sábado, 2 de julio de 2011

EL MIEDO Y LAS RELIGIONES

La muerte y la resurrección son la base de la religión occidental. La mayoría de cristianos, más que venerar a Cristo veneran a la cruz. La cruz es un símbolo de muerte, ¿por qué? Porque la muerte es el miedo fundamental. Hacer pensar a la gente en la muerte equivale a atemorizarla. Si hacemos que una persona tome consciencia de la muerte, lo más seguro es que comience a temblar como una hoja; y cuando una persona tiembla de miedo, es fácil convertirle en víctima, es fácil convertirla a la religión más insensata. Estará dispuesta a creer en cualquier cosa, más aún si se le promete la inmortalidad.

Así, los seguidores del cristianismo dicen que aquellos que se acojan a la iglesia se salvarán, y que no hay garantía alguna para aquellos que no lo hagan. Están condenados y no podrán salvarse, y esto es lo que dicen también otras religiones. Eso es crear miedo. Ponerles a pensar en la muerte es infundirles miedo. ¿Quién no le temería a la muerte? Y el hombre asustado es susceptible de convertirse en esclavo.

¿Y por qué la resurrección? La muerte infunde temor y la promesa de la resurrección provoca codicia. Quien muera dentro de la iglesia resucitará como un ser divino, con todo lo que siempre deseó y necesitó y un cuerpo hermoso de luz rodeado de una aureola.

Todos son trucos basados en el miedo y la codicia, en el castigo y el premio. Es lo mismo que B.F. Skinner hacía con sus ratas: asustarlas para que hagan cosas, o lo que vemos en los circos que hasta los leones tiemblan, lo único que se necesita es infundirles el miedo. Es la simple técnica de crear miedo y prometer recompensa.

Esto es lo que algunas religiones han hecho con los hombres, les enseñaron el pecado y la culpa. La forma más exitosa de explotar a los hombres es infundiéndoles miedo y enseñándoles que todo es pecado. Si, la muerte infunde miedo, pero también está muy lejos, morirás después de cincuenta o setenta años… ¿Setenta años?...Ya veremos, en este momento no estás muriendo.

Quizá algunos ancianos sientan miedo, es por eso que encontramos a muchos de ellos en las iglesias y templos, porque a esas edades el miedo se intensifica, están cerca de la muerte, y sienten que deben hacer algo. La vida se les escapa y deben hacer algo para el futuro.

Lo importante es vivir una religión de la vida, del amor, de la alegría, donde no existan culpas ni tampoco condicionar a las mentes señalando los pecados. No hay necesidad de enviar a una persona al fuego eterno. ¿Por qué querría Dios ser semejante torturador?

Todo lo que se llama pecado, son errores, y los errores son una forma de aprender, sin embargo, es una insensatez volver a cometer el mismo error. Si ya han aprendido, insistir en el error, es simplemente insensato y destructivo. El error repetido destruye a quien lo comete, destruye a los otros, y además, no deja nada.

La ira nos empequeñece en lugar de hacernos crecer. Si aman y son amables sentirán que fluyen y flotan cada vez más alto, pesarán menos. Por consiguiente aprendan que el amor da alas para volar, mientras que el odio y la ira son tan pesados que los mantendrán anclados en el suelo.

No hay comentarios:

Buscar este blog