sábado, 28 de junio de 2025

LOS SACERDOTES

 

Ahora mira estas palabras de Jesús:

"Si aquellos que los guían dicen: 'Vean, el reino está en el cielo', no aquí, en alguna parte arriba en el cielo, en alguna parte muy lejos; el reino de Dios está en alguna parte distante, muy alejado, "entonces las aves del cielo los precederán". Ellas llegarán antes que tú, entonces estarás perdido. Jesús está bromeando, está diciendo: "Entonces no esperen, ¡los pájaros del cielo llegarán antes que ustedes!".

"Si les dicen: 'Está en el mar', entonces los peces los precederán". Entonces ellos llegarán antes que tú, tú lo perderás.

¿Sobre quién está hablando Jesús? El está hablando de los sacerdotes. Los sacerdotes son los enemigos de la religión, pero se han vuelto los gerentes. Ellos la manejan en todas partes, entonces no permiten que una persona como Jesús entre en sus templos.

Después de mil ochocientos años, Jesús pensó: "Ahora debo ir y visitar la tierra de nuevo, porque mil ochocientos años de cristianismo... ahora la tierra debe estar lista para recibirme. Ahora no me rechazarán como lo hicieron antes, porque cuando fui entonces no había un solo cristiano. Fui un extraño. Ahora la mitad de la tierra es cristiana; millones de iglesias y sacerdotes continuamente predicando la palabra de Jesús. Ahora voy a ser recibido, bienvenido; todas las puertas se me abrirán. ¡Ahora es el momento! No debería haber ido antes ¡ese no era el momento apropiado!".

Regresó de nuevo, por supuesto un domingo por la mañana, porque es difícil descubrir quién es un cristiano y quién no si llegas otro día de la semana. Es imposible, ¡todo el mundo es igual! Sólo en domingo puedes hacer la distinción de quién es un cristiano, porque la religión es un asunto dominical. No tiene nada que ver con la vida, es tan solo un ritual a realizarse, una formalidad a cumplirse, sin nada de corazón. Y llegó al pueblo donde había estado mil ochocientos años antes; Belén. Se paró en la plaza pública, un poco aprensivo porque la gente lo miraba y nadie lo reconocía, y entraban y salían de la iglesia. Y entonces unas cuantas personas lo rodearon y comenzaron a decirle: "Te pareces a Jesús, has hecho una buena actuación, ¡eres un buen actor!".

Jesús dice: "No soy un actor. Soy el verdadero Jesús". Así que se comenzaron a reír y dijeron: "Si eres el verdadero Jesús entonces escapa antes de que el sacerdote salga; porque si no vas a entrar en problemas". Y unos pequeños palomillas comenzaron a tirar piedras, y la gente comenzó a reírse diciendo que el verdadero Jesús ha venido, ¡el rey de los judíos! Este es el hombre al que crucificaron ¡él ha resucitado!

Y  bromeaban y se reían, y Jesús lo sintió mucho... porque ésta era su gente; ya no eran los judíos, eran los cristianos; lo seguían, y aun ellos no podían reconocerlo. Pero esperó, tuvo la esperanza de que: "Por lo menos mi sacerdote me reconocerá. Estos pueden ser gente tonta, ignorante, pero mi sacerdote sabe".

Entonces salió el sacerdote. La gente dejó de reírse, sólo como respeto al sacerdote. Hicieron espacio para él, la multitud permitió que entrara, se inclinaron con profundo respeto. Jesús reía en su corazón: "No se han inclinado ante mí, no me han dado ningún respeto, pero respetan al sacerdote. Por lo menos ese es un buen signo, porque es mi sacerdote. Por medio de él me reconocerán. A través de él, no directamente, porque están ciegos y no pueden ver".

Entonces el sacerdote lo miró y le dijo: "¡Ven aquí tú rufián! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡insultando a nuestro Dios!".

Jesús le dijo: "¿No puedes reconocerme?".

El sacerdote lo agarró del cuello y le dijo: "Te reconozco muy bien. Ven y sígueme". Lo llevó a la iglesia, y lo encerró en una celda. Jesús estaba muy extrañado: "¿Qué va a suceder? ¿Mi propia gente me va a volver a crucificar?".

