sábado, 19 de octubre de 2024

MIRAR Y NO DECIR NADA

 

El conocimiento es revolución, no el conocimiento que acumulas con la mente, sino el conocimiento que llegas a poseer cuando encuentras tu ser. El auto-conocimiento es una fuerza transformadora, nada más se tiene que hacer. Esto tiene que entenderse; la gente piensa: "Primero vamos a saber y después cambiaremos". ¡No! Desde el momento en que lo sabes el cambio ocurre. El conocimiento en sí mismo es transformador; no es que primero tengas que saber y que luego haces algo para cambiar. El conocimiento no es un método, no es un medio, el conocimiento es el fin en sí mismo.

Pero cuando uso la palabra "conocimiento" quiero decir auto-conocimiento... Todo el otro conocimiento es un medio: primero tienes que saber la técnica y luego tienes que hacer algo al respecto. Pero con el auto-conocimiento la esencia es absolutamente diferente; sabes y el mismo saber te cambia.

Deja las ficciones. Ármate de valor para conocerte a ti mismo. Abandona el miedo y no trates de escapar de ti mismo.

Y Jesús dice: "Cuando te saques la viga de tu ojo, entonces verás claramente..." ¡Sólo cuando las ficciones son abandonadas! Ellas son la viga en tu ojo, ellas se han vuelto una niebla, un humo, una nube en tu ojo. No puedes ver claramente, no puedes ver nada claramente, todo está borroso. Cuando te saques la viga de tu ojo verás claramente. La claridad debe ser la meta, simplemente claridad en los ojos para que puedas mirar directamente, para que puedas penetrar a los hechos sin crear ninguna proyección en torno a ellos, pero es muy difícil, porque te has vuelto tan automático, tan mecanizado.

Miras a una flor e inmediatamente tu mente comienza a hablar: "Una bella flor, nunca vista antes". Algo de poesía surge, prestada por supuesto. La flor se ha perdido, la claridad no está presente. Las palabras enturbian -¿no puedes ver una flor sin tener que nombrarla? ¿Es una necesidad el nombrarla? ¿El nombrar una flor va a ayudar de alguna manera? ¿Va a ser más hermosa la flor si conoces su nombre botánico? Esa es la diferencia entre un hombre botánico y un poeta: un botánico sabe acerca de la flor, el poeta conoce la flor. El botánico simplemente es ignorante, él sabe mucho, pero sólo superficialmente, el poeta ve.

En sánscrito sólo hay una palabra para rishi y kavi, para el vidente y el poeta. No hay dos palabras, porque dicen que cada vez que hay realmente un poeta, es un vidente; cada vez que hay un vidente, él es un poeta. Claridad... entonces la vida se vuelve una poesía. Pero entonces tienes que mirar a la flor sin nombrarla, ¿es una rosa o alguna otra cosa?

¿Por qué son necesarias las palabras? ¿Por qué dices: "Son hermosas"? ¿No puedes ver la belleza sin hablar? ¿Es necesario repetir que es bella? ¿Qué quieres decir al mencionar? Quieres decir que la flor no es suficiente, necesitas una insinuación de que es bella, entonces podrás crear belleza en torno a ella. No ves la flor, la flor es sólo una pantalla, tienes que proyectar la belleza.

Mira la flor y no digas nada. Será difícil, la mente se sentirá intranquila porque está tan acostumbrada. Constantemente va parloteando. Mira la flor, hazla una meditación. Mira al árbol y no lo nombres, no digas nada. No hay necesidad, el árbol está ahí, ¿para qué...?

Escuché que sucedió una vez: Lao Tse, uno de los místicos chinos más grandes, solía dar un paseo todas las mañanas diariamente. Un vecino acostumbraba a seguirlo, pero el vecino sabía que Lao Tse era un hombre silencioso. Así que por años el vecino lo seguía en su paseo diario, pero nunca pronunció una sola palabra, nunca dijo nada. Un día llegó un visitante a la casa del vecino, un invitado, y él también quería acompañarlos. El vecino dijo: "No hables nada porque Lao Tse quiere vivir directamente. ¡No digas nada!".

Fueron, y la mañana era tan bella, tan silenciosa, y los pájaros estaban cantando, y sólo por la costumbre el invitado dijo: "¡Qué bello!". Sólo esto, no mucho para un paseo de una hora, esto no es mucho: "¡Qué bello!". Pero Lao Tse lo miró como si hubiera cometido un pecado.

