sábado, 29 de marzo de 2025

PENETRA EN LA FELICIDAD

 

Siempre que estás feliz... has estado feliz por unos cuantos momentos; es difícil encontrar a un hombre que no haya estado feliz ni siquiera por unos cuantos momentos, porque si nunca has estado feliz por unos cuantos momentos, si nunca lo has probado, entonces no podrás buscar. Entonces ¿por qué buscas la felicidad? Sin haberla probado, ¿cómo puedes hacerla tu meta? La has probado. Era momentánea, un vislumbre, y después otra vez la oscuridad; un vislumbre y luego otra vez la angustia. La mañana llega sólo por un momento y luego la medianoche de nuevo. La has probado, pero nunca has penetrado en ella. ¿Cómo sucede? Trata de penetrar en ella.

Siempre que te sientes feliz, no lo estabas buscando. Eso es la primera cosa básica sobre la felicidad: sucedió, estabas buscando alguna otra cosa.

Por ejemplo, has escuchado la historia de Arquímedes: estaba en busca de una verdad científica. Trabajó, experimentó, pensó, ponderó sobre eso por muchos días y noches. Se olvidó de sí mismo. Entonces repentinamente, cuando estaba en su baño un día, echado en su tina, sucedió, le subió como una burbuja, ¡se dio cuenta! Estaba desnudo; se olvidó de que estaba desnudo. Cuando estás feliz, te olvidas de ti mismo; si no te puedes olvidar, no estás feliz. La felicidad significa que tú ya no estás más ahí; sucede sólo cuando tú no eres.

El problema había sido resuelto, toda la tensión relajada. Salió corriendo a la calle gritando: "¡Eureka, eureka! ¡lo encontré, lo encontré!". La gente pensó que estaba loco. Siempre había sospechado de este hombre, de este Arquímedes, y ahora su sospecha probaba estar correcta. "Pensar demasiado es malo", siempre habían tenido esta idea, y este hombre estaba pensando demasiado. Ahora se ha vuelto loco y está gritando: "¡Eureka!" en la calle, "¡Lo encontré!".

¿Qué sucedió? ¡Cuán extático estaba en aquel momento! Y no era la última verdad, era tan solo un problema ordinario. Ahora es común, una vez descubiertas las verdades científicas se vuelven ordinarias, comunes. Pero la descubrió. En ese momento de descubrimiento, toda la tensión se relajó, y estaba tan feliz, tan extático, que se olvidó de sí mismo. Cada vez que estás feliz, lo primero básico a recordar es que estabas buscando alguna otra cosa, no la felicidad. Si buscas la felicidad directamente, la perderás por siempre y por siempre. Es un subproducto: estás ocupado buscando alguna otra cosa, y descubres esa cosa. El descubrimiento te hace tan pleno, todo el esfuerzo se relaja; toda la tensión desaparece, estás en tranquilidad, en paz, en descanso, y te sientes lleno de felicidad. La felicidad es un subproducto.

La segunda cosa a recordar: si la buscas directamente, ¿cómo puedes desaparecer tú? El que busca nunca puede desaparecer; el ego permanece, tú permaneces siendo un punto de referencia. Cada vez que la felicidad ocurre, tú no estás ahí. Recuerda los momentos de felicidad: tú no estabas presente. Puede haber sucedido en profundo amor, puede haber sucedido en un descubrimiento, o puede haber sucedido simplemente cuando estabas jugando a las cartas, pero te perdiste tan totalmente... ¡y de pronto surge la felicidad! Cualquier cosa puede desencadenarla, pero una búsqueda directa es peligrosa. La perderás.

Si vas donde un Maestro en busca de la felicidad, te has acercado por motivos errados. Entonces permaneces escondido en tu motivo errado. Permaneces cerca físicamente; espiritualmente hay mucha distancia. Tus ojos están ciegos, no serás capaz de conocer a este hombre, a Jesús o a Buda. Es imposible, porque tus ojos están llenos de objetivos errados.

O puede ser que ni siquiera estés en busca de la felicidad, hay otros objetivos incluso más bajos. Puedes estar cerca a un Maestro para lograr poder, puedes estar cerca a él para alcanzar un estado más egocéntrico. Entonces lo perderás completamente. Hay otros objetivos incluso más bajos. Y cuanto más bajo sea el objetivo, mayor es la posibilidad de perderlo, porque entonces estás más ciego. Puedes estar cerca a él sólo por razones muy ordinarias, buscando salud. Estás enfermo y Jesús te curará; o eres pobre y Jesús te dará dinero, su bendición se volverá dinero para ti; o no tienes niños y él te puede dar un niño.

