sábado, 9 de marzo de 2013

LOS PROBLEMAS DE LA MENTE

“La finalidad de las palabras es expresar ideas. Cuando se comprenden las ideas, se olvidan las palabras.”

Recuérdalo como una ley básica de la vida: Todo lo que pertenece al mundo exterior parece tan significativo porque no eres consciente de tu centro. Este mundo parece tan significativo porque no te das cuenta de Dios. Cuando se conoce a Dios, se olvida el mundo. Y siempre es así.

La gente ha intentado olvidarse del mundo para así poder conocer a Dios, pero nunca ha ocurrido ni nunca ocurrió. Puedes intentar una y otra vez olvidarte del mundo, pero no puedes. El mismo esfuerzo se volverá un continuo recordar. Sólo cuando se ha conocido a Dios se olvida uno del mundo. Puedes seguir esforzándote en abandonar el pensar, pero no puedes abandonar el pensar a menos que se alcance la consciencia. El pensar es un sustituto.

¿Cómo puedes desprenderte de las palabras cuando aun no has alcanzado a comprenderlas? No luches con las palabras, intenta alcanzar su sentido. No intentes luchar contra los pensamientos. Por eso es lo que una y otra vez insisto en que si los pensamientos te alteran, no luches con ellos, no te pelees con ellos. Si vienen, déjalos que vengan. Si se van, déjalos irse. No hagas nada, mantente indiferente, como un observador, un espectador, sin inmiscuirte. Eso es todo lo que puedes hacer por ahora.: no inmiscuirte.

Mantente indiferente, no te alteres por los pensamientos, sean, los que sean. Y antes o después sentirás y sabrás que su ir y venir se ha vuelto más lento. Antes o después verás que surgen, pero no tantos; a veces el tráfico se para, la carretera está vacía. Un pensamiento ha pasado, otro no ha llegado todavía; hay un intervalo. En ese intervalo conocerás tu cielo interior en su absoluta gloria. Pero si un pensamiento entra, déjalo que entre; no te alteres.

Sólo puedes hacer esto y nada más que esto, nada más. No les prestes atención, se indiferente, sin preocuparte. Permanece como un testigo, observando, sin interferir, y la mente se irá porque nada puede ser retenido dentro de ti si eres indiferente.

Ser indiferente es cortar las raíces, las mismas raíces.

No te opongas, porque esto es alimentarlas de nuevo. Si te acuerdas de los amigos, tienes que acordarte aún más de los enemigos. A los amigos los puedes olvidar, pero ¿cómo puedes olvidar a los enemigos? Tienes que recordarlos constantemente porque estás asustado.

La gente es alterada por los pensamientos, la gente común. La gente religiosa es alterada aun más porque están en lucha constante. Pero a través de la lucha prestas atención y la atención es comida. Cualquier cosa crece si le prestas atención, crece más rápido, se vuelve más vital. Se tan sólo indiferente.

Ponte en el medio, solo observa, ni esto ni eso, tan sólo en el medio. Ni amistoso ni antagónico, ni a favor ni en contra, sólo en el medio, observando como si no fuera contigo, como si esos pensamientos no te pertenecieran, como si fuesen parte del gran mundo. Déjalos que estén ahí. Y un día, de repente, cuando la indiferencia sea total, la consciencia pasa de la periferia al centro.

Pero no puede ser predecido ni ser planeado, uno debe de seguir trabajando y esperando. Cuando suceda, uno puede reírse: esos pensamientos estaban ahí ¡porque querías que estuvieran ahí!, esos pensamientos estaban ahí porque los alimentabas continuamente.

No te enamores de la mente. Tiene que usarla, claro, y está ahí porque no conoces todavía la no-mente, no conoces el centro más interno de tu ser. La periferia está ahí y tienes que acarrearla pero llévala con indiferencia. No te conviertas en su víctima.

Recuerda esto: con la mente siempre serás un perdedor: Incluso aunque obtengas victorias, tus victorias serán solo derrotas. Con la mente no hay victoria; con la no-mente no hay derrota.

Tienes que focalizar toda tu consciencia desde la mente a la no-mente. Una vez la no-mente está allí, todo se torna victoria. Una vez la no-mente está allí, nada va mal, nada puede ir mal. Con la no-mente todo es como debiera de ser. Uno está contento, ni un solo fragmento de descontento permanece, uno está absolutamente en casa. Tú eres un intruso debido a la mente.

1 comentario:

Ana Márquez dijo...

Este mundo parece tan significativo porque no te das cuenta de Dios. Cuando se conoce a Dios, se olvida el mundo.

Magistral!! Muchísimas gracias por compartir. Un abrazo de luz.

http://frasesdedios.blogspot.com.es/

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