Trata de entender:
Jesús dijo: "Es imposible que un hombre monte dos caballos y que tire de dos arcos; y es imposible que un sirviente sirva a dos amos, porque entonces honrará a uno y ofenderá al otro".
¿Por qué es imposible? ¿Y qué es imposibilidad? Imposibilidad no es algo que es muy difícil, ¡no! Cualquier cosa que pueda ser muy difícil, no es imposible, lo puedes lograr. Imposibilidad quiere decir algo que no se puede alcanzar hagas lo que hagas; no hay manera, no hay posibilidad de hacerlo.
Cuando Jesús dice imposible, quiere decir imposible; no quiere decir muy difícil, y tú estás tratando de hacer lo imposible. ¿Que pasará? No puede ser hecho, sólo tú serás deshecho a través de eso. ¡No puede ser hecho! ¿Pero qué te sucederá a ti que has estado haciendo un esfuerzo para hacer lo imposible? Caerás en pedazos. No es posible hacerlo, pero haciéndolo estás deshaciendo tu propia vida. Esto sucederá, esto ha sucedido.
Observa a la gente cuando tiene duda: ¿Has visto a un hombre que tiene duda y no tiene fe? Si has visto a un hombre que sólo tiene duda, él no puede vivir, es imposible vivir. Anda a los manicomios: ahí encontrarás gente que tiene dudas acerca de todo. Entonces, ni siquiera pueden moverse, porque dudan aun sobre la mínima acción.
Conocí a un hombre que tenía tanta duda que no podía ir al mercado, y el mercado estaba sólo a unos cuantos metros de distancia. Regresaba una y otra vez a verificar la cerradura. Y cuando éramos niños solíamos hacerle bromas a este pobre hombre. El estaba yendo y le preguntábamos: "¿Has visto si la puerta está con llave?". Le daba cólera, pero de todas maneras regresaba a verificar. Y estaba solo, no había nadie más cerca de él ¡y tanto miedo! El estaba tomando su baño en el río y alguien le decía: "¿Has visto si la puerta está con llave?". Le daba mucha cólera, pero estando a medio baño inmediatamente salía y corría a la casa a comprobar. Este es el perfecto escéptico. Si la duda aumenta demasiado entrarás a un manicomio, porque entonces dudarás de todo. Este es un tipo de hombre completamente roto en pedazos.
Si escoges la fe contra esto, te volverás absolutamente ciego. Entonces cualquiera puede llevarte a cualquier parte, entonces no tienes inteligencia propia, ni percepción propia.
Por esto estás tratando lo imposible, estás transando: para no ir al extremo, por que ahí te viene la neurosis; ni ir al otro extremo porque te viene la ceguera. Entonces ¿qué hacer? Entonces el razonamiento común dice: "Transa con ambos, mitad y mitad, un poco de duda y un poco de fe". Pero entonces te montas en dos caballos. ¿No es posible vivir sin duda y sin fe?
¡Es posible! En realidad esa es la única posibilidad para crecer: la de vivir sin duda y sin fe; simplemente vivir, espontáneamente, con consciencia. Y esto es realmente lo que es confianza, no el confiar en algún otro, esto es confiar en la vida: donde sea que te conduzca, sin duda, sin fe, simplemente fluyes, vas inocentemente.
Un hombre que duda no puede ir inocentemente. Antes de que vaya pensará, y a veces pensará tanto que se perderá la oportunidad. Por eso es que los pensadores nunca hacen mucho. No pueden hacer, se vuelven simplemente cerebrales, porque antes de la acción deben decidir, deben llegar a una conclusión; y ellos no pueden llegar a una conclusión. Así que ¿cómo actuar? Entonces es mejor no actuar y esperar. Pero la vida no te va a esperar. O te vuelves creyente y tienes fe, un hombre ciego, entonces cualquiera, cualquier político, cualquier loco, cualquier Papa, cualquier cura puede conducirte a cualquier parte. Y ellos mismos están ciegos y cuando los ciegos conducen tiene que haber catástrofe. ¿Qué hacer? El razonamiento dice, el razonamiento común dice: "Transa".
