Jesús dijo: "No soy su Maestro, porque han bebido, se han vuelto ebrios con la fuente burbujeante que he descartado".
Todos ustedes todavía están ebrios, ¡ebrios con la misma locura de la mente!
La mente es la fuente de todas las locuras, pueden haber grados, pero todos los que tienen la mente están un poquito, o un poco más locos. La mente es equivalente a la locura. Puedes no estar demasiado, puedes estar tan solo tibiamente loco, así que no estás hirviendo, no te estás evaporando, nadie está pensando en enviarte al manicomio. Estás tan solo tibiamente loco, trabajablemente loco; puedes trabajar, puedes ir por todas partes y mantener tu locura dentro. Un hombre sale de la locura sólo cuando va más allá de la mente. Por eso es que Jesús les dice que están ebrios.
"...se han vuelto ebrios con la fuente burbujeante que he descartado. Todos ustedes, los tres, están hablando desde la mente. No me han mirado a mí, porque cuando miras no hay mente".
No lleves tu mente donde un Maestro. Es una estupidez, porque si llevas la mente donde un Maestro, no estás yendo más cerca a él. No lograrás el satsang, no estarás en su presencia, estarás lleno de tu mente, estarás ebrio con tu mente. Cuando él esté ahí, estarás pensando, parloteando. Adentro, la mente irá dando vueltas y vueltas y vueltas y creará una pared, y es imposible que Jesús te penetre.
Y llevó a Tomás, porque era el más cercano a lo mejor, se retiró a la soledad: le habló tres palabras.
Entonces cuando Tomás regresó donde sus compañeros, ellos le preguntaron: "¿Qué te dijo Jesús?".
Aún están interesados en lo que Jesús dice, y no en lo que Jesús es. Aún están interesados en el conocimiento, en palabras, no están interesados en el ser.
Tomás les dijo: "Si les digo una de las palabras que me dijo, agarrarán piedras y me las tirarán; y brotará fuego de las piedras y los quemará totalmente".
Esto es muy misterioso. Aquellas tres palabras no han sido registradas, y Tomás nunca les dijo a los otros discípulos cuáles fueron esas tres palabras. Pero da la indicación, porque cuando no estás listo, sólo se pueden dar indicaciones; cuando no estás listo, sólo se pueden dar insinuaciones. Si realmente eres un buscador, por medio de las insinuaciones llegarás al secreto. El último secreto no puede ser dado, tienes que estar listo para eso. Cuanto más listo estés, más se te revela. El da las insinuaciones, así que primero trata de entender las insinuaciones.
"Si les digo una de las palabras que me dijo, agarrarán piedras y me las tirarán; y brotará fuego de las piedras y los quemará totalmente".
Una cosa dice: "Si les digo una sola palabra", él ha dicho tres, pero, "Si digo aún una sola palabra, inmediatamente agarrarán piedras y me las tirarán". ¿Qué quiere decir?
El hombre vive en las mentiras, todo hombre, porque las mentiras son muy convenientes, cómodas. La verdad es dura, inconveniente, incómoda. Mentir es tal como ir cuesta abajo, vas fácilmente, con pies danzantes. La verdad es ir cuesta arriba, es difícil, arduo, sudas, no es cómodo. Las mentiras son convenientes, cómodas porque tú puedes hacerlas, tú puedes inventarlas. Puedes inventar tu propia mentira que encaje contigo, pero no puedes inventar la verdad. Este es el problema, la molestia.
Puedes inventar mentiras: vas donde un sastre y te hace un traje a la medida; puedes fabricar mentiras como trajes a la medida, que se ajusten a ti. Pero la verdad no se va a ajustar a ti, no la puedes inventar, tú tendrás que ajustarte a la verdad, tú tendrás que cortarte a ti mismo. La verdad no se puede cortar como un traje; para ajustarte a la verdad, tú tendrás que cambiar. Las mentiras son hermosas porque no necesitas cambiar, simplemente cambias la mentira y se ajusta a ti. Es muy cómoda, se adapta a ti, nunca te fuerza a cambiar, puedes permanecer estático, estancado.
