Tu mente se aferra a sus propias conclusiones, porque una vez que se falla en una conclusión, se pierde la confianza. Así que cualquiera que sea la situación te aferras a tus conclusiones. Eso le da a tu ego y a tu mente una base donde sostenerse.
Un día Mulla Nasruddin estaba caminando con un palo muy grande, demasiado largo para él. Un amigo le sugirió: "Nasruddin ¿por qué no lo cortas de ahí abajo unos cuantos centímetros?". Nasruddin dijo: "Eso sería inútil, porque es este otro extremo el que está demasiado largo".
Tu razonamiento puede ser suicida ¡lo es! Piensas que es razonamiento, no es razonamiento, es simple engaño, engaño a ti mismo. Pero no quieres perder terreno, quieres tener confianza; y toda la confianza que te llega a través de la mente es falsa, porque la mente no te puede dar confianza. Sólo puede darte cosas falsas; puede proveerte sólo de cosas falsas. No tiene la cosa real consigo, es tan solo una sombra. La mente es sólo pensamientos, sombras, nada sustancial en sí. Pero puede ir haciendo racionalizaciones, y te sentirás bien.
Los cristianos han malentendido todo el asunto. Pensaron que Jesús estaba diciendo: "¡Escoge!". Jesús nunca pudo haber dicho: "¡Escoge!", Jesús se refiere al estado de no elección. Porque si escoges la mente selectiva es fortificada, no destruida; la mente que va escogiendo se vuelve más fuerte a través de la elección. ¡No, no es asunto de elección! Y por medio de la elección nunca puedes ser total, porque tienes que negar algo.
Si eliges la fe, tendrás que negar la duda. ¿A dónde irá esta duda? No es algo externo que lo puedas tirar, está profundamente en ti. ¿A dónde irá? Simplemente puedes cerrar tus ojos, eso es todo; puedes reprimirla en el subconsciente, eso es todo. Pero está ahí, como un gusano, comiendo tu consciencia. Estará ahí, y algún día saldrá a la superficie. ¿Qué puedes hacer? ¿Cómo puedes eliminarla? Si escoges la duda ¿a dónde irá tu fe? ¡Es parte de ti! Así que transarás: te volverás una amalgama de muchas cosas juntadas de alguna forma; no una síntesis sino una transacción.
Jesús quiere decir completamente lo contrario. El quiere decir: "¡No escojas!".
"Es imposible que un hombre monte dos caballos y que tire de dos arcos; y es imposible que un sirviente sirva a dos amos, porque entonces honrará a uno y ofenderá al otro".
Mira la última frase:
"...porque entonces honrará a uno y ofenderá al otro".
Si eliges uno, honras a ese y ofendes al otro, y la parte ofendida se vengará. Se volverá rebelde.
Sucede que la ciencia depende de la duda, totalmente de la duda, ninguna creencia es permitida ¿Has conocido, has observado a los científicos? Fuera de sus laboratorios son muy crédulos. No puedes encontrar gente más crédula que los científicos, más fáciles de ser engañados que ningún otro, porque su parte de duda funciona en el laboratorio y su parte de credulidad funciona afuera. Y son gente simple en lo que concierne al mundo externo. En sus laboratorios son muy astutos y listos.
Puedes engañar muy fácilmente a un científico. No es tan fácil engañar a los llamados hombres religiosos. En el templo están con una credulidad profunda, fuera del templo son muy astutos. Observa a la llamada gente religiosa: fuera del templo no los puedes engañar, y dentro del templo no existe la oportunidad de engañarlos o explotarlos. Adentro del templo son muy simples. Usan su parte de credulidad ahí, su parte de duda en el mundo. Son buenos negociantes, acumulan dinero, explotan al mundo entero.
Un científico nunca puede ser un buen negociante, no puede ser un buen político. Eso no es posible, porque su parte de duda se acaba en el laboratorio. Afuera funciona su parte de credulidad. Un científico en casa es totalmente distinto que un científico haciendo trabajo de investigación. Puedes haber escuchado muchas historias sobre lo despistados que son. Ocurren, realmente ocurren, no son ficciones. Porque usan su atención en el laboratorio, entonces fuera del laboratorio pierden toda su atención, han usado una parte, se ha terminado. Así que tienen una vida doble: en el laboratorio son muy atentos, fuera del laboratorio se vuelven despistados.
Se cuenta de Albert Einstein que una vez estaba visitando un amigo, cenaron, hablaron de esto y aquello. Y no había mucho de qué hablar porque Einstein no era un hombre de muchas palabras, no era muy hablador, así que el amigo comenzó a sentirse aburrido. Y cada vez se estaba haciendo más y más oscuro, era las once de la noche, y ahora quería que Einstein se fuese. Pero no era cortés decírselo a tan gran hombre, así que esperó y esperó. Por momentos incluso daba insinuaciones, decía: "La noche está muy oscura", y decía: "Parece que ahora son las once y media". Pero Einstein miraba y bostezaba y quería dormir. Luego llegó las doce y el amigo dijo: "Creo que estás con sueño porque estás bostezando". Y esa fue la última insinuación.
Einstein dijo: "Sí, me estoy sintiendo con mucho sueño, pero estoy esperando... cuando te vayas entonces ¡podré ir a dormir!".
El amigo dijo: "¿Qué estás diciendo? ¡Tú estás en mi casa!".
Einstein se paró y dijo: "¡Lo siento! Porque continuamente estaba pensando: '¿Cuándo se irá este hombre para poder ir a dormir?'".
Este hombre en el laboratorio es perfecto en lo que concierne a la atención, a estar presente. Pero esa parte es consumida; fuera del laboratorio es un hombre totalmente distinto, justo lo opuesto.
Por eso es que sucede: encuentras una contradicción en la vida de la llamada gente religiosa, y es natural. En el templo los ves rezando ¡y mira sus caras! Se les ve tan inocentes, con los ojos llenos de emociones profundas, de lágrimas que fluyen. No puedes imaginarte al mismo hombre afuera, cómo se le verá, cómo estará en su tienda, cómo se comportará cuando vayas a su tienda. La parte emocional, la parte de credulidad se acabó en el templo, en la mezquita, en la iglesia; cuando sale él está libre de esta parte. Entonces tiene tanta duda como cualquier científico puede tener en su laboratorio, es tan escéptico como puede ser posible.
Es así como vivimos una vida doble, esto es transigir. Jesús no está diciendo: "Escoge uno y niega el otro". Si escoges uno y dejas al otro, la otra parte se sentirá ofendida, y la parte ofendida de tu ser se vengará. Y hace a la vida muy difícil, hace a la vida casi imposible de vivir. Cuanto más tratas de vivir con una parte, la otra parte perturbará más tus planes y proyectos; sale a la superficie una y otra vez. Entonces ¿qué hacer?
La solución, lo que se tiene que hacer es no escoger. La cosa es comprender toda la contradicción de tu ser. No escoger, sino llegar a un estado de no elección; no dejando uno a costa del otro, porque no puedes dejar un aspecto de una cosa.
Tienes una moneda, tiene dos caras. No puedes dejar una de ellas, no puedes dejar un lado. Puede no gustarte el otro lado, pero tienes que llevar ambos; si quieres llevar uno tienes que llevar los dos, entonces toda la moneda estará contigo. Lo único que puedes hacer es: la cara que no te gusta puedes esconderla, la cara que te gusta puedes ponerla hacia arriba, eso es todo. Es así como el consciente y el inconsciente son creados.
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