jueves, 18 de diciembre de 2008

EL AMOR (SEGUNDA PARTE)

En el contexto considerado en la primera parte, es muy importante comprender una cosa. No se puede apartar a los seres humanos del sexo, porque es la fuente misma de la vida, ¡Nacemos de él! La existencia ha aceptado la energía del sexo como punto de partida de la creación, pero algunas religiones dicen que es pecaminoso…! Algo que la misma vida no considera pecado!

No podemos librarnos de algo que es la raiz misma de la vida, pero en este constante conflicto interno, puede degradarse la vida de una persona, y eso es lo que ocurre en nuestros tiempos y entonces, no hay la posibilidad de que nazca el amor.

Desde la más tierna edad se enseña a los niños y a las niñas que el sexo es pecado, que es malo, no se les orienta con sabiduría y con verdad, ellos crecen, llegan a la adolescencia, se casan e inician un viaje hacia el mundo del sexo con la firme convicción de que el sexo es pecado. Tales enseñanzas han destruido la vida conyugal en todo el mundo. Cuando se destruye así la vida de una pareja, no le queda ninguna posibilidad al verdadero amor. Y si ni siquiera pueden amarse libremente marido y mujer, entre quienes la fuerza del amor es lo más espontáneo y natural, ¿cómo pueden amarse los seres humanos, unos a otros?

El amor entre esposos podría elevarse a tales alturas, a unas dimensiones tan sublimes, que romperían todas las barreras y se extendería más y más. Esto es muy posible. Pero si se lo corta, si se lo sofoca cuando está brotando, si se lo envenena, entonces no hay nada que pueda crecer, nada que se pueda extender.

Si quieres que el amor colme tu vida, renuncia a ese conflicto con el sexo, reconoce lo que de sagrado tiene, reconoce que es una bendición. No debes luchar contra el sexo, debes reconciliarte con él y elevar a las alturas el caudal de la vida, adéntrate en sus profundidades y te sorprenderás al ver que cuanto más lo aceptas como algo sagrado, más sagrado será. Y cuanto más en conflicto entres con él, como si fuera algo pecaminoso y sucio, más pecaminoso y feo se tornará, y más atado estarás a él. Si no, mira la depravación en algunos seres humanos o el efecto de pederastía y homosexualismo en nuestras sociedades y hasta en algunas comunidades religiosas, esto, que ni siquiera puedes ver en la mayoría del reino animal.

Si realmente deseas conocer ese fenómeno llamado amor, deberás entonces aceptar de todo corazón, plena y sinceramente, lo que de sagrado, divino y santo tiene el sexo y te sorprenderás ver que cuanto con más consciencia lo aceptes, más libre te sentirás de él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si no, mira la depravación en algunos seres humanos o el efecto de pederastía y "HOMOSEXUALISMO" en nuestras sociedades y hasta en algunas comunidades religiosas, esto, "QUE NI SIQUIERA PUEDES VER EN EL REINO ANIMAL".

disculpa y con mucho respeto, estoy de acuerdo con todo Lo que dices, pero con lo que he marcado en mayuscula no lo estoy.. Esta probado que la homosexualidad no es una depravacion, y para que te informes sobre el reino animal, puedes leer o informarte sobre su comportamiento sexual para que vea que la naturaleza nos sorprende tambien.

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