sábado, 16 de marzo de 2024

LA ORACIÓN

 

Jesús dijo a sus discípulos: 'Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos...".Y siempre hemos estado escuchando que la religión enseña el ayuno, porque ha sido dicho una y otra vez que cuando ayunas eres purificado a través de eso. Toda la religión de los jainas depende del ayuno. Si ellos escucharan este dicho de Jesús dirían: "Este es un hombre peligroso, y los judíos hicieron bien; ¡lo crucificaron!".

Los judíos también fueron perturbados: tales dichos son rebeldes y toda la moralidad se perdería si le dices a la gente: 'Si ayunan engendrarán pecados para ustedes mismos: ¡el ayuno se vuelve un pecado! ". ...y si oran se condenarán”. ¿Alguna vez lo has oído? "si oras serás condenado”. Entonces ¿qué es la religión? Pensamos que la religión es ir a la iglesia y orar a Dios, y Jesús dice:"...si oran se condenarán; y si dan limosna harán mal a sus espíritus".

El más extraño de los dichos, pero muy significativo. Jesús está diciendo: que tal como estás no puedes hacer nada correcto. El énfasis no es en ayunar o no ayunar; el énfasis no es en dar limosna o no; el énfasis no es en orar o no. El énfasis es que cualquier cosa que hagas ahora, tal como eres, todo estará errado.

¿Puedes orar?, Puedes ir al templo, eso es fácil, pero no puedes orar. La oración necesita una cualidad diferente, esa cualidad tú no la tienes, así que sólo puedes engañarte que estás orando. Anda y mira en el templo a la gente que está orando: simplemente están engañando ¡ellos no tienen esa cualidad para orar! ¿Cómo puedes orar; Y si tú tienes la cualidad para orar ¿cuál es la necesidad de ir al templo o a la iglesia?

Donde sea que estés, la oración está: te mueves, caminas ¡y esto es oración! Comes, amas ¡y esto es oración! Miras, respiras ¡y esto es oración! Porque la cualidad de la oración está siempre presente, es como respirar. Entonces no puedes estar en ningún momento sin orar. Pero entonces no hay necesidad de ir al templo, a la iglesia. Las iglesias y los templos existen para aquellos que quieren engañar, para aquellos que no tienen la cualidad de la oración pero les gustaría creer que están orando.

Un hombre pecador se estaba muriendo. Nunca había estado en el templo, nunca había orado, nunca había escuchado lo que dicen los sacerdotes, pero en el momento de la muerte tuvo miedo. Le pidió al sacerdote que viniera, le rogó. Cuando el sacerdote vino había una muchedumbre. Había mucha gente alrededor, porque el pecador era un hombre de gran éxito; un político, tenía poder, tenía dinero, así que mucha gente se había congregado.

El pecador le pidió al sacerdote que se acercara porque quería decirle algo en privado. El sacerdote se le acercó y el pecador le susurró al oído: "Sé que soy un pecador y sé bien que nunca he ido a la iglesia, no he asistido a la iglesia. No soy un hombre religioso en absoluto, nunca he orado, así que sé bien que el mundo no me va a perdonar. Pero ayúdeme, deme un poco de confianza y ¡dígame que Dios me va a perdonar! El mundo no me va a perdonar, eso lo sé, y nada se puede hacer ahora sobre eso, pero dígame una cosa: ¡Que Dios me va a perdonar!".

"Bien", dijo el ministro, el sacerdote, "tal vez Dios te perdone, porque él no llegó a conocerte de la manera que ahora te conocemos. Tal vez él lo haga, porque no te conoce en la forma como nosotros te conocemos". Pero si no puedes engañar al mundo ¿podrás engañar a Dios? Si no puedes engañar a las mentes comunes ¿podrás engañar a la mente divina? Es tan solo un consuelo, algo cómodo: "Tal vez". Pero ese "tal vez" es absolutamente errado; ¡no te aferres a los "tal vez".

La oración es una cualidad que pertenece a la esencia y no a la personalidad. La personalidad es aquello que has estado haciendo, es una relación con otros. La esencia es aquello que te ha venido no tiene nada que ver con tu hacer, es un regalo de Dios. La oración pertenece a la esencia: es una cualidad, no es algo que tú puedas hacer.

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