sábado, 27 de abril de 2024

RAZÓN Y RACIONALIZACIÓN

Uno de los problemas más inquietantes ha sido: ¿qué le sucederá a los pecadores, a aquellos que se han extraviado? ¿Cuál es la relación entre lo divino y el pecador? ¿Va a ser castigado el pecador? ¿Va a haber un infierno? Porque todos los sacerdotes han estado insistiendo que el pecador va a ser tirado al infierno, que va a ser castigado. Pero ¿puede Dios castigar a alguien? ¿No hay suficiente compasión? ¿Y si Dios no puede perdonar, entonces quién va a ser capaz de perdonar?

Se han dado muchas respuestas, pero la respuesta de Jesús es la más hermosa. Antes de que entremos en este versículo muchas otras cosas tendrán que ser entendidas, te darán el marco de fondo.

Cada vez que castigamos a una persona puede haber racionalización, cualquiera que nos guste, pero la razón es diferente, y recuerda la diferencia entre razón y racionalización. Puedes ser un padre o una madre y el niño ha hecho algo que no lo apruebas. No importa que él haya hecho algo correcto o errado, porque ¿quién sabe lo que es correcto o lo que es errado? Pero tú lo desapruebas y cualquier cosa que desapruebes se vuelve errado. Puede serlo o no puede serlo, ese no es el asunto, cualquier cosa que tú apruebes es correcta. Así que depende de tu aprobación o desaprobación.

Y cuando un niño se va por otro camino, está haciendo algo errado según tu visión, lo castigas. La razón profunda es que te ha desobedecido, no que haya hecho algo errado; la razón profunda es que tu ego se siente herido. El niño ha estado en conflicto contigo, él se ha auto-afirmado. El te ha dicho no, al padre, a la autoridad, al poderoso. Castigas al niño. La razón es que tu ego está herido, y el castigo es un tipo de venganza. Pero la racionalización es diferente: dices que es porque ha hecho algo errado y que tiene que ser corregido. A menos que sea castigado ¿cómo va a estar bien? Así que debería ser castigado cuando va por un camino errado, debería ser premiado cuando te sigue. Así es como va a ser condicionado para una vida correcta. Esta es la racionalización, así es como hablas en tu mente, pero esta no es la razón básica inconsciente.

La razón inconsciente es totalmente distinta; es para poner al niño en su sitio, para recordarle que tú eres el jefe y que él no es el jefe, que tú decidirás lo que es errado y lo que es correcto, que eres tú quien le va a dar dirección; que él no es libre, que tú lo posees, que tú eres el dueño y que si desobedece entonces sufrirá.

Si le preguntas a los psicólogos profundos te dirán que en todo comportamiento esta distinción tiene que ser entendida bien: razón y racionalización. La racionalización es un mecanismo muy astuto, esconde la razón real y da una cosa falsa pero luce absolutamente bien en la superficie. Y esto está sucediendo no sólo entre un padre y un niño, entre una madre y un niño, está sucediendo entre la sociedad y aquellos hijos que se salen del camino. Por eso es que existe la prisión, existe la ley, es una venganza, venganza de la sociedad.

La sociedad no puede tolerar a alguien que es rebelde, porque él destruirá toda la estructura. Puede estar correcto: Atenas no pudo tolerar a Sócrates, no es que él haya estado errado -él estaba absolutamente correcto- pero Atenas no lo pudo tolerar porque si se le tolera entonces toda la estructura de la sociedad caerá, se le echará a los perros, entonces la sociedad no puede existir. Sócrates tiene que ser sacrificado para preservar la sociedad.

Jesús fue crucificado no porque lo que dijera estuviera errado -en esta tierra nunca han sido pronunciadas palabras tan verdaderas- pero fue sacrificado para preservar la sociedad, porque en la manera que él estaba hablando, en la manera en que se estaba comportando, era peligroso para la estructura.

La sociedad no puede tolerarte, te castigará. Pero también racionaliza, dice: es sólo para corregirte, te castiga por tu propio bien. Y nunca nadie se preocupa en saber si ese bien es alguna vez alcanzado o no. Hemos estado castigando a delincuentes por miles de años, pero nadie se preocupa si es esos delincuentes son alguna vez transformados por el castigo o no. Los delincuentes van aumentando: conforme las prisiones aumentan los prisioneros aumentan; más leyes, más delincuentes, más cortes, más castigos. El resultado es absolutamente absurdo: más delincuencia.

¿Cuál es el problema? El delincuente también puede sentir que eso es una racionalización y que él es castigado por su error: es castigado porque ha sido descubierto. El también tiene su racionalización: así que la próxima vez va a ser más astuto y más listo, eso es todo. En esta oportunidad él ha sido apresado porque no estuvo alerta, no porque haya hecho algo errado. La sociedad demostró ser más lista que él, la próxima vez él verá, y va a demostrar ser más astuto, más listo, más inteligente, entonces no será descubierto. Un prisionero, un delincuente que es castigado siempre cree que es castigado no por el hecho que haya cometido, sino porque ha sido descubierto. Así que lo único que va a aprender del castigo es a no ser descubierto.

Así que cada vez que un prisionero sale de la prisión, ahora es más delincuente que nunca. El vivió con gente experimentada dentro de la prisión, con adeptos más avanzados, que saben mucho, que han sido castigados mucho y que han sufrido por largo tiempo -que han sido descubiertos- y que han estado engañando en muchas formas, que están muy avanzados en el camino de la delincuencia. Viviendo con ellos, sirviéndolos, volviéndose un alumno de ellos, él aprende; aprende a través de la experiencia que la próxima vez no va a ser descubierto. Entonces es un mejor delincuente.

Nadie se detiene por temor al castigo, pero la sociedad continúa pensando que castigamos para detener el delito. Ambos están equivocados. La sociedad tiene otro motivo: se venga; y el delincuente también comprende, porque los egos comprenden su lenguaje muy fácilmente, así sea inconscientemente. El delincuente también piensa: "Muy bien, me vengaré en el momento oportuno, ya veré". Entonces se crea un conflicto entre el ego del delincuente y el ego de la sociedad.

No hay comentarios:

Buscar este blog