De regreso a casa, entrando por la puerta, Lao Tse le dijo al vecino: "Nunca más vengas ¡y nunca traigas a nadie! Este hombre parece ser muy hablador", y solamente había dicho: "¡Qué bello!", demasiado hablador. Y Lao Tse dijo: "La mañana estaba bella, estaba tan silenciosa. Este hombre perturbó todo".

"¡Qué bello!". Cayó como una piedra en un lago silencioso. "¡Qué bello!" cayó como una piedra en un lago silencioso y toda la cosa se agitó.

Medita cerca al árbol, medita con las estrellas, con el río, con el océano; medita en el mercado, entre la gente, no digas nada. No juzgues, no uses palabras, simplemente observa. Si puedes clarificar tu percepción, si puedes lograr claridad en tu visión, todo se alcanza. Y una vez que se logre esta claridad, serás capaz de verte a ti mismo.

sábado, 12 de octubre de 2024

VIVIR EN LA OSCURIDAD

 

Jesús dice: "La astilla que está en el ojo de tu hermano tú la ves, pero la viga que está en tu ojo no la ves".

"Cuando te saques la viga de tu ojo, entonces verás claramente para sacar la astilla del ojo de tu hermano".

Tú vas viendo al otro con oscuridad. Esto puede darte una sensación ilusoria de que tú eres luz, pero esto no puede darte luz. Y si tratas de dar luz a otro porque piensas que está en la oscuridad, eso va a empeorar las cosas, eso es insultar después de herir. Porque en primer lugar la oscuridad es proyectada por ti, y en segundo lugar tú mismo no eres una luz, no puedes dar luz a nadie.

Así que la gente que trata de transformar la sociedad son los que más daño hacen; la gente que trata de cambiar a los demás es siempre peligrosa. En una manera muy sutil son asesinos, su crimen es tan sutil que no lo pueden detectar. No te matan directamente, pero te mutilan, te cortan, y "por tu propio bien", así que no puedes decir nada contra ellos. Los mal llamados santos simplemente están tratando de destruir la oscuridad que no hay en ti, puede no estar en ti, pero ellos ven que sí está en ti. Ven un infierno en ti porque esa es la única manera de ver y sentir que ellos son celestiales.

Mulla Nasruddin murió. Tocó a las puertas del cielo. San Pedro abrió la puerta, miró a Nasruddin y le dijo: "No estoy esperando a nadie hoy día, porque no hay nadie en mi lista de reservaciones ¡nadie va a venir hoy día! Así que ¿cómo...? Me sorprendes ¿cómo has llegado? ¡Dime tu nombre en voz alta! Deletréalo para verificarlo".

Así que Nasruddin deletreó su nombre en voz alta: "M-U-L-L-A N-A-S-R-U-D-D-I-N". San Pedro fue adentro, buscó su lista, pero no había nadie que fuese a llegar en ese día.

Regresó y dijo: "¡Oiga! No está en la lista para hoy día, todavía no le toca hasta dentro de diez años más. Así que dígame ¿quién es su doctor?".

Los doctores pueden matar antes de tiempo, los bienhechores pueden matarte antes de tiempo, los bienhechores son siempre peligrosos. Pero todos ustedes son bienhechores en su propia forma, pequeña o grande. Todo el mundo quiere cambiar al otro, porque todo el mundo piensa que el otro está mal; todo el mundo quiere cambiar el mundo. Y ésta es la diferencia entre una mente política y una mente religiosa.

Una mente política siempre quiere cambiar al mundo porque no puede pensar que él esté errado, todo el mundo está errado. Si él está errado es a causa de que todo el mundo está errado, y de que toda la situación esté tan mal. El tiene que estar mal, de otro modo es un santo. Y una persona religiosa mira la situación desde el otro extremo, él piensa: "Porque estoy mal, por eso es que el mundo está mal, porque contribuyo con el mal. Con mi participación el mundo está mal, a menos que me cambie a mí mismo, no podrá haber cambio".

Los políticos comienzan por el mundo; nunca llegan a ninguna meta porque el mundo es tan grande, y el mundo no es el problema. Crean más problemas: con su medicina surgen más enfermedades que no estaban presentes, a través de sus esfuerzos crean más desgracias. Un hombre religioso se cambia a sí mismo. El sólo se cambia a sí mismo, porque eso es lo único que es posible.

