viernes, 5 de junio de 2009

LA PUREZA

La pureza de espíritu es la verdadera pobreza. No te digo que te conviertas en un mendigo, ni quiero decir con esto que renuncies al mundo. Quiero decir que estés en el mundo pero que no pertenezcas al mundo. No acumules en tu interior, sé pobre de espíritu.

La pureza nada tiene que ver con la moralidad ni con los puritanos, la pureza sencillamente quiere decir un estado de mente no contaminado, cuando solo tu conciencia existe y nada más.

Pero si tú anhelas poseer, este anhelo te contamina, el oro no puede entrar en tu conciencia, no puede. El dinero no puede penetrar en tu conciencia, pero si tu anhelas poseer, esa posesividad si puede entrar en tu conciencia. Entonces te vuelves impuro. Si no deseas poseer nada, te vuelves intrépido, entonces incluso la muerte es una hermosa experiencia que hay que atravesar.

Un hombre que es realmente espiritual tiene tremendas experiencias, pero nunca las acumula, una vez que le suceden, las olvida. Nunca las recuerda, nunca las proyecta en el futuro, nunca suspira para que se repitan, porque le sucedan de nuevo. Nunca reza por ellas. Una vez que le suceden, le han sucedido. ¡Se acabó! Ha acabado con ellas y se aleja de ellas. Está asequible a lo nuevo, nunca acarrea con lo viejo.

Así, descubrirás la vida como algo absolutamente nuevo, increíble inexplicablemente nuevo a cada paso que des.

La vida es novedad, solamente la mente es caduca, y si miras a través de la mente también la vida te parecerá una repetición, algo aburrido. La mente quiere decir tu pasado, tus experiencias acumuladas, el conocimiento que posees. Significa eso por lo que has pasado, pero a lo que aún estás aferrado. La mente es un apego, es polvo del pasado que cubre tu conciencia especular (semejante a un espejo). Si entonces miras a través de ella, todo se distorsiona, porque la mente es la facultad de distorsionar.

Si no miras a través de la mente, sabrás lo que es la vida eterna. Solo la mente muere. Sin la mente tú eres inmortal. Sin la mente nada ha muerto nunca, la vida sigue y sigue para siempre. No tiene ni principio ni final.

Acumula y entonces tendrás un principio y tendrás un final.

Permanece en el mundo, pero sin pertenecer al él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente. La mente es la que peca, no la conciencia.

Buscar este blog