sábado, 19 de agosto de 2017

ABSORBIENDO LAS DESGRACIAS

“Antes que puedas hacer esto con toda la existencia, vas a tener que empezar primero con vos mismo.”

Este es uno de los secretos más fundamentales del crecimiento interior…

No puedes hacer nada con otros que primero no hayas hecho con vos mismo…Puedes herir a otros si te hieres a vos mismo; vas a ser una molestia para otros, si eres una molestia para vos mismo; vas a ser una alegría para otros, solamente si eres una alegría para vos mismo…

Cualquier cosa que puedas hacer con otros, tienes que haberla hecho primero con vos mismo, porque eso es lo único que puedes compartir….puedes compartir solamente lo que tienes, no puedes compartir lo que no tienes...

"Empieza a desarrollar tu capacidad de absorber la desgracia con vos mismo…"

En vez de empezar tomando toda la desgracia del mundo y absorberla en tu corazón, empieza por tu propia desgracia; no te sumerjas tan rápido en el océano; primero aprende a nadar en aguas poco profundas…si empiezas tomando toda la desgracia de toda la existencia, va a ser solamente un experimento de especulación; no va a ser verdadero, no puede ser verdadero, va a ser solamente verbal.

Puedes decirte a ti mismo:

"Sí, me estoy tomando toda la desgracia de todo el mundo..."

-Pero ¿Qué sabes de la desgracia de todo el mundo si ni siquiera experimentaste la tuya? Nos la pasamos evitando nuestra propia desgracia; si te sientes mal pones la radio o la televisión y ya estás ocupado; empiezas a leer un diario para olvidarte de tu desgracia, o vas al cine, o vas a ver a tu mujer, o a tu hombre…vas al club, o sales de compras al mercado, solamente para olvidarte de ti mismo, para no ver la herida, para no ver cuánto duele…

La gente se la pasa tratando de evitarse... ¿Qué saben de la desgracia? ¿Y cómo pueden pensar en la desgracia de toda la existencia?

Primero, tienes que empezar por ti mismo; si te sientes mal, deja que eso se convierta en una meditación…

Sièntate en silencio, cierra las puertas…Primero, siente la desgracia lo más profundo que puedas, siente la herida…Alguien te insultó: ahora la mejor manera de evitar la herida es insultarlo tù, para quedarte ocupado con él…Eso no es meditación.

Si alguien te insultó, agradècele que te haya dado la oportunidad de sentir una herida profunda…abrió en una herida en ti; esta herida la pudieron haber causado muchos, muchísimos insultos que recibiste en tu vida…puede ser que el que te insultó no sea el causante del sufrimiento, pero desencadenó un proceso…

Cierra tu cuarto, sièntate en silencio, sin rabia contra esta persona, pero con total conciencia del sentimiento que está surgiendo en ti…-el sentimiento de dolor de haber sido rechazado, de haber sido insultado y va a sorprenderte porque no solamente vas a encontrarte con esa persona sino con todas y cada una de las personas que te ofendieron en algún momento…van a pasar todos por tu memoria…

No solamente vas a empezar a acordarte de ellos, sino que vas a revivir todo; vas a entrar en una especie de terapia primal…Siente la herida, siente el dolor -no lo trates de evitar-…Por eso en muchas terapias se le dice al paciente que no tome ninguna droga justo antes de la terapia, por la sencilla razón que las drogas son un medio para escapar de tu desgracia interior…no te dejan ver las heridas, las reprimen…no te dejan sumergir en tu sufrimiento, y a no ser que lo hagas, no vas a poder librarte de su prisión…

Es perfectamente científico dejar todas las drogas antes de hacer un ‘grupo’ -si es posible también drogas como el café, el té, los cigarrillos, porque todo esto es una forma de escaparse.

¿Te fijaste? Cada vez que te pones nervioso, en seguida vas y agarras un cigarrillo…es una manera de evitar el nerviosismo; al fumar te sentís ocupado…en realidad, es una regresión: el fumar te hace sentir otra vez como un niño -despreocupado, sin responsabilidades…-, porque el fumar no es otra cosa que un símbolo del pecho materno; el humo caliente es como la leche tibia…cada vez que entra te lleva a aquellos días en que te nutrías del pecho de tu madre…el pezón ahora se convirtió en cigarrillo….el cigarrillo es un pezón simbólico…

Cuando regresionas, te evades de las responsabilidades y dolores de ser adulto; y esto es lo que pasa con muchas, muchas drogas…El hombre moderno vive drogado como nunca antes, porque el hombre moderno vive en un gran sufrimiento…sin drogas sería imposible vivir en tanto sufrimiento…Esas drogas forman una barrera, te mantienen drogado; no te permiten la suficiente sensibilidad como para conocer tu dolor..

