sábado, 20 de julio de 2019

LOS GRUPOS ESOTÈRICOS


El conocimiento espiritual tiene muchas dificultades para existir. La primera consiste en que no puede expresarse adecuadamente. Así es que aun cuando alguien llegue a alcanzarlo, no puede exteriorizarlo exactamente. Lo que se llega a conocer no puede transmitirse fácilmente. Hay buscadores que quieren saber, pero el conocimiento no puede comunicarse: sólo porque lo deseas y alguien está dispuesto a decírtelo, no basta. La naturaleza misma del conocimiento espiritual es tal, que al momento en que trata de manifestarse se siente la imposibilidad de hacerlo. Esto hace necesario los grupos esotéricos.

"Grupo esotérico" significa un núcleo especialmente entrenado para recibir un sistema particular de conocimiento. Por ejemplo, echemos mano de la analogía. Einstein se refirió muchas veces al hecho de que existían no más de media docena de personas en el mundo con las que él se podía comunicar: hablaba del conocimiento matemático, no espiritual, pero éste era el hecho. Ni siquiera seis personas había en el mundo con las que Einstein pudiera hablar fácilmente, porque Einstein alcanzó en matemáticas tal altura que no podía transmitirla a través de los ordinarios símbolos matemáticos. Incluso, si él hubiera podido explicar lo que sabía, tú oirías pero no entenderías pues oír no es entender. Y cuando no entiendes, existe la posibilidad de que lo malinterpretes, pues del entendimiento a la falta de entendimiento hay de por medio el fenómeno de la interpretación. Nadie quiere admitir que no ha entendido. Cuando no hay entendimiento no quiere decir que hay desentendimiento, en el noventa y nueve por ciento de los casos significa malentendimiento, pues, nadie está dispuesto a declarar que no ha entendido. Todos dicen que sí entendieron y entonces la errónea interpretación tiene lugar.

La matemática no es un conocimiento esotérico y no sé refiere a lo inexpresable. La matemática ha existido continuamente por cinco mil años; y miles y miles de mentes se entrenan en ella. Todas las universidades del mundo la enseñan, así como las escuelas primarias. Con tanto conocimiento, tanto entrenamiento, tantas escuelas enseñándola, Einstein decìa: "Sólo seis personas existen con las que yo puedo comunicar lo que sé”. Si tú entiendes esto, fácilmente comprenderás cuán difícil es la transmisión de las experiencias espirituales.

"Grupos esotéricos" significa, repito, un grupo especialmente entrenado por un maestro particular. Porque el fenómeno es raro, un Buda aparece después de milenios, y cuando se produce un acontecimiento como Buda, ¿cómo podrá comunicarse? Buda está aquí así como el mundo, pero sin significado. Como sea que Buda no puede relacionarse directamente, se entrena a un grupo esotérico, un grupo interno. El entrenamiento es para que este grupo medie entre Buda y el mundo, pues existe tal abismo entre ambos, que Buda no podría ser absolutamente comprendido".

Es ilustrativo referirse aquí a Jesús, al maestro que sufrió por carecer de un grupo esotérico. En la época de Buda sí existía. Jesús fue crucificado porque la gente común no podía entenderlo, y lo malinterpretaron. Tenía que suceder; no había un mediador entre Jesús y las masas populares, y Jesús sufrió las consecuencias. En la India, ni Buda ni Mahávir vivieron el martirio: a pesar de tener el mismo nivel que Jesús. Al carecer de grupo esotérico, la errónea interpretación era inevitable.

Por supuesto que Jesús tenía seguidores, pero gente común; todos sus discípulos principales procedían de las masas populares sin entrenamiento esotérico alguno. Lucas y Tomás, eran campesinos, o sea, de los sectores ineducados de la sociedad; amaban a Jesús, le sentían, pero tampoco pudieron entenderle, y de ello hay muchos ejemplos en sus preguntas infantiles. He ahí una: "en el Reino de Dios, ¿cuál será nuestro lugar? Estarás tú junto al Espíritu Santo, y nosotros ¿dónde? ¿Cuál será nuestra posición?". No alcanzaban a captar lo que significaba el Reino de Dios; eran gente común.

Pero esos grupos esotéricos no pueden crearse de repente. Buda surge súbitamente, pero no su grupo. Existe un Buda, el acontecimiento es repentino: los países espirituales por milenios tienen una continuidad de grupos esotéricos como tradición; y al producirse el acontecimiento empiezan a trabajar.

Ashoka creó un grupo que todavía existe, un grupo de nueve personas. Siempre que una de ellas muere, otra la reemplaza: el grupo continúa. Esa persona es escogida y entrenada por las ocho, y él entrenamiento continúa; los miembros cambian, pero el grupo permanece, y todavía ahora existe, porque se espera la reencarnación de Buda, en cualquier momento. Cuando el acontecimiento se produzca no puede entonces nacer el grupo, ya que precisa de largo entrenamiento y disciplina nada repentino. El grupo es totalmente entrenado. No puede aparecer de improviso: todavía existe el grupo Ashoka de nueve personas.

Muchas veces se han comenzado grupos; por un tiempo se continúan y luego desaparecen. Por algún tiempo siguen y luego cesan porque hay muchas dificultades. ¡Tantas! Ese grupo de los nueve esotéricos de Ashoka todavía sigue, y sigue, porque hay muchas condiciones que lo ayudan a continuar. Una es que nunca se pone en contacto con las masas. Tiene otros grupos como mediadores. Permanece siempre escondido, ignorado. Tú nunca puedes conocer nada de ellos. Y cualquiera iniciado por ese grupo, al momento de iniciarse, desaparece del mundo completamente: nada ya puedes saber de él, y así puede continuar anónimamente.