Y entonces en la noche el sacerdote regresó con una pequeña vela en su mano y abrió la cerradura de la puerta. Echó llave a la puerta desde adentro, se inclinó, tocó sus pies y dijo: "¡Te reconozco muy bien! Pero no en medio de la plaza pública, no delante de los feligreses, porque eres un antiguo agitador. De alguna manera hemos estado administrando todo muy bien, pero tú perturbarás. Ahora todo está fluido, el cristianismo se ha establecido: la mitad de la tierra se ha convertido, la otra mitad tarde o temprano se convertirá. Simplemente espera ahí, ¡No necesitas venir aquí! todo va tan bien, tú no pudiste convertir ni a un solo hombre cuando estuviste aquí, y nosotros nos las hemos arreglado tan bien que deberías estar agradecido con nosotros.

Y nosotros podemos reconocerte cuando no hay nadie, no podemos reconocerte delante de los demás porque tú estás contra los sacerdotes, contra la iglesia, estás contra el sistema. Y si insistes, entonces tendremos que crucificarte de nuevo. Podremos venerarte cuando no estás presente porque eso no perturba a nadie. Todo está fluido, suave, moviéndose bien, ¡mira cómo nos las hemos arreglado! La mitad de la tierra se ha convertido, millones de iglesias y sacerdotes predicando tu palabra. Deberías estar satisfecho. Escapa de aquí inmediatamente, y no vuelvas a regresar. Cualquier cosa que quieras hacer, nosotros somos los agentes aquí, la puedes hacer por medio de nosotros. Directamente, no se te puede permitir que vayas entre las masas. ¡Eres peligroso!".

Este sacerdote está diciendo una de las verdades básicas: que el sacerdote no puede ser religioso. El puede ser un sacerdote de Buda, pero está contra Buda. Trabaja para él, así parece; cita sus palabras, así parece. Pero si Buda regresa, él se interpondrá entre tú y Buda, no te permitirá, porque un Buda, un Jesús, son siempre rebeldes. No son conformistas, pueden crear una revolución, no pueden crear un sistema.


sábado, 21 de junio de 2025

POSPONEMOS TODO

 

Toda la moralidad del mundo, las formas difieren, pero la base esencial es la misma, te ha estado condenando: tú estás mal, algo se tiene que hacer, tienes que ser corregido, tienes que ser pulido, tienes que hacerte merecedor. Así que si alguien te dice: "La puerta está abierta en este momento", te sientes incómodo. Entonces no puedes entrar. Pero si dice: "Está en el futuro", entonces hay suficiente tiempo. Estás tranquilo, puedes trabajarlo, puedes pulirte a ti mismo. Puedes crear una imagen, un ideal, seguirás ese ideal... algún día u otro te volverás un santo. Y éste es el truco de la mente: si puedes posponer la mente permanece igual; para permanecer igual, la mente quiere posponer. Para no cambiar, son necesarios los ideales; para no dar al salto, es necesario tiempo para que puedas posponer.

El posponer es la base de tu continuidad tal como eres. Si esta casa está en llamas no vas a posponer, simplemente saltarás afuera. Ni siquiera preguntarás: "¿Dónde está la puerta? ¿Dónde están las escaleras? ¿Por dónde ir?". No buscarás un profesor, un guía, simplemente saltarás afuera. En cualquier parte ¡estará la puerta! Donde sea que estés, desde ahí comienza el camino hacia afuera. Y no dirás: "¿Realmente merezco ser salvado? ¿Soy merecedor?". ¡No! Todas estas preguntas no surgirán.

La filosofía es para momentos de lujo: puedes hacer preguntas y recibir respuestas y continuar posponiendo. Pero cuando hay peligro pones a un lado toda la filosofía. ¿Has observado que cada vez que estás en peligro pones tu mente a un lado? No piensas en absoluto, no hay suficiente tiempo para pensar, la casa está en llamas ¡saltas! Y cuando estés afuera, entonces puedes sentarte bajo un árbol y pensar de nuevo qué ocurrió. Pero en el momento cuando el peligro está presente, cuando la muerte está presente, el tiempo no existe. Simplemente tienes que actuar, no hay espacio para pensar; tienes que actuar, sólo la acción puede salvarte. El tiempo es posponer, y te gustaría posponer por millones de razones, una es: muchas cosas aún no satisfechas, no has saboreado este mundo. Has estado en este mundo millones de veces, lo has estado saboreando en millones de formas, pero aún permanece el hambre, la sed está presente. No es porque no haya habido suficiente tiempo... todo el pasado y todo el pasado significa eternidad sin principio, desde la eternidad has estado aquí probando millones de formas, satisfaciendo millones de deseos, y aún permaneces con hambre y con sed. ¿Piensas que es necesario más tiempo? ¡Ya has tenido más que suficiente! No más tiempo, sino el entendimiento, la consciencia de que la propia naturaleza del deseo es permanecer insatisfecho.