Tú puedes cambiarte solamente a ti, y desde el momento en que te has cambiado el mundo empieza a cambiar, porque tú eres una parte vital en él. Y cuando llegas a ser iluminado, transformado, totalmente transformado, te vuelves más vital; tienes ahora la suprema energía en ti. Un Buda se sienta simplemente bajo su árbol bodhi y el mundo es transformado. Y el mundo nunca volverá a ser el mismo otra vez como era antes de Buda.

Un Jesús es crucificado pero eso llega a ser una marca: la historia se divide desde ese día, la historia nunca volverá a ser igual como fue. Así que es bueno que sepamos y dividamos los años en nombre de Jesús: así que decimos "antes de Cristo y después de Cristo". Porque antes de Cristo una humanidad totalmente diferente existía; y después de Cristo una humanidad diferente surgió. El fenómeno es tan vital: que cada vez que hay un Cristo, cada vez que una consciencia se eleva tan alto como la consciencia de Jesús, todas las demás consciencias son afectadas simultáneamente.

Ellas también se elevan, ellas también tienen un vislumbre, y no pueden ser las mismas de nuevo, no se puede regresar al mismo nivel antiguo.

El hombre religioso simplemente se transforma a sí mismo: pero la transformación es posible si es que observas, la transformación es posible si abandonas las ficciones. Si llegas a darte cuenta de que no eres nadie, si llegas a darte cuenta de que no eres nada, si llegas a darte cuenta de tu vida inauténtica, inmediatamente comienza a desvanecerse.

sábado, 5 de octubre de 2024

LA DUALIDAD DE LA MENTE

 

Nunca has amado, has fingido; nunca has sido honesto, has fingido; nunca has sido verdadero, has fingido, toda tu vida es una larga serie de fingimientos. Y ahora... pero has invertido tanta vida en eso, reconocer que todo el asunto ha sido sólo una ficción es demasiado. Ahora piensas: "De algún modo llévalo hasta el mismo fin". Pero si no lo terminas... aun llevado hasta el mismo fin, no te va a dar nada. Es un simple desperdicio y al final toda la frustración estallará.

Por eso es que la muerte es tan difícil. La muerte no tiene nada peligroso en sí, es uno de los fenómenos más bellos en el mundo, ¡simplemente vas a dormir! Y todo lo demás va a dormir: una semilla germina y entonces hay un árbol; y luego de nuevo surgen las semillas y caen y van a dormir; entonces de nuevo brotarán. Después de toda actividad es necesario un descanso. La vida es una actividad, la muerte es un descanso. Tiene que estar presente para que la nueva vida surja de ella. No hay nada de malo en la muerte, no hay nada peligroso en la muerte.

¿Pero por qué todo el mundo tiene temor de morir? Porque en el momento de la muerte todas tus ficciones desaparecerán; en el momento de la muerte verás que toda la vida ha sido un desperdicio. ¿Por qué en la hora de la muerte la gente dice que uno vuelve a ver toda su vida? Sucede, es verdad: en el momento de la muerte uno tiene que confrontar toda su vida, porque ahora ya no hay futuro, ya no puede crear ninguna ficción más.

Para las ficciones es necesario el futuro, porque las ficciones están en la esperanza, las ficciones son para el mañana. La muerte trae a casa el hecho de que ahora ya no hay un mañana; los mañanas han acabado, ahora ya no hay futuro. ¿Dónde puedes soñar? ¿Dónde puedes proyectar tus ficciones? ¡Ahora no hay dónde ir! De pronto te encuentras anclado y toda la vida has estado creando ficciones para el futuro.

Ahora estás anclado, no hay futuro ¿adónde vas a mirar? Tienes que mirar al pasado, y en el momento de la muerte la sociedad está desapareciendo; tienes que mirarte a ti mismo, no queda nada. Entonces llegas a darte cuenta del hecho doloroso, angustioso, de que toda tu vida ha sido desperdiciada.

Si te sucede antes de la muerte, te vuelves un hombre religioso. Un hombre religioso es alguien que se ha dado cuenta de aquello que todo el mundo se da cuenta sólo al morir. Un hombre religioso es alguien que lo ha observado mientras aún está vivo, que lo ha observado en el pasado, que ha visto a través de todo el juego, que ha comprendido toda la ficción de la vida. Ha observado dentro de sí mismo.

Si miras dentro de ti mismo, el cambio es seguro, absolutamente seguro, porque una vez que la ficción es comprendida como ficción, comienza a desvanecerse. Para mantener una ficción tiene que ser mantenida como un hecho; aun algo no verdadero, si es aceptado se tiene que creer que es algo verdadero. En el momento en que te das cuenta, va penetrando en ti que esto no es verdadero, comienza a desvanecerse, ya está fuera de tus manos, no lo puedes coger. Para continuar el sueño uno tiene que creer que esto no es sueño, ¡es la realidad! En el momento en que te haces consciente de que esto es el sueño, el sueño ya está desapareciendo.

