sábado, 26 de diciembre de 2009

EL AMOR Y EL SUFRIMIENTO


No solo tus intentos dirigidos hacia el amor te causan sufrimiento. Todos tus intentos siempre acaban en sufrimiento, sin exclusión finalizan en el sufrimiento; porque todos los intentos surgen del ego. No hay esfuerzo que pueda triunfar porque el ejecutor es la causa de todo sufrimiento.

El verdadero amor no es posesivo, no es celoso. Simplemente da. No es un negocio, no comercias con él. No es un lujo, es un desbordamiento de tu ser. Tú no compartes. Es como el respirar. Tú simplemente respiras, no importa quien esté contigo. Puedes estar en una habitación vacía, pero el amor sigue fluyendo. Ahora el amor no es una actividad, es tu ser. No puedes encenderlo y apagarlo. Entonces el amor es como una flor que florece, como el sol que sale, como las estrellas que llenan el cielo nocturno. Simplemente sucede.

Ese es el significado del dicho de Jesús, cuando dijo: “Ama a tus enemigos”. Lo que importa no es amar a los enemigos; es convertirse en amor. Entonces no puedes hacer otra cosa, incluso si el enemigo se acerca has de amarlo. No puedes hacer otra cosa. El odio es algo tan estúpido que solo puede existir con el ego. El odio es una estupidez porque estás perjudicando al otro y te estás perjudicando a ti mismo más que al otro. Es una estupidez porque todo el daño que haces recaerá sobre ti. Volverá a ti multiplicado. Serás aplastado.

Si tu amor supone sufrimiento, has de saber que no es amor. Es tu ego el que te hace sufrir. El ego lo envenena todo lo que toca, es como el rey Midas.

¿Que hay de ti entonces? Todo lo que tocas se convierte en veneno. Incluso aunque todo se convierta en oro, se crea un infierno. Tocas cualquier cosa y se convierte en veneno. Vives en el sufrimiento, pero has de descubrir la causa. La causa está en tu interior, en aquel que actúa: el ego, el “yo”. Pero has de pasar por ello, no puedes aprender pasando por la experiencia de otros. Has de observarlo, has de sentirlo y comprender a tu propio ego, lo que te ha hecho.

Pero el ego es muy astuto, siempre que sufres te dice que otro tiene la culpa. Ese es el truco que utiliza el ego para protegerse a si mismo. Si sufres, nunca piensas que es por tu culpa, siempre es por culpa de otro. El marido sufre porque la esposa le hace sufrir. La esposa sufre porque el marido es el que causa el sufrimiento. El ego siempre responsabiliza al otro. Hay gente que sufre por tener niños, y hay gente sufriendo por no tener niños. Hay gente sufriendo por estar enamorada, su relación le está causando muchos problemas, y hay gente que sufre porque no está enamorada, porque sin amor son desgraciados. Parece que estas absolutamente decidido a seguir sufriendo; en cualquier situación creas sufrimiento.

Nunca miras hacia tu interior, dentro debe haber algo que lo genere: ese ego que piensas que eres, la idea del “yo”.

Cuanto mayor sea la idea del “yo” mayor será tu sufrimiento.

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