sábado, 19 de septiembre de 2015

EQUILIBRIO EN LA VIDA

Hace algún tiempo se me hizo esta pregunta: «¿Por qué Sócrates continuó viviendo con esa mujer inoportuna y regañona, Xanthippe?».

La pregunta es relevante, porque él también está viviendo con una mujer inoportuna y regañona. Pero recuerda, Sócrates era responsable. Él pretendía ser demasiado tranquilo, demasiado filosófico. Xanthippe no era tan mala como la pintan. Si entras en la filosofía del asunto, ella era la víctima de un filósofo. La pobre mujer tenía que hacer todo el trabajo. Hay una especie de equilibrio. Siempre que dos personas están juntas hay un equilibrio. No trates de hacerte el serio, de otra forma el otro tendrá que calentarse más de lo necesario. No trates de hacer que estás en el cielo, de otra forma el otro tendrá que parecer el infierno. Sé natural, sé normal. Es bueno a veces enfadarse y algunas veces estar triste, y algunas veces ser como el infierno y algunas veces ser como el cielo.

Entonces ambos son naturales, son normales. Y una relación normal es una relación cielo/infierno. Cuando uno es -o pretende ser- celestial o diabólico al otro no le queda otra posibilidad. El único papel que le queda por hacer es el opuesto. Tienes que entender esto. Éste es uno de los grandes problemas en el mundo.

He oído...

Avicena, un médico y filósofo árabe, había oído hablar de la fama espiritual de Abel Hasan Khargani y visitó al maestro en su casa en Khargani. En ese momento el maestro estaba ausente de su casa, pues había ido a buscar a las junglas cercanas leña para el fuego atendiendo a la solicitud de su esposa. Cuando Avicena le preguntó a la esposa dónde estaba el maestro ella respondió encendida: «¿Por qué deseas ver a ese lunático impostor? ¿Qué asuntos tienes con él?». Y continuó criticando despreciativamente al maestro, y desacreditando su estatus espiritual.

Avicena se quedó muy perplejo. Lo que ella dijo contradecía lo que previamente había oído, y se sintió poco inclinado a seguir buscándolo. De todas formas, pensando que había venido de tan lejos para ver al maestro, decidió visitarlo. Yendo hacia la jungla se quedó asombrado al ver que el maestro se aproximaba a su regreso de la selva con un gran atado de leña cargado sobre las espaldas de un tigre.

El filósofo, después de presentar sus respetos, le preguntó al maestro el significado y la diferencia entre lo que le había contado su mujer y lo que él había visto con sus propios ojos.

El maestro respondió: «No hay nada asombroso en ello. Es una mera cuestión laboral. Cuando me pongo y cargo con el peso del sufrimiento del lobo (léase esposa) en mi hogar, entonces automáticamente este tigre de la jungla carga mi peso por mí».

El maestro sufí está diciendo: «También existe una especie de equilibrio en la existencia». No sólo hay un equilibrio entre Xanthippe y Sócrates, también lo hay entre esta pareja y la existencia. Sócrates era inmensamente respetado por la gente; su mujer abusaba de él, le torturaba, pero él era respetado por la gente.

Esta historia es bella. Khargani está diciendo: «Es una cuestión de esfuerzo, no hay nada maravilloso en ello. Cuando me pongo y cargo con el peso del sufrimiento del lobo en mi hogar, entonces automáticamente este tigre de la jungla carga mi peso por mí».

Recuérdalo siempre, la vida sólo puede existir en equilibrio. Siempre ha sido así. Buenas mujeres siempre encuentran malos maridos, y buenos maridos siempre encuentran malas mujeres. Y es de tal modo que no existen excepciones. No puede haber ninguna excepción.

Un hombre fue a ver a Sócrates y le preguntó:

-Me gustaría casarme. Soy joven. ¿Qué me sugieres?, pues he oído muchas historias sobre tu vida matrimonial. Eres la persona más experimentada respecto al matrimonio. He venido a recibir tu consejo. ¿Qué debería hacer? ¿Está bien casarse, o es bueno seguir soltero? ¿Qué es más extático?

