sábado, 15 de diciembre de 2018

LA IRA


Cuando creas que la ira se está acercando, cierra tus ojos y medita sobre lo que es la ira. Escarba en ti y descubre el origen del cual procede. Lo que hacemos, generalmente, es justo lo contrario. Cuando nos enojamos empezamos a pensar en el objeto de la ira, sobre quién la ha creado, y no sobre el origen de la ira, de dónde viene. Cuando te enojes, cierra tus ojos. Ese es el instante correcto para meditar. Cierra tus ojos, ve hacia adentro y descubre de dónde surge esta ira. Síguela hasta su mismísimo origen. Ve hacia adentro y descubrirás el origen del calor desde donde la energía acumulada está hirviendo por salir.

Obsérvala, solamente obsèrvala, de los contrario la lanzarás al exterior sin que sea transformada. Y no la reprimas, porque si la reprimes, regresará a su origen que ya se halla saturado. No podrá absorberla. La volverá a lanzar hacia fuera otra vez todavía con más fuerza. No la reprimas, se sencillamente, consciente. Ve hacia adentro, hacia el origen. Este mismo ir retiene el proceso; la observación misma transforma la cualidad de la ira porque esta observación calmada es un antídoto.

La ira y la calmada observación son dos fenómenos distintos. Cuando èsta calmada observación entra en la ira, cambia su energía, su composición misma y el calor se transforma en luz. Ese es el cambio: ¡el calor se convierte en luz! Entonces, la ira, ni es devuelta a su origen, que no puede contenerla porque ya está desbordado, ni es devuelta hacia el objeto desperdiciándola, en un absoluto despilfarro. Entonces esa energía ni se dirige hacia el exterior, hacia el objeto de la ira, ni es reprimida hacia su origen. Con la observación, esta energía es difuminada. Se difunde hacia la periferia de tu cuerpo como luz. Cuando se difunde, se desplaza como luz y la misma ira se convierte en olas; la misma ira se convierte en luz, una luz interna.

No te alteres, pues, ni te decepciones si te enojas con facilidad. Eso solamente indica que posees mucha energía. Una persona que nace sin energía no puede ser transformada. No tiene energía. Sé pues feliz porque posees energía, pero no la malgastes. La energía puede ser malgastada, puede ser transformada. La energía es en sí misma neutral. No te voy a decir lo que has de hacer con ella. Tú lo has de decidir. Esta es la ciencia secreta de la alquimia interior, el cambiar el calor en luz, el transformar el carbón en diamante, el cambiar el metal base en oro.

Esos son sólo símbolos. Los alquimistas no se preocupaban realmente por transformar los metales sin valor en metales preciosos, sino tenían que esconderse y tenían que utilizar una simbología esotérica, secreta, porque era muy complicado en los tiempos pasados hablar sobre la ciencia interior y no ser muerto o asesinado. Jesús fue asesinado; él era un alquimista. Y el cristianismo que se desarrolló, que vino tras Jesús, fue totalmente en su contra. La Iglesia cristiana empezó a matar y asesinar a aquellos que practicaban la alquimia.

Esta palabra “alquimia” es muy hermosa. Nuestra “química nació de la alquimia. La palabra “química” proviene de “alquimia”, pero “alquimia” es en sí misma una palabra muy profunda y significativa. La palabra “alquimia” proviene de Egipto. El antiguo nombre de Egipto era “Kem” y “Al Kem” quiere decir “La ciencia secreta de Egipto”. Los egipcios eran grandes conocedores de la alquimia de la transformación interior; en cómo transformar la química interna.

Este proceso es alquímico; observa la ira, y la ira es transformada en luz; observa el sexo, y el sexo es transformado en luz. Observa cualquier fenómeno interno que cree calor y transfòrmalo en luz.

1 comentario:

shiva dijo...

Me ha encantado.

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