Todo tu esfuerzo es para no saber, lo evitas; por eso es que nunca estás tranquilo cuando estás solo. Aun si vas a los Himalayas llevas el radio portátil contigo, y el radio contiene a todo el mundo; aun si vas a los Himalayas, tu esposa, tus amigos, tus hijos están contigo. Te vas de vacaciones, pero realmente no vas, te llevas toda la atmósfera contigo, a la playa, a las montañas y otra vez estás rodeado de toda la tontera.

Sucedió una vez: Un marinero sobreviviente de un naufragio fue a dar a una isla desierta. Por cinco años tuvo que vivir ahí, no pasó ningún barco. Construyó una pequeña choza, vivió ahí, pero continuamente pensaba en el mundo. Todo estaba en tanta paz como nunca lo había estado. Ni siquiera había imaginado que tal paz fuera posible. La isla estaba completamente desierta, no había nadie, ese era el único problema. De otro modo había de todo: los riachuelos eran hermosos, los árboles cargados de frutas; podía comer, podía descansar, no había preocupaciones, nadie por quién preocuparse, nadie quien creara problemas. Y siempre había pensado que algún día le gustaría ir a algún sitio lleno de paz ¡y repentinamente se encontró ahí! Y era insoportable. El silencio es insoportable, uno tiene que ser capaz de soportarlo, te puede matar.

Era tan difícil para este hombre, y él era un arquitecto así que comenzó a construir pequeñas cosas, pequeñas maquetas, sólo para mantenerse ocupado. Hizo una pequeña calle y le puso nombre; no sólo hizo una iglesia, sino dos, una cerca a su casa, la otra al otro extremo de la ciudad; hizo pequeñas tiendas donde uno podía ir de compras. Creó toda la ciudad.

Y después de cinco años, cuando llegó un barco y ancló en la bahía, él se puso muy feliz. Un pequeño bote con un hombre vino hasta la orilla. Corrió desde su choza y llegó a la orilla muy entusiasmado porque ahora regresaría al mundo de nuevo. Pero se quedó muy extrañado; porque el hombre del bote bajó con un gran paquete de periódicos. Entonces le dijo: "¿Para qué son estos periódicos? ¿Para qué los has traído hasta aquí?".

El capitán del barco dijo: "Primero revísalos, mira lo que está sucediendo en el mundo ¡y después dinos si realmente quieres ser rescatado!". El hombre tiró los periódicos al mar y dijo: "¡Qué tontería! Pero antes de subir al bote me gustaría mostrarte mi ciudad".

Así que le mostró la ciudad, pero el capitán se quedó sorprendido cuando le mostró la segunda iglesia y le dijo: "Puedo entender que hayas hecho una iglesia para rezar, pero ¿para qué esta otra?".

Así que le dijo: "Esta es la iglesia a la cual voy, y ésta es la iglesia a la cual no voy".

Necesitas dos iglesias, por lo menos dos religiones, porque la mente es una dualidad: "Esta es la iglesia a la que le digo sí y esa es la iglesia a la que le digo no. Esta es la iglesia falsa, la gente errada va ahí, aquellos que no me pertenecen" y él está solo, pero ha creado todo el mundo. Y está ansioso de ir de regreso al mundo, no está listo para mirar los periódicos. E hizo bien, porque una vez que miras los periódicos no te gustaría ser rescatado.

Para no observarse a uno mismo otra técnica ha sido usada, de la cual Jesús habla en este versículo, y esa técnica es: mira en el otro todo lo que tiene de malo, de tal modo que puedas inferir que tú eres bueno. Hay dos maneras de ser bueno: ser bueno, eso es difícil; y luego hay otra manera de ser bueno, relativamente: probando que el otro está mal. Tú no necesitas estar bien, simplemente prueba que el otro está mal; eso te da la sensación de que tú estás bien.

¿Por qué lo bueno necesita prueba y lo malo no necesita prueba? Observa la tendencia: encontrarás un hermoso fenómeno, uno de los misterios de la mente humana. En lo profundo todo el mundo busca ser bueno, pero es difícil, así que ¿qué hacer? prueba que el otro es malo; "Tú eres más malo que yo,

¡entonces yo por lo menos soy un poco bueno!”

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