Cuanto más bajo sea el objetivo, más lo perderás, porque cuanto más bajo sea el objetivo, estás más en la profundidad del valle, y Jesús existe en la cima de la montaña; la distancia se va haciendo más y más. Muchos han escapado, pero aquellos que se acercaron, no todos ellos realmente se han acercado sólo el que viene por el verdadero motivo. Y ese motivo es la verdad. Pero, ¿por qué nunca la buscas?

La verdad parece ser tan árida, la verdad parece ser tan seca, parece no haber motivación para buscarla. La felicidad parece valiosa, y si insisto en: "Busca la verdad y la felicidad será el subproducto", puedes incluso estar de acuerdo en buscar la verdad porque el subproducto es la felicidad; pero aún estás buscando la felicidad. Si llegas a saber que para encontrar la felicidad se tiene que buscar la verdad, puedes comenzar a buscar la verdad pero no estás buscando la verdad, tu mente permanece focalizada en la felicidad. El enfoque está errado.

Sólo cuando eres un buscador de la verdad llegas cerca a Jesús, a Buda, a Zoroastro; de otro modo nunca llegas cerca. Por cualquier otra razón, físicamente estás cerca, espiritualmente estás muy, muy lejos, vastos espacios existen.

sábado, 22 de marzo de 2025

LOS VERDADEROS MAESTROS

 



Je
sús les dijo a sus discípulos:

"Hagan una comparacióny díganme cómo es que soy".

Simón Pedro le dijo:

"Tú eres como un ángel virtuoso".

Mateo le dijo:

"Tú eres como un sabio con entendimiento".

Tomás le dijo:

"Maestro, mi boca no es capaz de decir cómo es que eres".

Jesús dijo:

"No soy su Maestro, porque han bebido, se han vuelto ebrios con la fuente burbujeante que he descartado".

Entonces cuando Tomás regresó donde sus compañeros, ellos le preguntaron:

"¿Qué te dijo Jesús?".

Tomás les dijo:

"Si les digo una de las palabras que me dijo,

agarrarán piedras y me las tirarán; y brotará fuego de las piedras y los quemará totalmente".

Cada vez que hay un hombre como Jesús o Buda, tratas de escapar de él en toda forma posible, porque él es como una muerte para ti. Por supuesto, racionalizarás tu escape, encontrarás razones muy ingeniosas de por qué te estás escapando. Argumentarás en tu mente: "Ese hombre no es un Cristo, ese hombre todavía no está iluminado". Encontrarás algún defecto en ese hombre de tal forma que te puedas sentir tranquilo. Evitarás a ese hombre.

Es peligroso encontrarlo porque él puede vivir, él puede ver a través tuyo; tú te vuelves transparente para él. No puedes esconderte de él, no puedes esconder la falsedad que eres, ante él, eres como un libro abierto.

Y toda tu vida te has estado escondiendo, toda tu vida has estado tratando de vivir una vida falsa, no auténtica; has estado viviendo en mentiras, y él las verá. Ante él te volverás una hoja temblorosa; ante él serás reducido a tu verdad; ante él no podrás manejar tu falsa imagen, él será una catástrofe. Así que sólo aquellos que son muy valerosos pueden acercarse a un Jesús. Es necesario el valor más grande para acercarse a un hombre como Jesús. Eso significa que estés listo para dar el salto al abismo, que estés listo a perderte.

En la inseguridad de lo desconocido, en lo inexplorado, en el océano donde la otra orilla no es visible, para ir con Jesús es necesario tremendo valor. Y éste es el problema: que muy pocas personas seguirán a Jesús. Aquellos que escapan lo perderán, y perderán el verdadero significado de sus propias vidas. Porque en lo profundo, cuando tratas de escapar de Jesús, estás tratando de escapar de tu propia verdad. Porque él no es sino tu futuro, eres una semilla, él es el árbol, él ha llegado a florecer, él es tu futuro, él es tu posibilidad. Escapando de él, estás escapando de tu mejor oportunidad.

Pero aquellos que se acercan, sólo por acercarse no van a contactar con Jesús. Aquellos que escapan, han escapado, ¡está terminado! Pero aquellos que se acercan, que viven cerca, aun viviendo cerca pueden evitar a Jesús, porque pueden estar cerca a él por razones erradas. Así que entre miles, unos cuantos lo escogerán, y entre aquellos pocos que lo escojan, no todos ellos estarán por razones verdaderas. Y aquellos que están por razones equivocadas también lo perderán.