-Mejor cásate -dijo Sócrates. -Me sorprendes -dijo el joven.

-No hay nada de que sorprenderse, es sencillo -dijo Sócrates-. Si consigues una mujer tal como la que yo tengo, te convertirás en un gran filósofo. ¡A mí me ha sucedido! ¡Es por pura necesidad! Sólo para sobrevivir me he tenido que volver tranquilo y meditativo y silencioso. Eso me ha ayudado inmensamente. Si logras una buena esposa serás feliz, si consigues una mala esposa te convertirás en filósofo. De ambas formas serás beneficiado. ¡Cásate!

Pero no puedo decir que Sócrates no sea responsable del comportamiento de Xanthippe.

Por esta razón muchos buscadores de la verdad en Oriente han permanecido solteros. Existe una razón para esto. La razón fundamental es la compasión -no es que no puedas alcanzar la verdad si tienes esposa-, porque si te vuelves muy meditativo y vives con tu mujer, destruirás su ser. Ella comenzará a equilibrar se volverá fea, se volverá negativa. Si eres positivo, ella se volverá negativa. Entonces estarás cometiendo un crimen en su contra, y serás el responsable. Durante siglos, en Oriente, los buscadores de la verdad se han quedado solteros. Es sólo por compasión: ¿por qué destruir a otro ser humano?

Sócrates era tan silencioso, tan meditativo, estaba tan comprometido con su búsqueda de la verdad que su esposa simplemente se sintió rechazada, ignorada. Ella quería su atención. Puedo verlo, cuando le echa encima la tetera, sólo estaba pidiéndole un poco de atención. Él debía de ser demasiado frío, de modo que lo estaba calentando un poco. Él debía de ser desapacionado, ella estaba buscando algo de pasión. Si podía enfadarse, entonces podría también amar.

Pero no estaba enfadado. Lo usaba como un ardid: se calmaba y se tranquilizaba más. Dejó que el agua caliente quemara su cuerpo, pero permaneció siendo un testigo. Aunque esto debió de volver más loca a su mujer. ¿Cómo puedes perdonar a un marido así, que no salta y te la devuelve? Si él se la hubiera devuelto, su esposa se hubiera tranquilizado.

Si estás casado es mejor ser normal. Tu búsqueda de la verdad debe ser interna. En la relación con tu esposa o con tu marido deberías ser un ser humano normal. De otra forma estarás cometiendo un crimen, un pecado: destrozarás a la mujer o al hombre. Medita luego, cuando estés solo. Y algunas veces, si hace falta, ¡enfádate! Como en el teatro, actúa, incluso si no hace falta, porque una vez que has decidido vivir con un hombre o con una mujer tienes que cumplir ciertas responsabilidades. A veces tienes que enfadarte, es tu responsabilidad.

Si uno decide estar en una relación tiene que preocuparse de no destruir al otro, de no lanzar al otro demasiado en la polaridad. La vida se equilibra a sí misma. Si tú eres demasiado positivo, el otro se vuelve demasiado negativo. Por eso ve al cincuenta por ciento, negativo y positivo, de modo que el otro también esté al cincuenta por ciento, negativo y positivo ambos. Y cuando esto ocurre, se da un tipo de relación bella, surge la belleza. Hay una gran música y armonía. Se convierten en una orquesta.

Si esto no se da es mejor permanecer soltero, es mejor estar solo. Y por lo menos no molestarás a ningún otro ser humano.

Oriente tiene razón: si eres un buscador de la verdad es mejor estar solo. Y si estás ya en una relación y has comenzado la búsqueda de la verdad, entonces por lo menos puedes actuar. No hace falta estar realmente enfadado, puedes actuar y eso bastará. Puedes ser caliente a veces. Y puedes demostrarlo; es algo que le debes al otro.

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