sábado, 5 de octubre de 2024

LA DUALIDAD DE LA MENTE

 

Nunca has amado, has fingido; nunca has sido honesto, has fingido; nunca has sido verdadero, has fingido, toda tu vida es una larga serie de fingimientos. Y ahora... pero has invertido tanta vida en eso, reconocer que todo el asunto ha sido sólo una ficción es demasiado. Ahora piensas: "De algún modo llévalo hasta el mismo fin". Pero si no lo terminas... aun llevado hasta el mismo fin, no te va a dar nada. Es un simple desperdicio y al final toda la frustración estallará.

Por eso es que la muerte es tan difícil. La muerte no tiene nada peligroso en sí, es uno de los fenómenos más bellos en el mundo, ¡simplemente vas a dormir! Y todo lo demás va a dormir: una semilla germina y entonces hay un árbol; y luego de nuevo surgen las semillas y caen y van a dormir; entonces de nuevo brotarán. Después de toda actividad es necesario un descanso. La vida es una actividad, la muerte es un descanso. Tiene que estar presente para que la nueva vida surja de ella. No hay nada de malo en la muerte, no hay nada peligroso en la muerte.

¿Pero por qué todo el mundo tiene temor de morir? Porque en el momento de la muerte todas tus ficciones desaparecerán; en el momento de la muerte verás que toda la vida ha sido un desperdicio. ¿Por qué en la hora de la muerte la gente dice que uno vuelve a ver toda su vida? Sucede, es verdad: en el momento de la muerte uno tiene que confrontar toda su vida, porque ahora ya no hay futuro, ya no puede crear ninguna ficción más.

Para las ficciones es necesario el futuro, porque las ficciones están en la esperanza, las ficciones son para el mañana. La muerte trae a casa el hecho de que ahora ya no hay un mañana; los mañanas han acabado, ahora ya no hay futuro. ¿Dónde puedes soñar? ¿Dónde puedes proyectar tus ficciones? ¡Ahora no hay dónde ir! De pronto te encuentras anclado y toda la vida has estado creando ficciones para el futuro.

Ahora estás anclado, no hay futuro ¿adónde vas a mirar? Tienes que mirar al pasado, y en el momento de la muerte la sociedad está desapareciendo; tienes que mirarte a ti mismo, no queda nada. Entonces llegas a darte cuenta del hecho doloroso, angustioso, de que toda tu vida ha sido desperdiciada.

Si te sucede antes de la muerte, te vuelves un hombre religioso. Un hombre religioso es alguien que se ha dado cuenta de aquello que todo el mundo se da cuenta sólo al morir. Un hombre religioso es alguien que lo ha observado mientras aún está vivo, que lo ha observado en el pasado, que ha visto a través de todo el juego, que ha comprendido toda la ficción de la vida. Ha observado dentro de sí mismo.

Si miras dentro de ti mismo, el cambio es seguro, absolutamente seguro, porque una vez que la ficción es comprendida como ficción, comienza a desvanecerse. Para mantener una ficción tiene que ser mantenida como un hecho; aun algo no verdadero, si es aceptado se tiene que creer que es algo verdadero. En el momento en que te das cuenta, va penetrando en ti que esto no es verdadero, comienza a desvanecerse, ya está fuera de tus manos, no lo puedes coger. Para continuar el sueño uno tiene que creer que esto no es sueño, ¡es la realidad! En el momento en que te haces consciente de que esto es el sueño, el sueño ya está desapareciendo.

Todo tu esfuerzo es para no saber, lo evitas; por eso es que nunca estás tranquilo cuando estás solo. Aun si vas a los Himalayas llevas el radio portátil contigo, y el radio contiene a todo el mundo; aun si vas a los Himalayas, tu esposa, tus amigos, tus hijos están contigo. Te vas de vacaciones, pero realmente no vas, te llevas toda la atmósfera contigo, a la playa, a las montañas y otra vez estás rodeado de toda la tontera.

Sucedió una vez: Un marinero sobreviviente de un naufragio fue a dar a una isla desierta. Por cinco años tuvo que vivir ahí, no pasó ningún barco. Construyó una pequeña choza, vivió ahí, pero continuamente pensaba en el mundo. Todo estaba en tanta paz como nunca lo había estado. Ni siquiera había imaginado que tal paz fuera posible. La isla estaba completamente desierta, no había nadie, ese era el único problema. De otro modo había de todo: los riachuelos eran hermosos, los árboles cargados de frutas; podía comer, podía descansar, no había preocupaciones, nadie por quién preocuparse, nadie quien creara problemas. Y siempre había pensado que algún día le gustaría ir a algún sitio lleno de paz ¡y repentinamente se encontró ahí! Y era insoportable. El silencio es insoportable, uno tiene que ser capaz de soportarlo, te puede matar.

Era tan difícil para este hombre, y él era un arquitecto así que comenzó a construir pequeñas cosas, pequeñas maquetas, sólo para mantenerse ocupado. Hizo una pequeña calle y le puso nombre; no sólo hizo una iglesia, sino dos, una cerca a su casa, la otra al otro extremo de la ciudad; hizo pequeñas tiendas donde uno podía ir de compras. Creó toda la ciudad.

Y después de cinco años, cuando llegó un barco y ancló en la bahía, él se puso muy feliz. Un pequeño bote con un hombre vino hasta la orilla. Corrió desde su choza y llegó a la orilla muy entusiasmado porque ahora regresaría al mundo de nuevo. Pero se quedó muy extrañado; porque el hombre del bote bajó con un gran paquete de periódicos. Entonces le dijo: "¿Para qué son estos periódicos? ¿Para qué los has traído hasta aquí?".

El capitán del barco dijo: "Primero revísalos, mira lo que está sucediendo en el mundo ¡y después dinos si realmente quieres ser rescatado!". El hombre tiró los periódicos al mar y dijo: "¡Qué tontería! Pero antes de subir al bote me gustaría mostrarte mi ciudad".

Así que le mostró la ciudad, pero el capitán se quedó sorprendido cuando le mostró la segunda iglesia y le dijo: "Puedo entender que hayas hecho una iglesia para rezar, pero ¿para qué esta otra?".

Así que le dijo: "Esta es la iglesia a la cual voy, y ésta es la iglesia a la cual no voy".

Necesitas dos iglesias, por lo menos dos religiones, porque la mente es una dualidad: "Esta es la iglesia a la que le digo sí y esa es la iglesia a la que le digo no. Esta es la iglesia falsa, la gente errada va ahí, aquellos que no me pertenecen" y él está solo, pero ha creado todo el mundo. Y está ansioso de ir de regreso al mundo, no está listo para mirar los periódicos. E hizo bien, porque una vez que miras los periódicos no te gustaría ser rescatado.

Para no observarse a uno mismo otra técnica ha sido usada, de la cual Jesús habla en este versículo, y esa técnica es: mira en el otro todo lo que tiene de malo, de tal modo que puedas inferir que tú eres bueno. Hay dos maneras de ser bueno: ser bueno, eso es difícil; y luego hay otra manera de ser bueno, relativamente: probando que el otro está mal. Tú no necesitas estar bien, simplemente prueba que el otro está mal; eso te da la sensación de que tú estás bien.

¿Por qué lo bueno necesita prueba y lo malo no necesita prueba? Observa la tendencia: encontrarás un hermoso fenómeno, uno de los misterios de la mente humana. En lo profundo todo el mundo busca ser bueno, pero es difícil, así que ¿qué hacer? prueba que el otro es malo; "Tú eres más malo que yo,

¡entonces yo por lo menos soy un poco bueno!”

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