Lo primero que tienes que hacer es cerrar tus puertas y parar cualquier tipo de actividad: ya sea ver la televisión, escuchar la radio, leer un libro…Suspende toda actividad, porque también es una droga sutil…

Quèdate en silencio, totalmente solo…ni siquiera reces, porque eso también es una droga, ya que te estás ocupando…-le hablas a Dios, te pones a rezar, te estás escapando de vos mismo…

Lo que quiero decirte es: solamente sé vos mismo. Por más que el dolor sea grande, por más que el sufrimiento sea grande, permìtelo. Primero, experimèntalo en su intensidad total…va a ser difícil, va a romperte el corazón…puede ser que largues a llorar como un niño; puede ser que te revuelques en el piso de dolor; puede ser que tu cuerpo se contorsione de dolor…de pronto, puedes darte cuenta de que el dolor no solamente está en tu corazón sino en todo tu cuerpo -te duele por todas partes, todo tu cuerpo es puro dolor…

Si puedes experimentarlo -es tremendamente importante…-, entonces anda absorviéndolo; no lo tires…es una energía tan valiosa…no la tires, absòrbela, tòmala, acèptala, dale la bienvenida, agràdecele…y di a ti mismo:

"Esta vez no lo voy a evitar; esta vez no lo voy a rechazar; esta vez no me lo voy a sacar de encima…esta vez me lo voy a tomar y lo voy a recibir como a un huésped…Esta vez lo voy a digerir."

Puede llevarte unos cuantos días el poderlo digerir, pero cuando te pase, diste con una puerta que realmente va a llevarte muy, muy lejos…empezó una nueva jornada en tu vida, estás entrando a un nuevo ser…-porque inmediatamente, desde el momento mismo en que aceptas tu dolor sin ningún rechazo, cambia su cualidad y su energía…ya no es más dolor…

De hecho, uno se sorprende, no lo puede creer…es tan increíble…uno no puede creer que se pueda transformar el sufrimiento en éxtasis, que se pueda convertir el dolor en alegría…
Un místico Sufi que fue feliz toda su vida -nadie lo vio infeliz jamás…-, siempre se estaba riendo…El era risa; todo su ser era un perfume de fiesta.

En su vejez, cuando se estaba muriendo -en su lecho de muerte, gozaba incluso de la muerte…-se reía divertido…-un discípulo le dijo:

"Nos desconciertas…te estás muriendo ¿de qué te ries? ¿qué tiene de divertido?…¡nosotros nos sentimos tan tristes! Muchas veces te quisimos preguntar porqué nunca estás triste, pero ahora, enfrentando la muerte, uno debería estar por lo menos triste…¡pero tù sigues riéndote! ¿Cómo te las arreglas?".

El anciano contestó:

"Es una indicación muy simple. Un día le pregunté a mi Maestro…-fui a verlo cuando era joven…tenía solamente 17 años y ya me sentía desgraciado…Mi Maestro era anciano; tenía 70 años y se solía sentar abajo de un árbol, riéndose sin ningún motivo: no había nadie, no había pasado nada, nadie había contando un chiste, nada; solamente se reía agarrándose el estómago. Le pregunté:

“¿Qué te pasa? ¿estás loco o algo así.?”

Me dijo: ‘Un día yo también estaba tan triste como tù; después surgió un rayo de luz, y fue que esa era mi elección, era mi vida…desde ese día, cada mañana cuando me levanto, lo primero que decido antes de abrir los ojos, es preguntarme a mí mismo:

‘Abdulah -su nombre era ese-, ¿qué quieres para hoy? ¿desgracia? o ¿alegría? ¿qué vas a elegir para hoy…?’ Y lo que pasó es que siempre elegí alegría…’"

Es una elección…pruèbala. Lo primero es a la mañana, cuando te des cuenta que se fue el sueño, pregùntate a ti mismo:

¡Otro día! ¿qué quieres? ¿desgracia o alegría…?

Y quién va a elegir desgracia? ¿y por qué? Es tan antinatural…a no ser que uno se sienta feliz en la desgracia…pero entonces también estarías eligiendo felicidad y no desgracia…

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