Puedes estar con una persona iluminada por motivos errados. Observa las razones por las que buscas, por las que vas donde un Maestro. ¿Cuáles son tus razones reales? ¿Estás buscando la verdad? Muy rara vez un hombre busca la verdad. Puedes estar buscando la felicidad, pero no la verdad. La felicidad ocurre cuando se logra la verdad. Pero si estás buscando la felicidad no podrás lograr la verdad, porque la felicidad es un subproducto; no la puedes lograr directamente, no hay manera para ello, llega a través de la verdad. Si llegas a lo verdadero, ocurrirá la felicidad; es su sombra, viene con la verdad. Pero si buscas la felicidad, entonces la felicidad no es posible y se pierde la verdad.

De cien buscadores, noventa y nueve están buscando la felicidad. Han sufrido, la vida ha sido una desgracia, mucho dolor; están buscando el antídoto, están buscando lo opuesto. Estar con un Jesús o con un Buda en busca de la felicidad es perderlo nuevamente, porque tus ojos están cerrados. La felicidad nunca deber ser la meta; se logra, viene automáticamente, no necesitas preocuparte por ella. Es siempre un subproducto: simplemente cuidas al árbol ¡y las flores llegan! No necesitas ir directamente a las flores, si lo haces errarás. Si estás detrás de las flores, errarás; pero si cuidas el árbol, las flores llegarán a su debido tiempo. No necesitas preocuparte, ni siquiera necesitas pensar sobre ellas.

sábado, 15 de marzo de 2025

BUSCA AL VERDADERO MAESTRO

 

"Lo que escuches con tu oído y con el otro oído, aquello pregónalo desde los techos de las casas; porque nadie enciende una lámpara y la pone bajo un barril, ni tampoco la pone en un lugar escondido, sino que la instala en un poste para que todos los que vengan y los que vayan puedan ver su luz", ¡ningún argumento! Sin tratar de demostrar nada, simplemente haciendo una afirmación.

Jesús dijo: "Si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo".

¡Simples afirmaciones de hechos¡ Estas palabras pueden ser usadas más hermosamente por un hombre con conocimientos; ahí serás engañado.

Cuando estés en busca de un Maestro, escucha a su ser. Aprende el arte de escuchar a su ser; tan solo acércate a él, siéntelo con el corazón. De pronto sentirás que estás cambiando porque él es una fuerza magnética. De pronto sentirás que algo está ocurriendo, un cambio profundo dentro de ti. Ya no eres el mismo, tu cuarto se llena de una luz desconocida, es como si hubieras dejado tu carga un momento, como si por medio de él tuvieras alas, puedes volar. Y esto es una experiencia. Sólo una persona verdadera, un hombre con ojos que pueda guiarte te dará esta experiencia.

¿A dónde te va a guiar? Te va a guiar hacia ti mismo. Un hombre con conocimientos siempre te conducirá hacia algún otro lugar, hacia un cielo en algún lugar en el espacio, hacia una meta en algún lugar en el futuro. Pero un hombre que ha logrado su ser, un Jesús, un Buda, no te guía a ningún otro lugar, sólo hacia tu ser, porque ahí está la meta. Tú eres el blanco, tú eres la meta.

Y escucha con el corazón, ese es el criterio. Pero el caso es diferente: te han estado conduciendo por muchas vidas; y una y otra vez el líder ciego y tú, ambos han caído en el hoyo.

El último aspecto sobre el hoyo: cada vez que Jesús dice: "Caen en el hoyo", el hoyo es el útero. Cada vez que un ciego te guía, ambos caen en el útero de nuevo, ese es el hoyo. Nacen de nuevo en la misma vida desgraciada, la misma angustia comienza en formas nuevas. Nada substancial cambia, la historia permanece igual; todo el asunto permanece igual, sólo las formas externas cambian. De nuevo estás en el infierno, de nuevo en la desgracia, el útero es el hoyo.