Cualquier cantidad de tiempo que se te dé, aun muchas eternidades, el deseo permanecerá insatisfecho. Es la propia naturaleza del deseo permanecer insatisfecho, surgirá una y otra vez, y cuanto más trates de satisfacerlo, más surgirá; simplemente estás alimentando el deseo cuando piensas que lo estás satisfaciendo. Entras al sexo, piensas que lo estás satisfaciendo, simplemente estás alimentando el deseo. Mañana regresará aun con más ambición, más lleno de lujuria, con más expectativas. Lo alimentas de nuevo, mañana tocará tu puerta otra vez, con más locura, con más esperanza, y cada día crecerá. Y conforme lo experimentas, te siente más y más hambriento. Lo estás alimentando, la satisfacción no está presente.

Y esto es así con todos los deseos. Observa los deseos comunes, muy comunes: comes, el hambre desaparece, pero desaparece sólo para regresar de nuevo. ¿Puede desaparecer el hambre por siempre con la comida? ¿Hay alguna posibilidad de que sólo comiendo desaparezca el hambre por siempre? Tienes sed, tomas agua ¿piensas que la sed va a desaparecer por siempre? No, esa no es la naturaleza del deseo. Y estos son deseos comunes que puedes entender. Son repetitivos y cuanto más los repitas, más hipnotizado estás, porque la repetición es hipnosis: lo hiciste ayer, lo estás haciendo hoy día, lo esperas hacer mañana; estás repitiendo el deseo. Y cuanto más lo repitas, más entras en él.

Nada ha sucedido hasta ahora, nada va a suceder jamás, porque la propia naturaleza del deseo es permanecer insatisfecho. Entendiendo esto... entonces el futuro no es necesario, entonces puedes permanecer en el aquí y el ahora. Y cuando el futuro desaparece, el deseo desaparece.

Trata de entender desde otra dirección: has tratado en toda forma de transformarte a ti mismo, no recuerdas tus vidas pasadas, pero conoces esta vida, has hecho de todo para transformarte. ¿Te has transformado así sea un poquito? Aunque sea un poquito, digo: ¿te has transformado así sea un poquito? O simplemente permaneces siendo el mismo de antes, un poco pulido por aquí, un poco pulido por allá, un poco modificado aquí y allá, pero ¿hay realmente algún cambio? ¿Te ha sucedido alguna mutación? Y si no ha sucedido hasta ahora, ¿cuál es la razón para pensar que va a suceder en el futuro? Y si continúas viviendo en la misma forma que has vivido, posponiendo, entonces no va a suceder jamás. Porque posponer es un truco de la mente para no permitir que la transformación suceda.

Este es el truco más profundo, y uno tiene que entenderlo. ¿Por qué pospones para mañana? Porque no lo quieres hacer ahora, en este momento. Realizas un juego lógico, dices: "En este momento es difícil, pero mañana será simple". Pero todo mañana viene como hoy día, y de nuevo cuando viene mañana será hoy día y dirás: "En este momento es difícil, ¡pero mañana lo haré!". Esta es la forma de la mente para sentirse tranquila, pero el mañana nunca llega.

Posponer no es el camino de la transformación. Hasta ahora has estado posponiendo, has estado posponiendo una y otra vez. Cada momento has estado posponiendo, por eso es que has permanecido siendo el mismo. Si entiendes esto, la transformación es en este momento, porque no necesita esfuerzo, es un despertar. No es cuestión de modificar, no es cuestión de hacer algo con tu ser. Tal como eres, eres perfecto: tal como eres, eres divino; tal como eres, no te falta nada en absoluto, simplemente es necesario despertar. Simplemente sal de tus sueños y deja de dormir, sólo abre los ojos y ve el hecho, y el hecho transforma: de pronto, ¡ya no eres más el pasado!

Cuando dejas el futuro, el pasado cae inmediatamente. Esta es una de las leyes más fundamentales de la vida: si puedes dejar el futuro, el pasado cae inmediatamente porque no puede permanecer ahí. Es como cuando haces un puente en un río: el puente necesita dos orillas para existir. Si una orilla desaparece, la otra orilla sola no puede soportar el puente, el puente cae, todo desaparece. El pasado y el futuro son las dos orillas, y entre estos dos has hecho un puente de deseos. Siempre estás yendo a alguna parte, siempre yendo a alguna parte. Si no llegas, entonces la mente dice: "¡Anda más rápido!".