El grupo tiene muchas claves y métodos, y así sigue trabajando de muchos modos; sus miembros están en su cuerpo físico, vivos como nosotros, pero cuando alguien lo integra, ya no puede ser escogido en otra vida: entonces trabaja como un lazo de unión entre el grupo y las masas. Esto crea otro círculo alrededor de los nueve, un círculo mayor, pues son tantos los que fueron sus miembros. Todos ellos conocen a Buda directamente, así como los adeptos esotéricos. Son tan experimentados que pueden permanecer en las masas y continuar actuando en el grupo, pero no como miembros de él. Si alguno de ellos no reencarna en la tierra, es decir, permanece sin su cuerpo físico, continúa, sin embargo, trabajando.

¡Hay tantos adeptos sin cuerpo físico!. Los teósofos los llaman Maestros, tal como el Maestro Koot Humi: son nombres ficticios, que se refieren a una personalidad en particular, a una individualidad. Con nombres ficticios se refieren a una especial alma desencarnada que está ayudando. Este Maestro K.H, uno de los más antiguos adeptos del círculo Ashoka de los nueve, creó todo el movimiento teosófico. Se trataba de crear una situación en la cual la esperada encarnación de Buda fuera posible, porque Buda dijo que después de veinticinco siglos el nacería con el nombre de Maitreya. Y una persona iluminada como Gautama Buda, es capaz de saber quién será iluminado veinticinco siglos después. Así que, por la predicción de Buda, el círculo Ashoka de los nueve, ha trabajado por siglos. Ahora el tiempo está cerca, y el movimiento teosófico fue sólo una preparación.

Pero, falló el experimento. Trataron que tres o cuatro personas fueran vehículos de Maitreya, pero no dio resultado. En algunos momentos parecía que estaban al borde del triunfo. Krishnamurti estaba completamente a punto para servir de vehículo. Llegó el momento supremo de la entrega: convertirse en tan vacío que Maitreya pudiera introducirse; pero no se llevó a cabo la rendición. Nadie a su derredor podía suponer que esto sucedería; señal alguna inducía a sospechar que Krishnamurti, en el último paso, retrocedería. Y por esto, después de tal fenómeno, después de su rectificación, por cuarenta años ha mantenido el énfasis de la individualidad: ¡Sé un individuo!

Esto tiene un significado. La entera preparación es para perder la individualidad, de otro modo no existe la posibilidad de convertirse en vehículo: "Sé como si tú no fueras; ríndete a las fuerzas superiores a ti". Y se negó precisamente en el instante de saltar. Todo estaba preparado; un paso más y Maitreya hubiera estado en el mundo. Pero no se dio ese último paso, retrocedió manifestando: “Yo soy yo mismo". De ahí que su entera filosofía se proyecta en el sentido de: "No te rindas, no sigas a nadie, no creas, no seas un discípulo". Todo lo demás es el resultado: nada más que la racionalización y el consuelo.

Ha trabajado por cuarenta años continuamente partiendo de ese paso que no pudo darse, y todavía de él no ha salido. El arrepentimiento esta ahí, la herida está ahí: no pudo rendirse en el último momento. Así, el movimiento teosófico quedó frustrado con Krishnamurti y continuó como movimiento muerto pues fundamentalmente nació para la materialización de este acontecimiento; quedó sin significado. Se construyó la morada, pero el Maestro nunca llegó a residir en ella.

Crearon ese movimiento los nueve adeptos de Ashoka. Continúan su trabajo, en muchas formas. Hay una historia tras nuestra llamada Historia que te es inconcebible: su base es más profunda. La periferia que nosotros conocemos no es la realidad de los acontecimientos. De esa otra más profunda nada sabemos.

Siempre que un maestro como Buda aparece, el trabajo primordial del grupo esotérico es ayudar volviéndose intermediario; otra responsabilidad suya es conservar el conocimiento una vez obtenido. Buda obtuvo algo supremo, ¿pero quién lo conservaría? No es posible a través de libros porque son algo muerto: sólo las palabras perduran, no el conocimiento, sino lo proyectan personas vivas, pues acumulado en libros ha de interpretar se otra vez, y ¿quién lo hará? Son jeroglíficos, ¿quién los descifrará? Si alguien es capaz de ello, entonces esa persona puede lanzar el mensaje sin los libros; quienes de los libros dependan no serán capaces de interpretarlos correctamente.

Tú no puedes leer ningún libro que no conozcas en cierta forma: sólo puedes leerte a ti mismo, nada más. Si lees el Dhammapada de Buda, lo que estás leyendo es tu Dhammapada, no el de Buda: tú eres ahora, el creador; tu profundidad será, la profundidad de lo dicho por Buda; no puedes ir más allá de ti mismo; no puedes mirar más allá del horizonte que te es propio.

Así, cualquier conocimiento que se obtenga, fundamental, sutil, último, no puede conservarse en libros. Sólo conocimiento ordinario puede contener para evitar erróneas interpretaciones, y para esto cualquier escuela ordinaria puede entrenarte, basta que entiendas la lengua. Pero el supremo conocimiento sólo puede subsistir en personas vivas, o sea, en grupos esotéricos, transmitido de una persona a otra, no transmisión mecánica. No puede serlo: es diálogo, como un arte.

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