La mentira siempre está a favor tuyo, nunca en contra tuyo. Y la verdad, a la verdad no le interesa: si quieres ser verdadero, tienes que cambiarte a ti mismo. La verdad no puede ser inventada, tiene que ser descubierta, ya está ahí. Por eso es que el hombre vive en mentiras, porque tú puedes inventar tus propias mentiras.
Todo país tiene sus propias mentiras, toda raza tiene sus propias mentiras, toda religión, iglesia, templo, gurudwara, tiene sus propias mentiras. Y son muy cómodas, se te pegan, te protegen de la verdad. Por eso es que cada vez que se dice la verdad, comenzarás a tirar piedras al hombre que la dice: Porque si él dice la verdad, toda tu vida es falsa. Eso es muy difícil de darse cuenta. Has invertido tanto en eso, has vivido para eso. Tus sueños es todo lo que tienes, tus mentiras es todo lo que tienes, y alguien viene y te tira una verdad... Así que sólo hay dos posibilidades: ya sea que estés listo a derrumbarte completamente, o a tirar piedras a este hombre, porque al tirar piedras a este hombre no permitirás que su verdad destruya tus mentiras, puedes entrar de nuevo en tus mentiras.
Los psicólogos han llegado a entender que el hombre no puede vivir sin mentiras. Y en lo que respecta al noventa y nueve por ciento de la gente, están en lo cierto; y el uno por ciento lo podemos dejar, porque es excepcional. Freud, Jung, Adler, los tres grandes descubridores de la mente del hombre, están absolutamente de acuerdo en una cosa: que en el estado en que está el hombre, no puede vivir sin mentiras, necesita mentiras, una necesidad básica como la comida, aun más básica. Puedes vivir sin comida por tres meses, no puedes vivir sin mentiras ni por tres segundos, es como respirar.
¡Observa en qué tipo de mentiras vives! Y cada vez que alguien apoya tu mentira y la hace aparecer como una verdad, te inclinas ante él. Tienes miedo de la muerte: crees en la inmortalidad del alma. Esa es una mentira para ti, tú no sabes nada, ni el ABC sobre el alma, tú no sabes si el alma existe o no, pero tú crees en la inmortalidad. Y alguien argumenta y demuestra que el alma es inmortal, tú te inclinas ante él, le rindes tributos y dices: "¡He aquí a un hombre que sabe!". ¿Qué ha hecho? Simplemente ha apoyado tu mentira; ahora él ha dado más vida a tu mentira. Tú permaneces igual: no sabes lo que es el alma, nunca te preocupaste en saberlo. Pero la mentira te ayuda a vivir. Entonces no tienes temor a la muerte porque no hay muerte, el alma es inmortal.
De allí que haya ocurrido un fenómeno muy extraño: este país, la India, es el más cobarde de la tierra. De otro modo, ¿cómo es posible hacer esclavo a un país tan vasto por cientos de años? y pequeñas razas como los ingleses, ¡ni siquiera igual a una provincia! Quinientos millones de gente siendo esclavizados por treinta millones parece ilógico. Pero quienquiera que viniera, los hunos, los mongoles, los turcos, los ingleses: quienquiera que viniera, la India siempre estaba lista a ser esclava. ¿Por qué tanta cobardía? Y esta gente es la que "conoce el ser" y dice que tiene el conocimiento raíz y que ¡sabe que el alma es inmortal!
Si el alma es inmortal, ¿cómo puedes ser un cobarde? Si el alma es inmortal entonces nadie puede ser más valiente que tú, porque nada va a morir; aun si alguien te está asesinando, no tendrás miedo, porque nada va a morir. Pero así no es la cosa, justo es lo contrario: el alma es inmortal, pero aun así los hindúes son los más cobardes. Realmente, porque son cobardes esconden su cobardía en la filosofía de la inmortalidad del alma. Esta inmortalidad no es su conocimiento. Buda lo puede haber sabido, Yajnavalk puede haberlo sabido, pero éste no es un conocimiento que pueda ser transferido.
Así que los psicólogos dicen que sin mentiras el hombre no puede vivir, aún un cobarde se desenvuelve en la vida. Y esto sucede casi siempre: que crearás la mentira opuesta de lo que eres, la exagerarás para hacer que otros la crean y para que tú mismo la creas.