Cuando un hombre que ha realizado su ser te guía, nunca caes en el hoyo. Entonces naces en otra dimensión, y en este mundo no vale la pena nacer de nuevo. Desapareces de aquí, apareces en alguna otra parte. Esa otra parte es Dios, esa otra parte es nirvana.

sábado, 8 de marzo de 2025

VIVIMOS ENGAÑADOS

 

Jesús decía: "Yo soy el rey", y la gente pensaba que él iba a destronar al rey aquí. El dijo: "Aquellos que son humildes heredarán la tierra", él estaba hablando sobre otra cosa, y la gente pensó que estaba prometiendo a sus discípulos: "Ustedes heredarán la tierra". Entonces los políticos se llenaron de miedo, porque "reino", "rey", "heredarán la tierra", todos los términos son políticos. Los sacerdotes se llenaron de miedo porque todo lo que él decía parecía estar más allá de la ley.

El amor está siempre más allá de la ley. El amor no puede seguir ninguna ley porque es una ley superior, la más alta. Cuando amas, todo está bien porque el amor no puede hacer nada mal. No hay ni normas ni reglas para eso; las normas y las reglas existen porque no puedes amar, porque eres incapaz de amar. Por eso es que hay tantas reglas, para que no puedas hacer daño a los demás, para que seas impedido de hacer daño a los demás. Pero cuando amas, ¿por qué harías daño a los demás? ¡Las reglas desaparecen!

Y Jesús habló sobre la última ley, el amor. Entonces los sacerdotes se llenaron de miedo, entonces los jueces, los magistrados, el sistema legal, tuvo miedo de que él hiciera un caos, que creara una anarquía. Y fue crucificado porque se volvió un agitador.

Esto no es necesario que suceda. Ha sucedido en el pasado, no tiene que suceder ahora, porque ahora, después de miles de años de experimentar Budas, Mahaviras, Zoroastros, Jesuses, Mahomas, ¡deberíamos habernos vuelto más alertas!

¡Pero no! Este es aún el caso, como si el hombre nunca aprendiera. Su estupidez parece ser extrema, final, y continúa racionalizando su estupidez. Fortifica su estupidez, su ignorancia, y quienquiera que venga a quitársela le parece como si fuera su enemigo. Los amigos parecen enemigos, los enemigos parecen amigos. Aquellos que verdaderamente pueden guiarte, te parece que te están guiando por el camino errado; aquellos que son ciegos, son tus líderes.

Entiende primero tu necesidad de ser guiado. Es hermoso, porque muestra una búsqueda, pero no te apresures en seguir a cualquiera. ¿Cómo decidir? ¿Cuál es el criterio? Para el buscador ésta es una de las cosas más enigmáticas: ¿cómo decidir quién es Jesús y quién es un ciego? Tener absoluta certeza parece ser imposible, pero destellos de certeza son posibles. No puedes tener la absoluta certeza al comienzo, porque la propia naturaleza de la situación es tal: ¿cómo un ciego puede decidir que otro tiene ojos? La única decisión, la única certeza es posible cuando comience a ver. Entonces será capaz ¡pero entonces ya no habrá necesidad! Cuando te vuelves un Buda ya no hay necesidad de reconocer a un Buda; cuando eres como Jesús, no hay la necesidad de conocer a Jesús o de seguirlo. Esta es la paradoja.

Estás ciego y tienes que escoger, ¿cómo decidir? ¿Por las palabras? Entonces serás engañado, porque los escolásticos, los eruditos, los sacerdotes, ellos son muy hábiles con las palabras. Nadie los puede vencer, porque han estado en el negocio, han estado en el negocio desde mucho antes. Jesús parecería pobre de palabras, los altos sacerdotes de los judíos lo habrían vencido fácilmente. Eso no habría sido ningún problema. Kabir o Buda pueden ser vencidos fácilmente con argumentos, con lógica. No puedes juzgar por las palabras, serás engañado, no uses ese criterio.

Un Jesús puede ser juzgado sólo por su ser: acércate a él, no trates de escuchar lo que está diciendo, trata de escuchar lo que él es. Esta es la clave: ¡simplemente estate cerca a él! Los hindúes lo han llamado satsang, estar simplemente cerca a la verdad. Sólo estate cerca, no escuches lo que esté diciendo, no te involucres intelectualmente, sólo escucha lo que él es.

