sábado, 23 de junio de 2012

LAS POLARIDAD DE LA MENTE


Debido a que la mente consiste en polaridades, nunca eres completo. La mente no puede ser total, siempre es parcial. Cuando amas a alguien, ¿has observado cómo suprimes tu odio? El amor no es total, no es íntegro; justo tras él se hallan todas las oscuras fuerzas escondidas y pueden emerger en cualquier momento. Estás sentado en un volcán.

Cuando amas a alguien, simplemente olvidas que tienes ira, que contienes odio, que tienes celos. Te desprendes sencillamente de ellos como si nunca hubieran existido. Pero, ¿cómo puedes deshacerte de ellos? Simplemente los escondes en el inconsciente. En la superficie puedes ser amoroso, en las profundidades se esconde la confusión. Antes o después te hartarás, el amado se volverá familiar.

Se dice que la familiaridad alimenta el desprecio, pero no es que esa familiaridad alimente el desprecio la familiaridad te hace aburrido, el desprecio siempre ha estado ahí, escondido. Emerge, estaba esperando el momento adecuado; la semilla estaba allí.

La mente siempre contiene en sí misma al opuesto, y este opuesto habita en el inconsciente esperando el momento para emerger. Si le observas con detalle lo sentirás en cada instante. Cuando le dices a alguien, te quiero, cierra tus ojos, medita y siente ¿hay algo de odio escondido? lo percibirás. Pero debido a que quieres engañarte a ti mismo, porque la verdad es tan fea- la verdad de que odias a la persona que amas- no quieres encararla. Quieres escapar de la realidad, por esto lo escondes. Pero el esconderlo no ayudará porque no engañas a alguien, te engañas a ti mismo.

Por esto siempre que sientas algo, cierra los ojos y entra en ti mismo y busca el opuesto en alguna parte. Está ahí. Y si puedes ver al opuesto esto te dará equilibrio y entonces no dirás. "Te amo". Si eres auténtico dirás. "Mi relación contigo es de amor y de odio".

Todas las relaciones son relaciones de amor y odio.

Ninguna relación es de amor puro y ninguna relación es de odio puro. Contiene a ambos. Si eres sincero te hallarás en dificultades. Si le dices a una chica, "Mi relación contigo es de amor y de odio". Te amo como nunca he amado a nadie y te odio como nunca he odiado a nadie, te resultará difícil casarte a menos que encuentres una chica meditativa que pueda comprender la realidad, a menos que puedas encontrar una amiga que pueda com¬prender la complejidad de la mente.

La mente no es un mecanismo sencillo, es muy complejo y mediante la mente nunca te volverás sencillo porque la mente sigue creando decepciones. Ser meditativo significa ser consciente del hecho de que la mente te está escondiendo algo, de que estás cerrando los ojos a algo que te incomoda. Antes o después estos molestos hechos emergerán, te dominarán, y te trasladarás al opuesto. Y el opuesto no se halla allí en algún lejano lugar, en alguna estrella: el opuesto se esconde en ti, dentro de ti, en tu mente, en el mismo funcionamiento de tu mente. Si puedes comprender esto, te detendrás en el medio.

Si puedes ver que tú amas y que tú odias, de repente ambos desaparecerán, porque ambos no pueden existir juntos en el consciente. Tienes que crear una barrera: uno ha de existir en el inconsciente y otro en el consciente. Ambos no pueden existir jun¬tos en el consciente, se niegan el uno al otro. El amor destruirá el odio, el odio destruirá el amor; se equilibrarán uno al otro y simplemente desaparecerán. La misma cantidad de odio y la misma cantidad de amor se niegan mutuamente. Repentinamente se eva¬porarán estarás ahí, pero sin amor ni odio. Entonces estás equilibrado.

Cuando estás equilibrado la mente no está allí entonces eres total. Por esto la meditación es un estado de no-mente. A través de la mente no se alcanza. A través de la mente, hagas lo que hagas, no puede lograrse nunca. ¿Qué estás haciendo entonces cuando estás meditando?

Pues debido a que has creado tanta tensión en tu vida estás ahora meditando. Pero esto es el opuesto de la tensión, no es la meditación verdadera. Estás tan tenso que la meditación se ha vuelto atractiva. Es por ello que en Occidente la meditación atrae más que en el Este, porque allí existe más tensión que en el Este. El Este está todavía relajado, la gente no está tan tensa, no enloquece tan fácilmente, no comete suicidio tan fácilmente. No son tan violentos, tan agresivos, no están tan asustados, no están tan temerosos, no están tan tensos. No viven a una velocidad tan endiablada donde nada excepto tensión se acumula.

Donde existe tanta tensión, la meditación atrae. Pero esta atracción supone caer de nuevo en la misma trampa. No es la meditación verdadera, es un truco de nuevo. Meditas durante unos cuantos días y luego te relajas; cuando estás relajado de nuevo surge la necesidad de acti¬vidad y la mente comienza a pensar en hacer algo, en moverse. Estás aburrido...No has trascendido a los polos opuestos.

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