Por eso es que toda la tendencia moderna es por la velocidad, porque la mente dice: "No estás alcanzando porque la velocidad no es suficiente. La meta tan solo está ahí. Puedes verla, es mañana o pasado mañana a lo más; la meta está ahí, puedes verla en el horizonte. Tu velocidad no es suficiente. ¡Ve rápido, corre! Crea nuevos mecanismos para aumentar la velocidad, llegarás".

Hemos llegado a la luna debido a esta lógica y no hemos logrado ninguna meta. La velocidad continúa siendo más y más y más rápida; tarde o temprano estaremos alcanzando la velocidad de la luz; actualmente nos estamos moviendo con la velocidad del sonido. Mientras más velocidad, estarás más perdido, porque entonces será muy difícil regresar a casa. Ahora mismo, no puedes ir muy lejos; mientras más velocidad, es más difícil regresar a casa.

Por eso es que el auto-conocimiento se ha vuelto casi imposible en esta época. Época de velocidad. Buda se realizó a sí mismo fácilmente, Jesús se realizó a sí mismo fácilmente, porque vivieron en la época de la no velocidad, simplemente caminaban. La carreta era la cosa más rápida posible, y puedes caminar más rápido que una carreta; caminaban sobre la tierra. Nosotros estamos volando en los cielos, hemos penetrado el espacio y cuanto más rápido vayamos más difícil será regresar a casa.

El deseo no tiene fondo, por eso es que no puede ser satisfecho. Si tratas de llenar una vasija con agua y no tiene fondo ¿cuándo la podrás llenar? ¡Es imposible! ¿Por qué no puedes llenar esta vasija del deseo sin fondo? Nunca has mirado si es que tiene fondo o no, simplemente saltaste. Y has estado corriendo tan rápido, que no hay espacio para detenerse y mirar lo que está sucediendo.

Todos los sacerdotes explotaron esto. Pero Jesús no es un sacerdote, no puedes encontrar un hombre más antisacerdote que Jesús. Un hombre verdaderamente religioso nunca es sacerdote, no puede serlo, porque el sacerdote está explotando tus debilidades. Y un hombre verdaderamente religioso, un Maestro, quiere hacerte más fuerte. Y un sacerdote es tan solo un hombre astuto que sabe cuál es tu debilidad. La debilidad es mirar hacia el futuro, posponer: en alguna forma, eventualmente, entrarás en el reino de Dios, pero en este momento no. Muchas otras cosas más importantes tienen que hacerse, muchos deseos más importantes tienen que ser satisfechos. Dios es siempre el último artículo de tu lista, y la lista es infinita. No va a tener ninguna posibilidad, y él es el último artículo.

sábado, 14 de junio de 2025


EL REINO DE DIOS ESTÁ AQUÍ Y AHORA

Jesús dijo:

"Si aquellos que los guían dicen:

'Vean, el reino está en el cielo',

entonces las aves del cielo los precederán".

"Si les dicen:

'Está en el mar',

entonces los peces los precederán".

"Pero el reino está dentro de ti

y está fuera de ti".

"Si se conocen a sí mismos,

entonces serán conocidos

y conocerán

que son los hijos del padre viviente".

"Pero si no se conocen a sí mismos,

entonces están en pobreza

y son pobreza".

El reino de Dios ha sido predicado como si siempre estuviera en alguna otra parte: en el tiempo, en el espacio, pero siempre en alguna otra parte, no aquí y ahora. ¿Por qué ha sucedido esto? ¿Por qué el reino de Dios no está aquí y ahora? ¿Por qué en el futuro o por qué en alguna otra parte?

Por la mente humana. La mente humana desaparece en el presente. Vive en el futuro, en la esperanza, en la promesa del futuro; se mueve a través del deseo. El deseo necesita tiempo, el deseo no puede existir si no hay tiempo. Si repentinamente llegas a un momento en que te das cuenta de que el tiempo ha desaparecido, y ahora ya no hay tiempo, ya no hay mañana, ¿qué sucederá con tu deseo? No se puede mover, desaparece con el tiempo.