El ser vibra, el ser florece, el ser tiene una fragancia. Si puedes estar en silencio cerca a un Jesús comenzarás a escuchar su silencio. Y ese silencio te hará tan bienaventurado, y ese silencio te dará tanta plenitud, tan desbordante de amor y compasión, ese es el criterio. Si haces eso con un erudito, con un hombre de conocimientos, entonces te llenarás tan solo de desgracia, porque él es tan desgraciado como tú. Si escuchas sus palabras, parecerá muy grande. Si escuchas a su ser, a sus vibraciones, a su pulsación de vida, él es tan desgraciado como tú, tal vez más. Por eso es que se ha vuelto un hombre de palabras: para esconder su desgracia. Por eso es que él habla de teorías, de filosofías, de sistemas; por eso es que argumenta, porque no sabe.

Un hombre que sabe realmente no argumenta, simplemente afirma, simplemente lo dice... Mira estos versículos de Jesús, él no está argumentando, no está dando ninguna razón, simplemente está haciendo afirmaciones, simples afirmaciones.

sábado, 1 de marzo de 2025

VIVIMOS SIN CONSCIENCIA

 


Jesús dijo: "Si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo".

¡Así que no seas tímido! Anda... que hay un hombre que tiene ojos, la gente es guiada porque tiene la necesidad de que la guíen. Si no puedes encontrar a un Buda o a un Jesús, aún así seguirás a alguien porque hay una gran necesidad de seguir. Hay una gran necesidad porque no sabes dónde ir, y alguien dice: "Yo sé", ¿entonces qué hacer?

No hay Jesuses disponibles todos los días, los Budas no nacen todos los días. ¡Pero la necesidad está presente! Si no puedes conseguir la comida buena entonces comerás la comida mala, porque el hambre está presente todos los días. Porque es fácil encontrar un ciego porque tú eres ciego, comprendes el lenguaje. Es muy fácil seguir a un ciego porque ambos pertenecen al mismo mundo de la oscuridad, al mismo valle. Es mucho más fácil ser convencido por un ciego de que él es el maestro, que ser convencido por un hombre que no está ciego, porque el que no está ciego usa un lenguaje diferente, habla acerca de un mundo diferente; es tan extraño que no lo puedes entender.

Es siempre fácil seguir a un maestro falso porque tú estás errado; hay algo similar entre tú y el maestro. Pero, "Si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo".

Sucedió que Mulla Nasruddin murió y sus dos discípulos cometieron suicidio, porque sin el maestro ¿qué podrían hacer? Los tres tocaron la puerta del otro mundo, Mulla adelante y los discípulos siguiendo, una hermosa puerta. Nasruddin dijo: "¡Miren! Esto es lo que les prometí, y siempre cumplo lo que prometo. ¡Hemos llegado al cielo!". Y entraron.

El guía los llevó a un bello palacio y dijo: "Ahora van a vivir aquí eternamente, y cualquier cosa que necesiten simplemente díganmelo y sus deseos serán cumplidos inmediatamente". Mulla dijo: "¡Miren! Esto es lo que les prometí y he cumplido".

Por siete días vivieron en delirio, porque cualquier cosa que querían, inmediatamente el deseo era satisfecho, cualquier cosa. Todos los deseos de millones de vidas fueron satisfechos en siete días, porque no había ningún esfuerzo en hacerlo, no se perdía tiempo. Pero en el séptimo día les entró una gran frustración, porque cuando lo consigues demasiado fácil no puedes disfrutarlo. Y cuando lo consigues tan inmediatamente, que no hay tiempo entre el deseo y su satisfacción, te llegas a hartar, por eso es que la gente rica está tan harta. Un hombre pobre puede tener un poco de danza en su vida, pero no un hombre rico. Mira a los reyes: están muertos, hartos de todo, porque todo está a su alcance. Tenerlo todo es un gran problema, mayor que la pobreza, mayor que la escasez.

Al séptimo día ya estaban hartos porque ya habían gozado de las mujeres más bellas, del vino más costoso, de la mejor comida, de la ropa más cara, y vivieron como emperadores. Pero entonces ¿qué hacer?

Al séptimo día Mulla le pidió al guía: "Nos gustaría mirar abajo, al mundo. Nos gustaría abrir una ventana para que podamos mirar la tierra". Pero el guía dijo: "¿Para qué?". Mulla dijo: "Sólo para recuperar nuestro interés, para recuperar nuestro deseo, será útil". Así que el guía abrió una puerta, miraron hacia abajo a la gente de la tierra, nos miraron, la gente luchando toda su vida sin conseguir mucho, recuperaron su hambre por contraste.

