en un ser humano.

La diferencia que existe entre los animales y el hombre es que los primeros tienen potencialidades definidas, mientras que el hombre tiene posibilidades infinitas. Pero sólo se trata de posibilidades. El hombre puede desarrollarse, pero este desarrollo debe ser apoyado. Debemos abrir centros a través del mundo, en donde esto pueda ocurrir.

La mente debe ser entrenada en forma lógica y racional, pero también debe serlo simultáneamente en la meditación irracional, no-racional. La razón debe ser ejercitada y al mismo tiempo las emociones. La razón no debe ser entrenada a costa de las emociones. La duda debe estar presente, pero también la fe.

Es fácil tener fe sin dudar en ningún momento; y también es fácil dudar sin asomo de fe. Pero estas fórmulas son elementales, simples para estos tiempos. Ahora debemos crear una sana duda, una duda persistente, una mente escéptica que exista a la par con la mente crédula. Y el ser interno debe poder moverse de una a otra; de la duda a la fe y viceversa. Con la investigación objetiva, uno debe ser receloso, escéptico, cauto. Pero existe otra dimensión, paralela a ésta, en que la clave está dada por la fe, no por la duda. Las dos son necesarias.

El problema consiste en cómo crear simultáneamente las polaridades opuestas. Es esto lo que me interesa. Seguiré estimulando la duda y seguiré estimulando la fe. Yo no veo contradicción intrínseca en ello, porque para mí es el movimiento lo importante, el movimiento de un polo a otro.

Mientras más adheridos estamos a uno de los polos, más difíciles se ponen las cosas. Por ejemplo, en Occidente han cultivado la actividad. Sin embargo no pueden dormir bien. Cuando te vas a dormir, la mente no logra cambiar de la actividad a la inactividad. Te das vueltas una y otra vez en la cama; la mente sigue activa. Debes tomar un tranquilizante para dormir. Sin embargo, un sueño forzado no puede proporcionarte mucho descansó; es sólo superficial. En lo profundo, la agitación continúa. El sueño se transforma en pesadilla.

En Oriente ha ocurrido lo contrario. El Oriente puede dormir bien, pero no puede activarse. Aún en la mañana la mente oriental se encuentra soñolienta, letárgica. Durante siglos han dormido bien sin hacer nada más, mientras que ustedes han hecho mucho, pero al costo de crear inquietud, una verdadera enfermedad. Y, debido a esta inquietud, todo lo que han hecho resulta inútil. ¡Ni siquiera pueden dormir!

Es por eso que yo me empeño en entrenar la mente para la actividad, para la inactividad y, lo más importante, para el movimiento, de modo que puedas cambiar de una a otra. Es posible entrenar a la mente para movilizarse entre estos dos polos. En un instante puedo pasar de cualquier actividad a la inactividad. Puedo hablar contigo durante horas y en un instante puedo entrar en un profundo silencio interno en el que no hable. Y, a menos que esta posibilidad se produzca en ti tu crecimiento se verá dificultado.

El futuro deberá permitir que exista una profunda armonía entre las polaridades internas. A menos que se produzca este movimiento entre los opuestos, la búsqueda humana habrá finalizado.

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