sábado, 19 de abril de 2025

VIVIMOS REPRIMIDOS

 

Cuando estás lleno de demasiados conceptos morales ¿qué haces? Te condenas a ti mismo porque hay cosas que sólo por decir que están mal no van a desaparecer, permanecen. Este hombre se sentirá atraído por las mujeres; son hermosas, y el deseo existe, es un regalo de Dios. Está profundo en cada uno de tus poros, en cada célula de tu cuerpo. Los científicos dicen que hay setenta millones de células en tu cuerpo y cada célula es un ser sexual. ¡Todo tu cuerpo es un fenómeno sexual! Cualquier cosa que hagas, puedes cerrar tus ojos, puedes escapar a los Himalayas, pero siempre la belleza te atraerá.

Una flor se ve tan hermosa ¿has observado? Eso también es sexual. Un ave cantando en la mañana cerca a la cabaña de un santo o ermitaño parece hermoso, ¿pero has observado que este canto del ave es una invitación sexual? El está invitando a la pareja, buscando una pareja, a la amada. ¿Qué es una flor? La flor es un fenómeno sexual, la flor es tan solo un truco; porque el árbol no se puede mover, sus células sexuales tienen que ser llevadas por las abejas, las mariposas, y otros a otros árboles. Recuerda, hay árboles femeninos y árboles masculinos, y no se pueden mover porque están enraizados en la tierra. Las flores son los trucos para atraer a las abejas, a las mariposas y a otros insectos: vienen a las flores, y con las abejas la semilla sexual se va, luego irán a la planta femenina y esa semilla caerá ahí.

Dondequiera que hay belleza hay sexo. Toda la vida es un fenómeno sexual ¿qué puedes hacer? Puedes rechazarlo, eso está en tus manos, pero cuando lo rechazas te sientes culpable, porque en lo profundo lo reprimido queda. Tú continuamente te sientes culpable; hay algo mal. No puedes ser feliz con culpa, recuérdalo, no puedes danzar con culpa. La culpa te paralizará: dondequiera que vayas no podrás reír, no podrás moverte en éxtasis, porque siempre tendrás miedo de lo reprimido.

Porque si danzas, cantas, si te sientes bienaventurado ¿qué le sucederá a lo reprimido? Puede aflorar, así que siempre tienes que estar cuidando. Te vuelves un guardián, no un amo de tu vida, no el que disfruta de su vida; te vuelves tal como un guardián. Y todo el asunto se vuelve horrible porque hay conflicto, conflicto continuo. Tu energía se disipa en luchas internas. Y este tipo de hombre que ha reprimido su propio ser en alguna forma, siempre mirará a los otros con ojos de condena -¡tiene que ser así!

Un moralista... es muy difícil vivir con él, porque sus ojos continuamente te están condenando: estás mal porque has tomado té. ¿Estás tomando té? Entonces eres arrojado al infierno, no puedes tomar té. Realmente, nada que pueda darte gozo… En el ashram de Gandhi no se te permitía saborear la comida, se seguía el principio de no gratificar al gusto, al paladar; puedes comer pero no debes saborear. ¿Por qué? ¿Por qué estar contra el gusto? Porque el gusto es un gozo y los santos están contra los gozos. No puedes encontrar un santo riéndose o sonriendo imposible! Se le ve triste, siempre condenándose a sí mismo y a otros. Toda su vida está enferma, no puede ser feliz.

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