Gozaron otros siete días de nuevo, pero de nuevo se hartaron. Ahora la misma medicina no tendrá efecto, tan solo mirar el mundo no será muy útil, se volvieron inmunes. Así que Mulla dijo: "Ahora tengo otro pedido ridículo: nos gustaría abrir una puerta al infierno, para que podamos mirar al infierno y recuperar nuestro gusto. Pero nos ha dado miedo, porque ¿qué vamos a hacer después de eso?".

El guía se comenzó a reír y dijo: "¿Dónde creen que están?". ¡Estaban en el infierno!

Si todos tus deseos son cumplidos estarás en el infierno, porque no conoces la bienaventuranza de estar sin deseos, conoces sólo la lucha. Por eso es que los poetas dicen que el placer está en la espera, no en el encuentro; el placer está en el deseo, no en su satisfacción. ¡Y están correctos acerca de ti! Cuando todo sea satisfecho ¿qué harás? Entonces llegarás a saber que estás en el infierno.

Pero esto sucede si sigues a un hombre ciego: aun si llegas al cielo resultará siendo el infierno, porque la ceguera nunca puede llegar al cielo. Porque el cielo no es realmente un sitio adonde llegar, es un estado de consciencia; no es un lugar en la geografía, no es geográfico, es algo en ti. El infierno y el cielo, ambos existen en ti. Y si sigues a un ciego ¿cómo un ciego puede conducirte a las alturas? Te conducirá al valle. Pero hay una necesidad de ser guiado, estás consciente de esa necesidad.

Quieres ser guiado porque entonces la responsabilidad recae en el otro. Es mejor tener un líder ciego que ninguno, éste es tu estado mental. De ahí que Jesús diga: "Ve y desde los techos de las casas dile a la gente ¡que el Maestro está aquí!".

Jesús ha aparecido, y la oportunidad es rara, y existe toda posibilidad de que puedas perder la oportunidad. Corre y agarra a este hombre, porque son pocos los momentos ¡cuando la puerta al cielo se abre! Esos son los momentos cuando un hombre llega a la iluminación. Entonces él es una puerta: entonces puedes mirar a través de él y puedes realizar toda la verdad.

Un Maestro no es hombre que te enseña, un Maestro es un hombre que te despierta. Un Maestro no es un hombre que tenga una información que darte, un Maestro es un hombre que te va a dar un vislumbre de tu propio ser. Pero esto se volvió problema: si Jesús hubiera permanecido en silencio, nadie lo hubiera crucificado. Y él tenía prisa y comenzó a movilizarse en el país hablándole a la gente. Eso creó un problema porque nadie lo entendía, todo el mundo lo malentendió. Esto va a ser así, porque son dos dimensiones diferentes... la comunicación es imposible. El hablaba sobre el reino de Dios y la gente pensaba que estaba hablando sobre algún reino aquí.

sábado, 22 de febrero de 2025

VIVIR DESPIERTO Y ALERTA

 


Sócrates fue envenenado, porque todo Atenas estaba incómoda por este hombre. El te detenía en cualquier parte, en el mercado, y te hacía preguntas incómodas y destruía tus cómodas mentiras. ¡Se volvió tal molestia! En el valle, un Buda siempre es una molestia. Creó tanta angustia y ansiedad que la gente no podía dormir, no podía hacer su trabajo bien, porque sembró dudas.

Decía: "¿Qué estás haciendo? Este es un río y éste es un puente, y éste es el mercado, ¿y estás construyendo tu casa aquí? ¡Busca lo eterno, la verdad!". Se volvió tal molestia que tuvieron que envenenar a Sócrates.

En el valle, eso ha estado sucediendo siempre. Si un hombre con ojos va al pueblo de los ciegos, ellos lo matarán, o si son generosos le sacarán los ojos. Pero harán algo porque ese hombre simplemente al ir ahí ¡los hace ciegos! Creían que no eran ciegos, no lo sabían, y este hombre viene y les dice: "¡Están ciegos, están locos!". Los hace conscientes de cosas sobre las que no quieren estar conscientes. Esas cosas crean ansiedad.

Jesús les dice a sus discípulos: "¡Vayan y desde los techos de sus casas griten!". ¿Por qué desde los techos? Porque la gente está casi sorda, no oyen, no quieren oír. Aun cuando oyen no quieren escuchar, están en algún otro sitio. Aún cuando asienten están simplemente aburridos. Pueden tolerarla, pero nunca gozan de la verdad. Porque la verdad siempre te hará sentir incómodo, tiene que ser así, porque vives en el valle de las mentiras.