El tiempo básicamente no es un fenómeno físico, es psicológico. El tiempo no está fuera de ti, es el propio funcionamiento de tu mente lo que crea el tiempo. Un Jesús vive fuera del tiempo, tú vives en el tiempo. De ahí que todos los Budas, Jesús es un Buda, una persona iluminada, han estado enfatizando: "¡Permanece sin deseo! Entonces de pronto las puertas del cielo se abren para ti". Pero para estar sin deseo tienes que estar en el aquí y en el ahora, porque entonces no hay puente para ir al futuro, para ir a ninguna parte, entonces no hay puente. El deseo es el puente.

La mente necesita tiempo, la mente no puede existir sin el tiempo. Cuanto más tiempo tienes, la mente tiene más terreno para jugar, para tontear. Entonces puede crear muchos y muchos deseos y sueños y vivir en esos deseos y sueños. Los sacerdotes siempre han estado hablando como si el cielo estuviera en el futuro, porque sólo el futuro puede ser entendido por la mente, y sólo por ese futuro tú puedes ser explotado, y también te sientes tranquilo.

Escuché que en una iglesia el sacerdote estaba alabando al reino de Dios y dijo: "¡Hay calles de oro y campos de esmeraldas!". Y lo alabó tanto como pudo; entonces preguntó e invitó: "¿Quiénes quisieran ir ahí?". Todos levantaron la mano excepto un anciano. El sacerdote no podía creerlo. ¿Por qué este anciano no levantó la mano? El debería ser el primero porque ya se está acercando a la muerte. Entonces condenó y pintó un cuadro del infierno, con toda su fealdad, tortura, dolor, sufrimiento y fuego. Otra vez retó: "Ahora, ¿quién quisiera ir al reino de Dios, al cielo?". Todos levantaron la mano, pero ese anciano estaba aún sentado sin levantar la mano. El sacerdote estaba extrañado. Le preguntó al anciano: "¿No me escucha? ¿Es usted sordo? ¿No quisiera ir al reino de Dios, al cielo?".

El hombre dijo: "Eventualmente, sí. Pero en la forma en que lo está diciendo, pareciera que quiere llevar un cargamento en este mismo momento. Eventualmente sí, pero en este momento, ¡no!".

Si te dicen: "El reino de Dios está aquí y ahora", no estás listo. Muchos son los deseos a ser satisfechos antes de que puedas ir; muchas cosas tienen que hacerse antes de que pienses en entrar al reino de Dios. Estás aún soñando y no estás listo para despertar, necesitas tiempo. Los sacerdotes te atraen, pero no un Buda, no un Jesús, porque Jesús habla en términos que no son de tiempo. El se vuelve un amigo que da intranquilidad. Vivir con Jesús es vivir en permanente incomodidad. El no te permite la comodidad de soñar, no te permite el tiempo, el futuro, él dice que no hay mañana.

El mañana te ayuda de otra forma: tal como eres ahora, no te aceptas a ti mismo; sabes que no eres merecedor. Sabes, que tal como eres, aun tú mismo no te puedes aceptar ¿cómo te va a aceptar Dios? No, ¡es imposible! No lo puedes concebir. Te has condenado a ti mismo tanto, te sientes tan culpable que, ¿cómo Dios te va a aceptar? Es imposible. En este momento, si el reino se abre, si la puerta te invita, no serás capaz de tener tanto coraje para entrar. Necesitas un poco más de tiempo para transformarte, necesitas un poco más de tiempo para ser bueno, necesitas un poco más de tiempo para ser un hombre santo. Necesitas un poco más de tiempo para hacer muchas cosas, para que tu ser se vuelva aceptable, de tal forma que aun Dios te pueda amar. Muchos deseos están presentes, necesitan tiempo. Y muchos "deberían" están esperando, necesitan tiempo.

sábado, 7 de junio de 2025

PERMANECER AGRADECIDO

 

Por lo general, los judíos siempre están en busca de sus Adolfos Hitlers, de alguien que los pueda matar entonces se sienten tranquilos. Cuando nadie se preocupa de ellos, entonces se sienten intranquilos, el sentimiento de culpa los sigue. Cuando tiras piedras a la verdad esto tiene que suceder, y aun después de veinte siglos de sufrimientos los judíos no han confesado que cometieron un error; ¡no! Jesús permanece sin ser aceptado, van comportándose como si Jesús nunca hubiera existido; Jesús aún no es parte de ellos. Y les digo que a menos que rediman a Jesús, permanecerán en problemas. Y los problemas no son creados por los demás, ellos los buscan. Son gente que se siente culpable, y su sentimiento de culpa es muy grande.