Un científico, B.F. Skinner, hizo un experimento digno de mencionarse. Un ratón blanco fue el objeto del experimento: al ratón se le dejó dos o tres días sin alimento, así que estaba muy hambriento, realmente era el mismo hambre, listo a saltar y comer cualquier cosa a la vista. Y al ratón blanco se le puso en una plataforma, y justo debajo de la plataforma habían dos cajas, similares, del mismo color, del mismo tamaño, y ambas contenían comida. Podía saltar la caja derecha o sobre la izquierda.
El ratón saltó inmediatamente, sin darse ni un momento para pensarlo. Pero cada vez que saltaba sobre la caja de la derecha recibía un shock eléctrico. Y había una trampa, así que caía dentro de otra caja a través del hueco de la trampa, y no podía llegar a la comida. Cada vez que saltaba a la caja izquierda no había shock y no había trampa, podía llegar a la comida. En dos o tres días aprendió el truco: saltaba sobre la caja izquierda y evitaba la derecha.
Después Skinner cambió, cambió los sitios de las cajas. Y el ratón saltó sobre la caja de la izquierda y se encontró con un shock eléctrico. Ahora estaba perturbado, confundido, ¡qué hacer y qué no hacer! Así que antes de saltar temblaba, vacilaba, dudaba. Así es como es un filósofo, un ratón blanco temblando, dudando sobre qué hacer: izquierda o derecha, y ¿cómo escoger? ¿Y quién sabe? Pero después se volvió a acostumbrar. Entonces Skinner cambió otra vez. Se volvió tan confundido que aun estando con hambre esperaba temblando, mirando esta caja y la otra, ¿y cómo decidir? Entonces decidió lo que tú has decidido: saltó entre las dos cajas, pero ahí no había comida, esto va a ser inútil. Y después de unas cuantas semanas del experimento, el ratón blanco se volvió loco, neurótico.
Esto es lo que te está sucediendo a ti: has llegado a confundirte, ¿qué hacer, qué no hacer? Y la única cosa que llega a la mente es que es difícil escoger esto, que es difícil escoger aquello, entonces es mejor transar, saltar al medio. Pero no hay comida. Por supuesto no hay shock eléctrico, pero tampoco hay comida.
Pierdes la vida si saltas al medio. Si hubiera sido posible que el ratón blanco se monte en ambas cajas, lo habría hecho. Estas son las dos posibilidades abiertas al razonamiento: monta sobre ambos caballos o simplemente salta al medio. Inteligencia, inteligencia muy penetrante y aguda es necesaria para entender, para entender el problema, no hay otra solución. No te voy a dar ninguna solución, ningún Jesús ha dado ninguna solución a nadie, simplemente el entendimiento del problema es la solución. Entiendes el problema y el problema desaparece.
¿No es posible vivir sin fe, sin duda y sin transar? Porque transar va a ser un veneno: son tan contrarios, toda tu vida se volverá una contradicción, y si hay contradicción estarás dividido, partido; esquizofrenia será el resultado final. O si escoges uno y niegas al otro, entonces los beneficios que habrían sido posibles del otro te son negados. La duda te da protección contra la explotación, la fe te da certeza, deja una de ellas y dejarás también el beneficio que te da. Si escoges ambas te montas en dos caballos; si transas creas una división dentro de tu ser, eres dos, te vuelves una multitud. Entonces ¿qué hacer?
Simplemente entiende el problema y bájate de ambos caballos, no transes. Entonces se da un tipo totalmente distinto del ser, una cualidad totalmente diferente de consciencia. Pero ¿por qué no estás haciendo eso? Porque para esa cualidad necesitas estar alerta, para esa cualidad necesitas consciencia. Entonces no necesitas dudar de nadie, simplemente tienes que estar completamente alerta. Tu estado de alerta será la protección contra la explotación.
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