Toda tu vida es tal mentira: has estado mintiendo a otros, a ti mismo, y has hecho mentira a todo tu alrededor. Y ahora alguien viene y dice la verdad. Un hombre que creía que estaba sano, pero que tenía todo tipo de enfermedades, y entonces alguien viene y le dice: "¡Qué tonteras estás hablando, estás enfermo!". Ese hombre piensa: "Este hombre es un mal presagio, me está enfermando. Estaba absolutamente bien". El ponerte alerta, el hacerte consciente de la verdad, destruye tus castillos, tus castillos de naipes.

Jesús dice: "Ve y todo lo que me has escuchado decir... pregónalo desde los techos de las casas; porque nadie enciende una lámpara y la pone bajo un barril", ¡no seas tímido y no tengas miedo! La luz está ahí, ahora no la escondas, ni tampoco la pongas en un lugar escondido, sino que instala en un poste para que todos los que vengan y los que vayan puedan ver su luz.

Este siempre ha sido un problema: Buda, Mahavira, Lao Tse, Jesús, Mahoma, Zoroastro, siempre tienen que insistir continuamente para que los discípulos vayan y le digan a los demás, porque la oportunidad no estará para siempre.

Jesús no estará ahí en su cuerpo físico por siempre. Y si no lo puedes reconocer cuando aún está en su cuerpo físico, ¿cómo vas a ser capaz de reconocerlo cuando ya no esté? Si su presencia física no puede ser una revelación para ti, ¿cómo puede ser una revelación cuando haya desaparecido en lo universal?

Sólo raramente uno llega a la iluminación, sólo raramente la oscuridad de uno desaparece. Y es un fenómeno tan raro y no va a durar por siempre, de ahí que Jesús siempre esté con prisa. Lo sabe bien. Y Jesús tuvo el tiempo más corto sobre la tierra. Murió cuando tenía treinta y tres años. Comenzó a predicar cuando tenía treinta, murió cuando tenía treinta y tres, sólo tres años. Tenía mucha prisa. Sabía qué iba a suceder, que la crucifixión iba a suceder, así que dijo: "Vayan y hagan alertas y conscientes a tanta gente como sea posible. La puerta está abierta ahora, pueden entrar a lo divino".

Pero los discípulos siempre permanecieron vacilantes. Sólo cuando Jesús murió comenzaron a predicar, eso siempre sucede, porque cuando Jesús desapareció, sólo entonces se dieron cuenta de lo que había sucedido en sus vidas. Cuando Jesús está presente te acostumbras a la luz que es Jesús; cuando desaparece, entonces la oscuridad, y sientes qué luz has perdido, entonces vas pregonando desde los techos de las casas. Pero cuando Jesús estaba ahí algo era posible; ahora nada es posible.

Continúas por siglos, la iglesia está haciendo eso: en todo el mundo van predicando, predicando que Jesús es la luz. Pero ahora no puede ser muy útil; la puerta ha desaparecido, ahora Jesús se ha hecho invisible. Puede ayudar, pero si no lo puedes ver cuando está visible... ¿cómo puedes verlo cuando Jesús se ha hecho invisible? Si no puedes entrar por la puerta cuando está abierta justo frente a ti, ¿cómo será posible que entres por una puerta que no es visible en absoluto? ¡Difícil!

Pero los mismos discípulos se vuelven más alerta cuando la luz desaparece. Entonces comienzan a gritar y a llorar, y entonces saben. Porque sólo a través del contraste puedes llegar a saber; te haces consciente de que estabas vivo sólo cuando estás muriendo, cuando llegas al momento de la muerte, entonces te haces consciente de lo que fue la vida y cómo la has ido perdiendo. Se dice que sólo cuando la gente muere llega a darse cuenta de que ha estado viva, de otro modo no.

sábado, 15 de febrero de 2025

LA VIDA ES UNA ILUSIÓN

 



Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que ha
yas escuchado ve y pregónalo desde los techos de las casas, para que los otros lo puedan escuchar porque... nadie enciende una lámpara y la pone bajo un barril, ni tampoco la pone en un lugar escondido...".

Jesús dice: "¡Ve y da las buenas nuevas! Ve y di que lo desconocido ha entrado en lo conocido; ve y di que en el mundo de rutina ¡lo misterioso ha ingresado! Ve y di desde los techos de las casas para que la gente pueda oír, y la gente pueda venir y saber y ser beneficiada ¡no seas tímido sobre eso!".