Crucificar a un Buda, crucificar a un Jesús, crucificar a un Krishna, ¿puedes concebir algo con más culpa? Jesús, quien debió haber sido seguido y venerado, Jesús quien debió haber sido seguido y vivido... hiciste justo lo opuesto. Jesús que debió haberse vuelto tu vida, tu misma vida, tu corazón palpitante, has hecho justo lo opuesto: ¡lo mataste! En vez de hacerlo tu vida, destruiste su vida. Esta herida seguirá a los judíos, es difícil deshacerse de ella, a menos que rediman a Jesús.

Los hindúes son mejores. Por eso es que están cargados de menos culpa: nunca mataron a Buda. Buda era más peligroso que Jesús: él sacó de raíces todo el hinduismo, Jesús ha dicho: "No he venido a destruir la tradición sino a cumplirla". ¡Jamás Buda!, él dijo directamente: "He venido a extirpar toda la tradición. ¡Todos los vedas son basuras!". Pero los hindúes nunca lo mataron, por eso es que los hindúes pudieron vivir sin sentir culpa. No sólo que no lo mataron, son gente muy prudente y astuta, lo hicieron un avatar. Lo aceptaron, sólo que se había salido del camino, pero nada de qué preocuparse mucho. Lo aceptaron dentro de la tradición. Dijeron: "El es nuestro décimo avatar", fabricaron una historia en torno a él, por eso es que digo que es gente muy prudente y astuta.

Ninguna otra raza es tan astuta, tiene que ser así, porque son los más antiguos, los más sabios. La experiencia les ha enseñado mucho: que si crucificas a un Buda nunca estarás libre de él porque te seguirá, te rondará como un fantasma, así que no lo crucifiques, ignóralo. Pero aún si lo ignoras, algo en ti mirará hacia atrás una y otra vez. El hombre está ahí, así que mejor acéptalo ¡y acéptalo en tal manera que lo rechaces! Esto es prudencia.

Fabricaron una historia: que Dios creó el infierno y el cielo, pero que nadie por millones de años había llegado al infierno, porque nadie estaba pecando. Todo el mundo era religioso, virtuoso, todo el mundo estaba yendo al cielo. Entonces el demonio fue donde Dios y le dijo: "¿Por qué, para qué has creado el infierno? Esto es inútil. Nadie viene y estoy cansado de esperar y esperar. Así que has algo, ¡o sino ciérralo...!".

Dios dijo: "Espera, enviaré un hombre, Gautama el Buda, al mundo. El confundirá a la gente. Y cuando la gente esté confundida se saldrá del camino, comenzará a entrar al infierno". Y desde entonces el infierno está completamente lleno. Pero aceptaron a Buda como un avatar enviado por Dios, y lo rechazaron de una manera muy sutil. Nunca se han sentido culpables.

Pero los judíos permanecieron culpables; la herida continúa, y aún no lo están redimiendo. Deberían redimirlo, el día en que rediman a Jesús... él fue judío: nació como judío, vivió como judío y murió como judío; nunca fue cristiano, pueden redimirlo. Y ningún otro judío ha llegado a ese calibre. Han nacido muchos grandes judíos, aún en este siglo. Los más grandes de este siglo han sido judíos, los judíos son gente con mucho potencial: Freud era judío, Marx era judío, Einstein era judío, los tres más grandes que han creado todo este siglo,¡pero ni punto de comparación con Jesús! Han rechazado al más grande de los judíos. Una vez que lo rediman estarán tranquilos, su herida sanará. Estarán sanos e integrados, entonces no habrá necesidad de Adolfo Hitler.

Ellos crean a sus... y cuando te digo esto, tú también recuerda: cada vez que te sientes culpable creas al que te castiga. Buscas castigo porque el castigo te librará de culpa, entonces podrás descansar. No te sientas culpable, porque sino buscarás castigo.

Disfruta la vida en su totalidad, de otro modo te sentirás culpable. Acepta la vida tal como es, y permanece agradecido de lo que es, ten una profunda gratitud, eso es lo que hace a un hombre religioso. Y una vez que aceptas el todo, te vuelves un todo; todas las divisiones desaparecen, un profundo silencio asciende en ti... estás lleno de lo desconocido; porque cuando eres un todo lo desconocido toca a tu puerta.

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