Hay un profundo problema. Es muy difícil, debe haber sido difícil para los discípulos de Jesús, siempre es así, decirle a los demás que el hijo de Dios ha venido. ¡Muy difícil! Porque la gente se reirá, dirán que te has vuelto loco. No creerán que Jesús es el Cristo, creerán que estás loco. Si dices: "Jesús es el Dios", pensarán que te has vuelto completamente loco: "Necesitas un psicoanálisis, ve y visita a un doctor, ¡toma unas medicinas, descansa y relájate!", porque piensan que hay algo mal, ¡que algo te está fallando!

Es muy difícil decirle a la gente que alguien ha llegado a realizarse. ¿Por qué? Porque cada vez que alguien llega a realizarse se vuelve una profunda herida en ti, se vuelve una llaga profunda, tú podrías haber llegado a lo mismo, pero has fallado. Surge la comparación, tu ego se siente herido: "Ese Jesús, ¿es el hijo de Dios?, ¿y por qué yo no lo soy?

El caso debería haber sido de otro modo. Yo era... ¿Cómo es que Jesús se ha vuelto el hijo de Dios?". Y es más fácil negarlo que tener que cambiar tu ser y volverte hijo de Dios. Es más fácil, porque no es siempre lo más fácil del mundo: no tienes que hacer nada, dices no ¡y se acabó el asunto! Si dices sí todo comienza, nada está acabado. No es siempre el fin, sí, es siempre el comienzo.

Si dices: "Sí, Jesús es el hijo de Dios", entonces tienes que transformar tu ser. Entonces no puedes permanecer con este sí, tienes que moverte, tienes que hacer algo. Si dices no, el problema se resuelve. Entonces cualquier cosa que seas, dondequiera que estés, en el valle, en la oscuridad, en la muerte, estás tranquilo.

Jesús crea intranquilidad en ti; Buda va entre ustedes y crea intranquilidad, y nos vengamos, porque si un hombre puede alcanzar tal altura, ¿cómo es que tú has fallado? Es mejor decir que no hay altura, que nadie jamás la ha alcanzado. Entonces estás tranquilo en tu oscuridad, entonces puedes estar cómodo.

Los Jesuses y los Budas son grandes tensiones porque te sacan de raíz del valle, te sacuden de tus sueños y te dicen: "¡Muévete, éste no es lugar para quedarse!".

Hay un dicho de Jesús: "Este mundo es sólo un puente ¡Avanza! Este no es lugar para que hagas tu casa. Crúzalo y no te detengas en él. Nadie hace una casa en el puente". Este mundo es tan solo un puente y tú has hecho una casa en él. No te gustaría saber el hecho de que éste es un puente, porque entonces ¿qué le pasaría a todos tus esfuerzos y trabajo, y a toda tu inversión y a toda tu vida dedicada a hacer esta casa? Y ahora alguien viene, un vagabundo, y dice: "Qué estás haciendo? ¡Este es un puente!". Así que es mejor no mirar hacia abajo, al río.

¿Por qué es un puente? Porque Jesús, o la gente como Jesús, nunca usa ni una sola palabra sin un significado profundo. Es un puente porque está sobre un río, y el río es de lo momentáneo. El tiempo es sólo un río momentáneo, continúa fluyendo y fluyendo.

Heráclito ha dicho: "No puedes pararte en el mismo río dos veces", porque si vienes a pararte la segunda vez, el río ya se ha ido; es otra el agua que está fluyendo ahora, la misma agua ya no está. El río te da la apariencia de que es el mismo río, pero no existe nada como el río. Un río significa cambio, está yendo y yendo, fluyendo. ¿Por qué Jesús llama a este mundo un puente? Porque está hecho en lo temporal: el tiempo, el río del tiempo, todo fluyendo. ¡Sal de este puente! Este no es lugar para hacer un casa.

Pero si alguien viene y te dice... y por cincuenta años has estado haciendo la casa y ahora está casi lista, y recuérdalo, siempre está casi lista, ¡nunca está lista! No puede estarlo, no es su naturaleza. Cuando está casi lista y justo estabas a punto de descansar de todo el esfuerzo y tensión de construir la casa, este hombre viene y te dice: "Esto está en el río", en vez de creer a este hombre y mirar hacia abajo, te gustaría decir: "¡Fuera de aquí, eres un tonto!". O si este hombre insiste, como Jesús iba insistiendo, martillando, te dará cólera. De ahí que fuera crucificado, era demasiado problema.

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